El gordo de Reyes rompe el maleficio de O Golfiño.

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Antonio, el gerente de la administración de lotería de Pontecesures, no confiaba mucho en que el sorteo de Reyes fuese a romper el maleficio que pesaba sobre el negocio que su padre abrió hace tres décadas. ?Temos repartido premios importantes, pero ningún en Nadal nin en Reis?, dice. Así que esta mañana, cuando lo llamaron para decirle que en su establecimiento se había vendido un décimo del primer premio, lo pillaron en Cambados, subido a la bicicleta, entrenando bajo la lluvia. «Despois de trinta anos sen nada, xa me dirás», explicaba ya de vuelta en su local de la plaza de Pontevedra. Su hermana Sabina, que trabaja con él, recibió la noticia cuando estaba en casa, poniendo la mesa para la comida familiar. En cuanto la llamaron por teléfono corrió a abrir el negocio. ?Todos os anos, o día 21 de decembro, cando pechamos, limpo ben os cristais ‘por se damos un premio e ven a prensa’. E hoxe, xa ves, damos o premio e eu con esta pinta?, decía con una sonrisa que no era capaz de desterrar de su rostro. El décimo ganador fue vendido por máquina. Los loteros creen haberlo despachado el día 5, ?a un señor que pedíu o que saíse?. Del señor no dan más pistas, claro. «Foi nun momento de apuro…», dicen con la discreción del lotero. Solo recuerdan que el número llamó su atención ?porque é moi bonito?. Y tanto. Empieza por 22, la cifra favorita de su padre. Villaverde, que así se llamaba, fue el fundador de la administración de lotería y falleció hace un año. «El naceu un día 22, casou un día 22, un dos fillos naceulle en 22, e algunha neta tamén». «Para el era un número importante e sempre xogaba a esa terminación», cuenta Antonio, el hijo que se quedó al frente del negocio. Y resulta que cuando el gordo toca, lo hace en el 22.654. «A sorte non estaba no final, estaba no principio», recuerdan sus hijos.

Estos contaban tan poco con romper el maleficio que ayer, cuando se conoció el premio, en el local solo tenían una caja de dulces navideños «e unha botella de champán que nos regalou un cliente que levou un premio hai tempo». Pero, a medida que al local iban llegando familiares, curiosos y amigos, las botellas y las copas también hicieron acto de presencia. Y en O Golfiño brindaron, como debe ser, por el premio entregado. «Agora só queda esperar que fora para algún dos nosos clientes de toda a vida, dos que veñen sempre».

La Voz de Galicia

Comercios de Padrón premian las compras con dulces y chocolates en tres locales.

El comercio de Padrón está que se sale. Tras la celebración del Black Friday, la bienvenida a la Navidad y la reciente fiesta para destacar la llegada de Papá Noel, este fin de semana se prepara para la llegada de los Reyes Magos, para lo que los comercios participantes permanecerán abiertos hoy y mañana durante todo el día.

Tras el horario matutino habitual, los comerciantes retomarán su actividad esta tarde, mientras que para mañana han programado una jornada ininterrumpida de trabajo. Además, el cartero real aprovechará la tarde dominical para recoger las cartas en la plaza de Macías mientras que en la de Baltar habrá un cuento animado con Leño Barreño. Durante este fin de semana, los comercios participantes en la actividad, e identificados con una estrella azul, premiarán las compras mínimas con un vale canjeable para consumir chocolate y dulces.

El vale indicará al bar al que hay que ir a tomarlo, ya que son tres los establecimientos hosteleros del municipio de Padrón los que colaboran con este programa que invita a consumir en los establecimientos locales. El sector cuenta con la colaboración del Ayuntamiento y la firma Pitufolandia.

La Voz de Galicia

La cesureña Camila Morison, elegida mejor promesa femenina júnior del piragüismo español.

La kayakista del Náutico Pontecesures recogerá el premio el próximo 30 de enero en la gala anual de la RFEP, que también reconocerá a la canguesa afincada en O Grove Teresa Portela.

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Mejor promesa júnior femenina 2015. Este será el galardón que el próximo 30 de enero recogerá la cesureña Camila Aldana Morison Rey (Buenos Aires, 22/6/1997) en el reparto de los Premios y Menciones Nacionales que la Real Federación Española de Piragüismo entregará en su gala anual. Una cita en la que Camila estará acompañada de otros cinco piragüistas gallegos en la foto final de premiados, Entre ellos, la canguesa afincada en O Grove Teresa Portela.

En el encabezamiento de la hoja de méritos del 2015 de la kayakista del Náutico Pontecesures figuran cuatro finales A en sus otras tantas pruebas internacionales este año, con la plata en el K-2 1.000 del Europeo Júnior junto a su compañera de club Raquel Dacosta como mayor éxito. Un quinto puesto en el K-1 500 en la misma cita, y en el Mundial la cuarta plaza en el K-1 500 y la quinta en el K-4 500 completan la actuación de Camila Morison con la selección española durante la última temporada, en la que logró también cinco títulos y dos platas entre el Campeonato de España de Invierno y las Copas de España de 200, de 500 y de 1.000 metros.

