A Asociación Cultural Os Penoucos colabora na presentación do libro de Diana Kurich «Feitas ao sisel», que terá lugar este sábado 14 de xullo, ás 21:00 horas, no Auditorio de Cordeiro (Valga).Un poemario que acaba de levar o primeiro premio de poesía erótica das Illas Sisargas en Malpica. Vai ser un espectáculo excepcional con moito arte e diversión! Non é unha presentación calquera, senón todo o contrario… A POESÍA, A MÚSICA E O BAILE únense para formar parte deste espectáculo que non te vai deixar indiferente. Non poderás de deixar de mirar ao escenario.
Diana Kurich naceu na Aldea dos Rebeldes en Campaña,Valga, aínda que actualmente vive na Cidade de Pedra máis coñecida como Santiago de Compostela. Pertence á xeración onde para ser escrava é preciso estudar e así o fixo. Coleccionou títulos no ensino regrado ata atopar o que máis a definía e converteuse en mestra de música.Para financiar tan cara ousadía traballou de taberneira onde coñeceu a maioría da súa rede de afectos actual e da que tanto aprende. As súas publicacións até do de agora reducíronse ao que ela denomina «rexistros efímeros de rúa», só recollidos en formato emocional. Milita activamente en organizacións que comparten a interseccionalidade das loitas e sempre o fan a través da música e na rúa.En segredo colecciona palabras nun tarro de cristal, sementa afectos debaixo dos lastros, baila na punta do pé, toca algún que outro instrumento e sabe (porque así llo ensinaron) dar puntadas sen fío.
El periodista narra en el libro Hasta que se me acaben las palabras, que este miércoles firma en A Coruña, su infancia en Galicia, sus inicios en la radio en Santiago y su trayectoria en Madrid
Julio Iglesias, Pucho Boedo o Joaquín Prat, son solo algunos de los muchos personajes famosos con los que Pepe Domingo Castaño (Lestrobe, 1942) ha compartido camino. Un camino llenó de éxitos, pero también de sacrificio. Ese trayecto, el que el gallego recorrió desde su infancia en Padrón, sus inicios en la radio en Santiago, hasta su llegada a Madrid, en donde se consolidó como uno de los mejores profesionales del medio, lo narra en su libro Hasta que se me acaben las palabras, que este miércoles por la tarde firma en A Coruña. Una lectura que refleja su evolución personal y laboral, pero que en la que queda claro que, pese a todo, sigue siendo el mismo chico que un día se marchó a la capital a probar suerte con una maleta, como dice «de mierda, pero llena de sueños».
—¿Qué pregunta le hacen siempre y está ya cansado de responder?
—Que si prefiero la radio, la tele o la música. Ja, ja, ja.
—El título del libro, Hasta que se me acaben las palabras, deja claro que le queda cuerda para rato, pero ¿qué le ha quedado sin contar?
—Siempre quedan cosas, ¿por qué no cuento esas cosas que han quedado? Uno, porque la gente de la que hablo, que a lo mejor no hablo muy bien, no puede defenderse porque está muerta. En otro caso porque me pareció que no interesa a nadie y tampoco me interesa a mí. Y en tercer lugar, porque no me apetecía hablar de las cosas que he silenciado. Está lo que yo quiero que esté y lo otro lo he apartado porque tampoco cabe todo.
—Galicia le inspiró para escribir poesía, ¿este libro qué lo inspiró?
—Sí, yo escribí un libro de poesía que se llama Debajo de la parra, literalmente lo escribí debajo de la parra de la casa que tiene mi mujer en Mera, en Oleiros. Ahí, en Mera, nació la idea de escribir este libro en un momento en el que estaba atravesando una mini crisis, hace quince años o así, una de esas que tienes cuando vas cumpliendo años. En esos momentos yo me refugio siempre en la poesía o en la escritura. En vez de poesía, como ya había hecho un libro, dije ¿por qué no cuento y me saco de dentro toda mi infancia y juventud, y lo dejo escrito por si algún día mis hijos quieren publicarlo? Porque yo no pensaba publicarlo, decía que era muy malo. Escribí la primera parte hace 15 años, que termina cuando llego a Madrid.
