Tres detenidos en Valga y Pontecesures por distribuir droga en zonas de ocio de Santiago.

Sustancias estupefacientes y objetos requisados en la operación.

La Policía Nacional detuvo en la tarde del miércoles en los municipios de Pontecesures y Valga a tres personas ­tres hombres­ a los que se acusa de distribuir drogas en zonas de ocio de la ciudad de Santiago de Compostela. A los tres se les imputa un presunto delito de tráfico de estupefacientes y los registros realizados en algunas de sus propiedades permitieron localizar hasta doce kilos de hachís, más de medio kilo de cocaína y otras sustancias como pastillas. Los arrestados fueron puestos ayer a disposición del Juzgado de guardia de Caldas de Reis.
Agentes de la Comisaría de Policía Nacional de Compostela fueron los que llevaron a cabo la operación, que se remonta a hace varios meses, cuando efectivos del Grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de Santiago detectaron un aumento del tráfico de drogas en las zonas de ocio de esta ciudad, por lo que decidieron establecer un dispositivo de control. Como consecuencia de este despliegue, descubrieron movimientos de aprovisionamiento de sustancias ilícitas en zonas alejadas de Compostela, de forma que el operativo se extendió a los límites entre las provincias de A Coruña y Pontevedra, llegando hasta las localidades de Pontecesures y Valga.

En estos dos municipios se desencadenaron los arrestos el miércoles. De los tres detenidos, dos de ellos son hermanos, uno conocido con el sobrenombre de ??El Vasco? y de unos cuarenta años de edad. Fueron interceptados por la Policía Nacional cuando se disponían a realizar una ??entrega? de droga en un bar de la zona de Campaña (Valga). En ese momento les fueron intervenidos cinco kilos de hachís y quinientos gramos de cocaína. Ambos tienen numerosos antecedentes, algunos por hechos similares. Son naturales de Valga pero cuentan con propiedades en Pontecesures, concretamente un piso en el lugar de Redondo. En esta vivienda se llevó a cabo un exhaustivo registro. Dos vehículos de la Policía Nacional permanecieron en la puerta del inmueble durante alrededor de tres horas, mientras los agentes revisaban las distintas dependencias, en las que incautaron otros siete kilos de hachís, marihuana, cocaína preparada en bolsitas para su distribución en la calle, gran cantidad de pastillas y sustancias para el corte de la droga. Además, encontraron hasta siete dispositivos de telefonía móvil, un ordenador, 1.000 euros en metálico y un revólver de fogueo. Las sustancias intervenidas superan los 60.000 euros de valor en el mercado ilícito, según la Policía.

Las fuerzas de seguridad establecieron controles en varios puntos de la comarca, entre ellos el cruce entre la N-550 y la carretera de A Estrada, en Pontecesures. En la calle Ullán de esta villa se produjo tiempo después, ya cerca de la medianoche, una persecución que incluso llegó a sobresaltar a algunos vecinos, que salieron a los balcones y ventanas y vieron como uno de los agentes incluso tenía que esgrimir su arma. Se produjo entonces el arresto de otro de los implicados en la operación.

DIARIO DE AROUSA, 17/03/12

La saturación por el elevado número de asuntos lleva a plantear la necesidad de un tercer juzgado en Caldas para todo el partido judicial.

