Pontecesures impulsará una marca de calidad para la lamprea de sus valeiros.

El Concello inauguró ayer la sala de exposiciones centrada en la dama del Ulla.

El Concello de Pontecesures inauguró ayer la Casa da Lamprea. El espacio, anexo a la plaza de abastos, es un pequeño altar en el que se quiere rendir homenaje a un producto peculiar, una delicatesen tan adorada como incomprendida, que ha dado nombre y proyección a esta pequeña localidad del Baixo Ulla. Precisamente para seguir fortaleciendo los vínculos entre Pontecesures y este antiguo manjar, Concello y valeiros consideran que ha llegado la hora de impulsar «unha marca de calidade que permita que o noso produto lle poida facer fronte ao que ven doutros países, ao de importación».

Las palabras son del alcalde, el popular Juan Manuel Vidal Seage, que ayer actuó como anfitrión de un acto en el que estuvo la directora de Turismo, Nava Castro, y el delegado de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís. Pero para darle lustre a la lamprea del Ulla es necesario, también, atender a las demandas de quienes se encargan de pescar a este escurridizo animal. En ese sentido, el próximo lunes, el alcalde Vidal Seage acompañará a una representación de estos pescadores a una reunión en la Consellería de Medio Ambiente. La intención es trasladar a este organismo «a casuística propia dos valeiros de Pontecesures», los condicionantes que tiene su trabajo y el uso de la nasa butrón que utilizan para capturar a la escurridiza lamprea.

La apertura de la exposición permanente sobre este pez tiene, aún, otra lectura a tener en cuenta. La ubicación elegida para esta, en las inmediaciones de la plaza de abastos, no es una casualidad. Obedece a la determinación del regidor de abrir Pontecesures hacia el río Ulla. ¿Y qué mejor manera que ensalzando la calidad del producto que se pesca en el río y que se comercializa en la plaza de abastos?. «Estamos a falar de equipamentos comerciais e culturais, que nos permitirán amosar a propios e estraños o que é realmente importante neste lugar», sentenciaba ayer, tras los actos institucionales, el alcalde cesureño.

La Voz de Galicia

Un trabajo intenso que alegra a muchos.

Estas dos imágenes pueden resumir lo que está dando de sí la campaña de pesca de lamprea en el Ulla. Por un lado se aprecia la intensidad del trabajo que realiza el colectivo de valeiros; esos pescadores que con nasa butrón se dedican a la captura del primitivo pez. Por otra parte se observa la satisfacción de quienes logran hacerse con alguna pieza para ponerla a la venta en su establecimiento. El de la foto es Ángel Rodríguez, el dueño del restaurante Flavia, donde se cocinó la primera del año. El gran público tendrá que esperar, ya que son precisamente los negocios especializados en este manjar los que se quedan por ahora con todo el género.

Faro de Vigo

Los valeiros capturan la primera lamprea de la temporada, vendida por 150 euros.

Es un ejemplar de 1,3 kilos pescado por Ramón Agrasar, en Pontecesures, a bordo de la lancha «Viviana» -Fue adquirido por Ángel Rodríguez para el restaurante Flavia, de Padrón.

El pontecesureño Ramón Agrasar de Villanueva, integrante del colectivo de valeiros de Pontecesures que había trabajado a diario -aunque infructuosamente- desde que hace dos semanas comenzó la temporada, fue ayer el encargado de sacar del río Ulla la primera y por ahora única lamprea del año.

Ángel Rodríguez Rodríguez, gerente de los restaurantes Flavia y Santiaguiño, así como de dos albergues, cumplió su palabra y, como había prometido al propio pescador cuando empezó la campaña, pagó 150 euros por esa pieza del primitivo, cartilaginoso y suculento pez, de aproximadamente 1,3 kilogramos de peso.

FARO DE VIGO había acompañado a Ramón Agrasar y a su esposa Tania, a bordo de la embarcación «Viviana», en la jornada de pesca del viernes. Como se explicó ayer empezaban a estar desesperados, pues la que se conoce como «dama del Ulla» seguía sin aparecer en el río, sin duda debido a su escaso caudal.