—¿Qué le hizo cambiar de opinión?
—En una entrevista que hice, un señor que conozco de A Coruña, Juan Luis Miravet, oyó en la radio que yo estaba hablando de una especie de memorias que tenía, pero que eran muy malas y que no se iban a publicar porque no las iba a querer nadie. Entonces me llamó y me dijo: ‘Oye, eso no tienes que decirlo tú. Tiene que decirlo alguien que lo lea. Si me das la oportunidad y me lo envías, yo lo leo y te cuento la verdad’. Yo estaba muy reacio, pero se lo mandé, me convenció, y a los tres días me llamó emocionado y me dijo: ‘Esto es una joya’. Me dijo que quería publicarlo, que tenía amistades con editoriales, pero con la condición de que tenía que escribir la segunda parte. Que no podía acabar el libro en Madrid y perderse toda la parte de mi carrera profesional allí. Le dije que no sabía si iba a poder, que la primera parte la escribí muy fácil porque lo tenía dentro, pero que de lo otro, a lo mejor me había olvidado y que no tenía inspiración. Y me dijo, ‘pues ponte, por favor, en el ordenador y hazlo’. Me puse, me costó mucho, mucho, mucho, pero al final, poquito a poco lo escribí, capítulo a capítulo, y son 565 páginas.
—El prólogo es de Julio Iglesias, están muy unidos, pero ¿por qué pensó en él?
—Tuve varias ideas, primero pensé en Paco González, pero todo el mundo esperaría que lo hiciese Paco, entonces quería hacer algo inesperado. Pensé en Iñaki Gabilondo, que era otro de mis favoritos, y me dijo que sí, y le dije que lo llamaría, pero un día me llamó Julio, porque hablamos de vez en cuando. Él había oído que estaba escribiendo un libro y me preguntó si hablaba de él. Le dije que sí, que tenÍa un capítulo dedicado a él, y me dijo que tenía que enviárselo. Rápidamente lo leyó, y me dijo que quería hacer algo por el libro, le dije que quería que el día que lo presentase estuviese, y me prometió que estaría, y que además escribiría el prólogo. Y cumplió.
—¿Por qué le costó tanto escribir la segunda parte?
—Porque tenía que espigar entre bastantes recuerdos, entonces me preguntaba cuál valía la pena, qué podría interesar a la gente, apunté varios temas de los que me acordaba y fui eligiendo. Yo noto una diferencia muy grande de estilo literario entre la primera parte, que la hice a una velocidad de vértigo porque me salía a borbotones toda mi vida. Mi mente iba más rápido que las manos, porque la escribí a mano. Entonces se nota en el estilo, porque yo escribo mejor a mano que a ordenador. La segunda me costó bastante, se me mezclaban a veces los recuerdos, luego escribía algo y decía, ‘pero me he metido con este tío, no debería’. Pero luego pensaba, ‘claro que sí, voy a contar la verdad. Si no cuento la verdad mejor no escribo’.
—Julio confesó que los dos se fueron sin pagar una mariscada.
—Es una coña eso. Lo dijo en un programa, me dijo: ‘Pepe, te acuerdas que nos fuimos sin pagar de Casa Simón’. Yo recuerdo que estábamos allí con Pepe Simón, que ya falleció, y le pregunté a Julio, ‘quién paga esto’, y me dijo ‘esto lo paga mi secretaria, no te preocupes’, y nos fuimos. Yo creo que invitó Pepe Simón, yo no pagué desde luego, eso es verdad, pero alguien pagó.
—¿Cuál es su anécdota más destacada con él?