El importante número de asuntos que entran anualmente en los Juzgados número 1 y 2 de Caldas y la saturación que estos generan han llevado tanto a los representantes políticos del municipio como a los propios trabajadores judiciales a plantearse la posibilidad de solicitar la creación de un tercer juzgado en la localidad para tratar de aligerar la carga de los dos actuales. ??Están bastante saturados y por el volumen de asuntos y por estadística a Caldas podría corresponderle un tercer juzgado?, apunta el concejal de ICdR, Fernando Pérez, a quien los propios funcionarios trasladaron su preocupación ante el colapso. ??Hay que plantearse seriamente la asignación del tercer juzgado? y para ello ??todos los partidos debemos hacer piña?, entiende el edil independiente. El alcalde, Juan Manuel Rey, recoge el guante y se muestra también favorable a la ampliación de los Juzgados, algo que no solo requeriría la creación de una tercera sala por parte del Ministerio de Justicia, sino también la dotación de un nuevo edificio por parte de la Xunta de Galicia, puesto que el actual sería insuficiente. Sus dos plantas están ya destinadas a cada uno de los juzgados y el desván acoge el archivo. ??Espacio físico no hay? y a esto se añade que ??la ubicación, y en estos coincidimos todos los partidos, no es la más adecuada?, comenta Pérez Domínguez en referencia al paseo peatonal Román López.
La saturación y colapso a la que aluden Fernando Pérez y el alcalde procede de varias causas. Una de las fundamentales es la amplitud del Partido Judicial de Caldas, que según los datos del Instituto Nacional de Estadística de 2011 aglutina a más de 37.500 habitantes de los municipios de Caldas, Cuntis, Moraña, Portas, Valga, Pontecesures, Barro y Campo Lameiro. Hay que tener en cuenta, además, que por la zona discurren importantes carreteras con un volumen de tráfico muy elevado, como la N-550 o la N-640, lo que genera un gran número de asuntos relacionados con el tráfico, y lo mismo sucede en relación con el tejido industrial y los conflictos mercantiles que de él se derivan.

La constante rotación de los jueces es otra de las problemáticas a las que se alude en Caldas a la hora de referirse al colapso de los juzgados. Precisamente la semana pasada tomó posesión un nuevo juez para hacerse cargo de la sala número 2 de Caldas. Es el enésimo cambio de caras, lo que contribuye a la ralentizar la resolución de los asuntos por la mera necesidad de los recién llegados de ponerse al día con el trabajo y temas acumulados.

Y, sin olvidar, que por los juzgados caldenses pasaron en los últimos años asuntos de gran calado que prácticamente bloquearon la actividad debido a su magnitud. Diligencias como las derivadas de la ??Operación Cormorán?, que desarticuló la red de blanqueo liderada por ??Pelopincho?, o la catástrofe ambiental de Brenntag ­que se juzga en Pontevedra a partir del próximo lunes­ generaron un tapón a la hora de dar salida a otros asuntos y provocaron una disminución en la capacidad resolutoria.

DIARIO DE AROUSA, 15/03/12

Multa de 540 euros y un año sin carnet para los jóvenes cazados a 177 por hora en Valga.

