Comercios y bares padroneses festejan mañana la llegada de la Navidad.

La Navidad se hace visible mañana por la noche en Padrón, con el encendido del alumbrado en calles y plazas, a cuenta del Concello. Habrá, además, un pasacalles de la Banda Municipal de Música y del grupo Trobadores de Ares.

Este año, por primera vez, unos 50 comercios y bares celebran una fiesta para dar la bienvenida a la Navidad, de modo que las tiendas participantes permanecerán abiertas hasta las 10 de la noche. Durante todo el día, por las compras superiores a 5 euros se sellará el tique con el que, a partir de las seis de la tarde, poder consumir gratis chocolate y churros. En algunas tiendas habrá descuentos y promociones y, en la plaza de Baltar, la Banda de Música tocará villancicos. Para más información, la página de Facebook de Comercio de Padrón.

La Voz de Galicia

El árbol próximo al monumento de las Ferias del Automóvil vuelve a estar precioso.

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Con la llegada del otoño, el ??Pyrus?, como en la primavera pasada con sus flores blancas, vuelve a estar precioso ahora con sus hojas rojas antes de la caída e las mismas. Se recuerda que la remodelación de la plaza del Coche de Piedra fue una actuación del gobierno municipal 2007/2011 muy criticada por el BNG (en aquellas fechas en la oposición) tildando de atentado ecológico la tala de las envejecidas y enfermas cupresáceas que había en la zona. Se justificó la tala con un informe técnico y se plantaron unos nuevos y vistosos árboles.
Contrasta la actuación del gobierno anterior con el actual en cuanto al arbolado.

También están muy bonitos los otros tres árboles, los «liquidambar», de la plaza.

Concentración en la plaza de Macías contra la violencia de género.

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Un año más, la plaza padronesa de Macías acogió una concentración en contra de la violencia de género, promovida por los concellos de Padrón, Rois y Dodro. Fue el domingo y durante el acto, al que asistieron políticos y vecinos de los tres municipios del Sar, se leyó una declaración institucional en contra de la violencia machista. En la concentración hubo música y globos en recuerdo de las víctimas de esta lacra social.

La Voz de Galicia

La «oficina» de la droga estaba en Lestrobe.

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De los nueve acusados, solo uno declaró porque aceptaron un acuerdo con el fiscal.

En Padrón, los narcos iban a «la oficina». Al menos el grupo juzgado esta semana por formar parte de una organización dedicada a la venta al por menor de heroína, cocaína y cannabis. De los nueve acusados, ocho no llegaron ni a declarar en la vista oral. Aceptaron un acuerdo con el fiscal a cambio de rebajar las penas que les pedían. Entre ellos, el jefe, Fernando Baleirón Abuín, y su lugarteniente, Secundino Osorio Tarrío, que tendrán que ingresar en prisión dado que han aceptado condenas de seis y cinco años, respectivamente.

«La oficina» era la casa que el cabecilla del grupo de narcotraficantes había alquilado en Lestrobe (Dodro) para utilizarla como centro de operaciones. El inmueble, situado en la carretera de Rianxo, era frecuentado por toxicómanos que acudían a comprar sus dosis y que muy frecuentemente fumaban o se inyectaban allí mismo.

En las numerosas conversaciones telefónicas interceptadas por la Guardia Civil durante los largos meses de investigación son constantes las referencias a la casa como si de un lugar normal, y legal, de trabajo se tratase. El jefe, Baleirón, llamaba a sus colaboradores y les preguntaba «¿estás en la oficina?» o les advertía de que tal o cual cliente «iban a pasar por la oficina» y les pedía que les atendiesen debidamente con palabras en clave como «del color» para la heroína.

Aquella «oficina» de la droga de la comarca de Padrón fue por tanto vigilada día y noche por los agentes y se documentó cada movimiento de los narcotraficantes. La Guardia Civil supo así que, en un momento dado, el grupo sufrió un robo. Alguien aprovechó que el inmueble se quedaba vacío por las noches para entrar y llevarse la mercancía que tenían allí almacenada. Ese fue el momento en el que Fernando Baleirón decidió cambiar el modus operandi de la organización y dejar en «la oficina» un retén que la vigilase 24 horas al día.

Todos menos uno de los colaboradores del grupo han aceptado su participación en los hechos y condenas de entre tres y tres años y medio de prisión. No las cumplirán, de momento, porque el acuerdo con el fiscal incluye una suspensión por tres años de la condena siempre y cuando se sometan a un tratamiento de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses que demuestren que ya no consumen estupefacientes. No en vano, todos eran toxicómanos, un factor que ha sido tenido en cuenta como atenuante a la hora de juzgarlos porque se considera que cometieron los delitos para, en parte, sufragarse las dosis que necesitaban.

En la estructura que la banda montó en Padrón, además de «la oficina», también utilizaban para sus ventas, aunque en menor medida, el piso en el que vivía Fernando Baleirón con su novia -también condenada- en la capital del Sar. Su lugarteniente, Secundino Osorio, hermano de su pareja, también vivía allí con ellos. El tercer lado del triángulo era un bar situado en la plaza de Camilo José Cela, el A Lareira, en el que estaba al frente otra de las acusadas que ha aceptado los hechos a cambio de una reducción de la condena.

Venta a pequeña escala
El grupo contaba además con un numeroso parque de automóviles que utilizaban para ir y venir de «la oficina» con la droga. Se abastecían con dos intermediarios de Vilagarcía que también han aceptado los hechos y han sido condenados.

