La carretera nacional se convierte a veces en una «ratonera» para los vehículos
Uno de los «vehículos largos» que ayer cruzaron la villa de Pontecesures.
El paso de transportes especiales, que ralentizan la circulación y causan insufribles embotellamientos; la masiva afluencia de turistas, que atraviesan la villa durante la temporada estival; y las interminables colas provocadas los domingos por la mañana a causa de la celebración del mercadillo en el municipio vecino de Padrón son solo algunas de las causas que provocan la compleja situación de la N-550 a su paso por Pontecesures.
Ayer volvió a comprobarse que esta carretera se queda a veces demasiado pequeña y que puede llegar a convertirse en una ratonera para los automovilistas, obligados a circular demasiado despacio, a detenerse una y otra vez y, a veces, a permanecer parados durante largo tiempo. Los problemas viarios en la villa pontecesureña, y el paso de transportes especiales como los que la cruzaron ayer, parecen justificar nuevamente la necesaria construcción de la carretera alternativa, es decir, esa variante de la que tanto se habló en la última década y que la crisis parece ralentizar tanto como se ralentiza la circulación un día del mercado de Pascua. Ese vial alternativo debe acabar con los atascos tanto en Pontecesures como en Valga, según había anunciado en su día el Ministerio de Fomento.
FARO DE VIGO, 18/10/11