El Ayuntamiento aporta 25.000 euros para complementar las ayudas del segundo Plan de Rescate de la Xunta.
El Concello de Pontecesures aportará 25.000 euros al segundo Plan de Rescate de la Xunta de Galicia para ayudar a los hosteleros, pymes y autónomos afectados por la tercera ola de la pandemia del coronavirus. La primera convocatoria de ayudas autonómicas repartió 48.000 euros en el municipio pontevedrés.
La Deputación de Pontevedra destinará otros 8.800 euros a Pontecesures. El alcalde cesureño, Juan Manuel Vidal Seage, ha tachado de «ridícula» la cantidad de dinero destinada por la administración provincial porque «hai que ter en conta todo o tecido comercial e hostaleiro» que tiene la localidad.
Nivel máximo de restricciones
El 21 de marzo es la festividad de San Lázaro que sirve de «pistoletazo de saída» para la Fiesta de la Lamprea del río Ulla que, por segundo año consecutivo, no se podrá celebrar por la covid-19. El regidor popular lamenta que este año tocará «estar pechados, xa chove sobre mollado, hai moitos veciños coa auga no pescozo, e a situación é prácticamente insostenible».
Vidal Seage ha recibido este viernes a los hosteleros de Pontecesures que, desde hoy, vuelven a tener que cerrar sus establecimientos por la entrada en vigor de las medidas del nivel máximo de restricciones. El alcalde se ha comprometido a solicitar una reunión con la gerencia del Sergas para trasladarle que el sector está «sobrepasado« y, en varios casos, en riesgo de tener que cerrar para siempre.
Este pescado prehistórico es un manjar que está de plena temporada. Se alimenta de la sangre de otros animales y habitualmente se cocina en su propia sangre
Con él no existe término medio: o es adorada o es detestada. Hablamos de la lamprea, un pez marino y fluvial de origen prehistórico (se supone que es una especie con más de 400 millones de años de antigüedad) con aspecto de serpiente que practica el vampirismo con otros animales, cuya sangre le sirve de alimento después de haberles mordido con su boca repleta de punzantes incisivos. Gastronómicamente, la lamprea ha sido considerada un alimento de papas y reyes desde tiempos de los romanos y son muchos los gourmets que esperan ansiosos la llegada del invierno para aprovechar su más bien corta temporada de consumo, que va de mediados de enero hasta finales de marzo, cuando se captura en las pesqueiras del río Miño, por lo que ahora mismo se encuentra en su momento óptimo de consumo.
Con una carne de textura muy firme y un sabor muy peculiar, la forma más habitual de prepararla es al estilo de Arbo, que no es sino una variación gallega (tierra donde este bicho es casi una religión) de una clásica receta de Burdeos, consistente en guisar la carne sobre una salsa elaborada con su propia sangre y vino tinto. Vamos, lo que viene a ser vampirizar al vampiro. Pero su versatilidad es tal que también acepta frituras, escabeches, asados o, incluso, ser convertida en fiambre. En Madrid hay unos cuantos restaurantes donde se puede tomar.
José de la Cruz y Paco Pereira han convertido la lamprea en una de las señas de identidad de su Sal Negra (Mateo Inurria, 33. Tlf.: 913 450 945). La preparan al estilo de Arbo y la acompañan con manzana asada, picatostes y arroz blanco. También por la receta tradicional se decanta Carlos Torres en ese templo del producto de temporada que es La Buena Vida (Conde de Xiquena, 8. Tlf.: 915 313 149). Igual que Segundo Alonso, chef de La Paloma (Jorge Juan, 39. Tlf.: 915 768 692), que no se queda ahí y también la ofrece en fiambre, rellena de jamón, zanahoria y huevo duro.
El maestro Iñaki Camba, en su Arce (Augusto Figueroa,32. Tlf.: 915 220 440) de Chueca, tira la casa por la ventana en época de lamprea: a la bordelesa; ahumada en carpaccio; confitada; escabechada; frita o asada. Como se pueden pedir medias raciones e incluso tercios, representa una oportunidad estupenda para componerse una declinación del pescado. Una declinación, cerrada en este caso, que ofrece Juanjo López Bedmar en La Tasquita de Enfrente (Ballesta, 6. Tlf.: 915 325 449), compuesta por tres pases: a la bordelesa, frita y en escabeche.
