La medida suscita opiniones encontradas sobre sus beneficios e inconvenientes.
El acuerdo y consenso que hubo en los siete grupos políticos del Concello para decidir la peatonalización de todas las calles y plazas de la zona histórica de Padrón contrasta con la diferencia de opiniones que hay a pie de calle entre comerciantes, hosteleros y vecinos de las vías afectadas: rúa Real, Santo Domingo, Dolores, Murgadán, Corredoira da Barca y las plazas Rodríguez Cobián, y la conocida como la das Galiñas.
La división de opiniones se palpa ya entre el comercio y la hostelería consultada de la calle con más número de negocios, la Real. Los que están a favor de la peatonalización consideran que «todo son vantaxes» y hablan de que beneficiará la actividad comercial de los establecimientos, tal y como sostienen también los grupos políticos del Concello.
Lo ven así porque creen que hay alternativas de estacionamiento para compensar las 80 plazas que se pierden en las vías peatonalizadas. Aunque, especifican, esos espacios «non están a beira da porta, como pretenden moitos condutores». Además, hay quien apunta que en la Rúa Real hay peligro por la velocidad a la que a veces pasan los coches, ya que «non se pode poñer un pé fóra do portal».
Por ello, consideran que, sin tráfico, todo serán comodidades, «sen ter que preocuparse dos coches nin ter que apartar deles». Otro comerciante añade que, a nivel de clientes, no perjudicará nada porque estos «xa non poden pasar nin aparcar nestas rúas».
Para algunos, esta segunda fase de peatonalización del casco histórico ya se debió hacer junto con la primera, en la etapa del gobierno de Jesús Villamor. Sin circulación y sin vehículos, alguno de los negocios que están a favor propone que el Concello instale bancos, farolas y árboles para humanizar más esta zona céntrica de la villa.
Mención especial merece la plaza Rodríguez Cobián, junto a la iglesia, donde siempre hay muchos vehículos estacionados. El titular de un negocio señala que, con coches, «sempre é un follón, sobre todo cando hai misas e enterros», sin contar que los peregrinos deben sortear los vehículos para, por ejemplo, fotografiar el templo, cuenta este afectado.
Por su parte, los vecinos y negocios consultados que están en contra de la peatonalización creen que «no beneficia en nada al comercio» y que perjudica, en cambio, a los clientes, ya que los residentes que aparcan hasta ahora en la calle pasarán a ocupar plazas en otros espacios, como el Campo del Souto, lamentan. Y esas plazas quedarán «de menos» para los que vienen a Padrón a comprar, añaden.
Además, vecinos sin plaza de garaje en el edificio se preguntan dónde irán a aparcar a partir del 1 de enero, sobre todo los domingos, jornada en la que las leiras-párking cedidas al Ayuntamiento son de pago. Una familia propone que el Concello habilite un espacio para los residentes afectados por la peatonalización.
Otro de los inconvenientes es el horario de carga y descarga, según cuenta un repartidor. Señala que no es el más adecuado, ya que buena parte del comercio de Padrón abre a las 10 de la mañana y solo queda una hora para realizar la entrega de los paquetes.
Carga y descarga.
Este sector demanda, al igual que varios comercios, un horario de carga y descarga por las tardes. De hecho, según explica un repartidor, por la mañana reciben los paquetes de Madrid, mientras que Barcelona y el sur de España los envían por la tarde, con lo que tienen que quedar sin repartir hasta el día siguiente.
En otras calles afectadas, hay quien señala que Padrón no tiene tantos habitantes como para peatonalizar todo el casco histórico. Añade algún consultado que «cerrar o pobo» no es la mejor opción para una villa que «vive da xente dos arredores», a la que le hay que dar servicios, como plazas de aparcamiento.
La división era previsible y, como señala más de una persona entrevistada, «todo será cuestión de adaptarse». En cualquier caso, todos los afectados podrán presentar alegaciones a la modificación de la ordenanza que conlleva la peatonalización, para lo que tendrán un mes desde su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP).
La Voz de Galicia