La lamprea iba a ser estos días la estrella de los menús en ocho establecimientos de hostelería de Padrón.
Una de las actividades suspendidas por el estado de alerta ante la
pandemia del coronavirus es la pesca artesanal de lamprea en las pesqueiras del
río Ulla a su paso por Padrón y Teo, al estar considerada pesca
deportiva. No sucede lo mismo con la técnica de las nasas que practican
los llamados valeiros en el municipio vecino de Pontecesures, calificada esta de pesca profesional.
Precisamente,
la lamprea iba a ser estos días la estrella de los menús en ocho
establecimientos de hostelería de Padrón, dentro de las jornadas
gastronómicas organizadas por el Concello. Pese a estar todo suspendido,
hay locales hosteleros que siguen ofreciendo la oportunidad de degustar
este plato, como pueden ser Chef Rivera, A Casa dos Martínez o Casa
Farrucán, previa encarga, según informan en sus respectivos perfiles de
las redes sociales.
Así, por ejemplo, el primero prepara lamprea ahumada rellena de lacón con grelos; a la bordelesa o timbal de lamprea, esta última una forma de cocinarla muy típica de Padrón. Casa Farrucán mantiene el servicio de comida para recoger, incluida la lamprea. Las encargas hay que recogerlas en el local de hostelería, que garantiza las medidas de prevención. José Antonio Rivera contó ayer que «hai que facer algo do que se poida», en alusión a preparar la lamprea para recoger en el local. El chef Rivera explicó que, si no fuera por la pandemia del coronavirus, estarían trabajando bien dentro de la temporada de la lamprea, sin contar las reservas del hotel, que ya está recibiendo cancelaciones.
Satisfacción de los valeiros que esperan una temporada excepcional // Miguel y José Manuel Barreiro Blanco consiguieron 14 y 15, respectivamente, en la primera jornada // Pesan más de 1,5 kilos y su precio superará los 40 euros.
La campaña de pesca de lamprea en el río Ulla no podía haber
arrancado mejor. Ayer siete embarcaciones y más de 14 tripulantes
asociados a las cofradías de Carril y Rianxo capturaban decenas de
ejemplares del preciado pez en un río que rebosa de agua y mueve fondos
tras las últimas lluvias. Un estreno de campaña que según sus
protagonistas, los valeiros, parece prometer una temporada
«excepcional».
La
temporada de pesca de la lamprea en el Ulla se abría oficialmente este
viernes y los valeiros vivieron un arranque exitoso con las decenas de
ejemplares que se encontraron cuando fueron a recoger a primera hora de
la mañana sus nasas de butrón. Ya por la tarde llegaban al puerto de
Pontecesures los primeros ejemplares del preciado y gelatinoso pez, para
pasar los controles rutinarios de peso y empezar a negociar su venta
con los dueños de los restaurantes.
La satisfacción se podía apreciar hablando con dos de los valeiros,
los hermanos Miguel y José Manuel Barreiro Blanco, que ayer capturaron
en las lanchas con las que faenan 14 y 15 lampreas, respectivamente.
«Las siete embarcaciones hemos cogido lampreas y de buen tamaño»,
explicaba a este diario Miguel, que se congratulaba de lo lleno que va
el río, por lo que esperan que este año la pesca sea abundante. «Todavía
estamos pendientes del control, pero pesarán algo más de 1,5 kilos»,
nos comentaba. Sobre el precio, la abundancia no facilitará que se
paguen cifras astronómicas por las primeros ejemplares como otros años,
en los que se han llegado a abonar hasta 150 euros por una pieza.
«Creemos que estas podemos venderlas a 40 euros más el IVA» sugería el
pescador.
El Ulla lleva agua en abundancia después de tantas semanas de
temporales y precipitaciones, «por eso confiábamos en encontrarnos una
gran cantidad de lamprea desde el primer día», sostienen los valeiros.
«El año pasado había llovido poco, por eso pescamos mal, pero el tiempo
que tenemos desde hace semanas es formidable».
