Está ubicada en la parroquia de Setecoros -en Valga- y al pasar por la carretera nacional es imposible no fijarse en ella. La casa de Mónica Vejo se ha convertido en los últimos días en un auténtico polo de atracción no solo para los más curiosos, sino sobre todo para aquellos que viven al máximo la fiesta del Halloween o, como marca la tradición celta, del Samaín. El jardín de la casa de Mónica es un auténtico museo del miedo y del terror y la excelente decoración la ha hecho ella sola, echándole muchas horas y, sobre todo, grandes dosis de imaginación. “Dende pequena gustáronme moito as manualidades. Nunca me dediquei a iso de forma profesional, pero si me gusta no meu tempo libre facer cousiñas”, explica. Hace cuatro años empezó decorando la parte exterior de su vivienda, pero este año ha ido mucho más allá. “Supoño que todo isto da pandemia influiu, basicamente porque tiven moito máis tempo libre”, reconoce. Así pues en el jardín pueden verse terroríficas brujas, arañas gigantes, una catrina mejicana perfectamente decorada y calabazas. Todo realizado por las manos de Mónica. “Ás veces inspírome en cousas que vexo, pero despois sempre lle intento dar o meu toque”, indica.
De hecho este año, y con motivo de la pandemia del coronavirus, “tamén apostei por facer algo máis temático”. Eso sí, las vacunas y el personal sanitario tienen ese toque “de terror” tan propio de estas fechas. Ni siquiera el covid deja de ser protagonista por Halloween.
Además de echar mano del ingenio los materiales que usa esta valguesa son todos “dos que teño pola casa”. Advierte que “é todo reciclado pois utilizo plásticos de botella, xestas, roupa vella que podo ter pola casa… e as cabazas tamén son totalmente naturais, cultivadas na horta”. Esto le da un toque diferente a una decoración que nada tiene que ver con aquellas que se nutren de adornos y detalles comprados en cualquier bazar. “Todo é absolutamente manual e todo o fago eu”, ratifica.
El pasado fin de semana había cola para ver la decoración del jardín de esta casa de Setecoros. “A min non me importa que veñan a vela, todo o contrario. De feito puxen a decoración con días de antelación para que poida lucir, dado o gran traballo que me leva”. Y es que Mónica lleva meses trabajando en todo el montaje y, reconoce, ya tiene pensado lo que va a colocar el año que viene. “Si, xa está máis que pensado”.
La vivienda de esta valguesa también es conocida por su decoración navideña, que empezará a colocar a finales de noviembre. “A de Halloween é moito máis creativa. En Nadal utilizo máis as luces”, reconoce. Lo que está claro es que estos días la casa de Mónica es una parada obligada para aquellos que pasen por Valga. Y es que no solo la creatividad está en el archiconocido Belén de Valga, sino que en este rincón de Setecoros hai decorado para aplaudir y admirar.
Diario de Arousa