El Día de Padrón reúne en Raxoi a Noriega y Angueira, compañeros de instituto.
Compartieron aula y pupitre en secundaria y ayer coincidieron en Raxoi para compartir la representación de sus respectivos municipios en la tradicional recepción que la corporación compostelana brinda por las fiestas del Apóstol a la de Padrón. El protocolo manda que la anfitriona dé la bienvenida a la invitada en el Obradoiro, donde los regidores se intercambian sus bastones de mando después de que otros dos integrantes de sus gobiernos hagan lo propio con los estandartes municipales.
Y eso hicieron Martiño Noriega, en su caso por primera vez, y Antonio Fernández Angueira. Es el ritual que año tras año simboliza el hermanamiento entre ambos municipios. Pero el saludo no se quedó en esta ocasión solo en lo protocolario. «A de voltiñas que dá a vida», dijo Fernández Angueira (PP) a Noriega (Compostela Aberta) echando la vista a los años de instituto antes de que las dos corporaciones se adentrasen en el pazo de Raxoi.
Y todo entre la expectación de muchos de los turistas que estos días toman el Obradoiro, pendientes de una ceremonia que despierta su interés por la presencia de estandartes, la guardia real, los maceros y las bandas municipales de música de ambas localidades dispuestas una frente a otra para acometer alternativamente las cuatro piezas que ofrecen antes de marcar el final del acto con el himno gallego y el español, que ayer sonó en una versión muy abreviada.
«Contacto máis fluído».
El arranque de los acordes lo marca la salida de las autoridades a los balcones de Raxoi tras los discursos de rigor de bienvenida de los alcaldes, en los que no faltan nunca las referencias a los vínculos jacobeos y las propuestas de estrechar más los lazos y de profundizar en la colaboración cultural y turística. Y ayer no fue menos. Ambos coincidieron en el recuerdo a Rosalía y en la buena vecindad entre dos municipios a los que además del «vencello histórico» de la «creación literaria» de la poetisa y el Camino -dijo Noriega después de que Angueira apuntase en esa misma dirección- une la convivencia diaria. «Resulta unha evidencia que non viven de costas, senón cara a cara» y ambas corporaciones «deben afondar nesa realidade, nesa vida compartida», articulando medidas «reais que vaian en compartir servizos, proxectos e horizontes», apuntó Noriega. Y Angueira sostuvo que ambas localidades tienen «as potencialidades» para mantener un «contacto máis fluído» para sacar adelante proyectos conjuntos.
La Voz de Galicia