Intentan atracar a punta de navaja una gasolinera de A Picaraña.

Eran dos jóvenes en motocicleta, pero no han logrado robar nada.

Dos individuos han intentado atracar esta mañana una gasolinera de A Picaraña, a pie de la carretera N-550, en el municipio de Padrón. Ha ocurrido a las ocho y media de la mañana, hora a la que había dos empleados trabajando, uno en el interior de la estación de servicio y otro en el exterior. En ese momento han llegado dos jóvenes en una motocicleta, uno con casco y otro sin el. Uno de ellos se dirigió al interior de la estación, donde «se puxo a dar voltas», según cuenta el empleado al que el atracador le puso una navaja en la barriga antes de pedirle todo el dinero que tuviese. 

El trabajador le dijo que él no tenía el dinero y el atracador «cabreouse», de modo que, al verse acorralado en la oficina de la estación de servicio, el empleado le aseguró que la recaudación la tenía el compañero que estaba fuera, junto a los surtidores. El atracador salió y ese empleado, al verlo con la navaja, se echó a correr hacia la carretera y, aunque fueron tras él, no consiguieron cogerlo por lo que los ladrones se fueron sin llevarse nada. «Foi un pouco surrealista», dice el empleado al que le han amenazado con la navaja que, ahora, más tranquilo, dice que «non tiñan moitas ganas de roubar».

Los empleados han avisado a la Guardia Civil, que se ha llevado las grabaciones de las cámaras y les ha informado de que en las últimas semanas han atracado cuatro gasolineras en la zona. 

La Voz de Galicia

Los camiones siguen pasando por el centro de Padrón a causa de la señalización deficiente.

¿Por qué la restricción de circulación de tráfico pesado es efectiva en el centro de O Milladoiro, en Ames, y no pasa lo mismo en Padrón? La clave puede estar en la deficiente señalización de la vía alternativa por la que deberían ir los camiones para evitar el centro del casco urbano padronés, la denominada variante.

Si en la carretera N-550 a la altura de Calo, en un sentido, y de O Milladoiro en otro, existen señales bien visibles (en color amarillo) del desvío para camiones, no sucede lo mismo en el tramo de Padrón, donde la señalización es más confusa en los paneles elevados instalados a la altura del núcleo de A Ponte. En sentido contrario, en Pazos, la indicación tampoco es rotunda a la hora de desviar los camiones.

Si bien es cierto que la circulación de vehículos pesados por el centro de O Milladoiro está prohibida, tal y como indican las señales, en Padrón es por ahora una simple recomendación de no pasar por el centro de la villa y tomar el desvío de la variante.

Cuatro años después de abrir al tráfico esta última vía, a pie de la rotonda de Pazos, se puede comprobar que los vehículos pesados que entran o salen de la misma son los menos, mientras la mayor parte circula en dirección al centro de Padrón. Según cálculos del Concello, de media cada minuto dos vehículos pesados atraviesan el casco urbano, pese a que existe una vía alternativa y gratuita. La semana pasada esa circulación fue menor, quizás por la influencia de las vacaciones de verano. Aún así, vehículos cargados con madera, camiones cisterna, bañera y tráileres, todos pasan por el centro, algunos que trabajan para empresas asentadas en el municipio que, a estas alturas, deberían conocer de sobra la recomendación de ir por la variante.

También es cierto que sí los hay que circulan por esta vía alternativa, incluidos algunos cargados de madera, tal y como se puede comprobar a pie de la rotonda del Scala. La Demarcación de Carreteras del Estado en Galicia tenía previsto, según recuerda el Concello, pedir un informe a Tráfico para determinar el volumen de vehículos pesados por el centro de la villa y, en su caso, adoptar medidas, como así hizo en el tramo de O Milladoiro, medidas que podrían pasar por una prohibición.

Otra solución aportada a nivel local pasaría por regular con semáforo todos los pasos de peatones que hay en el tramo urbano de la villa, desde Iria a Ponte, de modo que obligaría a los vehículos pesados a detenerse cada poco y, finalmente, a desistir de circular por el centro.

Entretanto, vecinos y negocios que están a pie de la vía N-550 no solo soportan el paso de estos vehículos, de especial intensidad por las mañana de lunes a viernes, sino también el ruido que conlleva la circulación continua de camiones.

La Voz de Galicia

O ruidoso tráfico.

JOSÉ CASTRO CAJARAVILLE

O TRÁFICO de grandes camións pola estrada nacional N-550, ao seu paso polo centro urbano de Padrón, segue atronando o espazo pola zona, a pesar de que existe unha vía de circuvalación. Pero a maioría dos condutores seguen circulando pola N-550, é dicir, por unha vila histórica que cambia o seu habitualmente tranquilo e pacífico ambiente padronés nun tremendo ruido dos camións de gran tonelaxe e cinco eixes que a cada momento por aquí circulan. E iso a pesares daquela extinta, ou a lo menos que por aquí deixou de aplicarse, Lei do Silencio.