Una multa para cada uno de 540 euros a razón de 3 diarios durante seis meses y la imposibilidad de conducir durante un año. Esto es lo que aceptaron en un juicio rápido los dos jóvenes que fueron «cazados» por Tráfico en la madrugada del pasado domingo cuando circulaban a 177 kilómetros por hora en un tramo de la N-550 limitado a 70 en Valga. Christian P. P., de 21 años y vecino de este último municipio, y Alberto D.C., caldense de 25, aceptan así ser culpables de un delito contra la seguridad vial por exceder en más de 80 kilómetros por hora el límite establecido. El fiscal ya les advirtió de que «si vuelve a repetirse una situación semejante, la pena será siempre de cárcel».
Christian y Alberto conducían sus respectivos turismos, ambos de la misma marca y modelo (Seat León) cuando un radar sorprendió a dicho velocidad el turismo que guiaba el primero de ellos a la altura del kilómetro 90,200 de la N-550, en el lugar de Brollo. El segundo le seguía inmediatamente después y, tal y como se constato durante la vista que acogió ayer el Juzgado de Caldas, «muy pegado». Las sensaciones de los agentes de que ambos estaban en plena carrera ilegal cuando era casi la una y media de la madrugada y en una zona poblada no se pudieron constatar al ser el dato del cinemómetro el único aportable.
En un principio semejaba que ambos serían acusados de un delito de conducción temeraria, lo que habría desencadena en una mayor pena. «Como no se hizo un seguimiento de varios metros o kilómetros no se puede saber si iban adelantándose el uno al otro; solo que iban a esa velocidad y que iban muy pegados», puntualizaba el representante de la Fiscalía, Alejandro Pazos. Sin embargo, el elevado ritmo al que circulaban ambos vehículos resultó algo irrebatible, lo que llevó a ambos jóvenes, que negaron conocerse y por tanto haber tomado parte en algún tipo de competición ilícita o ´pique´ en la vía pública. Se limitaron a acatar lo que registró el radar y a aceptar las sanciones planteadas desde el ministerio público. «El cinemómetro tiene un margen de error del cinco por ciento; por lo tanto, como poco irían a 161 kilómetros por hora, lo que sigue estando más de 80 kilómetros por encima del límite», se subrayaba como argumentación para las propuestas sancionadas.
Los «cazados» conductores pudieron elegir entre una multa de nueve meses a razón de tres euros diarios o una pena de cárcel de seis meses. La aceptación supone la rebaja en un tercio de lo elegido y por ello ambos, que se decantaron por la opción económica, abonarán esos tres euros diarios pero durante únicamente medio año en vez de esas nueve mensualidades solicitadas en un primer momento. Además, en caso de que no hubiese habido conformidad, los imputados tendrían que someterse a un juicio penal.
«Si se paga la multa y se cumple sin problema el año de privación para conducir, esto puede ser un borrón», explicaba ayer el fiscal. De todos modos, advirtió de que «si se repite» una situación análoga, «la pena será de cárcel y no creo que a ellos les haga mucha gracia». Y es que recordó que ambos carecían de antecedentes penales y que ingresar en prisión «a estas edades es un poco triste».
Ambos jóvenes estuvieron en las instalaciones judiciales caldenses durante toda la mañana. Christian únicamente se sometió a una vista oral rápida, pero Alberto tuvo que afrontar otro en el que se juzgaba un segundo delito, el de circular sin la pertinente autorización. ?ste carecía de permiso al serle detraídos ya todos los puntos. La infracción se salda con una pena de 32 días de trabajos en beneficio de la comunidad, tal y como aceptó este varón caldense. Además, el hecho de carecer en la actualidad de licencia, implica que en el juicio común con el otro imputado la pena de privación de la conducción se traduzca en su caso en la imposibilidad de obtener de nuevo la licencia hasta que pase un año.
Por otro lado, desde la Fiscalía se insistió en la razón por la cual se desistió de acusar a los dos hombre de un delito de conducción temeraria. Alejandro Pazos explicó que fueron ellos mismos los que arriesgaron a perder la vida y tampoco se constató que estuviesen bajo los efectos del alcohol. «No hay suficiente prueba de conducción temeraria porque el peligro no está acreditado por parte de terceros; los que se han puesto en peligro son ellos», relató. Tras ello puntualizo que «en el atestado no consta que circulase nadie cerca ni hubiese peatones cerca, pero de haberlo sí pudiese haber habido una conducción temeraria». De todos modos, detalló que ambos coches iban tan próximos uno del otro que el radar solo capturó el exceso de velocidad del primero.

«Iba para casa», dice el condenado que ya no tenía carné
Los dos automovilistas sancionados estuvieron varias horas en el interior de los juzgados de Caldas. Ambos trataron de cubrirse a la salida del edificio para que sus rostros no fuesen recogidos por las cámaras ni quisieron realizar declaraciones públicas. Sin embargo, a lo largo del tiempo que permanecieron en los pasillos sí se les pudo escuchar referirse a los hechos sancionados. «Yo iba para casa», decía Alberto D. S. a unos conocidos que también se encontraban en las mismas dependencias.
El mayor de los sancionados, que carecía totalmente de puntos en el permiso de conducción, también negaba que ambos se conociesen con anterioridad y por tanto descartaba implícitamente que el tipo de conducción que ambos practicaban (más de 100 kilómetros por hora por encima del límite establecido y sin guardar ningún tipo de distancia de seguridad) tuviese que ver con algún tipo de apuesta o competición ilegal. «No sé, será», decía al ser preguntado por si el otro joven que esperaba en los pasillos era Christian P. P.. Cada uno de los jóvenes fue representado por una abogada.

FARO DE VIGO, 07/03/12

Multa de 540 euros y un año sin carnet para los jóvenes cazados a 177 por hora en Valga.

