El Juzgado número 1 de Padrón dictó el 11 de diciembre un auto por el que decreta la apertura del juicio oral por el accidente pirotécnico ocurrido en las fiestas de Pascuilla de Padrón en marzo del 2008, en el que resultaron heridos dos jóvenes, uno de ellos de gravedad en un pie, por la detonación defectuosa de uno de los artefactos.
El Ministerio Fiscal y las acusaciones particulares coinciden en las imputaciones, un total de siete. Cuatro son de personas vinculadas a las dos empresas pirotécnicas que participaron en la tirada de los fuegos de artificio: J.L.C.A., responsable de la firma de Coristanco a la que se los contrató el Concello a través de un intermediario, I.R.L., que también está acusado; J.A.P.B., empleado de esta firma y A.C.R., responsable de la de Teo que suministró el material. Los otros tres acusados son la entonces concejala de Fiestas, C.C.V.; el jefe de la Policía Local, F.J.A.B.; y el responsable de Protección Civil, J.C.S.S.
Para todos ellos, Fiscalía y acusación particular piden la misma pena de tres años de prisión por dos presuntos delitos de lesiones imprudentes, además de inhabilitación especial del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena, junto con las costas.
En cuanto a la responsabilidad civil, Fiscalía y acusaciones particulares difieren en la cuantía de las indemnizaciones. El ministerio público solicita 260.000 euros para el joven de Rois herido y 1.950 euros para la compañera con lesiones.
Por su parte, la defensa del joven, que quedó con secuelas en el pie, pide 500.000 euros de indemnización para su cliente y 1.950 para su compañera mientras que el abogado de esta pide lo mismo para el joven y 9.500 euros para ella.
El juicio se celebrará en un juzgado de lo Penal de Santiago y la fecha está pendiente de fijar.
Para la Fiscalía, los responsables de las dos empresas, que llevaron a cabo conjuntamente la realización, montaje y disparo de los fuegos de artificio, y el trabajador de una de ellas procedieron durante la tarde del 29 de marzo de 2008 a colocar el material pirotécnico para la realización de los fuegos, «a sabiendas de que los elementos que iban a emplear, en concreto, un cilindro de aluminio utilizado como cañón para la proyección de bombas, estaba debilitado por su uso excesivo», por lo que «no conservaba las propiedades físicas óptimas para soportar la presión ejercida por la carga». Además, a consecuencia de las abundantes lluvias caídas durante esa jornada, «las carcasas de los artificios habían aumentado considerablemente su volumen, sin que adoptaran ninguna medida para evitar que se humedecieran ni cambiaran los dispositivos de lanzamiento», según sostiene el escrito de acusación.
Todo ello provocó, según la Fiscalía, que «fallase el mecanismo de retardo de uno de los últimos fuegos, explosionando la bomba dentro del tubo, que se despedazó» y provocó el impacto de los fragmentos en dos de las personas que se encontraban como espectadoras, «a menos de 15 metros desde donde se disparaban los fuegos».
La Voz de Galicia