Reclaman la limpieza de los márgenes de la zona portuaria de Pontecesures.

Hace más de seis meses, el concejal independiente de Pontecesures, Luis Ángel Sabariz, dirigía un escrito al presidente de Portos solicitando «a limpeza a fondo da marxe do río Ulla do porto de Pontecesures». Argumentaba el concejal que estas estaban «en estado lamentable», con «maleza crecida e desperdicios entre a mesma». Medio año después, Sabariz ha salido a la palestra para denunciar que esa zona sigue igual, que nada se ha hecho por su limpieza. «Agora que estamos no tempo de captura da lamprea, agora que mellorou a climatoloxía, con bastante concorrencia de persoas nas zonas portuarias, e estando próximas as viaxes da ruta xacobea marítimo-fluvial polo río Ulla, apreciase máis que nunca o estado de abandono da marxe do río». Por eso, el concejal independiente vuelve a reclamar a la Xunta la limpieza de todo ese entorno.

La Voz de Galicia

Victoria Santiago y su familia dejaron su casa horas antes de ejecutarse el desalojo.

alpor

Chispa y su compañero felino eran los únicos que estaban en el patio de la casa del número 3 de Monte do Porto a las 11.00 horas de la mañana de ayer. No había ninguna mujer encadenada a la barandilla ni familiares llorosos ni vecinas indignadas. Todo era tranquilidad absoluta en el montículo cesureño porque los habitantes de la vivienda, Victoria Santiago y los seis miembros de su familia, la habían abandonado horas antes, según confirmó el portavoz de la plataforma Stop Desahucios Barbanza.

Pese a que dos días antes había manifestado su firme decisión de luchar por la vivienda que construyó con sus propias manos, Victoria volvió a cambiar de idea aconsejada por sus familiares, que quisieron evitar que pasara un mal trago en el momento del desahucio. «Está muy mal, muy afectada», afirmaron ayer sus allegados. La familia acabó de empaquetar sus pertenencias y, tras dejar las llaves de la casa en el puesto de la Guardia Civil, puso rumbo a su nuevo hogar, una vivienda deshabitada propiedad de la madre de Victoria en Cordeiro (Valga), en la que, al menos, tendrán espacio para siete personas y sus animales de compañía. Se fueron sin sus dos gatos, confiando en que sus vecinos, Álvaro y Marisa, lograran cogerlos y llevárselos. «Os rapaces quérenos levar, pero vai ser negra para collelos», explicaron.

Indignación

A pesar de haber entregado las llaves la noche anterior («marcharon onte para que non houbera guerra pola mañá, senón é un caos»), el juez de paz y la secretaria judicial cumplieron el trámite de acudir a la hora pactada, precedidos por una patrulla de la Guardia Civil. Aun así, sabedores de que el inmueble estaba vacío, ya que no lo comprobaron, ni siquiera detuvieron el coche, aunque sí intercambiaron impresiones con el matrimonio de la casa de al lado.

Álvaro Constantino y Marisa Castiñeiras mostraron tristeza e indignación por la situación de su vecina. «Hai que ver como marcharon. Estou desfeita», dijo ella, mientras su marido aseveraba que «non se pode tirar con sete persoas á rúa». «Toda a vida traballando por unha casa e que che boten dela por discutir e quede outra con ela… Que me digan se isto é lei». Constantino aseguró que tanto Victoria como la usufructuaria de la casa y última pareja de su exmarido, ya fallecido, sufrieron maltrato por parte del hombre. «Nunca viviu aquí, viña e marchaba porque lle mallaba».

Los vecinos mostraron su tristeza y rabia por lo ocurrido: «Non se pode botar á rúa a unha familia de sete persoas»

Diario de Pontevedra

La familia de Porto abandona la casa para evitar un desalojo por la fuerza.

CESURES DESHAUCIO /

La Guardia Civil pasa delante de la vivienda desalojada y dos vecinos de la familia, que se marchó de Porto el jueves.