Finalmente la suerte les sonrió y ayer a media mañana levantaron la nasa butrón en cuyo interior estaba la primera pieza, y lo hicieron mientras el comprador los observaba desde el puerto, por lo que el trato se cerró de inmediato.

Fue un momento emotivo, pero sobre todo supuso un respiro para Ramón y Tania después de dos semanas de intensa faena y nulos resultados.

Ni que decir tiene que rebosaban alegría, pues capturar la primera lamprea se ha convertido en algo así como pescar el «campanu», el primer salmón de la temporada en los ríos asturianos y cántabros.

«Estuvimos todos los días al pie del cañón y empezábamos a preocuparnos, por eso ahora estamos tan felices», acertaba a explicar Ramón, un pescador de 32 años que el viernes bromeaba diciendo que nació «en el río», ya que se dedica a la pesca desde que tiene uso de razón.

Mientras recibía felicitaciones y posaba para hacerse fotos con la lamprea, su esposa y uno de sus hijos, el cual «lleva el río en la sangre», el comprador del preciado pez explicaba que va a ser elaborado en su estilo mas tradicional, a la bordelesa, en el restaurante Flavia, situado al lado del campo de fútbol del Concello de Padrón.

«Ya la tenía encargada desde el primer día de la temporada porque tengo unos clientes muy fieles y unos grandes aficionados a la lamprea que me pidieron que la consiguiera como fuera; y eso he hecho», explica Ángel Rodríguez.

Inicialmente, dado que las capturas eran inexistentes, el propietario del restaurante y sus clientes habían pactado degustar la lamprea la semana que viene. Pero los acontecimientos se precipitaron ayer con la captura del primer ejemplar, de ahí que el hostelero estudiara la posibilidad de organizar la degustación ayer mismo, como cena, o bien esta tarde, en el almuerzo.

«Estamos encantados y es para nosotros un honor poder servir la primera lamprea del Ulla de la presente temporada», presumía Ángel Rodríguez antes de felicitarse por haber tenido la suerte de presenciar esta captura en directo.

El empresario confirmó a FARO el pago de 150 euros por este primer ejemplar -es la misma cantidad que se abonó el año pasado- y mostró su deseo de que a partir de ahora la lamprea empiece a abundar, lo cual es algo que anhelan especialmente los pescadores de Pontecesures, Rianxo y Vilagarcía que integran el colectivo de los valeiros.

«Lo que me da pena es que en lugar de una sola pieza este chico no pescara tres o cuatro, pues se las habría comprado todas», resaltó Ángel Rodríguez antes de dirigirse a su restaurante.

Faro de Vigo

La ausencia de precipitaciones dificulta la campaña de la lamprea en el río Ulla.

La flota todavía no ha conseguido capturas y las perspectivas no son nada halagüeñas para esta temporada -Ayer solo salió a faenar una embarcación de las 18 autorizadas.

La campaña de la lamprea no augura buenas perspectivas. La flota autorizada para explotar este recurso en el río Ulla se ha encontrado con la total ausencia de piezas desde que se inició la campaña y las previsiones, de cara a los próximos días, no son nada positivas. Así lo reconoce el presidente de los valeiros, Antonio Pesado, que ayer aseguraba que «todavía no hemos capturado un solo ejemplar».

El motivo de esta situación viene dado por la ausencia de precipitaciones de los últimos meses. Esto ha provocado que el nivel del río, a su paso por Pontecesures, haya bajado considerablemente con respecto a años anteriores y las lampreas «no han conseguido orientarse todavía al no llegar al mar el volumen suficiente de agua dulce que favorecería su llegada».

El tipo de arte que utilizan los valeiros para capturar la lamprea tampoco les favorece, ya que la nasa, muy similar a la utilizada para capturar anguilas, se deposita en el fondo y «cuando el río baja con poca agua, las lampreas que entran acostumbran a desplazarse por aguas superficiales, con lo que resulta muy complicado que acaben entrando en las nasas». Más sencillo lo tienen en el río Miño, donde está autorizada una especie de volanta que permite capturar las lampreas pese a existir un importante descenso en el volumen de agua del río. Las perspectivas también han provocado que la flota no acuda a Pontecesures. De hecho, el primer día de campaña participaron siete u ocho embarcaciones de las 18 autorizadas, una cifra que se redujo ayer hasta la cifra de un único barco. «Todos estamos esperando a que lleguen las lluvias para que el cauce del río crezca, o de lo contrario, será complicado que se registren capturas», explica Pesado.