Aunque una veintena de embarcaciones de Carril y Rianxo tienen el
permiso de la Consellería de Medio Ambiente para esta pesca, ayer tan
sólo faenaron unas siete embarcaciones. De momento es una incógnita el
precio que se pagará por el producto durante las primeras jornadas,
sobre todo porque en su cotización influye la mayor o menor cantidad de
ejemplares pescados. En cualquier caso, si resulta que es abundante
puede oscilar entre los 50 y 70 euros, en el caso de las piezas de mayor
tamaño, o entre 25 y 40 euros las medianas.
Hay que indicar que a partir del día 6, también se podrán capturar la
lamprea en las pesqueiras, construcciones tradicionales y situadas en
el curso alto del río.
La generosa dama
Se le conoce como la dama DELl ULLA y este popular pez tan vinculado a Pontecesures se deja querer por los pescadores cuando el caudal del río, como ahora, se mantiene alto, amainan los temporales, sopla el viento y sale el sol. Una situación perfecta, para los valeiros, que ven como este año ese pez primitivo gelatinoso, se encuentra estos días en el Ulla como en casa, y no se esconde ante las nasas butrón. Y mientras, los paladares amantes de este ejemplar, tan amado como odiado, esperan las ofertas que harán los restaurantes que hoy ya pujan por hacerse con las primeras piezas para incluirlas en su carta en este comienzo de año.
Antonio Pesado Romai desciende de una saga de valeiros, marineros que viven a caballo entre el Ulla y la ría de Arousa.
Los valeiros son hombres de mar y de río. Sus embarcaciones se mueven
con soltura por la desembocadura del Ulla y por el fondo de la ría de
Arousa, siguiendo el complejo ritmo que marcan unas vedas dictadas en el
agua salada por Mar, y en agua dulce por Medio Ambiente. El pasado
jueves, muchos de ellos bautizaron la campaña de la lamprea, que se
prevé este año de abundantes capturas y calidad indiscutible. Antonio no
forma parte de ese grupo. «Esta tempada estou indo ao chopo», y ha decidido aguantar en esa pesquería antes de hacer el cambio para el río.
Esa condición doble de hombres de mar y de río no supone, para Antonio, ningún problema de identidad. «Os valeiros somos mariñeiros»,
sentencia con rotundidad. «Mariñeiros», eso sí, atrapados por una doble
esfera burocrática que en ocasiones amaga con ahogarlos. Cuando la
Consellería de Medio Ambiente amplió su zona de afectación en la
desembocadura del río Ulla «acabou coas artes de pesca todas»,
abocando a la captura de los peces de río -lamprea y anguila- con nasa
butrón, y a la de la solla con el rastro. Son muy pocos los barcos que
mantienen la segunda de estas posibilidades abierta. «Haberá tres. É un traballo que vai quedar case extinguido», reflexiona Antonio, que además de veterano en el trabajo, es el presidente de la asociación que aglutina a los valeiros.
La veteranía de la que hablamos le sobra: tiene más de treinta años cotizados como trabajador del mar. «Con 12 anos xa ía traballar con meu pai. Daquela, durante as vacacións ías botar unha man»,
señala. Así que aprendió el oficio en familia, porque también sus tíos y
sus abuelos pertenecían al club de los valeiros de Pontecesures. «Daquela
no río tamén se traballaba con trasmallos… Agora todo iso cambiou,
hai normas por todos os lados, requisitos, esixencias… Cada día
complican máis vivir disto», reflexiona.
Aunque su sector se ve especialmente ahogado por la burocracia, «isto pasa en todos». «Cando
eu empecei a traballar, se querías mercar un barco non era fácil. Non
encontrabas, e os que encontrabas estaban velliños. Agora en todos os
lados hai barcos á venda. Por algo será», dice Pesado. Y eso solo se puede explicar porque cada vez hay menos interés por trabajar en el mar. Aunque no es su caso. «Teño
dous fillos, e os dous traballan comigo. Un probou un tempo en terra,
pero non se deu adaptado. Non é o mesmo traballar nunha fábrica que no
noso oficio. É moi duro, pero ten moitas vantaxes, pásanseche as horas
doutra maneira», dice. En su familia, en realidad, todo el mundo colabora con el negocio del mar y la pesca. «A miña muller tamén ten embarcado comigo, e cando toca vai vender á praza», explica. «A todos nos sobra que facer», indica risueño.