E en tanto, seguen a transcorrer os anos e, aparte deste problema, Padrón segue esperando, -aínda que os padroneses xa perden a paciencia- a que Fomento atenda as demandas polas obras de ampliación do tramo da reiterada estrada nacional coa veciña provincia de Pontevedra, en Pontecesures. O executivo padronés que saíu reelixido nos últimos comicios debe ter primacía con estes problemas para unha pronta e definitiva solución.

El Correo Gallego

SERVIZO MUNICIPAL DE AUGAS: AVISO URXENTE – CORTE NO SUBMINISTRO DE AUGA.

Debido a unha avaría na rede de abastecemento de auga, procederáse a un corte no subministro de auga potable na xornada do VENRES 8 DE MARZO DE 2019. As zonas afectadas son as Rúas Avenida de Vigo e José Novo Núñez (dende Electrodomésticos Frois ata o Supermercado Froiz da N-550), o  horario deste corte será dende ás 9.00 ata ás 12.30 da mañán aproximadamente.

Por parte do Servizo Municipal de Obras, intentaráse solucionar esta deficiencia o antes posible.

Jesús Ferrón: «Todos los años había riadas en Padrón».

En los años 60, este vecino, que era concejal, coordinó el operativo en una gran inundación.

Todos los años se esperaban las inundaciones en Padrón; la gente ya estaba pendiente». Así lo recuerda Jesús Ferrón Martínez, un vecino de Padrón de 84 años que, a principios de los 60, tuvo que coordinar las labores de actuación en una de las riadas fuertes que sufrió la villa, al ser concejal en el Ayuntamiento.

Las inundaciones son una cicatriz en la historia de Padrón por su frecuencia y, a menudo, por su intensidad, tanto que algunas fueron históricas, como la que a finales de los años 60 tiró el puente que unía la zona de A Barca con la del Bordel o la de 1987, la más reciente, cuando el agua anegó más de un metro en los comercios de la villa. También por estos días del mes de febrero de 1966 hubo otra riada fuerte.

Y fue así hasta que en el año 1994 se inauguró el canal de derivación del río Sar que, construido por la Xunta, puso fin a las riadas en el casco urbano. De las inundaciones de principios de los años 60, en concreto, en torno al año 1962, habla Jesús Ferrón. A él le tocó tomar el mando de la situación una vez que el alcalde de entonces, Ramón Pazos Giménez, vivía en Santiago y no pudo trasladarse a la villa, precisamente porque quedó aislada por las inundaciones. «Tuve que actuar yo», cuenta.

Así, Ferrón montó el cuartel general en su casa, frente la feria, en la zona de Fondo de Vila, para coordinar todo el operativo en el que participó la Escuela Naval de Marín. «Le pedimos auxilio y vinieron rápidamente», recuerda el vecino. En esa ocasión, la «principal preocupación» eran los vecinos de A Ponte, lugar en el que desbordó el río Ulla. «La gente se subía a los tejados y había que rescatarla», relata Jesús Ferrón. También acudieron a ayudar los bomberos de Santiago. «Llevaba varios días lloviendo y los ríos iban llenos», cuenta. Cuando desbordó el Sar, las calles de la villa y hasta la carretera N-550 quedaron bajo el agua. Los comercios, que ya vivían pendientes de las crecidas del río, «se anegaron y tenían toda la mercancía levantada; sufrieron grandes pérdidas económicas», señala el que fue concejal durante un mandato. Algo similar sucedió también en el año 1987, cuando se registró la inundación más reciente del casco urbano.

En esa riada de principios de los años 60, Jesús Ferrón recuerda que el pueblo pasó más de un día bajo el agua y varios más limpiando todo, porque la crecida también «traía lodo y troncos de árboles que bajaban de Santiago». «El Concello colaboró todo lo que pudo con los vecinos pero no había dinero como hay hoy para las ayudas», señala este vecino de Padrón.

«Las inundaciones eran habituales hasta la construcción del canal de derivación. Ya había un dicho que reza que Caldas, Cuntis y Padrón muchas veces anegadas son», añade Ferrón, quien también precisa que, además del alivio del canal, «ahora ya no llueve como antes».

El canal de derivación fue la solución para evitar las riadas en el tramo urbano del río, pero no en los núcleos situados aguas arriba, como Lamas, en Extramundi, o la zona de Pazos, que siguen desprotegidos en caso de lluvias intensas y de crecidas del Sar. En su día hubo un proyecto para realizar una segunda fase del canal del río y hasta inversión anunciada por parte de la Xunta, pero por ahora se quedó en nada.

La Voz de Galicia