El alcalde de Pontecesures tilda de «ridícula» la ayuda de la Deputación a los hosteleros y comerciantes.

El Ayuntamiento aporta 25.000 euros para complementar las ayudas del segundo Plan de Rescate de la Xunta.

El Concello de Pontecesures aportará 25.000 euros al segundo Plan de Rescate de la Xunta de Galicia para ayudar a los hosteleros, pymes y autónomos afectados por la tercera ola de la pandemia del coronavirus. La primera convocatoria de ayudas autonómicas repartió 48.000 euros en el municipio pontevedrés.

La Deputación de Pontevedra destinará otros 8.800 euros a Pontecesures. El alcalde cesureño, Juan Manuel Vidal Seage, ha tachado de «ridícula» la cantidad de dinero destinada por la administración provincial porque «hai que ter en conta todo o tecido comercial e hostaleiro» que tiene la localidad.

Nivel máximo de restricciones

El 21 de marzo es la festividad de San Lázaro que sirve de «pistoletazo de saída» para la Fiesta de la Lamprea del río Ulla que, por segundo año consecutivo, no se podrá celebrar por la covid-19. El regidor popular lamenta que este año tocará «estar pechados, xa chove sobre mollado, hai moitos veciños coa auga no pescozo, e a situación é prácticamente insostenible».

Vidal Seage ha recibido este viernes a los hosteleros de Pontecesures que, desde hoy, vuelven a tener que cerrar sus establecimientos por la entrada en vigor de las medidas del nivel máximo de restricciones. El alcalde se ha comprometido a solicitar una reunión con la gerencia del Sergas para trasladarle que el sector está «sobrepasado« y, en varios casos, en riesgo de tener que cerrar para siempre.

Quince barcos inician el 1 de febrero en el Ulla la pesca de la anguila.

La Consellería de Medio Ambiente publicó ayer en el DOG la normativa que regula la pesca de la anguila en la desembocadura del río Ulla durante la próxima temporada, que se extenderá desde el 1 de febrero hasta el 31 de octubre. La orden autoriza a faenar a 15 embarcaciones con 35 tripulantes pertenecientes a la Cofradía de Pescadores Santiago Apóstol de Carril (Ribeira) y a la Cofradía de Virxe do Carmen de Rianxo. El número máximo de tripulantes por embarcación será de tres.

Con la resolución queda aprobada la renovación del plan de aprovechamiento específico de esta especie para 2021 y se mantienen los principales requisitos que rigieron durante la campaña anterior. De este modo, el tamaño mínimo de las capturas queda fijado en 20 centímetros, con el deber por parte de los pescadores de devolver al río aquellos ejemplares que no den la talla, así como las anguilas plateadas y otros tipos de pescados que puedan entrar en las nasas. https://f9c2883abf748b2a71a71d66f8533408.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Para poder practicar la pesca de anguila en el Ulla el único arte permitido será la nasa-voitirón, con un tamaño de malla no inferior a 14 milímetros y un límite de 80 nasas al día por embarcación. Las nasas deberán ser levantadas y revisadas diariamente y tendrán que vaciarse lo más rápido posible para evitar la muerte de las capturas accidentales. El horario es, con carácter general, desde las 12.00 horas del lunes hasta las 12.00 horas del sábado, con un máximo de ocho horas diarias de trabajo.

El Correo Gallego

Encadenan los barcos en el pantalán del Ulla para evitar robos y Portos obliga a retirarlos.