Una situación similar a la que se está dando en este inicio de 2017, con ausencia total de capturas, es algo que no les había ocurrido a los valeiros en los últimos años, apunta Pesado.

Las 18 embarcaciones de los valeiros vieron como se abría la campaña el pasado 2 de enero, una campaña que se extenderá hasta el día 15 de abril, como ha ocurrido en los últimos años. Desde hace dos años, los valeiros cuentan con un punto de venta en el propio muelle de Pontecesures, desde el que comercializan directamente las capturas a un precio que apenas supera los 30 euros, salvo las primeras semanas, donde capturar el que algunos consideran como un auténtico manjar, puede suponer un desembolso de unos 50 euros. La venta se realiza a un precio acordado con el cliente.

La zona de captura que poseen es de poco más de un kilómetro a lo largo del Ulla a su paso por Pontecesures. Los valeiros pueden largar los aparejos tan solo en una banda del río según estimen oportuno, dejando la otra totalmente libre. La opción más utilizada es la del margen de Pontecesures, al contar con mayor presencia de rocas.

Faro de Vigo

Los valeiros aseguran que el Concello solo les compró cien lampreas del Ulla para la fiesta.

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Asistentes a la Festa da Lamprea de Pontecesures, el domingo pasado.

Los demás ejemplares servidos el domingo en Pontecesures habrían sido pescados en el Miño -Los vecinos exigen las cuentas.

Los valeiros de Pontecesures, el colectivo de pescadores que se dedica a la captura de la lamprea del río Ulla con nasa butrón, aseguran que el Concello solo les compró un centenar de ejemplares para organizar la fiesta del pasado domingo, a lo que añaden que se despacharon raciones de producto obtenidas de una importante cantidad de peces que habrían sido pescados en el Miño.

Esta circunstancia, unida al bajo precio que se habría pagado por los ejemplares adquiridos en el puerto de Pontecesures, ha causado cierto malestar en el sector y en algunos círculos de la localidad pontecesureña, donde cada vez son más los ciudadanos que exigen al gobierno bipartito que forman BNG y PSOE que presenten las cuentas detalladas de dicha celebración gastronómica.

Hay ciudadanos disconformes con el resultado del evento, aunque no dudan que sirvió para llevar a la villa a numeroso público, para generar riqueza en el sector hostelero y para promocionar la popular lamprea.

Pero la satisfacción por el resultado final del evento es solo moderada, precisamente porque son muchos los que consideran que «las cosas se hicieron francamente mal, un año más».

Prueba de ello es el testimonio de los propios valeiros, que prefieren no identificarse por temor a represalias y quienes indican que «el Concello de Pontecesures nos compró cien lampreas a un precio de 18 euros la unidad, por lo que algunos pescadores ni siquiera quisieron colaborar, al considerar que se trata de un precio demasiado bajo y que, supuestamente, esta fiesta también está pensada para ayudarnos a salir adelante».

Desde este colectivo aseveran que «el organizador de la fiesta», es decir, la empresa a la que el Concello adjudicó la preparación de las lampreas al estilo bordelesa, «suministró otros 75 ejemplares que podían proceder del Miño, porque desde luego no eran del Ulla».

Ese empresario «volvió a ocuparse de vender las raciones de lamprea, como también las de churrasco, pulpo y todo lo que se comercializó el domingo en la carpa que se instaló en la zona portuaria».

Al igual que los valeiros, hay vecinos que abundan en que «el presupuesto manejado por el Concello para esta fiesta era de al menos 14.000 euros, y sin embargo las lampreas, incluso pagándolas todas a 18 euros, supondrían un desembolso de poco más de 3.000, mientras que la venta de las 550 raciones que dicen haber despachado representa por sí sola unos ingresos de 5.500 euros».

Y en este sentido recuerdan que «la fiesta tampoco suponía grandes desembolsos, ya que además de la venta de raciones apenas se incluían en el programa oficial la lectura del pregón y un par de actuaciones folclóricas».

