Detectan el empleo fraudulento de los emblemas oficiales en cuentas privadas de las redes sociales.
El alcalde de Valga, José María
Bello Maneiro, firma un bando en el que advierte a los ciudadanos de
que el uso de los emblemas oficiales del Concello es una práctica ilegal
si no se hace con el aval de los permisos oportunos.
Hace
esta apreciación tras detectarse que tanto la bandera como el escudo de
la localidad aparecen de manera fraudulenta en diversas cuentas
existentes en redes sociales.
El primer edil incide en que el escudo del Concello de Valga
«es un bien de dominio público que constituye un elemento
representativo e identificativo del municipio, siendo su propiedad y
usos exclusivos del mismo».
Es por ello que José María Bello Maneiro insta a los propietarios de las diferentes cuentas que usan tales distintivos de manera ilegal a que se abstengan inmediatamente de hacerlo, con la advertencia de que, en caso contrario, el Concello «procederá a ejercer las medidas legales que sean pertinentes».
La padronesa María José Cruces García, licenciada en Derecho, se encargará de la tramitación de expedientes y otros trabajos administrativos tras conseguir la puntuación más alta en el concurso oposición realizado por el Concello de Valga para ampliar su cuadro de personal y dotarlo de un técnico de Administración General. Tomó posesión en presencia del alcalde, José María Bello Maneiro, y el secretario, Juan Manuel Salguero del Valle.
El 27 de
abril de 1809 se produjo una sangrienta batalla entre una avanzadilla de
las tropas napoleónicas, que bajaba desde Padrón, y un casi improvisado
batallón formado por campesinos y soldados gallegos mal entrenados.
Tuvo lugar en una loma del municipio de Valga, en el lugar conocido como
Casaldeirigo. Fue una lucha desigual, pues los franceses sumaban 1.000
efectivos y tenían armas de fuego y artillería, mientras que los
gallegos eran menos y muchos iban armados únicamente con aparejos del
campo. Aún así, los franceses tuvieron que darse en retirada.
Valga celebra desde hace once años una de las recreaciones históricas
más vistosas de la comarca. Es la llamada Batalla de Casaldeirigo, en
la que se reproduce el sangriento combate librado por los campesinos de
la zona y las tropas francesas en 1809, durante la Guerra de la
Independencia. Durante la tarde de ayer, la fiesta
regresó a esta colina de la parroquia de Sete Cores, aunque el intenso
calor afectó negativamente, puesto que en un primer momento se barajó
retrasar las actividades al menos una hora, aunque después se decidió
respetar el primer horario previsto.
Los
hechos que se conmemoran con esta fiesta de Valga sucedieron el 27 de
abril de 1809, hace ahora 210 años. El ejército napoleónico se había
instalado en España, y en muchos puntos del territorio se habían formado
improvisados ejércitos de campesinos, mal entrenados y mal armados. Fue
uno de estos batallones el que a finales de abril de 1809 hizo frente a
una avanzadilla de franceses que bajaba desde Padrón, y que estaba
compuesta por un millar de soldados.
Los
galos tenían todas las de ganar, pues estaban mejor entrenados y
poseían cañones y abundantes armas de fuego. Los gallegos, pertrechados
con hoces y azadas, sabían que tenían que jugar sus cartas cogiendo por
sorpresa a los franceses, y así lo hicieron en aquella jornada de
primavera de hace 210 años. Fue una pelea sangrienta, y pese a su
teórica ventaja, a los franceses no les quedó más remedio que
replegarse.
Tiempo después, se levantó en aquella loma la llamada Capela da Saúde, en recuerdo de las víctimas.
Fue
ahí, en ese escenario natural, en el que a media tarde de ayer
volvieron a luchar cuerpo a cuerpo los campesinados de Valga y las
parroquias colindantes y los soldados napoleónicos. Una vez más, ganaron
los gallegos, aunque en la batalla auténtica no sea fácil discernir si
hubo o no un ganador claro.
La
Batalla de Casaldeirigo está organizada por el Ayuntamiento de Valga y
la asociación cultural Héroes de Casal de Eirigo, 1809, y a lo largo de
estos once años se ha convertido en uno de los eventos de inspiración
histórica más importantes de la zona. No solo por la calidad de la
recreación en sí, sino también por la programación complementaria, y por
el elevado número de personas que se implican en la fiesta. Muchos son
vecinos, y otros muchos proceden de otras localidades donde se recrea la
Guerra de la Independencia contra los franceses, como son Vigo -con su
espectacular Reconquista-,
Pontecaldelas o Barro, donde también hubo «alarmas», como se conoció a
las guerrillas formadas por los gallegos que se echaron al monte para
hacer frente a las tropas galas.
