O BNG lembra a non celebración da festa da lomprea e carga contra o goberno local.

Hoxe deberíamos estar celebrando a, XXV Festa da Lamprea. Non só non é así, senón, que por se fose pouco, no día da festa de San Lázaro de gran arraigo no noso concello, a nosa vila ofrece unha imaxe lamentable ós que nos visitan, e non en barco, precisamente. As declaracións do alcalde para xustificar que non haxa acto ningún en torno á celebración da Festa da Lamprea son, cando menos, abraiantes. Entendemos que a escasez de producto non permite unha degustación masiva pero, ante esta situación, non vale quedarse de brazos cruzados. O señor Seage, xunto ó resto do equipo de goberno, coñecedores de esta situación, deberían ter previstas alternativas para a celebración da festa.Pero, o máis grave de esta situación, son as declaración do alcalde botando a culpa ós hosteleiros cesureños pola súa falta de colaboración, interés e proactividade na organización do TAPEALAMPREA, en presenza do concelleiro de Hostalaría, Raimundo Vázquez que, sin inmutarse, mantivo silencio sepulcral , ante estas declaracións, totalmente fóra de lugar.Nin un arranxo floral nos maceteiros , nin limpar a herba que medra ó seu aire ó longo de todo o muelle. Para a limpeza e o adecentamento de Cesures non hai tempo pero a culpa e da hostalería.

A presenza do señor Seage no congreso do PP en Sevilla, danos unha idea de cales son os seus intereses cara o noso concello e lévanos a pensar que os paseos en barco televisados, o suposto turismo ruso e mexicano que vai desembar na nosa vila pero que non da chegado ou as xuntanzas de degustación de lamprea para según que xente, procuran, máis ben, o lucimento persoal e a satisfacción do ego do señor Seage que a procura de beneficios para a nosa vila.

BNG Pontecesures.

Se le recuerda a Gibson en una entrevista la inolvidable edición de la Festa da Lamprea 2004.

El hispanista repasa algunos momentos de su vida, salpicados casi todos ellos por la inacabable pasión por Lorca

Si algún día cumplo 83 años, quisiera hacerlo con la capacidad de apasionarme que muestra Ian Gibson (Dublín, 1939) cuando habla de Lorca. En el frío claustro del Hostal de los Reyes Católicos, me dejo subyugar por el hispanista melancólico, el tímido que lucha por ser valiente.

—Viene a Galicia con alguna frecuencia.
—Sí, hombre. Yo tengo el alma un poco repartida entre Galicia y Andalucía. No lo puedo remediar. Por mi dedicación a Lorca pasé mucho tiempo en Andalucía, pero como gaélico me tira Galicia. Hay algo entre nosotros. Yo soy de Dublín, soy del mar… y muy europeo. Y soy hispanista. Yo soy una locura, lo reconozco. Porque no quise ser un hispanista a distancia, quise vivir aquí.
—Lorca también visitó Galicia.
—Investigar a Lorca también me trajo a Galicia. Tras mi primer libro, en 1971, sobre su asesinato, contacté con unas personas que luego fueron mis amigos: José Luis Franco Grande, José Landeira, Carlos Casares… me pusieron al tanto de algo muy importante para mi trabajo: que en Vigo vivía César Torres Martínez, gobernador en Granada cuando ocurrió la sublevación [de 1936]. Así que vine corriendo desde Francia. El encuentro enriqueció mi libro y puedo decir que la amistad con Franco Grande fue fundamental en mi vida. Él me llevó a comer lamprea por primera vez, ja, ja.

—Bueno, usted pregonó una fiesta de la lamprea en Pontecesures.
—¡Con Fraga!
—Eso es.
—Me llamaron los organizadores la noche antes y me dijeron: «Señor Gibson, ha ocurrido un pequeño problema. Es que don Manuel quiere estar en la mesa». Yo, claro, dije que no tenía problema. Y estuvo bien. Hay que buscar el diálogo y la concordia.
Las crónicas cuentan que se divirtieron.
—Lo pasamos bien, sí, pero lo hubiera pasado mejor sin él, ja, ja.

