Protección Civil de Pontecesures permanece paralizada ante un Concello que apenas le concede 300 euros anuales.

Los voluntarios se preguntan cómo es posible que lleguen a pagar los operativos de su propio bolsillo y reclaman un presupuesto propio.

¿Es posible mantener con dignidad un equipo de intervención ante emergencias cuyos únicos ingresos se limitan a 300 euros anuales? La respuesta parece obvia. Esta es, sin embargo, la situación en la que desde hace tres años se mueve la agrupación de Protección Civil de Pontecesures, cuya paciencia se ha agotado. Sus voluntarios permanecen prácticamente de brazos cruzados desde diciembre ante la falta de respaldo de la que acusan directamente al Concello y a su alcalde, el popular Vidal Seage.

Protección Civil de Pontecesures nació en 1993. Sus miembros aseguran que, en 26 años de trayectoria, nunca se habían enfrentado a un momento peor que este. «En marzo del año pasado nos aseguraron que iban a trabajar para buscar una forma de financiación distinta, pero en realidad no han hecho nada de nada», lamentan los voluntarios. Se trata de un equipo de catorce personas, la mayoría de las cuales se gana las habichuelas en un empleo convencional y dedica a la cobertura de emergencias su tiempo libre. De ellas, cinco voluntarios conforman el núcleo operativo de la agrupación. Descuelgan el teléfono más por cortesía que por capacidad real para intervenir ante algún imprevisto. Sencillamente, porque no tienen medios a su disposición ni perspectiva de llegar a tenerlos.

«Un ejemplo. Tenemos tres vehículos, uno de pronta intervención y dos de personal. Pues bien, el Concello dispuso de uno de ellos en septiembre del 2017 para ponerlo en manos de la Policía Local», indican unos operarios que ya no ocultan ni su enfado ni su decepción. Más ejemplos. Los talkies con los que se comunican se antojan un milagro tecnológico, no tanto por su efectividad como por su inusitada longevidad, ya que no han sido repuestos en 22 años. Que esta gente cuenta con capacidad para ejecutar las más diversas intervenciones lo demuestran hechos como sus actuaciones a la hora de rescatar automóviles del río Ulla, gracias a las dos zódiac que poseen. Otra cosa es que tengan medios para pagar combustible.

«Somos una agrupación municipal, no somos una asociación, y así es como nos están tratando; somos parte de la estructura del Concello y necesitamos nuestro propio presupuesto», argumentan los voluntarios para concluir con una pregunta: «¿Es lógico que tengas que pagar de tu propio bolsillo un operativo? Pues así es como estamos».

La Voz de Galicia

Los «valeiros» levantan sus nasas butrón y constatan que «no hay anguila en el Ulla».

Mantienen la esperanza de que aumente su presencia, y la de la lamprea, en próximos días.

Los integrantes del colectivo de valeiros acudieron ayer al río Ulla, casi de madrugada, para proceder al primer levantamiento oficial de nasas butrón en la presente temporada de anguila. Y tras hacerlo constataron la escasez de este producto, que se hace extensiva a la lamprea que tratan de capturar aguas arriba, a la altura de Pontecesures.

«No hay anguila en el Ulla», aseguraba, resignado, uno de los pescadores que se centran esta campaña y largan sus aparejos en la zona próxima a las Torres do Oeste. Otro que lo hace cerca de Cortegada (Vilagarcía) regresaba a tierra con la misma resignación, al tiempo que coincidía al declarar que «tampoco estamos pescando lamprea».

En cualquier caso el sector no desespera y aún confía en que las dos especies puedan hacer acto de presencia en los próximos días, aprovechando que el caudal del Ulla ha subido.

Faro de Vigo

Los «valeiros» aseguran que se mantiene la escasez de lamprea y aparece poca anguila.

Los pescadores hablan de «pobres capturas» en el Ulla y esperan que la subida del caudal les ayude -La actividad se intensifica en Pontecesures y desde Catoira hacia Cortegada.

Ayer comenzaba la campaña de pesca de anguila en aguas continentales -el río Ulla-, aunque a pesar del mal tiempo algunos pescadores ya la habían iniciado el viernes, coincidiendo con la apertura de la temporada en aguas marítimas -la ría-. Y lo que han visto tras los primeros lances de las nasas butrón y después de levantar las primeras caceas es que «este año tampoco hay anguila».

Lo peor de todo, lamentan los pescadores de las cofradías de Rianxo y Carril que integran el colectivo de valeiros autorizados para la pesca de anguila -18 barcos y 37 tripulantes-, es que «por si no fuera suficiente con la escasez de anguila se mantiene la de lamprea», detectada durante las últimas semanas en aguas de Pontecesures.

Ya se había explicado que la temporada de lamprea comenzó fuerte, con buenas y madrugadoras capturas, pero aquello se quedó en un espejismo, ya que el caudal del río bajó y el cartilaginoso pez dejó de aparecer.