Los
actos en Casaldeirigo arrancan a media tarde con un desfile que preside
la corporación municipal de Valga, y en la que van juntos «alarmas» y
franceses. Participan en el mismo en torno a 200 personas. Salen desde
el entorno de la carretera, y llegan a lo alto de Casaldeirigo, donde lo
primero que hace el alcalde, José María
Bello Maneiro, es pasar revista a las tropas. Acto seguido, se izan las
banderas de todos los países implicados de una u otra forma en la
Guerra de la Independencia, entre ellos España, Portugal, Francia o
Inglaterra.
Tras estos actos
de cariz más protocolario o simbólico, se llega a la batalla en sí, en
la que franceses y gallegos vuelven a verse las caras sobre la tierra de Casaldeirigo, como hicieron en 1809 y como llevan haciendo año tras año desde 2009.
La programación prosigue con una obra de teatro, que este año se tituló «O que Napoleón non se levou». Cada año, el Concello de Valga
convoca un concurso de teatro inspirado en la batalla, y la obra
ganadora es la que se representa el día de la Batalla. Ese honor le
correspondió en esta edición al texto presentado por Marcela Rodríguez.
El montaje fue dirigido por el director de la Escola Municipal de Teatro, Manuel Solla, y el elenco estuvo formado por alumnos de la citada escuela y vecinos.
La jornada se completó con juegos y animación para los niños, una degustación gratuita de rosquillas, las actuaciones de Lume con Troula y Pele Pau, que está teniendo mucho éxito en Galicia con su música de percusión, un espectáculo luminoso en la capilla al anochecer acompañado de fuegos de artificio, y una cena campestre con música para concluir la fiesta.
Los trabajadores pontecesureños se concentran hoy a las puertas del consistorio, mientras que los valgueses lo hicieron ayer.
Los delegados sindicales de la plantilla de personal del Concello de Pontecesures
convocan para hoy una nueva concentración de protesta a las puertas de
la Casa Consistorial. Al igual que lo hicieron ayer, pero en la suya,
los del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga.
En ambos casos reclaman mejoras laborales y salariales, participando en las protestas una decena de personas, en cada caso.
La
más novedosa es la del GES de Valga, que escenificó el conflicto que
mantiene desde hace meses con el gobierno del conservador José María Bello Maneiro, a quien reclaman «unas condiciones laborales dignas».
Básicamente
persiguen que se reconozca el trabajo que realizan, que no se
interfiera en la organización de sus turnos laborales y, en definitiva,
que la profesionalización de este servicio se traduzca en mejores
ingresos.
Algo parecido buscan los empleados de Pontecesures, donde llevan años reclamando a diferentes gobiernos la elaboración de una Relación de Puestos de Trabajo (RPT). Con el actual se había alcanzado un principio de acuerdo hace meses, pero «el incumplimiento del calendario de negociación» hace que se retomen las protestas, tanto hoy como los días 3, 7, 10, 14 y 15 de junio, en la última fecha coincidiendo con la sesión de investidura de la nueva Corporación.
José María Bello Maneiro consiguió, después de 28 años como alcalde, una nueva mayoría absoluta. El líder del PP volvió a arrasar en Valga y conserva nueve de los trece ediles posibles. Está radiante por ello, pero también por haberse cargado políticamente a la portavoz socialista, María Ferreirós, quien tras sufrir un nuevo varapalo electoral el domingo ya anunció inmediatamente que da un paso atrás.
Ella
es la responsable, en palabras de Bello Maneiro, de que el mandato que
ahora termina fuera «el más duro que nos tocó vivir, y no por las
complejidades en la gestión del Concello, sino por la posición rastrera y
envenenada que tuvimos que soportar».
Lamenta
así «la política de confrontación continúa, de odio y denuncias
constantes en el juzgado intentando no solo hacer daño político a este
equipo de gobierno, sino también desprestigiar personalmente a cuantos
lo integramos».
Todo esto, insiste el conservador, fue fruto de la estrategia de la candidata
del PSOE, que tras perder un concejal y quedarse con solo tres entiende
que «los vecinos de Valga no valoraron nuestro trabajo, esfuerzo y
ganas».
De ahí que anunciara
que se aparta y que no sigue adelante con las demandas judiciales contra
el regidor y su equipo. Aunque esto no es del todo así, pues «los socialistas
no tienen nada que retirar, ya que su recurso contra los presupuestos
de 2017 saben que no va a ninguna parte», espeta el líder del PP.
Y lo dice porque «la justicia ya desestimó otro recurso idéntico presentado por el Colexio de Secretarios e Interventores de Pontevedra (Cosital)».