—¿Habla un poco de gallego?
—Yo soy un latinista, así que leer en gallego no me supone ningún problema.
También escribió un libro sobre Cela.
—Fue un encargo que no quería hacer, pero formaba parte de un contrato con Aguilar. Tuve que pasar un año leyendo sus novelas y hablando con gente que lo conocía. Tenga en cuenta que está hablando con un loco que abandonó su cátedra para escribir un libro sobre Lorca, así que he tenido que escribir otros libros para vivir de ellos, de mis conferencias, artículos. Llevo muchas décadas haciendo eso.

—Pero seguro que se siente querido…—Sí, aunque tengo mis adversarios y con Santiago Abascal sería difícil que tuviera una conversación tranquila, pero es verdad que mucha gente me aprecia. España me ha permitido expresarme, mover los brazos. Yo vengo de una familia protestante, muy puritana. Y me jodieron la vida con su puritanismo. Acabo de escribir un libro sobre esto, pero no sé si lo voy a publicar. España me dio alas. Y Lorca, porque sin él no soy absolutamente nada. Sin Lorca y mi pasión lorquiana me habría pegado un tiro hace años, probablemente.
—¿Qué lleva a un irlandés a consagrar su vida al estudio de España?
—En las universidades británicas hay muchos departamentos estudiando francés, italiano, español… Esta fascinación con otros países es normal, pero en España había un aislamiento. Que un irlandés estudie a Cervantes es perfectamente normal. Igual que un granadino estudie a Joyce, pero las cosas aquí no eran normales. La gran España no la conocemos todavía.






