Si en el día de San Lázaro fueron las gallinas, hoy domingo, 11 de noviembre, sobre las 10:30 horas, nos vimos sorprendidos por las cabras. Una imagen lamentable, por supuesto, e incluso algunas personas tuvieron que retirarse de la terraza de un establecimiento de hostelería, porque las cabras intentaban acercarse a comer a las jardineras exteriores de dicho establecimiento y dejaron excrementos en las proximidades de las mesas.
En fin; el reloj de la Plazuela, en el campanario de la Iglesia, lleva averiado hace más de cinco meses, las jardineras siguen abandonadas a su suerte prácticamente sin plantas y ahora hasta tenemos cabras en la plaza pública. Evitar esto último será competencia del gobierno local. Digo yo.