Alberto D.C., que además carecía de puntos del permiso, cumplirá 32 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

El caldense Alberto D.C. y el valgués Cristian P.P. deberán afrontar una multa de unos 540 euros y pasarán un año sin carnet de conducir tras ser cazados por la Guardia Civil cuando circulaban a 177 kilómetros por hora por una zona de la carretera N-550 limitada a 70 en el lugar de Bronllo (Valga). Los jóvenes se sometieron ayer a juicio rápido en el Juzgado número 1 de Caldas, en cuyas dependencias permanecieron durante más de cinco horas. Ambos se conformaron con las penas solicitadas por el fiscal Alejandro Pazos, que los acusó de un delito contra la seguridad vial por conducir en vías públicas a una velocidad superior en 80 kilómetros por hora en tramos interurbanos. Así, les planteó la posibilidad de elegir entre 4 meses y quince días de prisión o nueve meses de multa a razón de tres euros diarios. Los imputados se conformaron con esta última alternativa, logrando además, una reducción de un tercio en la condena, lo que representa que únicamente pagarán una multa de seis meses con una cuota de tres euros al día. Además, se les retira durante un año el permiso de conducir. En el caso de Alberto D.C., vecino de Carracedo, la condena es la prohibición de sacar el permiso durante doce meses, ya que cuando fue detectado por la Guardia Civil ya había agotado todos los puntos de su carnet. Esto conllevó que ayer se sometiese a un segundo juicio rápido por el que fue condenado a 32 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
Ambos reconocieron que circulaban con exceso de velocidad pero negaron que fuesen compitiendo al volante, como en un primer momento creyó la Guardia Civil de Tráfico. El fiscal explicó ayer que no hay pruebas que corroboren este extremo. ??Es complicado acreditar que fuese una carrera porque no se les hizo un seguimiento durante kilómetros?, sino que sólo se les pilló en ese punto concreto, el kilómetro 90,2 de la N-550, circulando a gran velocidad y uno pegado justo detrás del otro, ??sin respetar la distancia de seguridad?. El radar que Tráfico tenía ubicado en la zona como parte de un control rutinario saltó al paso del primer vehículo ­eran dos Seat León­ marcando una velocidad de 177 kilómetros hora. Por contra no existe fotografía del segundo vehículo (el de Alberto D.C.) ya que ??el flash no saltó porque iban prácticamente pegados y necesita un tiempo para reacción? antes de volver a funcionar. Aún sin la prueba del cinenómetro, el acusado no negó las acusaciones porque ??es consciente de que los agentes lo vieron perfectamente y, de hecho, lo interceptaron poco después?, manifestó el fiscal.

El representante del Ministerio Público explica también porqué no se les acusó de conducción temeraria, como todo hacía prever en un primer momento. Este delito requiere que se ponga en peligro la vida de terceros, cosa que no ocurrió en este caso. ??Se pusieron en peligro a sí mismos?, pero dada la hora (la 1:20 de la madrugada del domingo) no había peatones por la zona ni ningún otro vehículo circulaba por ese punto de la N-550.

DIARIO DE AROUSA, 07/03/12

Policía y Guardia Civil no han logrado determinar aún si Pelopincho y su socio están vivos o muertos.

Las detenciones en relación con la desaparición del narcotraficante riveirense José Antonio Pouso Rivas (??Pelopincho?) y su socio José Bernardo Villaverde Amil se elevan a cuatro. Tres hombres y una mujer fueron arrestados en los últimos días en el marco de la ??Operación Missing?, en la que se investiga la extraña desaparición de ??Pelopincho? y su compinche. Pasaron a disposición judicial en Cambados, si bien se negaron a declarar. Según los investigadores, los cuatro habrían participado ??directamente? en la detención ilegal de ambos narcos, aunque las consecuencias del presunto secuestro todavía no están claras. Al no haber aparecido los cadáveres, la Policía y la Guardia Civil no han logrado aclarar por el momento si están vivos o muertos. Todo apunta a esto último, ya que podrían haber sido víctimas de un ajuste de cuentas tras una descarga fallida de hachís ocurrida en noviembre de 2010, el mismo mes en el que se produjo la desaparición de Pouso Rivas y de Villaverde Amil.
Los arrestados son viejos conocidos en el mundo de las drogas en la comarca de Arousa. Se trata del cambadés Manuel Sineiro Fernández, ??Machucho?; Fernando Suárez Suárez, ??El Pirata?; y José Luis Fabeiro Roma, estos dos últimos de Vilanova. A ellos tres se añade una mujer también de la comarca. En el juzgado los esperaban dispuestos a mostrarles unas conversaciones telefónicas que les fueron interceptadas, pero finalmente no las escucharon al acogerse a su derecho de no declarar. Quedaron en libertad con cargos, si bien ??El Pirata? regresó a la prisión de A Lama, donde está cumpliendo condena por una causa anterior.

