Camila Aldana Morison Rey ha hecho historia. Se ha puesto a sí misma y a Pontecesures en el medallero olímpico con el bronce conseguido ayer en la prueba del K-1 sprint (piragüismo) de los Juegos Olímpicos de la Juventud (para juveniles) que se están celebrando en la ciudad china de Nanjing.
Camila Morison se presentó en esta gran cita olímpica como la única representante del piragüismo español, al que ha defendido de forma estelar logrando un resultado espectacular, de esos que quedan grabados en la historia y que significan un punto de inflexión en la carrera de un deportista.
Fue un bronce muy trabajado. No lo tuvo nada fácil la palista del Náutico Pontecesures. El día anterior había logrado la clasificación para las semifinales y ahí le tocó medirse con la húngara Homonnai, que es la campeona de Europa del K-1 sprint, una modalidad nueva para Camila a la que tuvo que adaptarse a marchas forzadas trabajando al máximo con su entrenador y director técnico del Náutico Pontecesures, Ángel Barreiro.
Camila Morison no pudo con la húngara y después se tenía que jugar el bronce con Kaltenberger, palista de Kazajistán que venía de ser subcampeona del mundo en la modalidad de K-2. Y a priori la asiática era favorita porque en semifinales perdió con la representante rusa pero haciendo mejor tiempo que la palista arousana.
Estrategia perfecta
Pero Camila y su entrenador tenían muy bien preparada la regata. De hecho, no tuvieron reparo en reservar fuerzas en la semifinal una vez que se vieron sin opciones ante la húngara. La lucha por la medalla era solo media hora después de la semifinal y había que dosificar en caso de poder hacerlo. Y, además, hicieron el tiempo justo para poder competir por la calle 2, en la que favorecía el viento en la diagonal, que es el tramo más largo en línea del recorrido.
Diario de Arousa
Gran regata
La asiática comenzó mejor la prueba, pero era normal porque a Camila le entraba el viento en contra. Pero todo cambió en la diagonal. Se cumplieron los cálculos y la cesureño impuso un ritmo muy alto sobrepasando a su rival. Eso hizo que la kazaja tuviese que arriesgar más de la cuenta en el último tramo, con viento lateral y mucha ola. Un riesgo que la hizo volcar y dejó en bandeja la victoria y la medalla bronce a la deportista del Náutico Pontecesures. Una medalla que se ganó a pulso por trabajo, talento y estrategia.