La Voz de Galicia

Los adornos de luz le cuestan a los concellos más de 60.000 euros.

Las luces de colores vuelven una Navidad más a inundar las calles y plazas de Arousa. Pontecesures fue el último concello en darle al interruptor, el pasado lunes, con el encendido de siete de sus ocho arcos y de un gran árbol en la plaza de Pontevedra. Mientras, en Catoira siguen esperando a las guirnaldas empiecen a alumbrar en la PO-548 y la rúa Estación, porque la empresa contratada para este fin no acaba de rematar el trabajo, y en A Illa lo harán el viernes. Pero, en general, las luces de Navidad están ya a pleno funcionamiento.

Los más madrugadores fueron los concellos de Vilagarcía y Cambados, que lucen arcos, árboles y demás elementos decorativos desde el 4 de diciembre, aunque no sin alguna incidencia. El árbol de la Praza de Galicia se fundió nada más estrenarse y sobre el árbol de la Praza do Concello de Cambados colisionó la semana pasada un coche que lo dejó mal parado de forma provisional. Los árboles siguen siendo un elemento indiscutible en estas fechas. Vilagarcía y Cambados tienen tres respectivamente, y los hay también en Vilanova, en Ribadumia, O Grove, A Illa, Valga y Pontecesures. En cantidad, lo que más abundan son las populares guirnaldas o arcos sobre la carretera aunque últimamente también se están imponiendo los adornos sobre las farolas y las fachadas de edificios públicos.

El gasto que supone encender la Navidad en la calle corre a cargo de las arcas locales. Frente a los 18.000 euros que invierte el Concello de Vilagarcía se sitúan los 2.000 euros de Catoira o los 1.000 de Pontecesures, que pasan por ser los municipios más pequeños de la zona. Todavía hay quien gasta menos. En Valga, desde hace tres años solo colocan adornos en dos puntos, el consistorio y el Belén de Campaña, en aras de la austeridad que impuso la crisis. El montante global por este concepto en O Salnés y Baixo Ulla supera los 60.000 euros, sin contar el gasto por consumo eléctrico.

Los núcleos urbanos son los que salen mejor parados frente a las parroquias que, en el mejor de los casos, consiguen alguna guirnalda al lado de la iglesia o en la carretera principal.

Los comerciantes, caso de los de O Grove y Meaño, también contribuyen a sufragar el alumbrado, no en vano son los más interesados en que las calles luzcan lo mejor posible para incentivar las ventas.

Vilanova se sale del guion. Más allá del árbol luminoso situado delante de la cofradía y de los setenta arcos de luz distribuidos por el centro urbano y las parroquias, el Concello contrató este año una «aldea de luz» que alumbra desde hace una semana en el Xardín Umbrío, con su casita de madera y sus ciervos, pensando, sobre todo, en los más pequeños de la casa. fotos mónica ferreirós y Mónica irago

Una moda en alza. Vilagarcía fue el primero y el año pasado se sumaron a este carro Cambados y Vilanova. Los grandes árboles de bombillas en forma de cono son cada vez más habituales.

De todos los colores y formas. Cambados no escatima luz en la Praza do Concello pero los adornos jalonan todo el centro, desde San Tomé a Fefiñáns pasando por la plazas Cabanillas y Asorey.

Motivos muy navideños. Campanas, ángeles, velas, estrellas, muérdago… son los elementos más recurrentes en las guirnaldas y demás elementos decorativos en estas fechas.

18.000

Vilagarcía

Ravella gasta 4.000 euros más que el año pasado

7.000

Ribadumia

El Concello habla de un gasto similar al 2014 y más adornos

1.000

Pontecesures

Contrató la instalación de ocho arcos y un gran árbol

Padrón quiere rendirle un homenaje al cartero Fernando Fernández.

Quieren dedicarle al vecino recientemente fallecido una calle, plaza, un busto o cualquier reconocimiento físico.

«Una calle para Fernando O Carteiro». Así se llama una iniciativa popular que está en marcha en Padrón para homenajear a Fernando Fernández González, la persona que durante casi 40 años llevó las cartas a muchos padroneses y que falleció días atrás a los 62 años. La iniciativa parte de amigos y conocidos del calificado como «mejor cartero», con la idea de poder dedicarle una calle, plaza, un busto o cualquier otro reconocimiento físico.

Para ello, se pondrá en marcha una recogida de firmas en bares, comercios y otros establecimientos de la villa, para que todo el mundo que lo desee apoye la solicitud de reconocer la valía personal y profesional de Fernando Fernández, una iniciativa que cuenta con el apoyo y el agradecimiento de sus hijos según explican los promotores de la misma. La idea es reunir el mayor número de firmas, involucrando al pueblo, y trasladarlas al Ayuntamiento para decidir qué tipo de reconocimiento popular se hace, a una persona «impecable, amigo de todos e gran defensor de Padrón».