—Usted ha dicho que con 100.000 muertos en las cunetas no se puede avanzar.
—No se puede. A mí me gustaría una derecha normal, conservadora, capaz de dialogar y escuchar. Pero aquí el franquismo sigue presente en cierto modo.
—¿Qué le ha parecido esta implosión del PP?
—Este presidente [Feijoo] parece ser más cauto, más medido. Tiene carisma y presencia. Espero que no diga barbaridades sobre los enterrados. Porque yo no le perdono a Casado lo que dijo sobre que estaba harto del tema del abuelo en la cuneta. Hay que superar este gran problema… aunque luego viene Putin y nos mata a todos.
—Ya. Le habrá sorprendido esta invasión.
—Sí, me ha sorprendido, Pero este hombre se ha ido convirtiendo en un tirano. Parecía imposible que apareciera una bestia como él, pero ya se ve que está dispuesto a matar a todo el mundo, como Hitler o Mussolini. Es todo muy deprimente
—Regresemos a Lorca. Escribió en gallego.
—Bueno. Eso es una exageración. Él era un poeta y amaba a Galicia y quería escribir algo sobre Galicia pero sin sus amigos no podría haberlo hecho. Lorca es un fenómeno cósmico, era un hombre superdotado, con el don de la música, de la poesía, el teatro… Eso no es normal. Y encima era gay y no podía vivir su vida. Eso lo expresó en su obra. Yo creo que lo más impactó a Lorca de Galicia fue su primera visita, en 1916. Estuvo en Santiago y escribió unas páginas al hospicio de San Domingo de Bonaval, donde había niños pobres abandonados. También le impactó la gaita.
—A mí me impacta la pasión que utiliza para referirse a él.
—Ja, ja. ¡Es lo único que tengo, hombre! Sé que transmito esa pasión, pero no lo puedo remediar. Es algo que tengo dentro y sé que me voy a morir con eso. Lorca fue mi salvación. Cuando estás buscando tu camino, si tienes suerte, puede aparecer un pintor, un escritor… algo que te abra unas ventanas sobre tu vida. Yo encontré por casualidad el romance de la luna, luna [Del Romancero gitano] en una librería de ocasión de Dublín cuando tenía 18 años. No había leído nada comparable, fue un hechizo inmediato.
—¿Cree que aparecerán los restos alguna vez o no tiene demasiada importancia?
—Tiene mucha importancia. La familia me tiene destrozado: no quiere saber, no ayuda… Hay mil versiones sobre dónde está. Lorca es el poeta nacional, aunque haya parte de la derecha que no lo lleve bien. Tenía mucha obra en preparación. Es un espanto pensar lo que habría escrito si no lo hubieran matado. Quería cambiar la sociedad a través de su teatro; que hubiera justicia social y que cada uno pudiera vivir su vida. Yo me conformaría con que la familia dijera que ellos no han tocado los restos. Recuperarlos ayudaría a la reconciliación de este país.
—Dejemos descansar al poeta. ¿Es verdad que es usted ornitólogo?
—Sí, desde la infancia. Mi padre era un amante de la naturaleza; me sacaba a ver las marismas y me transmitió su pasión ornitológica. Es algo que le debo. Otras cosas no, pero eso sí. Muy joven me hablaron de Doñana, donde cada invierno pasaban cuatro meses miles de ánsares. Años después estuve allí y los vi comer arena al amanecer. Decenas de miles. Lo hacen para ayudar a su sistema digestivo.
—¿Cómo se definiría en pocas palabras?
—¡Vaya! Nunca me preguntaron eso. [piensa unos segundos] Yo soy un tímido que querría ser fuerte; un débil que daría todo por ser valiente; lucho contra mis miedos día y noche, mi angustia de niño que jamás me ha dejado. Pese a tanto psicoanálisis sigo siendo un hombre lleno de miedos. La muerte me aterra. Pero, pese a todo tengo una sonrisa. Los amigos son un consuelo, pero no puedo presumir de ser una persona feliz ni muy satisfecho con lo que he hecho en la vida.
—Me sorprende lo que dice.
—Ya. Puedes aparentar y tomar una copa, pero debajo puede haber una tristeza. Yo creo que en mí hay una profunda tristeza por lo que me impusieron. No me ha impedido tener momentos felices, pero noto que sigue dentro de mí.
—Con la pandemia lo pasó mal, leí.
—Para mí España han sido aventuras. Y eso acabó con la pandemia. Estar encerrado en mi piso me afectó mucho.
—Dígame un sitio en el que se sienta feliz.
—Yo me siento muy feliz en Lavapiés, porque es un pueblo dentro de Madrid.
—También leí que había tenido 18 mudanzas.
—Pero alrededor de Europa. Empecé en Belfast, luego a Londres, a la universidad y, tras unos años, decidí que no tenía vocación de profesor. Luego fuimos a Francia y, desde allí a España. No sé si han sido 18 casas pero, desde luego, lo que yo he hecho ha sido una locura. El resultado son los libros. No habría podido hacerlo sin mi mujer, porque he sido un mal padre, siempre obsesionado con mis libros. Un poco desastre.
—Una canción.
—Últimamente me enloquece un canción de Alejandro Sanz con Tony Bennet: Esta tarde vi llover. Soy un romántico, no lo puedo remediar.
—¿Lo más importante en la vida?
—Tratar de ser valiente y siendo lo que uno es. Sin miedo. Hay un verso de Paul Valéry que dice: «El viento se levanta. Hay que tratar de vivir». No olvide citar este verso.

La Voz de Galicia

Seis restaurantes presumen de lamprea en Padrón desde el 18.

Una pareja de valeiros muestra las lampreas capturadas a mediados del pasado mes de enero en el Ulla.

El Ayuntamiento de Padrón organiza la octava edición de las Xornadas Gastronómicas da Lamprea, coincidiendo con el remonte del pez Ulla arriba. Y serán seis restaurantes de la localidad los que ofrecerán menús degustación del 18 a 27 de marzo, de viernes a domingo.
Además, el Concello padronés diseñó un programa de actividades culinarias, divulgativas y de ocio para promocionar la lamprea y su pesca artesanal. La media docena de locales de hostelería se involucran en esta acción que quiere poner en valor un producto gastronómico singular.

