Los dos detenidos por el asalto a la casa rectoral de Padrón han sido puestos en libertad tras pasar a disposición judicial, aunque tendrán que presentarse semanalmente en el juzgado. Pese a quedar en libertad, ambos están imputados por homicidio, robo con violencia en casa habitada, hurto de uso de vehículo y lesiones. El juzgado tomó la decisión tras ser sometidos a una rueda de reconocimiento.
Los dos individuos arrestados por la Guardia Civil en relación al asalto de la casa rectoral de Cruces, en el municipio coruñés de Padrón, han llegado a los juzgados de Padrón en coches separados. Tras comparecer ante la jueza durante poco más de dos horas han abandonado el edificio judicial esposados y en un coche de la Guardia Civil.
En el asalto murió la asistente del cura y él quedó herido, tras recibir una paliza. Los detenidos son vecinos de Boiro y de Noia, según ha podido saber La Voz. En el juzgado que se encarga del caso compareció ayer también el cura párroco de Cruces, Ramón Barral, aunque este aseguró ayer por la tarde que tenía ningún conocimiento de las detenciones que fueron practicadas por los investigadores de la Guardia Civil.
Una vez realizados estos arrestos, las investigaciones continúan para tratar de dar con el tercer individuo que, junto con los otros dos, llamaron a la puerta de la casa rectoral en la noche del 14 de septiembre, y después entraron, amordazaron y ataron al cura y a su asistenta, que acabó muriendo por asfixia.
Ayer también trascendió que podría haber una cuarta persona implicada en el asalto y que esta pudo servir de apoyo en coche a los tres asaltantes que entraron en la vivienda, aunque este dato no ha podido ser confirmado.
Lo que sí se sabe es que los asaltantes se llevaron esa noche el coche del cura, que apareció aparcado en una calle de Pontecesures, localidad limítrofe con Padrón.
En cuanto al cura de Cruces, tal y como él mismo había anunciado, no ha vuelto a residir en la casa rectoral asaltada desde que se produjo el asalto y actualmente vive en la residencia de sacerdotes de Santiago, tras quedarse un tiempo en casa de su hermana, que fue la primera persona a la que llamó una vez que los atracadores se marcharon de la vivienda. Ramón Barral no se ha reincorporado a su trabajo en la parroquia pero tiene previsto hacerlo en breve, según aseguró ayer. Casi un mes después del asalto y antes de que trascendiera que la Guardia Civil había detenido a dos de los supuestos atracadores de la casa rectoral, algunos vecinos de la parroquia de Cruces reconocían que viven con miedo a raíz de lo sucedido e incluso hay quien ha variado sus costumbres y ha dejado de pasear por delante de la casa rectoral por temor.
Y casi un mes después de aquella noche, en la que nadie escuchó nada, en Padrón y comarca todos esperaban que hubiese detenciones sobre este caso.
La Voz de Galicia