La Voz de Galicia

La padronesa Carmen Tarrío, la peixeira más veterana de la plaza de Vilagarcía, repasa la crisis del mercado.

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Lleva más de medio siglo vendiendo pescado fresco a los vilagarcianos. Así que Carmen Tarrío sabe de lo que habla cuando habla de la plaza de abastos, de sus idas y venidas, de sus subidas y -sobre todo- de sus bajadas. Porque la plaza, dice, languidece sin remedio. Olvidémonos por un momento de los martes y los sábados, esos días mágicos en los que el mercado ambulante llena los pasillos de carros y clientes. Si entramos en la plaza un miércoles, uno cualquiera, desde detrás de los puestos todos los ojos se girarán hacia nosotros, tal es la escasez de movimiento.

«Estes son días mortos», confiesa Carmen. Habla con ese gesto de resignación de quien mira al futuro con la sensación «de que non pinta moi bonito». Y eso que en su larga historia como peixeira ha visto de todo. Ha pasado muchos trabajos y ha tenido mucho frío en los sucesivos emplazamientos en los que le ha tocado acomodarse. Ahora, la plaza luce mejor que nunca, con mesados de aluminio e higiénicas instalaciones. Sin embargo, de poco sirven todas esas mejoras los miércoles. Esos días «cada vez valen menos», confiesa Carmen.

Es tan cativo el negocio, que el número de puestos ocupados por el pescado se puede contar con los dedos de una mano. «Sendo as que somos xa nos costa traballo vender algo, se chega a vir máis xente non facíamos nada», sentencia nuestra veterana peixeira. Asegura haberse acostumbrado ya a pasar los miércoles al sol de la plaza, pero algo en su gesto algo dice que no, que esta mujer pertenece a la raza de las luchadoras, de las que no se rinden. Se le nota en la disposición con la que llama a los escasos clientes que cruzan ante su puesto, defendiendo con uñas y dientes su trabajo. Es precisamente la falta de trabajo, la culpable de la desértica estampa. «Aquí xa non queda industria. Sen industria non hai traballo, e sen traballo non hai cartiños para gastar».

Dejamos a Carmen atendiendo a dos jóvenes que visitan la plaza casi por casualidad. Son de Padrón, y tienen la suerte de que una pescantina pare su furgoneta delante de la puerta de su casa. Pero hoy, de visita en la capital Arousana, han decidido detenerse en el viejo mercado para comprar un poco de pescado fresco. «Prefiro collelo na praza que no supermercado. Aquí xa se ve que a calidade é diferente, que todo é produto de garantía. E, de paso, axudamos a esta xente que está a aguantar dos negocios», explica una de las jóvenes clientas. Carmen, que limpia con diligencia el pescado que le han pedido, asiente. Como asentirían todas sus compañeras si estuviesen escuchando.

El milagro de la resistencia

En la plaza, los miércoles, mandan mujeres de edad madura. Veteranas que, como Pilar, rivalizan con Carmen en ser «la más antigua» de la plaza. Ella frisa también el medio siglo de trayectoria. Y ella ve, también, como desde hace unos años, la plaza se ha vaciado. «Solo se salvan los martes y los sábados». ¿Y cómo se sobrevive?, preguntamos. Pilar pone cara de quien es capaz de hacer milagros. «Pois entre semana traemos menos produto. Menos cantidade e menos variedade». Esa queda para el fin de semana, cuando la plaza se convierte en un festival en el que mandan los colores de los mariscos y los pescados la ría.

Un adelanto lo ofrece el bancal de Pescados Celia, que luce coqueto. Tras semejante bodegón marino, la peixeira, otra veterana, reconoce que se esmera a la hora de colocar sus pescados. «Pero de nada vale. Por moi bonito que poñas o escaparate… Nada de nada». «Eu vendo todo peixe da ría, de Ribeira, de Vilaxoán, de Cambados. ? bo peixe, e o bo peixe vai caro. Así que coa crise véndese menos, porque todos intentamos apañarnos como podemos», dice Celia.

Ella acude puntual a su cita con la plaza porque «xa levo moitos anos aquí, e estou a aguantar», esperando paciente hasta que llegue la hora de la jubilación. Sin embargo, las pescantinas más jóvenes se quedan en casa «porque, realmente, vir non compensa».
los problemas Las soluciones

Cara y cruz

La crisis. Sin industria, razona Carmen, no hay trabajo. Sin trabajo, no hay dinero. Y sin dinero, no se vende pescado. «A xente tira máis polos conxelados, e iso que non son moito máis baratos», apunta Pilar. Carmen culpa a esa «comodidade» que aleja a los jóvenes de la plaza.

Una cuestión difícil. No saben muy bien qué se puede hacer. Pero esperan que alguien dé con la fórmula. A fin de cuentas, ¿por qué no va a tener futuro la plaza de Vilagarcía si hay otras, como la de Vilanova, que parecen revivir poco a poco.

La Voz de Galicia