Así, por 40 euros y previa reserva, se podrán degustar menús lampreeiros creados específicamente para esta cita en Restaurante O Secreto, Restaurante Scala, Pulpería Rial, Restaurante O Santiaguiño, Casa Farrucán y Bar Manolo/A Taberna da Matanza. Los detalles de cada uno de los seis menús y los teléfonos para hacer las reservas pueden consultarse vía página web (xornadasdalamprea.padronturismo.gal).
A juicio de la concejal de Turismo de Padrón, Lorena Couso, “estas son unhas xornadas que, en oito edicións, lograron consolidarse no panorama gastronómico galego”. “Cada ano son máis as persoas que nos visitan nestas datas, dado que a lamprea, ademais do seu sabor e das súas posibilidades culinarias, ten outra característica que a fai única: a súa estacionalidade”, trasladaba Couso.
En paralelo, la administración municipal organiza para los días 18 y 19 de marzo tres talleres en el auditorio municipal con los que se pretende dar a conocer mejor las posibilidades gastronómicas de la lamprea, que está en plena temporada. El taller PequeChef va destinado a público infantil de 5 a 11 años. Se llevará a cabo el sábado 19 de marzo a las 10.30 horas, y consistirá en la elaboración de dos platos, uno dulce y otro salado, siempre con lamprea.


Para la chavalada entre los 12 y los 18 años está pensado el taller LampreChef. Se trata de un divertido concurso para guisar la lamprea por grupo (de cuatro personas cada uno) en el que se deben superar distintos desafíos, que ponen a prueba los conocimientos gastronómicos de los participantes y que tienen de nuevo a este pescado como eje conductor. Se celebra también el sábado 19 en el auditorio, desde mediodía.
La actividad para adultos se llevará a cabo el viernes 18, 20.00 horas. Se trata de una cata maridaje con la lamprea en la que se probarán varios platos elaborados con este producto en combinación con vinos selectos de la zona.
Y dado el éxito de anteriores citas, el Convento franciscano de Herbón volverá a ser escenario de las Tertulias clandestinas de la lamprea de Padrón. Tertulias multidisciplinares que se centrarán en esta ocasión en las calidades únicas de este producto gastronómico, una actividad para todos los públicos que se celebrará el sábado 26, a las 11.00 horas.

Para asistir a cualquier actividad es necesario anotarse antes del 17 de marzo (en la oficina de turismo, tf 646 593 319 o turismo@padron.gal).

El Correo Gallego

Pepe Domingo recibe un baño de cariño y ovaciones por su libro de vida en Padrón

Pepe Domingo recibe un baño de cariño y ovaciones por su libro de vida en Padrón

‘Hasta que se me acaben las palabras’ se agotó en todas las tiendas // La firma se convirtió en un emocionante homenaje en el que no faltaron gaitas ni charanga.

Pepe Domingo Castaño recibió ayer un gran baño de cariño del que posiblemente no se olvide en la vida. Llegó a Padrón emocionado por la lluvia de felicitaciones que está recibiendo estos días tras la publicación de su libro de recuerdos de vida y radio, Hasta que se acaben las palabras. Ayer tuvo la gran oportunidad de presentárselo personalmente a la gente que más quiere: a sus familia, amigos y a los vecinos de su pueblo, que una vez más lo recibieron con los brazos abiertos y con la admiración que se merece quien siempre lleva a Padrón por bandera.

Quiso hacer la firma en Pulpería Rial para que ninguno de los dos libreros que hay en la villa se molestara; y la verdad es que la fiesta fue todo un éxito. Porque hay que decir que el acto fue al final una fiesta. Entre platos de polbo á feira y tazas de ribeiro, en un clima informal y familiar, rubricó ejemplar tras ejemplar, abrazó a no pocos amigos y se emocionó también en algún que otro momento, sobre todo al contemplar de nuevo rostros de la infancia, de las caralladas que tanto disfrutaba en las tabernas del pueblo antes de triunfar en la radio, en la televisión y en la música en Madrid.

Pepé, Pepiño, como ayer le llamaba la mayoría, se mostraba pletórico y con un gesto permanente de agradecimiento en el semblante. Pese a que es un hombre al que no le chistan mucho las sorpresas, no pudo evitar expresar su gran alegría cuando oyó sonar las gaitas de Xoldra; ni cuando la Charanga O Santiaguiño puso en marcha toda su artillería para animar el cotarro. Porque hay que decir que este miércoles se montó una buena en Padrón. El periodismo y la música se fundieron en un gran espectáculo como el que no recordaba la villa rosaliana desde hacía tiempo.