—Hay una buenísima, que la cuento en el libro. Julio nos invitó a mi mujer y a mí a estar en su casa en Miami diez días. Estuvimos en su casa y fuimos a un concierto en el Miami Arena, donde juegan los Miami Heat, que él era socio del equipo de baloncesto, y luego nos trajo en su avión para aquí. A la ida fuimos en vuelo regular, y a la vuelta vinimos con él en el pájaro loco, como lo llama Julio, y fuimos de Miami a Ibiza. Al día siguiente nos levantamos y llovía a cántaros, y a Julio no le gusta la lluvia, y me dijo ‘Tito’, como me llama él, ‘tenemos que hacer algo. Yo no puedo estar en un sitio que en el que esté lloviendo. Vamos al sol’. Y le digo, pero a qué parte, y dice: ‘¿Por qué no vamos a Galicia? ¿Hará buen tiempo? Porque si hace malo aquí debe estar bien en el norte’. Entonces dijo que quería ir a Vigo porque A Coruña ya había ido muchas veces. Llamé a Vigo y me dijeron que hacía un día soleado con una temperatura fantástica. Y me dice Julio que dónde podíamos comer y se me ocurrió Casa Simón, en Cangas do Morrazo. Entonces, Julio me dijo: ‘Dios mío, me has abierto el mundo porque yo veraneé durante 15 años en Cangas. Para mí va a ser una maravilla ir’. Salimos de Ibiza a Vigo, Mercedes esperándonos, y fuimos a comer a Simón, como dice él sin pagar, y volvimos a Ibiza. Fuimos a buscar el sol.
—En el libro habla de su familia y de una infancia feliz, ¿cual es la primera imagen que se le viene a la mente al pensar en esos años?
—La radio, la calle, los juegos, ventanas abiertas, el sol… Sobre todo del otoño, a mí me gusta el otoño, cuando el sol cae un poquito y los árboles del espolón se reflejaban en la calle en donde jugábamos al pañuelo, a la chena, al marro, a una cantidad de cosas, y de fondo siempre estaba la radio. Soy minero, El emigrante, Antonio Molina, Juanito Valderrama, las novelas, que seguía mi madre… todo lo que sonaba entonces. El sonido de mi infancia son la radio y los juegos, y una palabra, felicidad, en mayúsculas.
—¿Cuándo se dio cuenta de que la radio era su vocación?
—En el colegio de frailes el padre Aguirre, que era muy simpático, tuvo la idea de montar una emisora y pidió voluntarios. Me ofrecí, pero dijo que nos tenían que hacer una prueba. La hice y me dijeron que tenía buena voz y desparpajo, y eso es lo que vale. Empecé a hacer programas, hacíamos obras de teatro, escribíamos textos, hacíamos descripción de paisajes, si íbamos de viaje lo contábamos, teníamos una programación de una hora o dos diarias y el padre me dijo: ‘Tú valdrías para esto. No te olvides. Ahora, si sigues siendo fraile no vas a poder hacer nada. Pero si un día te vas, que sepas que vales’. Entonces, dejé de ser fraile y empecé a darle vueltas a la idea, pero estaba en Padrón, ahí no había emisora ni nada, la más cercana era Santiago. Y yo decía, ¿cómo voy a trabajar en Santiago de Compostela, si yo no soy nadie? Hasta que se presentó una oportunidad y la cogí.
—Dice que fue a Madrid por una decisión tomada con el corazón.
—Sí, me fui con una maleta de mierda, pero llena de sueños. Para mí todas las decisiones, casi todas locas, no las hubiera tomado si fuera por la cabeza. He dejado siempre actuar al corazón, el corazón seguramente se equivoca, pero de la equivocación nace el éxito a veces. Hay trenes que dicen que si no los coges no vas a ser nunca nada. Yo he dejado pasar trenes, algunos no podía cogerlos, otros no quise, y sin embargo, cuando vi que ese era el mío lo cogí. Eso me lo dictó el corazón. La cabeza no me dijo que me fuese a Madrid, no me dijo que dejase la empresa de Padrón para irme a Santiago, no me dictó que dejará la música y eligiese la radio. Son decisiones locas que solo es capaz de tomar el corazón.
—¿Tuvo que luchar contra algún cliché por gallego?