Capítulo aparte hay que dedicarle a los restaurantes gallegos, porque muchos se vuelcan con un producto atávicamente identificado con su tierra. Todos ellos hacen patria preparándola al estilo de Arbo. Así la sirven en el veteranísimo Casa d’A Troya (Emiliano Barral, 14. Tlf.: 914 164 455), en Villa de Foz (Gonzalo de Córdoba, 10. Tlf.: 914 468 993) o en Burela (Nardo, 2. Tlf.: 915 711 724).
Por último, un aviso a navegantes neófitos en el tema de la lamprea, que los expertos en materia tienen siempre presente. Estamos hablando de un producto que, por su limitada temporada y por su escasez, no es precisamente barato y las raciones suelen rondar siempre los 40 euros. Pero, pensándolo fríamente, qué son 40 euros por comer como papas y reyes…
Amante de la cocina y de la buena mesa, el periodista radiofónico Miguel Piñeiro destaca la lamprea entre sus platos preferidos y entre sus especialidades. “En mi casa se utiliza una receta de hace 150 años de mi tatarabuela Apolonia para prepararla y es una exquisitez. Es parecida a la bordalesa, pero con ajo y vinagre para sacarle el bravío del pescado”, dice, detallando que “el hígado se reserva y se añade en la última parte de la cocción”.
Flamante pregonero de la última Festa da Lamprea de Pontecesures, una cita ineludible para los amantes de la buena mesa, Piñeiro dirige el periódico gratuito de pesca deportiva O Trueiro y es autor del libro Lampreas e Pesqueiras.
Durante la preparación del plato en la cocina de su propia casa, Piñeiro explicó que lleva más de 35 años preparándolo, tras aprenderlo de su madre “que hace una empanada espectacular y un timbal, algo que ya apenas se prepara en los restaurantes porque pese a ser una delicia, necesita mucho tiempo de cocinado”.
Receta lamprea
–1 taza y media de aceite -1 taza de albariño -media taza de mencía -1 taza escasa de vinagre -5 dientes de ajo -1 manojo de perejil -sal y pimienta
Limpiar la lamprea, marcar los distintos toros, extraer el hígado y reservarlo. Ponjer el pescado en una cazuela con el resto de ingredientes y ponerla a fuego intenso hasta que hierva. Cuando empiece a hervir, bajar el fuego y echar sal y pimienta. Después, dejar que cueza lentamente y servir acompañado por arroz blanco y picatostes.
Se sienten amedrentados | Solicitan la mediación del alcalde y la conselleira
El colectivo de valeiros que opera en aguas de Pontecesures, es decir, los pescadores de las cofradías de Rianxo y Carril que se dedican a la pesca de lamprea, atraviesan momentos difíciles. Y no solo por los enormes problemas que encuentran para vender sus capturas, a causa del cierre de la hostelería y otras restricciones derivadas de la pandemia. A esto se suman la “campaña de presión” que achacan a la guardamuelles y el “preocupante estado de abandono, deterioro y falta de desinfección” del espacio promocional conocido como Casa da Lamprea. Respecto al papel de la trabajadora encargada de velar por el estado de la zona portuaria, se escuchan voces críticas similares a las que se escucharon con anterioridad, y por algo parecido, en Vilaxoán y Carril. Esta vez para decir que “se dirige a nosotros con malos modos y amenaza con denunciarnos si no sacamos las cadenas con las que amarramos nuestras planeadoras en el pantalán; cadenas que utilizamos para evitar robos de lanchas o material como los que ya hemos padecido”, explican los valeiros. Añaden que “la guardamuelles nos persigue y coacciona, dificultando nuestro trabajo y llegando a amenazarnos diciendo que empezará a multarnos –desde hoy mismo– si no hacemos lo que dice”. Añaden que “no nos deja acceder con los coches a la rampa y asegura que en el pantalán molestamos al catamarán que llega con peregrinos desde O Grove, cuando en realidad nunca hemos tenido problemas con el armador y llevamos mucho tiempo colaborando”. Al tiempo que piden la mediación del alcalde y la conselleira de Mar, Rosa Quintana, los valeiros sostienen que “es la misma persona que molesta a los pescadores del muelle de Carril y que causó problemas a la flota en Vilaxoán; una mujer que, además, se pone verbalmente agresiva y a la que no podemos decir absolutamente nada”. En cuanto a la Casa da Lamprea, inaugurada en su momento a bombo y platillo, “presenta una situación higiénica y una imagen lamentables, está llena de porquería y no se desinfecta nunca por el Concello; ni siquiera después de haber sido usada por pescadores que dieron positivo en COVID”, lamentan los valeiros.