Las librerías agotaron todas las existencias de Hasta que se me acaben las palabras. Y la cola que se formó en la plazueleta de las Traviesas y que se adentraba en la calle Herreros, la misma que fue testigo de la niñez del protagonista de esta jornada, parecía no acabar más. Cientos de personas llegadas de los rincones más recónditos de Galicia acudieron a esta cita tan especial con Pepe Domingo Castaño, un niño que nació en Lestrove (Dodro), se crió en las calles de Padrón y triunfó en Madrid hasta convertirse en uno de los periodistas radiofónicos de mayor prestigio de nuestro país.

En medio de esta jornada bulliciosa y alegre en su pueblo, Pepe Domingo declaraba ayer a EL CORREO GALLEGO que “en Padrón está el cogollo de todo: mi vida no existiría sin Padrón, ni tampoco este libro. Padrón es el origen de todo, lo bueno y lo malo. Aunque yo prefiero quedarme con lo bueno y olvidarme de lo malo”, sentenció, al tiempo que no pudo evitar referirse al baño cariño que recibió durante todo el día: “Aquí sientes que la gente te quiere; me hace mucha ilusión saludar a todos aquellos que quieren saludarme. La verdad es que he llegado con los bolsillos cargados de cariño para vaciarlos en Padrón”.

Antes de la firma de libros y de una comida muy familiar en la que su hermana Guapecha le preparó la empanada de lamprea que tanto le gusta, Castaño visitó la sede de Cáritas Parroquial, donde pudo conocer de primera mano la labor que realiza la entidad en el pueblo. Cabe recordar que los beneficios del libro (multiplicados por dos) se destinarán a esta organización y a Aesleme. “Es lo menos que puedo hacer para agradecer a la vida todo lo que me ha dado”, concluyó. Cáritas le obsequió con una bonita medalla y le agradeció el gesto solidario y de buena voluntad.

Padrón se volcó y algunos negocios, como la Taberna A Filoxera, no dudaron en invitar a un vino a todos aquellos que acudieran con el libro firmado. Para contribuir a la buena causa del hijo de Antonio y Rosa.

El Correo Gallego

Escasez de lamprea en la primera semana de campaña en el Ulla.

Como ya ocurrió el año pasado, la campaña de la pesca de la lamprea en el curso fluvial del Ulla ha empezado muy floja, y el preciado pez apenas se deja capturar por los valeiros de Pontecesures, los únicos que de momento han optado por lanzar sus nasas al río desde el día 4, en el que oficialmente se estrenó la temporada. La primera lamprea fue capturada por Ramón Agrasar el pasado día 6, festividad de Reyes, y degustada por un grupo de vecinos de la localidad pontevedresa, que hicieron una hucha y llegaron a pagar por el ejemplar, de 1,4 kilogramos, 180 euros. “Por fin el primer ejemplar se queda en Pontecesures”, explican que exclamaron.

Tras un inicio en el que las nasas de butrón que se utilizan para esta pesca llegaban vacías a puerto, esta semana la lamprea se está dejando querer más, gracias al buen tiempo, y los valeiros están capturando entre 12 y 14 ejemplares estos días, con un peso medio de 1,5 kilos y un precio que ronda los 40 euros.

“Ahora va algo mejor, pero el río sigue teniendo poca agua. Lo ideal era que vinieran algunas borrascas y movieran el río, porque la pesca de la lamprea necesita más corriente”, explica un experto valeiro de Pontecesures y miembro de la Cofradía de Carril, Pepe Barreiro, que ayer junto a su compañera de embarcación capturó seis ejemplares del demandado pez.

La campaña de la pesca de lamprea en el río Ulla se abrió el pasado 3 de enero y se prolongará hasta mediados de abril.

Están autorizadas para pescar en el río Ulla unas catorce embarcaciones de las cofradías de Carril y Rianxo, con una media de dos pescadores por barco. De momento, y ante la escasez de la especie, los marineros de campaña de la lamprea y las nasas que se colocan en el río tan sólo pertenecen a las siete embarcaciones de Pontecesures.

Más de un centenar de nasas fueron sumergidas por los marineros de Pontecesures entre el puente romano y la desembocadura del Sar en la primera jornada, que no dio sus frutos. Aunque esta semana ya recogen a diario algunos ejemplares que tras pasar los controles rutinarios de peso, vuelven a la mano del pescador, que negocia su venta con los dueños de los restaurantes.

