El pez que abre la puerta a la cura de enfermedades medulares.

Descubren que los humanos y las lampreas compartimos genes que podrían servir para regenerar médulas dañadas

Un equipo de científicos del Northwell Feinstein Institute ha descubierto una extraña y prometedora relación entre algunas especies de peces y los seres humanos. Una relación que quizás abra una nueva puerta hacia la curación de los accidentes medulares en el futuro. Y es que algunos de los genes que están presentes en la espina dorsal de las lampreas, tienen equivalentes en el género humano. De hecho, podrían tener actividad en la reparación del sistema nervioso periférico de los mamíferos.

De confirmarse esta similitud, la intervención sobre esos genes podría servir para devolver la normalidad a la función de la médula en animales y quién sabe si no también en seres humanos.

El estudio de la espina dorsal de las lampreas ha intrigado a los científicos desde hace mucho tiempo. Se sabe que este animal tiene la habilidad de recuperar de manera espontánea su estructura espinal después de haber sufrido un traumatismo en ella. Pero no se tenía idea alguna de cuáles eran los mecanismos moleculares subyacentes a esta habilidad. De hecho poco podría hacer pensar que algunos de esos mecanismos fueran compartidos esta criatura alargada, escurridiza, horriblemente dentada y con aspecto de alien y los hombres y mujeres. Pero cuando los investigadores indagaron en los genes que hacen a la lamprea tan resistente al daño medular saltó la sorpresa.

Para identificar la secuencia concreta que les confiere tal superpoder los autores del estudio comenzaron provocando parálisis traumáticas en el animal. Para ello realizaron diferentes tipos de incisión en su espina dorsal. El siguiente paso fue tomar muestras el cerebro y del fluido espinal.

Las primeras muestras se recogieron unas horas después del traumatismo. Se tomaron más restos durante los meses posteriores. Con ese materia se pudo identificar qué cambios se estaban produciendo en la composición química de los animales estudiados. En concreto, se buscaron proteínas que sirvieran de mensajeros de alguna transformación física. Se descubrió así una interesante variación en un marcador: la proteína Wnt.

Cuando se bloquea esta señal molecular, los animales son incapaces de recuperarse.

Los cambios que esta vía de señalización provoca no se notan solo en la médula sino que se transmiten al cerebro.

Este dato demuestra que, tal como se pensaba, el cerebro cambia su estructura cuando se produce un daño medular de manera que el posible tratamiento para estos casos no debería limitarse a actuar sobre la espina dorsal sino que habría de orientarse también al cerebro.

La vía Wnt es muy interesante porque se han podido identificar algunos de los genes que están implicados en ella y porque se sabe que también participa en la regeneración de tejido en otros animales como los peces cebra o las salamandras. Estas especies tienen también una capacidad asombrosa de autogenerar órganos dañados. Y, lo que es más importante, algunos de esos genes están también presentes en el ser humano.

Sin embargo, en nuestro caso, no sirven para regenerar un tejido dañado o, al menos, se encuentran inactivados.

Si compartimos genes y proteínas pero no compartimos su modo de activarla, es evidente que el siguiente paso será aprender a hacerlo.

Aún estamos muy lejos de soñar con ello. Pero el hallazgo de una diana concreta en la que fijarnos supone un paso adelante. Las nuevas técnicas de edición genética tal vez nos ayuden a imitar en laboratorio el comportamiento curativo de las lampreas.

La Razón

Las capturas de lamprea en el Ulla se estancan en la primera quincena de la temporada.

Ya lo indicaban los valeiros al comienzo de la temporada de la lamprea del año pasado: «Años secos, pescadillas tardías». La historia se repite y el bajo caudal del río Ulla complica la captura de la codiciada especie. «Aunque en el último mes sí que abundaron las precipitaciones, todo el agua quedó retenida en el embalse de Portodemouros, que llegó a estar a unos niveles bajísimos», indica José Barreiro. Aunque la situación dio un giro en el último mes y medio, no hay todavía el suficiente agua como para que este incremento se perciba en el Ulla. «Es como si no lloviera», añade Ramón Barreiro sobre la imagen del trío. Y, a poca agua, pocas capturas. «Está muy floja la cosa», coinciden ambos valeiros.