Aunque durante la semana Victoria Santiago insistía en que tendrían que sacarla a rastras de su casa, finalmente tanto ella como su familia optaron por abandonar voluntariamente la vivienda de Porto en la que residían para evitar un desalojo por la fuerza, un mal trago por el que no quisieron pasar, sobre todo por los dos niños de 9 y 12 años. Fue el jueves por la noche cuando se marcharon en dirección a Cordeiro, donde habitan ahora en una vieja casa propiedad de la madre de Victoria.
Dos gatos eran el único rastro de la familia que quedaba ayer el número 3 del Monte de Porto, donde reinó la tranquilidad incluso cuando hicieron acto de presencia dos agentes de la Guardia Civil, el juez de paz de Pontecesures y su secretaria. Pasaron en coche ante la vivienda y, tras una breve conversación con dos vecinos, se volvieron a marchar sin ni siquiera pararse a comprobar que, efectivamente, no había nadie en la casa. Las llaves se las había entregado la noche anterior la familia, que tampoco quiso estar presente durante la fugaz visita de la Guardia Civil. Victoria Santiago no estaba con ánimos. Un familiar transmitió que se encontraba muy afectada e incluso sopesaban acudir a Urgencias.
Victoria (con la que conviven su pareja, hijos y nietos) pierde así, al menos temporalmente, la casa que ella misma ayudó a construir tras contraer matrimonio, un inmueble que no está escriturado ni consta en el registro de la propiedad. La mujer iniciará ahora acciones civiles para hacer valer sus derechos de propiedad, después de que una sentencia del Juzgado de Caldas de Reis la haya obligado a recoger sus cosas y abandonar la casa. Su exmarido, fallecido hace unos dos años, legó el usufructo de la vivienda a otra mujer con la que convivió y que interpuso una denuncia por coacciones y amenazas contra Victoria y sus dos hijos.
El juzgado de Caldas los condenó, fijando como plazo máximo para desalojar el inmueble ayer a las 11 de la mañana. Algunos vecinos transmitieron su estupor e indignación por esta decisión judicial. Es el caso de Álvaro Constantino: ??Esto é unha inxustiza total, un crimen?, repetía. ??Non se pode tirar con sete persoas á rúa, que non cometeron ningún delito. Non mataron a ninguén?. Junto a él Marisa Castiñeiras no podía evitar las lágrimas: ??Estou destrozada, non me sae da cabeza esa familia?.
Ambos intentaban ayer atrapar a los dos gatos que la familia se dejó atrás porque ??a rapaza quéreos levar? para su nueva residencia en Cordeiro. Álvaro Constantino cree que Victoria y sus parientes optaron finalmente por irse ??para non facer unha guerra nin montar un caos? y comprende el desasosiego por el que deben estar pasando: ??Traballou (Victoria) toda unha vida para facer a casa e agora ven unha de fóra e lévaa. Que me digan se isto é lei?, asevera el vecino de Porto.
A la usufructuaria de la vivienda y que podría convertirse en su nueva vecina ya la conocen de cuando convivía con el exmarido de Victoria, del que afirma que ??non foi modelo de nada nunca na súa vida?. La mujer ??viña pola mañá no tren de Vigo e pola tarde viña pedindo que lle deixaramos un sitio para durmir porque xa mallara nela?, comenta Álvaro.

Diario de Arousa

La familia de Pontecesures se adelantó al desalojo.

Victoria Santiago, su pareja, sus hijos y sus nietos abandonaron la casa familiar el jueves por la noche.

A las once de esta mañana vencía el plazo dado por el juzgado a la familia de Victoria Santiago para desalojar la casa de Monte de Porto (Pontecesures) en la que vivían. Tras el fracaso del recurso a Estrasburgo, la familia ha optado por dejar la casa antes del vencimiento del plazo dado. Anoche se trasladaron a una vivienda que les han cedido unos familiares e hicieron entrega de las llaves.

La Voz de Galicia

Empieza la cuenta atrás para el desalojo de una familia de Pontecesures.

desse

En casa de Victoria Santiago el Carnaval se está viviendo sin alegría. Esta mujer y su familia atraviesan, desde hace semanas, un calvario con el que «non contabamos». Comenzó cuando llegó a sus manos una orden de desahucio procedente de un juzgado de Caldas. Una orden que, si Estrasburgo no lo remedia, deberá ejecutarse antes de que finalice esta semana. Y es que el próximo viernes, a las once de la mañana, acaba la prórroga dada por la jueza a Victoria y los suyos para que desalojen la vivienda que ocupan en el lugar de Monte de Porto y cuya titularidad está en tela de juicio.