En la ??Operación Missing? trabajan de forma coordinada agentes del Cuerpo Nacional de Policía pertenecientes a la UDEV, efectivos de Greco-Galicia y de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña. La investigación la dirige el Juzgado de Instrucción número 1 de Cambados bajo la supervisión del fiscal especial antidroga de Pontevedra, Luis Uriarte. Por el momento, los investigadores señalan a los cuatro arousanos arrestados como participantes ??directos? en la detención ilegal de ??Pelopincho? y Villaverde Amil puesto que fueron, al parecer, los últimos que los vieron con vida antes de esfumarse sin dejar rastro. Con todo, ??no se ha podido averiguar el destino de los dos desaparecidos?, señalan fuentes policiales.

José Antonio Pouso Rivas, cabecilla de la mayor red de blanqueo desarticulada en Galicia, y José Bernardo Villaverde Amil, pontevedrés con antecedentes por tráfico de hachís, desaparecieron en las mismas fechas, noviembre de 2010. El primero en Padrón, donde residía con su última amante tras quedar en libertad provisional. Su vehículo apareció calcinado en un descampado del municipio de Brión. La pista de Villaverde Amil se perdió en Pontevedra en el entorno del 19 de noviembre de 2010, día en el que su mujer denunció que dos individuos lo habían secuestrado llevándoselo en un coche que también se encontró quemado. Lo acontecido a partir de entonces es una incógnita y, mientras unos se inclinan por la hipótesis de su asesinato, otros no descartan que todo se haya tratado de una estratagema de ??Pelopincho? para librarse de la condena por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico.

DIARIO DE AROUSA, 07/03/12

Cazados en un pique a 177 kilómetros por hora en una carretera con límite de 70.

Uno de los jóvenes implicados en la carrera, en Valga, carecía de permiso al haber perdido todos sus puntos.

Valga es un sitio tranquilo, de hábitat rural y violentado únicamente por dos carreteras de tráfico intenso, la N-550 hacia Pontevedra, y la PO-548 hacia Vilagarcía. Sin embargo, el silencio del que disfrutaban los vecinos del lugar de Cordeiro durante la madrugada del domingo se vio interrumpido por dos jóvenes que decidieron jugarse la vida en una carrera sobre el asfalto. Su aventura terminó ante una patrulla de la Guardia Civil, y los llevará mañana ante el Juzgado número 1 de Caldas.

Según el instituto armado, era la una y veinte de la madrugada cuando fueron detectados dos Seat León circulando en clara competición. Uno de ellos fue fotografiado por el coche radar de Tráfico a 177 kilómetros por hora, cuando la velocidad máxima permitida en la vía es de 70, puesto que se trata de un lugar con viviendas a ambos lados y cruces secundarios.

El conductor del turismo que circulaba a esa velocidad tiene 21 años, es vecino de Valga y sus iniciales son C.?P.?P. Se le imputan dos delitos contra la seguridad vial, uno por exceso de velocidad y otro por conducción temeraria. El chófer del otro coche, que circulaba, según la Guardia Civil, igual de rápido que el primero, pero que no fue captado por el radar, es A.?D.?C., de 25 años y vecino de Caldas. Este carecía de permiso al haber perdido todos sus puntos con anterioridad. Fue imputado por conducción temeraria y por pilotar sin carné.

A cada uno de los conductores se le imputan dos delitos contra la seguridad vial.

LA VOZ DE GALICIA, 05/03/12