Ahora los valeiros tienen la esperanza de que tras las últimas lluvias, una vez recuperado el nivel del agua, la lamprea empiece a remontar el cauce con mayor intensidad. Al igual que confían en conseguir ingresos extra dedicándose a la pesca de la anguila.

«Pero de momento ni una cosa ni la otra», explicaban ayer algunos de los pescadores tras levantar las nasas butrón empleadas para pescar lamprea; antes de depositarlas nuevamente en el agua para dejarlas caladas hasta hoy y dirigirse río abajo para colocar también los aparejos de la anguila entre las Torres do Oeste (Catoira) y Cortegada (Vilagarcía).

Roberto, uno de los valeiros de Carril, levantó ayer las nasas de lamprea en Pontecesures -capturó tres ejemplares- antes de dirigirse río abajo para largar los aparejos de la anguila por primera vez esta temporada, respetando la fecha de apertura establecida por la Consellería de Medio Ambiente

Lo hizo a la altura de Abalo (Catoira), donde hoy estará de nuevo a eso de las seis de la madrugada para proceder a levantar esas nasas. «Y será entonces cuando veamos si hay anguila o no; si vale la pena seguir viniendo o hay que dedicarse a otra cosa», reflexiona el pescador.

No cabe duda de tanto para él como para los demás valeiros la actividad ayer resultó frenética en el Ulla, aunque según el testimonio del propio sector ese esfuerzo no se ve reflejado en los resultados obtenidos.

Y es que si bien es cierto que ayer volvió a pescarse lamprea, los valeiros alegan que «son demasiado pocas y no hay suficientes para atender toda la demanda».

El precio tampoco es tan alto como en otras ocasiones, ya que los ejemplares capturados «son de tamaño pequeño o mediano», por lo que se despachan a entre 25 y 40 euros la pieza, lejos de los 50 o 60 euros que puedan pagarse por los ejemplares más grandes.

«Si no entra lamprea en abundancia es complicado encontrar piezas buenas», esgrimen los pescadores mientras esperan a que las capturas de esta especie y de anguila aumenten.

Faro de Vigo

El valgués de 80 años muerto al volcar su tractor sufrió otro accidente igual en 2016.

Hace tres años el vehículo agrícola se precipitó a un cauce fluvial y le cayó encima, pero fue rescatado y todo se quedó en un susto -Esta vez, a escasos metros de ese lugar, murió en el acto.

Francisco Barreiro Cordo, de 80 años de edad y vecino de la parroquia de Cordeiro, en el Concello de Valga, perdió la vida ayer tras quedar atrapado bajo el tractor que conducía. Sucedió a escasos metros de su casa y del mismo lugar en el que sufrió un accidente casi idéntico en marzo de 2016, en aquella ocasión con la suerte de salir airoso.

La fatalidad quiso que perdiera la vida en circunstancias muy parecidas, con un accidente casi calcado al anterior, prácticamente a la misma hora que entonces, en la aldea de al lado y en una carretera que conocía a la perfección. Esta vez fue en Balleas, mientras que el suceso de 2016 tuvo lugar en Barcia.

Pasaba ligeramente de la una de la tarde cuando Francisco Barreiro Cordo salió de ese segundo lugar, donde está su casa, al volante de un tractor con el que se dirigía a una finca cercana. Era algo a lo que estaba acostumbrado, ya que pilotaba este tipo de vehículos desde hace más de tres décadas.

Cuando circulaba por una pista asfaltada del rural, parece que de pronunciada pendiente, la rueda delantera derecha se subió a un pequeño desnivel y el vehículo agrario volcó, atrapando debajo al octogenario.

Se dio la voz de alerta inmediatamente y al lugar se desplazaron vecinos, amigos, familiares y efectivos del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga y de Bombeiros Vilagarcía. Pero ya nadie pudo hacer nada por salvarle la vida. Había muerto prácticamente en el acto.

El rescate del cadáver resultó laborioso, debido al peso del tractor y lo poco accesible que resultaba el terreno.

Aunque quizás mucho más complicado había resultado el operativo hace tres años, después de que el tractor de Francisco Barreiro Cordo cayera al río. La diferencia es que entonces este conocido vecino de Valga sí pudo contarlo.

Tenía 77 años cuando sufrió aquel aparatoso accidente de circulación con su tractor, el cual durante unos minutos lo mantuvo aprisionado -aplastándole una pierna- en el cauce del Louro.

Tuvo suerte, pero sobre todo le ayudó el hecho de que el caudal de este afluente del río Ulla fuera muy bajo después de un tiempo sin llover, lo cual evitó que muriera ahogado y propició que los servicios de emergencias lo sacaran de debajo del tractor con rapidez.

Con ayuda de la grúa de un camión había sido posible levantar unos centímetros el tractor para facilitar el rescate Francisco Barreiro Cordo y poder trasladarlo en la ambulancia que esperaba sobre el puente.