LIMITACIONES. La pesca de la lamprea se hace a bordo de embarcaciones, y para llevar a cabo las capturas, se utiliza un aparejo llamado butrón. Se trata de una nasa de forma cónica que se lanza desde el barco al agua para después ir tirando de los cabos. Este sistema permite que el ejemplar capturado quede intacto, favoreciendo que se mantenga su textura y sabor. Un trabajo artesanal y laborioso para recoger las preciadas lampreas, uno de los peces más antiguos que exieten en el planeta.

Según se establece en la orden de la Xunta de Galicia, las redes solamente podrán estar colocadas desde las 20.00 horas hasta las 8.00 horas, quedando prohibida la captura entre las 8.00 de los sábados hasta las 20.00 horas de los lunes.

La pesca de la lamprea solo se puede realizar en las zonas autorizadas y con una serie de limitaciones. Así, en caso de las pesquerías de Areas y As Vellas, los pescadores deben dejar libre el canal del río, y no pueden trabajar en la llamada vena. También tienen que utilizar redes que no causen daño a otras especies piscícolas, y todas las que se capturen en las pesquerías que no sean lampreas, tendrán que ser devueltas a las aguas del cauce fluvial.

El Correo Galego

Una hucha vecinal para que la primera lamprea ser quedase en Pontecesures.


El ejemplar que abrió la temporada en el Ulla fue degustado en el Mambís

Pontecesures y Padrón son dos localidades separadas por un río y unidas por un puente. Son dos pueblos hermanados por esos lazos invisibles de quienes viven compartiendo paisajes y tradiciones. La lamprea es, por ejemplo, un producto que se ha convertido en símbolo a ambos lados del Ulla. En Pontecesures, los valeiros mantienen viva la tradición de su pesca con nasa butrón. En Padrón tienen sus antiguas pesqueiras, pero aún así hay varios restaurantes de la zona coruñesa que en los últimos años han pujado para hacerse con las primeras lampreas capturadas por sus vecinos cesureños. Este año, un grupo de personas de la localidad organizaron, a través de la página de Facebook «Xente de Pontecesures», una recolecta para ser ellos quienes comprasen y degustasen la primera lamprea del 2022. Hasta el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, participó en la cuestación popular y se sumó, ayer pasada la una y media de la tarde, a la degustación organizada en la cafetería Mambís, otro clásico cesureño.

La lamprea se preparó servida a la bordelesa, tal y como manda la tradición. Nos lo cuenta Ramón Agrasar, que es el valeiro que el miércoles capturó el ejemplar del que ayer también dio buena cuenta. Como profesional que se dedica a la captura de este pescado antiguo y de sabor inconfundible, vio en la iniciativa de sus vecinos una ocasión para poner en valor y recuperar el arraigo del producto estrella de Pontecesures, localidad que tiene su fiesta de la lamprea y un centro de interpretación dedicado a este pescado.

Desde que conoció la iniciativa, Ramón Agrasar se comprometió con ella. «Dende o primeiro momento lles dixen que, se de min dependía e se collía eu a primeira lamprea, podían contar con ela», dice Agrasar. Estaba dispuesto a cederla, «pero non quixeron, porque a idea era comprala; a xente tampouco quería que fora regalada» y para ello realizaron una cuestación. «A min gústame a idea de que a primeira lamprea quede en Pontecesures», dice el hombre que tuvo la fortuna de coger el primer ejemplar del año en el Ulla.

Para ello, el día de Reyes estuvo en el río, a primera hora, levantando sus nasas butrón: son las únicas que estos días están siendo caladas en el cauce. «O primeiro día saíron varios barcos, pero non collemos ningunha, así que os demais decidiron non volver saír ata a semana que ven», recuerda Agrasar.

Él, por su parte, decidió seguir intentándolo y eso le permitió capturar este jueves el primer ejemplar de lamprea y ayer mismo otras tres piezas. «Son o único mariñeiro que estou no río», decía a modo de explicación. «Parecía que ía ser un ano malo», pero el inicio de la pesquería, finalmente, parece ser menos oscuro de lo que se antojaba.

La Voz de Galicia