Y es que el buen humor debe ser lo último que se
pierda, junto con la esperanza. Antonio no se descabalga de la sonrisa
ni cuando habla de los atrancos que por momentos les pone la
Administración. «Hai xente á que lle parece mal que
defendas o teu traballo», explica. Porque «o das vedas está moi ben…
Pero, e as verteduras? Cando van arranxar o problema das verteduras e da
contaminación do río?», se pregunta. «Agora que está tan de moda a loita contra o plástico debían facer unha limpeza nas marxes do Ulla, porque están cheas del»,
recalca. Aunque lo peor son los efluvios contaminantes que emanan de
las redes de alcantarillado de las localidades ribereñas, o de las
empresas ubicadas en las márgenes del río. ¿Será el 2020 el año en el
que se resuelva ese problema? Habrá que verlo. Aunque a Antonio Pesados
la experiencia le dice que las cosas de palacio van despacio.
«Antes non era tan fácil atopar un barco para mercar; agora véndense en todos os portos»
«O noso traballo é duro, pero ten moitas vantaxes. Pasan as horas doutra maneira»
Las claves para pescar un pez prehistórico que levanta pasiones
En
el Ulla acaba de comenzar la temporada de capturas de la lamprea. Una
especie con una larga historia, cuya llegada a las cocinas es esperada
con ansiedad por quienes la consideran un manjar. Sobre este pez
circulan todo tipo de leyendas y rumores. Antonio, que conoce bien al
animal, confía en que este sea un buen año de capturas: el río baja con
mucho caudal y ese es uno de los síntomas de que la pesca no se debería
dar mal. «Ten habido anos de moitísima lamprea, de velas pasar coma mosquitos», dice el marinero. Aunque eso no siempre garantiza que vaya a haber muchas capturas, porque «ás veces pasan por riba das nasas».
A pesar de que el Ulla dista mucho de estar en su mejor estado de forma, el río «recuperou moitísimo» en los últimos años. A ver si se nota en el balance del final de campaña.
Están
convencidos de ello porque «las condiciones del río son inmejorables». Y
es tal su optimismo que algunos llegan a asegurar que «va a ser un año espectacular para la lamprea, y si tampoco esta vez es así habrá que concluir que se ha extinguido del Ulla y tendremos que dedicarnos a otra cosa».
Quienes así se pronuncian saben que este pez parásito precisa de abundante agua dulce para, desde el mar y la ría, encontrar la ruta que le permita remontar los cauces fluviales hasta las zonas de desove.
Imagen del puerto fluvial del río Ulla, entre las localidades de Padrón y Pontecesures, lleno de embarcaciones de mercancías y pesca .
El puerto fluvial del río Ulla, emplazado entre Padrón y Pontecesures, fue hasta mediados del siglo pasado un importante pulmón comercial para la comarca de Santiago. Allí llegaban buques cargados de víveres y materiales para la industria de la zona, que también recurría a esta infraestructura para hacer envíos de sus productos. Reza la tradición que el Apóstol Santiago llegó a tierras de Iria Flavia en una barca de piedra, si bien los historiadores matizan que debía tratarse de una barca pedrera, grandes embarcaciones que transportaban piedra desde lejanas tierras mediterráneas hacia el norte de Europa. En una de esas habría surcado las aguas del Ulla y del Sar el Zebedeo, junto con sus dos discípulos, Atanasio y Teodoro.
Lleno de ilusión y capacidad emprendedora, lleva toda una vida dedicándose al trabajo // Su trayectoria está ligada a la formación y a la vocación de crear empleo y riqueza para el país.
Andrés Quintá Cortiñas na- ció en una casa de labrado- res,
carpinteros de carros y otros trabajos en madera en Arretén, parroquia
de Iria Flavia (Padrón). Se formó en la disciplina del judo y la dureza
del trabajo. Con solo 14 años, entró de aprendiz de herrero en una
forja.
Reconoce que ha aprovechado «todas las oportunidades, como el
servicio militar, donde me destinaron en un taller/academia del Ejército
en Madrid y me diplomé con honores» en 1962, año en que se enroló en la
Marina, «embarcando en San Sebastián como engrasador en un barco de
pesca, un trabajo duro y peligroso que me hizo tomar conciencia de la
necesidad de establecerme por mi cuenta». Sería a mediados del año 63
cuando cree un taller de forja y, «con la importante ayuda de mis
colaboradores, fui levantando» el grupo.