—Con gente, sí. Me echó una mano importantísima Pucho Boedo, me conocía de Santiago, él estaba con Los Tamara y yo les había hecho entrevistas. Un día en Madrid, un amigo mío, Justino Bermúdez, me dijo de ir a una cafetería donde iba gente de la radio para que me animase, porque yo estaba bastante preocupado. No me conocía nadie en Madrid, iba por la Gran Vía solo y estaba acostumbrando a ir por Santiago y que todo el mundo me saludase: ‘Adiós, Pepe’. Ahí no me conocía nadie. Entonces fuimos a la cafetería California de la calle Salud, que ya no existe. Al entrar, al primero que vi fue a Pucho Boedo, y me saludó: ‘Neno, que fas aquí ho?’ Y yo, pues he venido a trabajar a la radio. Me dijo, ‘espera un momento’, y volvió con Joaquín Prat. Mi ídolo, al que yo quería conocer, parecerme… me lo trajo Pucho recién llegado yo a Madrid. Fue la ilusión de mi vida. Estuvo simpático, cariñoso muy cercano, y me dijo ‘esta noche vas a venir con Pucho a mi programa de madrugada’. Fuimos, me invitó a cenar Pucho, pagando él claro, yo ahí no podía. Me hizo Joaquín una entrevista que siempre recordaré. Antes de morir él siempre lo recordábamos, que si yo no hubiese conocido a Pucho, no lo habría conocido a él y no sé cómo hubiera cambiado mi vida. Yo creo que lo hubiera conseguido igual, porque creo que las cosas si luchas las consigues, pero gracias a Pucho fue todo más fácil.
—Ahora usted es el Joaquín Prats de muchos.
—No, yo creo que lo de la radio no es fama como la tele. Tengo una diferencia entre gente de tele y de radio, cuando haces tele la gente en la calle te saluda solo porque sales en la tele. Sin embargo, ahora que no salgo en la tele, que no quiero salir, la gente te mira y te quiere. Esa es la diferencia entre la fama loca y la popularidad de andar por casa, y no hay nada más hermoso que la gente te diga “gracias Pepe por hacernos felices’. ¿Tú sabes lo grande que es conseguir a través de un micrófono que la gente sea feliz? Solo por eso ya vale la pena.
—Además de locutor, triunfó como cantante: ¿Cómo empezó a cantar?
—En Padrón me llamaban ‘Pepe fiestas’ porque a todas las verbenas que había iba yo. Salí del convento con unas ganas de fiestas brutales, a comerme el mundo. Entonces me subía a los palcos de la orquestas. Hoy con la Panorama y la París de Noia ya no te dejan, pero antes sí y yo subía a cantar. Decían, está aquí un chaval de Padrón que quiere cantar, y cantaba. Entonces mi idea era, si un día voy a Madrid voy a grabar un disco, pero tiene que ser algo tan bueno que llegue a ser número uno. Cuando lo conseguí, porque a todos los locutores les ofrecían grabar un disco, me traían canciones y no me gustaban, hasta que un día mi hermano Fernando, que es un poco artista también, y Emilio José, el cantante de Soledad, hicieron Neniña. Me la trajeron y dije ‘esto es un tiro’ y la saqué sin poner mi nombre. Porque entonces hacía muchas cosas y la gente me odiaba un poco porque estaba en todas partes, ligaba mucho, hacía radio, tele, cantaba… Y dije, para que no se metan conmigo no voy a poner mi nombre. Se lanzó Neniña sin mi nombre y cuando ya el disco estaba colocado ya descubrimos que era yo.https://www.youtube.com/embed/f6VHzqOtnRg
—De hecho dijo que su mujer le bajó algo los humos y entonces aprendió que su éxito no era solo suyo, sino fruto de un trabajo en equipo.
—Ella no me dijo eso de que no me creyera más que nadie, me dijo ‘te noto muy crecidito, muy seguro de ti mismo’. Y le dije: ‘Seguro de mí mismo voy a estar siempre, pero crecido no pretendo’. Sé que lo que tengo no me lo han regalado, lo he luchado, pero efectivamente, lo que tienes lo consigues gracias a todo el equipo involucrado. Por eso siempre que me dan un premio, nombro a todos, el equipo es básico. Pero ahora, que no me quiten nunca la seguridad en mí mismo, el día que me la quiten me voy a la mierda.
—¿Cuál sería la banda sonora de su vida?