De ahí que solo sufriera cortes y magulladuras, de los que fue tratado en el centro de salud de Valga y, posteriormente, en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.

Desde allí el propio Francisco Barreiro declaraba a FARO DE VIGO que se encontraba bien y que todo había sido «un susto».

«Me duele la pierna, pero estuve consciente y espero volver pronto a casa», manifestaba el herido apenas tres horas después de aquel suceso.

Ayer, como queda dicho, este experimentado conductor de tractores no tuvo la misma suerte que entonces y falleció cuando hacía algo que le gustaba y muy cerca de su seres queridos.

Hace tres años no fue necesario usar el helicóptero medicalizado que se había desplazado hasta el lugar para rescatarlo. Ayer ni siquiera dio tiempo a que la aeronave acudiera a Valga porque el conocido vecino de Barcia falleció inmediatamente.

Faro de Vigo

La flota inicia la pesca de anguila en el Ulla, desde las Torres do Oeste hasta Cortegada.

El colectivo de valeiros dedicado a la pesca de lamprea en el río Ulla, a la altura de Pontecesures, confía en que con las lluvias aumente el caudal y se incrementen las capturas del preciado pez cartilaginoso. Pero independientemente de esto, desde el lunes podrán diversificar la actividad, ya que comienza la campaña de la anguila, a desarrollar desde el puente interprovincial que une Catoira con Rianxo, a la altura de las Torres do Oeste, hasta los alrededores de la isla de Cortegada.

Se subdivide el ámbito de actuación en tres zonas. La primera de ellas abarca el tramo del río comprendido entre el puente de Catoira, como límite superior, y la línea recta imaginaria que une Punta Palleiro con Punta Grandoiro. La Zona B o media se sitúa entre esa última línea imaginaria y, como límite inferior, la que une la playa Longa con Punta Seveira.

La zona baja de pesca de anguila comprende desde la línea imaginaria que une playa Longa con Punta Seveira, como límite superior, y, la línea imaginaria que une Punta Seveira con Punta Rebordexo y su continuación.

Esta última bordea la isla de Cortegada hasta el faro del dique de Carril, excluyendo la isla.

La Consellería de Medio Ambiente, encargada de regular esta actividad, advierte de que la zona denominada O Cebal permanecerá en veda para todo tipo de capturas con nasa butrón desde el 15 de julio al 15 de septiembre. Se sitúan sus límites entre la línea imaginaria que une Bamio con Punta Corveiro, en la isla de Cortegada; la línea de costa de Cortegada que une Punta Corveiro con Punta do Vado; y la que une Punta do Vado con la zona superior de los viveros de Carril.

Son prácticamente los mismos pescadores de lamprea los que van a dedicarse a la escurridiza anguila. Se trata de 37 tripulantes pertenecientes a las cofradías de Carril y Rianxo que van a poder desplegar su labor a bordo de 18 embarcaciones, empleando para ello el arte de la nasa butrón, como sucede con la propia lamprea.

Estos aparejos deben tener una malla no inferior a catorce milímetros y deberán ser revisados y levantados diariamente, suspendiéndose las labores de pesca desde las 12.00 horas de los sábados hasta las 12.00 horas de los lunes.

Con carácter general esta actividad pesquera podrá realizarse entre 20 y 23 días al mes, con un máximo de 197 días autorizados para esta temporada, hasta el 31 de octubre.

Faro de Vigo

Los valeiros constatan la abundancia de lamprea y venden las primeras a 50 euros.

Los pescadores consiguieron ayer una veintena de ejemplares -La expectación ante la llegada de la «dama del Ulla» a las gélidas aguas del río en Pontecesures sigue en aumento.

Los pescadores de las cofradías de Carril y Rianxo dedicados a la pesca de lamprea en el río Ulla, que en las dos jornadas anteriores habían sumado una treintena de piezas, extrajeron ayer en sus nasas butrón otros veinte ejemplares.

Esto demuestra que el cartilaginoso pez parece este año más abundante que de costumbre, o al menos más madrugador.

De ahí que los armadores y tripulantes que integran el colectivo de valeiros confíen en completar «un buen año».

Además el precio parece bueno, pues sin llegar a los 150 euros por ejemplar que se pagó el año pasado por los dos primeros, y que para muchos fue «desorbitado», las dos primeras lampreas de esta temporada parecen haberse despachado a 50 euros.

Así lo indican los propios valeiros, aunque no es sencillo tener referencias claras sobre la cantidad y precios reales, ya que las despachan directamente entre sus clientes habituales, sobre todo restaurantes especializados en la preparación de este preciado pez que en esta época del año remonta el río para desovar.

Como se explicaba ayer las condiciones son inmejorables para que realice ese movimiento migratorio, con viento del norte, anticiclón, temperaturas bajas e importante caudal. Pero además el estado de las mareas también ayuda, de ahí que ayer los valeiros levantaran esas veinte piezas en sus nasas butrón, a pesar de que por ahora solo está operativa la mitad de la flota.

Faro de Vigo