Los que así se pronuncian, y sostienen que «más que una fiesta de exaltación de nuestra lamprea del Ulla esta cita se ha convertido en un negocio privado», llegan a declarar que «incluso resultó más importante la colaboración de los restaurantes locales que quisieron sumarse a la ruta de tapas, y que sí compraron la lamprea a nuestros pescadores».

En esto coinciden los propios valeiros, alguno de los cuales garantiza que vendió más lampreas a los bares para la ruta de los pinchos que al propio Concello para la fiesta exaltación del domingo pasado.

«Tenemos que agradecer el trabajo de los bares y restaurantes de Pontecesures porque hicieron un trabajo formidable y quisieron ayudarnos comprándonos las lampreas, algunas a muy buen precio», manifiestan los pescadores.

Otros recuerdan que «algo parecido ya se vivió el año pasado, cuando en el ayuntamiento nos decían que no iban a comprarnos ninguna lamprea porque les parecían caras y que preferían traerlas del Miño; aunque finalmente accedieron a comprarnos algunas porque les dijimos que no íbamos a consentir que nos dejaran completamente de lado».

Lo que queda claro es que eso de promocionar a la «dama del Ulla» parece ahora más cuestionado que nunca, de ahí que los ciudadanos de Pontecesures insistan en reclamar explicaciones al ejecutivo que preside la nacionalista Cecilia Tarela.

«Tienen que presentar un balance detallado de los gastos e ingresos de esta fiesta y dejar muy claro de dónde era exactamente la lamprea que se vendió el domingo como si fuera toda del Ulla», sentencian los pontecesureños consultados.

Faro de Vigo

Los valeiros empiezan a precintar sus nasas, pero el mal tiempo les lleva a retrasar la pesca de la lamprea.

Los pescadores de lamprea que operan desde embarcación en el río Ulla, los conocidos como valeiros, iniciaron ayer la comprobación de las nasas butrón que van a utilizar en la campaña. Los guardarríos inspeccionaron esas redes y repartieron los primeros precintos, por lo que se da por oficialmente inaugurada la temporada.

Sin embargo, el mal tiempo reinante, las intensas corrientes y las previsiones de nuevos temporales para próximos días hacen que el grueso del sector prefiera esperar un poco más antes de empezar a largar sus aparejos, y de hecho ayer solo lo hizo una de las naves.

Los demás lo harán en cualquier momento, en cuanto vean que las condiciones del río no suponen un peligro para ellos ni para sus nasas.

Barcos autorizados

Pueden participar una veintena de embarcaciones, la mayoría pertenecientes a la cofradía de Carril aunque tripuladas por pontecesureños.

En concreto hay trece naves autorizadas para nasa butrón con puerto base en Carril, como son la «Gima», «María del Carmen», «Xurxo», «Auxiliar del Pesado», «Tilocha», «Nena Cuarta», «Camba», «Ángeles», «Porto», «Vicenta», «Eu», «Pesado» y «Tami Uno». A ellas se suman una de Cambados, la «Villamar», y seis de Rianxo, la «Curota», «Viviana», «Peruco», «Conde Primero», «Parana» y «Xoana». La mayoría tienen entre 4,5 y 5,5 metros de eslora, aunque las hay de entre 6 y 9 metros.

Hay que recordar que además de ponerse en marcha la campaña de pesca de lamprea para los valeiros también ha comenzado su captura en las pesqueiras. Las primeras en ponerse en marcha fueron las de Areas (Herbón), que pueden estar operativas hasta el 26 de marzo, mientras que en el tramo comprendido desde la pesquera de As Vellas (Herbón) hasta la pesquera de A Trapa (Herbón), ambas incluidas, puede capturarse el preciado pez cartilaginoso desde 1 de febrero al 23 de abril.

En el tramo comprendido desde las pesqueiras de A Caseta y Furado (Carcacía) hasta la de Lampreeiro la campaña deberá realizarse del 8 de febrero al 7 de mayo.

Las redes solo pueden utilizarse en las pesqueras desde las 20 horas hasta las 8 horas del día siguiente, prohibiéndose su empleo desde las ocho de la mañana de los sábados hasta las ocho de la tarde de los lunes.

Faro de Vigo