Además,
la denuncia contra las Comisiones de Coordinación «ya fue archivada por
la Audiencia Provincial en una sentencia que es firme», añade el
alcalde valgués.
Considera que
«lo que deberían hacer los socialistas es explicar por qué uno de los
ediles del PSOE votó a favor de estas comisiones en un pleno y después
las denunció en el juzgado; o por qué en los últimos cuatro años se
encargaron de difundir mentiras y falsedades, llegando incluso a
extremos impresentables como intentar adoctrinar a los niños».
Al
hilo de esto, explica Bello Maneiro que «se dieron casos en los que
hijos de concejales del PP tuvieron que escuchar de sus compañeros de colegio que sus padres eran unos ladrones y robaban en el Concello».
Todo
esto parece explicar el enfado del alcalde, convencido de que «la
candidata socialista tenía que haberse retirado ya antes de las elecciones,
dado el fracaso estrepitoso de su estrategia y después de que los
jueves se encargaran de dejar al descubierto sus mentiras y su política
de odio permanente».
Pero «es
hora de aparcar la política y dejarla a un lado para centrarnos, como
siempre hicimos, en la gestión», declara el primer edil.
Lo hace al tiempo que destaca su nueva victoria electoral, festejada el domingo con el lanzamiento de fuegos
artificiales porque los vecinos «hablaron alto y dejaron claro que no
les gusta esa forma de hacer política basada en la mentira y la
descalificación permanente».
Se
muestra orgulloso por el trabajo realizado por su equipo y «todos
aquellos que colaboraron y nos apoyaron» , al igual que agradece que los
ciudadanos confíen «abrumadoramente» en su proyecto.
Una
labor de gobierno que en los próximos cuatro años se caracterizará por
«más trabajo» y por una «lucha permanente» para que las diferentes
administraciones públicas «respondan como se merecen los vecinos del
Concello, pues aún quedan cosas por hacer, proyectos que sacar adelante e
ideas para seguir mejorando la calidad de vida de los valgueses».
De lo que se trata, y termina, es de seguir trabajando, pues «mientras en otros municipios perderán semanas tratando de negociar acuerdos y pactos, gracias a la mayoría absoluta para nosotros hoy (por ayer) es un día más y estamos al pie del cañón trabajando como cualquier otro día, tratando de resolver los problemas de los vecinos».
Ferreirós anuncia un parón político mientras el alcalde, tras lograr otra vez la absoluta, la acusa de “oposición rastreira”.
Los resultados electorales en Valga, que otorgan una nueva mayoría
absoluta al PP de José María Bello Maneiro, tienen una inesperada
repercusión en el panorama judicial. Y es que, tras una derrota en las
urnas y con un concejal menos que en 2015, los socialistas encabezados
por María Ferreirós han decidido retirar la demanda interpuesta al
gobierno local por los Presupuestos de 2017 y no seguir adelante con el
contencioso por las comisiones de coordinación.
Así lo comunicó la portavoz socialista en su perfil de Facebook, donde
también anuncia que “nos vindeiros meses non farei traballo de
oposición” ya que considera que “debo dar un paso atrás, reflexionar e
recuperar o tempo coa miña familia”. Queda la duda de si estas palabras
significan una dimisión, ya que el contacto telefónico con María
Ferreirós fue imposible para este medio, pese a diversos intentos.
“Os resultados do PSOE non son bos nen os esperados”, asegura Ferreirós
en su perfil de la red social, en el que incide en que “os veciños e
veciñas de Valga non valoraron o traballo, esforzo e ganas que durante
estes catro anos puxemos”.
Distinta opinión tiene el ganador de las elecciones en Valga. José María
Bello Maneiro reconoce que el último mandato “foi o máis duro” pero
“non por complexidades na cesión do Concello, senón pola oposición
rastreira, de política sucia e envenenada que tivemos que soportar”.
Bello Maneiro acoge el nuevo mandato con “orgullo” y considera que los vecinos de Valga “deixaron claro que non lles gusta esa forma de facer política”, en referencia al PSOE, a los que acusa de provocar que “fillos de concelleiros do PP tiveron que escoitar dos seus compañeiros no colexio que os seis pais eran uns ladróns e roubaban no Concello”. Asimismo, el popular también responde a Ferreirós que “os socialistas de Valga non teñen nada que retirar”. Recuerda en este sentido que un recurso idéntico a los Presupuestos de 2017, interpuesto por el Colexio de Secretarios e Interventores de Pontevedra, ya fue desestimado. Sobre las comisiones de coordinación, Bello Maneiro incide también en que fue archivada por la Audiencia Provincial en sentencia firme. Ferreirós había anunciado su intención de seguir por la vía administrativa, pero ahora rectifica.