Las de Herbón son las que están peor y necesitan mejoras como recebado o pintado.
El Concello padronés tiene aprobada en pleno una propuesta del grupo Alternativa por Padrón (AxP) para recabar información y, de ser el caso, solicitar al Instituto Galego de Vivenda e o Solo, ayudas para el acondicionamiento de las casas sociales, más conocidas coloquialmente como casas baratas, ubicadas en Herbón, Luáns y Extramundi. Así lo hicieron en otros ayuntamientos, como el de Rianxo, de acuerdo con este grupo político.
En Padrón se trata de 48 viviendas inauguradas en 1954 y repartidas en seis bloques (dos por ubicación) de 8 pisos cada uno. Las de Luáns son, sin duda, las que están en mejor estado de conservación y las de Herbón, en peor. En estas últimas vive desde siempre Pilar Puente, que cuenta que los bloques de pisos tienen en mal estado los canalones y, por tanto, «cae a auga por todos lados». Uno de ellos necesita, además, una mano de pintura y la colocación de una puerta en la entrada principal, entre otras pequeñas mejoras. El otro bloque de Herbón precisa, además, una reparación de las paredes exteriores, sobre todo la posterior, de la que se cayó el recebo y quedó el bloque a la vista.
«Non é un arranxo esaxerado; non pedimos tanto», señala Pilar Puente, que recuerda que la mayor parte de los propietarios de las casas sociales son familias de bajos recursos y que «non poden asumir economicamente as melloras», tal y como corroboran desde AxP. «Por dentro, cada un a ten como pode pero por fóra é unha vergoña como están, sobre todo tendo en conta que por Herbón pasan moitos peregrinos e quedan mirando para as casas», cuenta la vecina. Su bloque no tiene comunidad de propietarios, lo que dificulta poder afrontar reformas u organizarse para solicitar ayudas, afirma Pilar. De ahí que AxP llevara la propuesta al pleno.
Las casas sociales exhiben una placa de la Delegación Nacional de Sindicatos y, según explica el historiador y concejal padronés Eloi Rodríguez, se construyeron en tiempos del llamado Sindicato Vertical del régimen franquista, cuando este pretendía dotar de vivienda a todo español, a través de la llamada obra sindical del hogar. El origen de las casas se remonta a 1947, cuando el alcalde de Padrón era Ramón Pazos Giménez. El gobernador civil de la provincia le concedió al Ayuntamiento 50.000 pesetas (300 euros) para su construcción, en base a un convenio. Las obras comenzaron en 1950. Para su ocupación había una lista para apuntarse. En principio, los inquilinos de las casas pagaban un alquiler pero, con el tiempo, se le dio opción a compra, tal y como recuerda Pilar Puente, que explica que su madre era de las moradoras más antiguas y de las que menos dinero tuvo que pagar para la adquisición.
La Voz de Galicia