La joven palista aspira a entrar junto a Laia Pelachs en la final de K-2 500.
Ya en la República Checa para competir en el Campeonato del Mundo de Piragüismo, la joven Camila Morison, del Náutico de Pontecesures, sueña con firmar una buena competición junto a su compañera Laia Pelachs en el K-2 500. La joven promesa llega a la ciudad de Racice, después de haberse clasificado en segunda posición en el Campeonato de Europa Sub-23, tras una temporada dura pero muy fructífera para la joven palista, rodeada ahora de muchos de los que son sus referentes en el mundo de la piragua, pero que serán también sus rivales en el agua.
Llegar hasta la República Checa para disputar el Campeonato del Mundo, es el colofón a una brillante temporada para la palista Camila Morrison, que con tan solo 23 años se encuentra con las grandes figuras del piragüismo, entre ellos, muchos deportistas olímpicos con aspiraciones de llegar a la final de su modalidad junto a su pareja de competición, la catalana Laia Pelachs. Ambas palistas competirán este jueves primero en las pruebas eliminatorias, y si las superan, en la misma jornada disputarán las semifinales de K-2 500.
– Ahora que ha aterrizado ya en Racice, y a dos días de competir, ¿Cómo se siente?
– La verdad es que me siento muy contenta de haber llegado hasta aquí. Para mi realmente es un sueño, no sólo por lo que significa competir en un campeonato de estas características, sino porque estoy rodeada de deportistas que son mis referentes en el mundo del piragüismo, como por ejemplo las holandesas o las húngaras, y también de muchos olímpicos que han conseguido grandes retos.
– Llegar hasta aquí puede considerarse ya un éxito importante, pero ¿qué balance hace de esta pasada temporada?
– Fue una temporada muy buena a nivel deportivo, puesto que quedamos segundas en el Europeo Sub-23 en el K-2 y sextas con el K-4. Tampoco tuvimos mal resultado en Serbia, donde terminamos octavas en la Copa del Mundo.
Sin embargo fue un poco duro a nivel personal, ya que era el primer año que estaba fuera de casa, y además me costó mucho compaginarlo con mis estudios de Fisioterapia, de hecho tuve problemas con el traslado, porque estuve entrenando en Sevilla toda la temporada. Pero de todas maneras valió la pena.
– ¿Fue difícil entonces compaginar ambas cosas?
– Si, siempre lo es. De hecho el año pasado, el esfuerzo fue enorme, porque el piragüismo te absorbe todo el tiempo, pero para mi estudiar, sirve además como válvula de escape, para desconectar un poco de las competiciones y demás. De momento estoy en segundo curso, así que espero seguir compaginando ambas cosas de momento, y terminar la carrera.
– ¿Fue una sorpresa haber llegado hasta aquí, o era previsible?
– Lo cierto es que no supuso ninguna sorpresa porque llevábamos todo el año entre los once primeros. Así que o muy mal lo hacíamos o era previsible llegar al Europeo, que fue el que nos dio el pase al Mundial.
– ¿Y cual es la meta que se marca en este Mundial?
– A pesar de que hay rivales muy fuertes, nuestro objetivo es entrar en la Final A. Nuestras grandes rivales pensamos que serán las neozelandesas, pero no les tenemos miedo, eso nunca. Aunque también influirá el factor suerte, así que nunca se sabe. Tanto Laia como yo sabemos que estamos en una buena forma física, llevamos una temporada muy fuerte, así que lo de meternos en la final no lo vemos imposible.
– Ese el espíritu, llevará mucho tiempo soñando con este momento, ¿desde cuando practica piragüismo?
– Si, la verdad es que es una de nuestras aspiraciones, y creo que el sueño de cualquiera que empieza en este deporte y en otros. Llevo desde los trece años en el Náutico de Pontecesures, y desde el año pasado trabajando también con la selección, lo que me ha obligado a pasar mucho tiempo fuera de casa. Es un deporte que requiere de mucho sacrificio y de muchas horas de entrenamiento, pero cuando tienes pasión por lo haces siempre vale la pena, da igual las horas que sean, porque siempre dan sus frutos.
– Hablando de sacrificio, ¿cuantas horas de entrenamiento ha invertido desde que fuera clasificada para el Mundial?
– Un montón, entrenamos todos los días de la semana menos el domingo, muchas veces hacemos sesiones triples, que ya son seis horas de preparación, y otras veces hacemos entrenamientos de tres horas. Es bastante complicado sobre todo cuando se trata de trabajar en equipo o en pareja, pues supone que hay que coordinarse y acoplarse a tu compañera, conseguir una sincronización, por lo tanto requiere de un esfuerzo mayor que cuando entrenas individualmente. Nosotras ya hemos competido juntas y además hemos pasado tres semanas de concentración en Asturias para preparar esta competición.
– Con la vista puesta en la siguiente temporada, ¿cual es el próximo objetivo?
– Primero unas vacaciones, desde luego, creo que me las merezco, y después el siguiente reto que se nos presenta es ya en el mes de marzo, el Campeonato de España de Fondo, pero de cara al año que viene aún quedan muchos meses de entrenamiento, primero habrá que ver que pasa esta semana. Y luego afrontar el año que viene.
Faro de Vigo