Hartos de sufrir robos en sus embarcaciones, los valeiros de Pontecesures optaron por amarrarlas con cadenas al pantalán situado en el río Ulla. En los últimos años ya han desaparecido varios motores del muelle e incluso una embarcación, que después apareció en el fondo del río totalmente desvalijada. Gruesas cadenas con sus correspondientes candados pueden ser un remedio para disuadir a los amigos de lo ajeno, pero Portos de Galicia no lo va a permitir por más tiempo. La guardamuelles ya ha advertido a los valeiros -que empezaron la temporada de la captura de la lamprea el pasado día 4- de que esta práctica está prohibida y desde Portos de Galicia confirmaban ayer a este diario que, no solo está prohibida, sino que se urgirá a los valeiros de forma inmediata para que retiren estas cadenas. En caso contrario se exponen a sanciones por dos conceptos: por uso indebido de las instalaciones portuarias y por daños en las mismas si se comprueba que se ha agujereado el pantalán para colocar las cadenas. Entre tanto, un portavoz de los valeiros -que está conformado por cinco profesionales- se entrevistó con el alcalde cesureño el lunes para pedirle su mediación ante la Xunta en busca de una solución. Vidal Seage intentaba ayer por la mañana contactar con el responsable de la zona sur de Portos para hablar del tema, pero parece que al regidor no le queda mucho margen de maniobra. En todo caso, lo que sí anuncia es que aprovechará la visita que tiene pendiente con la conselleira do Mar para solicitar que en las obras que está previsto acometer en la zona portuaria se acometa algún tipo de actuación que aporte una solución a esta flota. Por su parte, los valeiros expresaban ayer su indignación por esta situación que, dicen, complica todavía más su actividad. «Todas son trabas e así non se pode traballar, van facer que isto desapareza», indicaba uno de ellos en relación a una actividad que, en sus buenos tiempos, daba trabajo a cuarenta personas. Este mes solo son cinco los que iniciaron una campaña que arrancó con el lastre que supone el descenso de ventas debido al cierre de la hostelería como consecuencia de la pandemia. Hay pocas capturas, las ventas se resienten y, a mayores, los valeiros deben hacer frente a problemas relacionados con las infraestructuras. Además de no poder utilizar cadenas para asegurar sus barcos en el pantalán, tampoco encuentran sitio en las inmediaciones del muelle para poder aparcar sus vehículos, lo cual complica las labores de carga y descarga de combustible y de las artes de pesca y de las capturas. «Temos que andar medio quilómetro con roupa de augas», se lamentan los afectados.
Miguel Piñeiro no es un simple aficionado a la pesca. Aprovechando su faceta de periodista ya escribió más de un libro además de ser el alma máter del periódico gratuito Trueiro. No es de extrañar que Jara y sedal lo tuviera en cuenta para protagonizar un programa en Noruega como tampoco es raro que antes de emprender esa aventura hiciera acopio de señuelos fabricados por artesanos gallegos. Porque Piñeiro siempre defiende esta tierra y sus ríos. Comprometido con sus ideas, este catoirés con alma cesureña llegó incluso a pronunciar el pregón de la Festa da Lamprea, que lleva a los fogones siguiendo la receta heredada de su tatarabuela. Demostró su habilidad con la caña en el país nórdico, en donde comprobó que las comparaciones –en este caso con Galicia– son odiosas. Los pescadores gallegos tienen suerte con él porque es un gran altavoz tanto para sus virtudes como para sus problemas.