La temporada de la lamprea comenzó el pasado día 2. Pero, no fue hasta el día 8 cuando se pescaron los primeros ejemplares: fue una pareja de pescadores de Pontecesures quien capturó dos de las cuatro primeras lampreas con las que se dio el pistoletazo de salida a la campaña. ¿Mejoró la cosa a partir de ahí?. Los valeiros señalan que no. «La semana pasada fue mala», señala Ramón Barreiro. Son estos malos resultados los que provocaron que solo saliesen dos o tres, en función del día, de las once embarcaciones que pertenecen a la cofradía de Carril. «Las de Rianxo no salieron. No compensa el combustible si solo se pescan un par de piezas», prosigue Ramón. Dos fueron precisamente las piezas que cogió él ayer, el mejor día desde que se inició la temporada. «En las dos primeras semanas, pescamos, entre todos, siete o ocho piezas», indica.

Fue ayer cuando las cosas mejoraron un poco. Aumentaron el número de embarcaciones y se capturaron «entre quince y veinte lampreas». Se cumplió eso de que a la tercera va la vencida: José Barreiro pescó ayer los primeros ejemplares. Sobre el tamaño, indica que son medianas. «Pesan una media de un kilogramo y doscientos gramos», cuenta. Tras echar los butrones el sábado y recogerlos ayer, volverán a echarlos hoy. «Confío en que aumenten el caudal del río y las corrientes, que dificultan la subida de la lamprea», afirma. Es positivo y señala que «la época fuerte suele comenzar en febrero».

A pesar de que todavía es pronto, el mal número de capturas se mezcla con la sombra de la temporada pasada. «Se pescaron, en total, unas trescientas lampreas, cuando lo normal es que se pesquen 4.000», explica. «Yo pescara cuarenta», recuerda Antonio Pesados. Este año todavía no se ha estrenado, está esperando a que las cosas mejoren. «De momento, lo tengo claro, no compensa ir», dice con resignación.

El bajo caudal del río provoca que no estén saliendo la mayor parte de las embarcaciones.

La Voz de Galicia

La fiesta de Pontecesures se celebra el 18 de marzo.

La lamprea del Ulla volverá a ser homenajeada este año en el Ayuntamiento de Pontecesures. Será el 18 de marzo cuando los amantes de este preciado pez cartilaginoso podrán disfrutar de una jornada en familia en la que además tendrán oportunidad de saborear otros productos y, si lo desean, participar de la celebración religiosa de San Lázaro.

El alcalde conservador de la localidad ribereña, Juan Manuel Vidal Seage, confirmó ayer a FARO DE VIGO que el gobierno tripartito que representa ya trabaja en la preparación de este acontecimiento.

Al igual que indicó el primer edil que hay diversos establecimientos hosteleros trabajando para hacer realidad una nueva edición del «Tapea Lamprea», es decir, las jornadas de exaltación del pescado a base de pinchos.

«Soy optimista y creo que puede ser un año bueno para nuestra lamprea», manifiesta el regidor pontecesureño, sabedor de que en la presente temporada de pesca los peces han llegado entes de lo previsto al Ulla, aunque por el momento sea muy poco a poco.

«Ojalá el nivel del río suba un poco más y de este modo aumente considerablemente el número de ejemplares», asevera Juan Manuel Vidal Seage.

Faro de Vigo

Los restaurantes tienen lista de espera para consumir lamprea, que se vende a 50 euros la pieza.

Hosteleros y pescadores elogian la calidad de los ejemplares que, «a cuentagotas», fueron capturados durante la semana en el Ulla.

A medida que aumenta el caudal del río Ulla parecen incrementarse también las capturas de lamprea en aguas de Pontecesures. Aunque nunca es suficiente, dada la importante demandada de este producto en algunos restaurantes especializados en su elaboración, en los cuales, según confirman sus gerentes y chefs, «hay lista de espera» entre los clientes más fieles.

«Es cierto que en los últimos días aumentaron las capturas, pero tenemos que estar muy pendientes de nuestros proveedores habituales y pagarles bien para que nos abastezcan y nos traigan el producto a medida que lo vayan capturando», explican en uno de los establecimientos.

«De momento la lamprea llega a cuentagotas, y aunque no pudimos atender todos los pedidos que teníamos, nos vamos arreglando», manifiestan en Casa Farrucán, un negocio asentado a orillas del Ulla -en el Concello de Padrón-, justo donde se encuentran los pantalanes que emplea el colectivo de valeiros.