Durante más de 50 años acumulando experiencias profesionales y
personales, afirma que «la juventud es la semilla del futuro». Apunta
que «la vida es una difícil travesía que hay que emprender con enseñanza
continua e imparable, pues el aprendizaje es clave para formar personas
y empresas. Por ello, durante mis años en el oficio de industrial,
siempre he transmitido mis humildes conocimientos a cientos de
trabajadores. A ellos he aportado mi experiencia y mis enseñanzas, dando
una gran riqueza de industriales y técnicos de un gran valor y lealtad
al trabajo». De hecho, está convencido de que quien «es un auténtico
empresario, mantiene su espíritu emprendedor hasta el final», según
concreta.
Extrugasa, a día de hoy, se ha convertido en un referente mundial en
el sector del aluminio. «Fuimos iniciadores en Galicia de una actividad
con gran demanda de futuro y una estabilidad y crecimiento de puestos de
trabajo y riqueza que hemos ido agrandando a través de la invención en
patentes y modelos industriales exclusivos, que se extendieron a otros
países y que han hecho que tengan presencia en los cinco continentes a
través de nuestra red de comercialización en ámbito mundial».
La compañía, asentada en 400.000 m2 y con 112.000 m2 construidos, se
ha convertido en una corporación líder en España y reconocida como una
de las número uno en Europa en extrusión, acabado y mecanizado de
perfilería de aluminio, en sectores tan diversos como arquitectura,
industria, automoción, ferrocarril, aeronáutica y naval.
Sus actividades, con una plantilla de más de 700 trabajadores, están basadas en proyectos de ingeniería e investigación tecnológica que han generado patentes de innovación registradas en los cinco continentes y que se comercializan a través de once almacenes propios.
Hoy sigue innovando y diversificando la actividad, diseñando y
descubriendo nuevos mercados y recursos. De ahí, su apuesta en el sector
de la acuicultura con plataformas sumergibles y de superficie para
cultivos marinos a través de Extrumar.
La carrera profesional de Quintá, dice, está ligada a la «formación y a la vocación de crear empleo y riqueza para nuestro país». Se nota.
implicado en temas sociales. Quintá no solo se preocupa por el bienestar de sus colaboradores, sino que su implicación se extiende a asuntos de trascendencia social, como el apoyo que brin- da a la Guardia Civil y a los Ejércitos Naval, Terrestre y Aire, y la labores de fomento de la cultura, educación, empleo, gastronomía, religión, deporte y respeto y cuidado del medioambiente.
Afirma este emprendedor que es imprescindible contar con «la necesidad de superarse día a día, el esfuerzo y la capacidad de anticiparse al futuro. Estas virtudes están en uno mismo, nacen con uno y no se aprenden en universidades ni en centros formativos. Hay quien dice que el éxito es hijo de la audacia, la perseverancia y el trabajo, y no voy a contradecirlo», apunta.
Pero además, ha sabido conjugar muy bien «la austeridad, la paciencia, el buen gobierno y calcular sus posibilidades», que «son los mejores consejeros que un empresario puede tener a la hora de poner en marcha un proyecto ambicioso».
premios. Quintá ha recibido importantes reconocimientos en el mundo de la industria, la economía, el deporte y la sociedad, en general. «Me enorgullezco de haber sido honrado con la Medalla Castelao, el Premio de Investigación de Galicia, el Premio Provincia de Pontevedra, el Premio al Mejor Empresario del Año por la Asociación de Jóvenes Empresarios de Pontevedra, el Premio a la Contratación Femenina de AEVU, he sido homenajeado por las trabajadoras de mi empresa y he sido nombrado Arosano del Año en dos ocasiones», entre otros reconocimientos.
Lleno de ilusión y capacidad emprendedora, lleva toda una vida dedicándose al trabajo. Y por haber llegado a la cima y, lo más difícil, mantenerse sobre ella, Andrés Quintá entra a formar parte del selecto club Gallegos del Año.