—Primero Soy minero de Antonio Molina, que me recuerda a cuando jugaba en la calle y la radio se oía por la ventana. Luego, El Mundo de Jimmy Fontana, que fue la primera canción que puse en Radio Galicia el día que empecé, luego De colores, que es la canción que todos los hermanos cantamos en el Santiaguiño do Monte. Y Cuando se quiere de veras. No incluyo a Neniña porque forma parte de mi vida, pero no es definitoria.
—¿Sigue yendo a las verbenas?
—Sí, siempre estoy en las fiesta de Mera con mis amigos. Va la Panorama, la París, el Combo Dominicano…. Una vez subí a la Panorama en Cines, que está cerca de Betanzos, pero cuando la Panorama no era la burrada que es ahora con ese escenario. Ahora ahí no pintó nada ya.
—Dice también que la felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria. Sabemos de su buena memoria, pero ¿cómo va de salud tras haber padecido el covid?
— Estoy mucho más sano que antes, estoy más preparado para lo que me quede de vida que antes de la pandemia y me siento como un toro. La pandemia me ha enseñado a vivir mejor. La felicidad completa nunca se logra, lo mejor de la felicidad no es la felicidad en sí, sino el camino hacia ella porque el día que la consigues por completo, ese día desaparecen los sueños, desaparece todo.
—Los beneficios del libro, que va ya por su tercera edición, los dona a Cáritas y a Aesleme. ¿Por qué a esas entidades?
— Lo dono porque creo que tengo que pagar la felicidad. La felicidad tiene un precio, si eres capaz de saber el precio que tiene bien, si no, estarás toda la vida pensando que tienes que pagarlo y no lo pagas. La oportunidad fue genial, digo ¿cómo voy a vender yo por dinero todo este montón de recuerdos? La mejor manera de pagar a la vida todo lo que me ha dado es donarlo a gente que lo necesite, es una forma de pagar mi felicidad. Luego va a Aesleme, que es una asociación para el estudio de la lesión medular espinal de una amiga mía, Mariam Cogollo, a la que admiro mucho, y a Cáritas, que es la entidad más grande que tenemos para ayudar a la gente.
O próximo venres día 11, a partir das 19 h na praza de abastos, temos unha dobre cita con cine e poesía. O Programa «SEMENTEIRA NO CAMIÑO», patrocinado polo Xacobeo 21-22 trae ao Concello de Pontecesures pa roxección da película «Al final del Camino», e lectura de poesía a cargo de Cándido Duro, poeta local. Aforo limitado a 40 persoas sentadas. haberá un rexistro de asistencia e toma de temperatura coma medidas preventivas.
El IES de Valga, donde cada curso se
desarrollan importantes programas en pro de la igualdad, volvió a
concentrarse ayer como consecuencia de un terrible crimen machista. Esta
vez los alumnos y profesores lloraban la muerte
no solo de Elena Jamardo Figueroa, Sandra Boquete y su hermana Alba,
que estudió en este centro. También mostraban su pesar por todas las
víctimas de esta lacra social que no deja de sembrar desconsuelo en todo
el país.
Antes de guardar un emotivo minuto de silencio, tres alumnos dieron lectura
a otros tantos textos por la igualdad, entre ellos un poema de Luzmaría
Jiménez Faro que habla de «una hilera de enlutadas sombras;
siemprevivas calladas y siempremuertas».
Se
trata de «Ellas, las asesinadas», una poesía del libro «Mujer sin
alcuza» en la que se rinde tributo y homenaje a «mariposas de invierno
en alfileres» y «alondras tristes para siempre mudas» a las que
«sellaron sus bocas con pétalos de sangre», esculpiendo sus risas «sobre
mármoles fríos».
Mujeres «que
levantan sus voces en la ausencia esperando una luz que las redima del
terror, de la injuria y de la fuerza» que, como Sandra Boquete, dejan a
sus hijos «a solas en el aire».
Como
igual de representativo fue el texto de Marta Dacosta leído a
continuación. Ese que dice que «non é amor ese velo de sombra, non é
amor a negación do soño, non é amor o desprezo estridente, non é amor a
voz que todo o cala».