Cada día más nervios

«Acábasenos o tempo», dice Victoria, que a duras penas puede contener la impaciencia. Hace semanas que su caso fue trasladado a Estrasburgo, pero aún no ha llegado ninguna respuesta de Europa. «Esperaban resolver en oito semanas, pero nós non temos ese tempo», señala esta cesureña. Quiere hacer caso a la plataforma Stop Desahucios Barbanza y mantener viva la esperanza de que, hoy o mañana, como muy tarde, llegue una orden de paralización cautelar de la sentencia que la obliga a dejar su casa. Pero cuesta trabajo abrazar el optimismo cuando se ve como el tiempo pasa sin que nada se mueva. «Nós, canto máis se acerca o día, máis nerviosos estamos», señala Victoria.

Si mañana cae la noche sin noticias de Estrasburgo, esta mujer y sus siete familiares -entre ellos dos menores- empezarán a embalar sus cosas para dejar la casa antes de que se cumpla el plazo dado por la jueza de Caldas. Y es que, «a non ser que desde a plataforma nos digan que é mellor que quedemos para o venres ás once, nós preferimos irnos antes e coas nosas cousas», explica. Desde Stop Desahucios entienden ese deseo y lo respaldan: vivir un desalojo por la fuerza y bajo control policial es un trago demasiado amargo, especialmente para una familia en la que aún hay menores de por medio. «O pequeno non sabe moito do que pasa. Pero a nena… Xusto o venres é o seu cumpleanos», dice, apesadumbrada, Victoria.

A una casa de la familia

En las casi cuatro semanas de prórroga que están a punto de expirar -la primera fecha para el desalojo era el jueves, 13 de febrero- la familia ha intentado trazar un plan B, disponer una puerta de emergencia por si desde Estrasburgo no llega la solución esperada. «Buscamos por todos lados, pero non é doado atopar unha casa para sete persoas», explica Victoria, que vive junto con su actual pareja, una de sus hijas, su hijo, la mujer de este y dos de sus nietos.

Finalmente, si la situación no mejora y los juzgados no dejan otro remedio, la familia se trasladará a Valga, a casa que la madre de Victoria tiene en Cordeiro. Son apenas dos kilómetros de distancia que esta familia confía en no tener que recorrer con el amargo sabor de la derrota en los labios.

La Voz de Galicia

La familia de Porto dejará la vivienda en litigio si Estrasburgo no frena el desalojo.

La familia de Pontecesures afectada por una orden de desalojo que debe hacerse efectiva este viernes ha decidido que abandonará la vivienda en litigio, emplazada en el Monte de Porto, si no fructifica el recurso interpuesto ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo para la adopción de medidas cautelares.  A esta institución han solicitado, a través de un abogado que colabora con Stop Desahucios, que paralice la ejecución de la sentencia dictada por el Juzgado de Caldas y que obliga a los siete miembros de la familia de Victoria Santiago Lagares (entre ellos dos menores de edad) a marcharse de la vivienda. El exmarido de Victoria, ya fallecido, legó el usufructo del inmueble a otra mujer con la que convivió. Según la denuncia por coacciones que interpuso contra Victoria y sus hijos, estos le impidieron acceder a la casa colocando cadenas y candados. La sentencia dio la razón a la demandante y la jueza dictaminó que la familia debe desalojar la casa, a pesar de que su titularidad está en duda y Victoria Santiago defiende que, al menos en parte, es de su propiedad. Por eso ya anunció su intención de interponer una demanda civil para hacer valer sus derechos de propiedad.
Aunque faltan apenas tres días para que se cumpla la fecha límite de desalojo, Stop Desahucios de O Barbanza todavía confía en que Estrasburgo se pronuncie a lo largo de esta semana y su resolución ??sea favorable?. Ayer mismo el abogado que representa a la familia envió un escrito al tribunal europeo recordando el caso e insitiendo en que ??adopten medidas? para frenar el inminente desalojo. De no ser así, Victoria Santiago y su familia ya han decidido abandonar voluntariamente la vivienda para ??evitar que se forme un jaleo? y que tengan que acudir ??la Guardia Civil y la secretaria judicial?, confirma José Manuel Pena, portavoz de Stop Deshaucios. Los cinco adultos y dos niños se mudarán, explica, a un inmueble propiedad de un pariente.

Diario de Arousa