«A precio de oro»

En este caso pagan cada ejemplar «a 50 o 55 euros», y por lo que parece es la tarifa que se maneja en la mayoría de negocios hosteleros del entorno, desde Padrón y Pontecesures hasta Santiago, Valga o Catoira, donde los clientes que se confiesan amantes del primitivo pez y saben apreciar el sabor y textura de su carne no dudan en pagarlo casi «a precio de oro».

Aunque nada que ver, claro está, con lo sucedido con las dos primeras piezas de la temporada; aquellas que fueron a parar al restaurante Santiaguiño por importe de 150 euros, cada una de ellas.

Siete en una semana

Las habían capturado, cabe recordar, los valeiros Ramón Martínez Agrasar y su esposa, Tania Rodríguez, a bordo de la embarcación «Viviana»; en la que ayer capturaron otro ejemplar, elevándose a siete el número de piezas obtenidas en esta lancha desde el pasado lunes.

También estos pescadores, con puerto base en Pontecesures, indican que están vendiendo actualmente sus capturas «a 50 o 60 euros la pieza», ya que «de momento hay mucha demanda y poco producto, que además tiene muy buen tamaño».

A la bordelesa

Otros valeiros, parece que los menos, marcan un precio de entorno a 45 euros y solo abastecen a sus clientes habituales, que como en los demás casos son restaurantes especializados en la preparación de este pez cartilaginoso, que en la inmensa mayoría de las ocasiones es cocinado al estilo bordelesa.

Habrá que esperar un tiempo, hasta que el caudal suba más y la lamprea sea abundante -si las cosas marchan como espera el sector- para poder adquirirla a entre 25 y 35 euros, e incluso para tener la opción de conseguirla a título particular, ya que hasta entonces los restaurantes tienen prioridad absoluta.

En lo que coinciden absolutamente todos los pescadores y hosteleros consultados es en decir que «las lampreas que están entrando este año tienen una calidad enorme y muy buen tamaño».

Faro de Vigo

En Fitur y Xantar para corregir la precaria estructura promocional.

Pontecesures quiere dar un salto de calidad en materia turística. Consciente de la importancia y necesidad de situarse en los diferentes escaparates promocionales, pero también de la precaria estructura municipal en la materia, el alcalde está dispuesto a revertir la situación. Apuesta por la presencia de su localidad en acontecimientos como la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se celebra en Madrid entre los días 17 y 21 del mes en curso; la ourensana Xantar, la única feria internacional de turismo gastronómico acreditada de la Península Ibérica, entre el 31 de este mes y el 4 de febrero; o el Salón Internacional del Club de Gourmets, un punto de encuentro entre fabricantes de productos delicatessen, del 7 al 10 de mayo. La intención de Vidal Seage es acudir a esas citas este mismo año «para empezar a preparar nuestra presencia futura en las mismas con todo tipo de material y ofertas, sobre todo dando a conocer tanto nuestra lamprea como nuestro papel en la Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla o en el Camino de Santiago», explica el regidor. En los próximos meses pretende incidir en la elaboración del material preciso para que el año próximo la estructura promocional de la villa esté a la altura.

Faro de Vigo

Un matrimonio captura las primeras lampreas de la temporada en el Ulla.

Los censureños Ramón Agrasar y Tania pescaron dos piezas de entre 600 y 800 gramos // Las compró, a 150 ? cada una, el gerente de los restaurantes Flavia y Santiaguiño.

Un matrimonio de Pontecesures ha capturado las dos primeras lampreas de este año en el río Ulla. Se trata de Ramón Agrasar y su esposa Tania, que lograron vender estas dos primeras piezas a un alto precio, 150 euros cada una. El comprador ha sido el propietario de los restaurantes de Padrón, Flavia y Santiaguiño, Ángel Rodríguez, que ya se hizo el año pasado con el ansiado campanu. ??A campaña está algo floxa porque o caudal do río aínda ten que crecer máis, pero polo menos xa estrenamos a pesca?, explicaban con satisfacción los afortunados pescadores.

La campaña de la lamprea en el río Ulla se abrió el pasado día 3 de enero y ayer algunos valeiros decidían colocar sus nasas de butrón para tentar a las piezas. Y fue por la mañana cuando saltó la noticia de que las primeras lampreas habían sido capturadas ya van a ser degustadas, con toda probabilidad, como el año pasado, por amigos y familiares del hostelero padronés.

El Correo Gallego