Tras esta muestra de cariño con las víctimas y este llamamiento desesperado a la implicación de la sociedad
en la lucha contra la violencia de género, el alcalde de Valga, José
María Bello Maneiro, volvió a condenar el trágico crimen ocurrido el
lunes en su pueblo; uno más.
Acompañado
de otros miembros del gobierno valgués, y con un lazo negro en la
solapa, el regidor aprovechó para recordar el crimen machista ocurrido
hace seis meses en la localidad y decir que «nadie podía pensar que esto
pudiera ocurrir de nuevo en un ayuntamiento tranquilo y sin problemas
entre los vecinos como el nuestro». Aunque de inmediato insinuó que eso
de las buenas relaciones vecinales no se daba en esta ocasión, en una
clara referencia a la actitud de José Luis Abet con los residentes en el
lugar de Carracido.
Confirmó también que «no existía denuncia previa por malos tratos» y mostró su cariño hacia los niños y ahora huérfanos de madre, de los que dijo que «la decisión adoptada es que sigan viviendo con sus familiares directos».
A Casa de Rosalía, en Padrón, acolle a vindeira fin
de semana a segunda edición do festival Abride a fiestra, co que a
fundación que leva o nome da escritora quere conmemorar a data do seu
pasamento (15 de xullo de 1885). O nome do festival débese a un dos
últimos desexos da autora no seu leito de morte, que pediu que lle
abrisen a fiestra do cuarto para ver o mar.
Deste
xeito, a Casa da Matanza será o escenario o sábado e o domingo de
diferentes manifestacións culturais que teñen a Rosalía como figura
central. Entre os protagonistas da fin de semana están, no eido musical,
Cristina Pato, Davide Salvado, Ugia Pedreira, Secho, Paco Nogueiras ou a Coral de Padrón.
O programa comezará o sábado cun
recital poético multilingüe co Colectivo de Poetas en Bruxelas e un
grupo representativo da poesía galega actual. Participarán os escritores
Taha Adnan, Frank de Crits, Geert van Istendael, Serge Meurant,
Silvia Vainberg, Bart Wonck, Ramón Neto, Xavier Queipo, Chus Pato e
Yolanda Castaño. Rematará a xornada cun concerto de Cristina Pato acompañada por Roberto Comesaña, o único desta temporada que ofrecerá en Galicia.
O
día grande será o domingo, cando a Casa de Rosalía celebrará un xornada
de portas abertas na que, ademais de actuacións musicais, haberá unha
ludoteca; unha feira con produtos rosalianos e visitas guiadas por
personaxes coñecidos ou especialistas. Entre eles estarán o escritor
Pedro Feijoo, o deseñador Pepe Barro, o expresidente da RAG Xosé Ramón
Barreiro, o profesor Francisco Rodríguez e o estudoso da horta rosaliana
Carlos Dacal. Tamén haberá unha visita especial protagonizada pola
poeta Olga Novo.
A música é un dos fortes do festival, con concertos de Davide Salvado, que presentará o seu último espectáculo «Amarelo», o cantautor local Secho ou Ugia Pedreira, que presentará unha performance musical sobre Rosalía co acompañamento musical de Cristina Pato. Tamén haberá miniconcertos ao piano da familia de Rosalía, con Secho, Ugia Pedreira e Cristina Pato. O domingo, a Fundación Rosalía de Castro concederalle a Rosa de Galicia á familia de Xosé Villar Granjel, persoa clave na recuperación e compra da Casa da Matanza. O luns, día 15, a fundación realizará unha ofrenda floral no cemiterio de Adina.
El pasado 21 de marzo de celebró el Dia Internacional del Árbol, una fecha muy especial para reivindicar nuestros bosques, que son fuente real de vida.
Se hace necesaria la reflexión sobre el camino hacia donde queremos ir en un futuro cercano, ya que estas últimas décadas se caracterizan por la sobreexplotación forestal, fomentando especies de rápido crecimiento y rentabilidad a corto plazo y sin pensar en la repercusión que estas tienen en el medio ambiente. Por ello, conviene plantearse la ordenación, prevención y sobre todo la valorización de ese sector agrario que se desangra cada día, perdiendo asentamiento poblacional, especies y riqueza natural.