El de Baleirón era un grupo de venta de droga a pequeña escala pero muy bien organizado. De hecho, él llevaba una libreta con la contabilidad día a día tanto de las compras de droga a sus proveedores como de las ventas que hacía. Papelina a papelina, gramo a gramo, todo quedaba allí registrado. Tanto control le hizo llevar bien el negocio, pero también aportó a la Guardia Civil muchas e irrefutables pruebas.

La casa de Lestrobe ya no es «la oficina» de la droga. Tras el desmantelamiento de la banda el inmueble ya no es el epicentro del menudeo de estupefacientes en la zona de Padrón. No hace mucho hasta allí acudían a diario toxicómanos de la comarca e incluso de Santiago.

Gramo a gramo, el jefe de la banda registraba en su libreta todas las ventas que hacía.

La Voz de Galicia

Un grupo narco de Padrón acepta penas de entre 3 y 6 años de cárcel.

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Ocho de los nueve acusados pactaron con el fiscal para rebajar su condena.

Un grupo dedicado al tráfico de drogas en Padrón, Dodro y Rianxo ha aceptado condenas que van de los tres a los seis años de cárcel a cambio de que el fiscal aceptase rebajar las penas que solicitaba antes del juicio, celebrado ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial.

En total eran nueve los acusados y el acuerdo con el ministerio público afecta a ocho de ellos. El noveno, Servando Vidal Herbón, que está actualmente en prisión provisional, no se ha podido beneficiar del pacto con el fiscal y será juzgado hoy.

Las penas más severas han recaído en los dos acusados que estaban considerados como los cabecillas de la organización. Se trata de Fernando Balerón Abuín y Secundino Osorio Tarrío. El primero ha aceptado seis años de cárcel y el segundo cinco años y un día. Además, cada uno de ellos tendrá que abonar una multa de 4.000 euros.

Entre los otros seis acusados que han reconocido los hechos de los que les hacían responsables están tres colaboradores de los cabecillas, María Mercedes Osorio Tarrío, Manuel García García y María Mercedes Tarrío Castroagudín. Las dos mujeres han sido condenadas a tres años de cárcel, mientras que el hombre a tres años y medio. Los otros tres eran proveedores de droga al grupo. Ángel Manuel Irajo Redondo y Alberto Mato López, que han aceptado tres años, suministraban a los cabecillas de cocaína, mientras que Manuel Eladio Rodríguez García, cuya condena es por tres años y medio, también les vendía coca, así como hachís.

Además de las penas de cárcel, los tres colaboradores y los tres proveedores tendrán que abonar multas de mil euros cada uno de ellos, que podrán cambiar por treinta días de trabajos para la comunidad.

Los hechos

El texto que los ocho acusados han aceptado como probado explica que desde mediados de julio del 2013 y hasta que en noviembre de ese año fueron detenidos, todos se dedicaron «con ánimo de lucro y a sabiendas del grave daño que causaban a la salud de los consumidores» al tráfico de estupefacientes.

Así, Fernando Balerón y Secundino Osorio, «de forma concertada -recoge la sentencia- se dedicaron a gestionar la venta directa de sustancias estupefacientes como cocaína, heroína y cannabis», así como metadona y otras sustancias relajantes.

Para llevar a cabo la venta utilizaban principalmente una casa que Fernando Balerón había alquilado en la carretera de Rianxo, en Lestrove (Dodro), «a la que diariamente acudían personas previo contacto telefónico» con los dos cabecillas del grupo para comprar drogas que o consumían en su interior o en los alrededores.

En menor medida, Balerón y Osorio también utilizaban el piso en el que vivían en la avenida de Rianxo de Padrón para vender estupefacientes, así como el bar A Lareira, situado en la plaza Camilo José Cela de la capital del Sar. Una de las colaboradoras de los cabecillas, Mercedes Osorio, también participaba ocasionalmente en las operaciones y compartía piso con ambos en Padrón.

Cuando fueron detenidos en noviembre del 2013, a todos los acusados se les intervinieron, entre otros efectos, distintas cantidades de drogas, en su mayoría pequeñas, que sí fueron significativas en el caso de Fernando Balerón, que fue sorprendido en su coche con 54 gramos de heroína, 22 gramos de cocaína y cerca de 130 comprimidos de metadona, con un valor de 4.000 euros. También llevaba joyas y dinero en efectivo, así como tres teléfonos móviles.

Objetos robados

En las detenciones también se recuperaron objetos que se ha demostrado fueron objeto de robos y que en ocasiones les fueron entregados a los acusados como pago por las sustancias que vendían, aunque no se ha podido determinar si conocían o no su procedencia ilícita.

Como consecuencia de su adicción a las drogas, las penas se suspenderán por tres años a Mercedes Osorio, Manuel García, Mercedes Tarrío, Alberto Mato, Ángel Irajo y Manuel Eladio Rodríguez a cambio de que se sometan a tratamientos de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses.

La Voz de Galicia

Clase de cocina para niños en Padrón.

La praza de Abastos de Padrón acogió ayer una peculiar clase de cocina, en la que participaron 16 niños de más de cinco años. Los pequeños aprendieron a elaborar platos con productos adquiridos en la plaza y, además, se les habló de hábitos saludables y de las ventajas de consumir alimentos variados. El taller fue organizado por la Asociación de Praceros de Padrón y la Federación Galega de Prazas de Abastos.

LA Voz de Galicia