Algunos valeiros del Ulla abandonaron, un mes antes del cierre, la que se esperaba como una de las grandes campañas de los últimos años // Las capturas ya están prohibidas desde principios de mes para las pesqueiras artesanales.
Tras los dos primeros meses en que se presagiaba que iba a ser una de
las mejores campañas de los últimos años por la abundancia de capturas,
la pesca de la lamprea en el Ulla también se ha visto arrastrada por la
crisis sanitaria. Aunque algunos valeiros siguen soltando sus nasas en
el río, la escasa venta, tras el cierre de plazas y restaurantes, hace
que algunas embarcaciones, como las de Rianxo, hayan dado ya por
terminada una temporada que, además, quedó prohibida a principios de
este mes para las pesqueiras artesanales.
Hasta
una media de once embarcaciones de las cofradías de Carril y Rianxo han
estado faenando desde que se abrió la campaña, a principios de enero.
La temporada de pesca de la lamprea en el Ulla se abría oficialmente el
día 2 y finalizará a mediados de abril. Los valeiros vivieron un
arranque exitoso con las decenas de piezas capturadas en sus nasas de
butrón en las primeras jornadas. Los primeros ejemplares del preciado y
gelatinoso pez llegaban desde el principio al puerto de Pontecesures
para pasar los controles rutinarios de peso y empezar a negociar su
venta con los dueños de los restaurantes.
La satisfacción se podía apreciar hablando con dos de los pescadores,
los hermanos Miguel y José Manuel Barreiro Blanco, que el primer día
capturaron en las lanchas con las que faenan 14 y 15 lampreas,
respectivamente. «Las siete embarcaciones hemos cogido piezas y de buen
tamaño», explicaba a este diario Miguel, que se congratulaba de lo lleno
que iba el río, lo que predecía que este año la pesca iba a ser
cuantiosa. La abundancia, en esta ocasión, no ha facilitado que se
paguen cifras astronómicas por los primeros ejemplares como otros años,
en los que se han llegado a abonar hasta 150 euros por una pieza. Y las
primeras se han pagado a 50 y 40 euros.
Pero ya desde finales de febrero, cuando todavía quedaban cerca de
dos meses para el cierre de la campaña, los buenos presagios se han ido
disipando, y ahora hay preocupación. «Quedamos seis ou sete barcos. O
mercado está como está e vendemos o peixe a contagotas, e moitas veces a
particulares», explica Antonio Pesado, uno de los valeiros de
Pontecesures. Quienes ya no pueden capturar más lamprea son los de la
pesca artesanal en las pesqueiras del río Ulla a su paso por Padrón y
Teo, algo de lo que no hablan abiertamente pero que sí satisface a los
valeiros, que ven una competencia muy desleal en esa captura.
Precisamente la lamprea iba a ser protagonista este mes de unas
jornadas y menús-degustación en los que, con el apoyo del Concello de la
villa rosaliana, participaban ocho restaurantes de Padrón. Pero todas
las actividades han quedado suspendidas tras decretarse el estado de
alarma.
{ CORTINA DE HUMO }
Manjar en cuarentena
es por esta Época la gran protagonista de jornadas gastronómicas y
menús; de esas reuniones de amigos que al menos se ven una vez al año
con la excusa de degustar ese manjar que sus paladares no perdonan. Pero
este año se ha cruzado en su camino otro bicho, quizá estéticamente
igual de feo, pero que no se degusta, causa daño y es letal. Un bicho
raro y todavía no muy definido, que nos ha puesto a todos en cuarentena,
también a la lamprea; que ha anulado cualquier otro protagonismo a
nivel mundial, y que está poniendo a prueba la capacidad del ser humano
para hacer frente de modo colectivo a una pandemia mundial.
EL PROTAGONISTA
Antonio Pensado
Valeiro
«A cousa foi a peor e todo está parado»
Antonio Pensado es uno de los valeiros de Pontecesures que lleva toda la vida dedicándose a la misma pesca que ya practicaban su padre y sus abuelos. Él lo sigue intentando, pero le preocupa la situación. «Empezamos moi ben, pero a cousa foise complicando e agora está todo parado. Ademais, levamos dúas semanas sen capturas. A lamprea é así, ben toda xunta e, de repente, pasas días sen nada», se lamenta el valeiro, que reitera que «en principio foi moi boa para todos, pero non sei como terminaremos a campaña, porque si capturas pero non vendes, telo que tirar. Non é como outros peixes, que os levas á lonxa», señala.
El Correo Gallego