En este caso, los ingenieros forestales y de medioambiente deberán marcar las pautas oportunas para evitar la continuidad de las plantaciones descontroladas de eucalipto, cuya demanda excede la demanda de las empresas de pasta de papel y otras, así como por su poder de destrucción de ecosistemas y su nula aportación a la alimentación.
aalicia representa una clara potencia medioambiental, forestal y agroalimentaria. Por este motivo, resulta necesario arbitrar políticas que sean capaces de desarollar al máximo nivel potencial económico, pero en armonía con nuestras masas arbóreas. Estas deben ser objeto de una protección y potenciación especial, aunando esfuerzos y concenciando a la juventud sobre la importancia de disponer de una naturaleza equilibrada, valorando el potencial de nuestro campo, de nuestro mundo rural, de los cultivos agrarios casi abandonados, ya que son alternativas de empleo y de proyección económica y social.
,s de suma importancia cambiar estas políticas forestales por el fomento de la plantación de especies autóctonas de gran valor como el castaño, abedul, fresno. amieiro, pino, roble, nogal…Hay que iniciar un proyecto de reforestación que serviría como importante fuente de empleo para el rural, evitando la despoblación y el éxodo a las ciudades más industrializadas.
Se debe tener en cuenta que de estas plantaciones podríamos aprovechar: la cáscara del roble, para curtido de pieles; las bellotas, en la alimentación de los cerdos ibéricos y la madera, para la conservación y maduración del whiski, ron y vino de altísimo valor y reconocimiento, o mismo en el ahumado de lácteos, carnes y pescados. A esto se debe sumar la importancia de otros árboles que nos surten de frutos fundamentales para una dieta equilibrada: castañas, nueces, cerezas, manzanas, peras, naranjas…
Realmente, es un verdadero problema que debemos combatir en un plazo aproximado de no más de cinco años si pretendemos erradicar el crecimiento de la maleza y, por tanto, la proliferación de incendios, los cuales están dañando las capas del subsuelo de valles y montes, así como incluso de los ríos, a los que las aguas subterráneas y fluviales arrastran esa ceniza.
La idea es que el monte es sostenible en si mismo, pero no solo en madera, frutos o valor social. En Galicia, el componente de mayor proporción del matorral es el tojo (sobre un 85%), que ya era usado por nuestros abuelos como materia prima de alimentación animal de alto contenido proteico, en especial para el ganado. Con todo, en la actualidad se puede usar para la elaboración de harinas de alta calidad, en distintas especies ganaderas y en la fabricación de piensos, con las ventajas del bajo coste y de que se pueden producir a lo largo de todo el año.
Asimismo, el tojo, en su parte maderable, puede ser utilizado en la elaboración de pellet, pues contiene un poder calorífico de aproximadamente un 20% mayor que cualquiera otra conífera. Las posibilidades que nos ofrece la naturaleza a través de nuestra riqueza forestal es inmensa, pero por contra, ni todavía está bien ponderada ni tampoco se tiene en cuenta por el ser humano.
Debemos aprender de nuestro pasado y recuperar el espíritu de aquellas gentes que poblaban el rural gallego y que tenían en la riqueza y variedad forestal una de las principales garantías de su calidad de vida.
Los problemas precisan de soluciones imaginativas y acordes con la nueva realidad que tenemos que lidiar y ahí están los elementos que combatir como el cambio climático, la disminución de la capa de ozono o los incendios forestales, auténtica amenaza de nuestros bosques que se encuentran mal administrados e incluso abandonados.
A mi memoria viene este poeta nuestro, Antonio Machado, del cual Gerardo Diego dijo de él, en una ocasión que «hablaba en verso y vivía en poesía», y que en ese vivir en poesía escribió una lírica de profundo sentir, dedicada al árbol y que en uno de sus versos díce.
«Sí, buen árbol; ya he visto como truecas el fango en flor, y sé lo que me dices; ya se que con tus propias hojas secas se han nutrido de nuevo tus raíces»
Mil primaveras más al Día Internacional del Bosque y de nuestro árboles.
El autor es presidente de Extrugasa, perteneciente al Grupo Quintá.