Hartos de sufrir robos en sus embarcaciones, los valeiros de Pontecesures optaron por amarrarlas con cadenas al pantalán situado en el río Ulla. En los últimos años ya han desaparecido varios motores del muelle e incluso una embarcación, que después apareció en el fondo del río totalmente desvalijada. Gruesas cadenas con sus correspondientes candados pueden ser un remedio para disuadir a los amigos de lo ajeno, pero Portos de Galicia no lo va a permitir por más tiempo. La guardamuelles ya ha advertido a los valeiros -que empezaron la temporada de la captura de la lamprea el pasado día 4- de que esta práctica está prohibida y desde Portos de Galicia confirmaban ayer a este diario que, no solo está prohibida, sino que se urgirá a los valeiros de forma inmediata para que retiren estas cadenas. En caso contrario se exponen a sanciones por dos conceptos: por uso indebido de las instalaciones portuarias y por daños en las mismas si se comprueba que se ha agujereado el pantalán para colocar las cadenas. Entre tanto, un portavoz de los valeiros -que está conformado por cinco profesionales- se entrevistó con el alcalde cesureño el lunes para pedirle su mediación ante la Xunta en busca de una solución. Vidal Seage intentaba ayer por la mañana contactar con el responsable de la zona sur de Portos para hablar del tema, pero parece que al regidor no le queda mucho margen de maniobra. En todo caso, lo que sí anuncia es que aprovechará la visita que tiene pendiente con la conselleira do Mar para solicitar que en las obras que está previsto acometer en la zona portuaria se acometa algún tipo de actuación que aporte una solución a esta flota. Por su parte, los valeiros expresaban ayer su indignación por esta situación que, dicen, complica todavía más su actividad. «Todas son trabas e así non se pode traballar, van facer que isto desapareza», indicaba uno de ellos en relación a una actividad que, en sus buenos tiempos, daba trabajo a cuarenta personas. Este mes solo son cinco los que iniciaron una campaña que arrancó con el lastre que supone el descenso de ventas debido al cierre de la hostelería como consecuencia de la pandemia. Hay pocas capturas, las ventas se resienten y, a mayores, los valeiros deben hacer frente a problemas relacionados con las infraestructuras. Además de no poder utilizar cadenas para asegurar sus barcos en el pantalán, tampoco encuentran sitio en las inmediaciones del muelle para poder aparcar sus vehículos, lo cual complica las labores de carga y descarga de combustible y de las artes de pesca y de las capturas. «Temos que andar medio quilómetro con roupa de augas», se lamentan los afectados.

La Voz de Galicia

En O Milladoiro se van a comer las primeras lampreas del río Ulla.

En O Milladoiro se van a comer las primeras lampreas del río Ulla

Miguel Barreiro pescó los tres ejemplares de entre 1,2 y 1,4 kilos, que vendió al Mesón O Polígono.

  • Las primeras lampreas del rio Ulla llegaron ayer a Pontecesures, y ya tienen destino: O Milladoiro, en el municipio de Ames. Fue el pescador pontecesureño Miguel Barreiro el que capturó los tres primeros ejemplares que ya ha vendido al Mesón o Polígono de la localidad amiense.

“Han pesado entre 1,2 y 1,4 kilogramos y las hemos vendido a 50 euros la pieza”, explicaba a este periódico el valeiro, que considera que aunque el río va lleno de agua y hace presagiar abundancia de lamprea, “las escasas ventas, como paso el año pasado, al cerrarse restaurantes y bares por la pandemia de la COVID, nos hacen temer que no será una buena temporada”, https://90bedd49b8740108ccdc61b96fd275cf.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Y es que de las catorce embarcaciones de Carril y Rianxo que podían empezar a faenar el lunes la lamprea en la zona del Ulla, tan sólo cinco colocaron sus nasas de butrón en el río. “Las otras prefieren, al menos de momento, dedicarse a otras artes que son más rentables, y más adelante irán viendo como va esto”, contaba ayer Barreiro, fiel a su encuentro con la lamprea desde hace muchos años.

También son fieles sus compradores, ya que los propietarios del Mesón o Polígono de O Milladoiro siempre adquieren sus lampreas. “Si, desde hace tres o cuatro años se las compramos a él”, nos cuenta Lucho Cordo, que junto a su mujer Pili Fernández Gago regenta el Mesón. Afirma que ella, que nació y se crió en Pontecesures, cuenta con un don especial para la cocina, De familia hostelera, lleva más de un cuarto de siglo dedicada al oficio y será Pili Fernández la que cocinará las lampreas al modo más tradicional, “a la bordelesa”, esos ejemplares que han adquirido a Miguel Barreiro.

“Como tenemos que cumplir los protocolos de la pandemia, aquí en el local serán dos personas quienes la degustarán, el resto la llevarán para casa”, explica Lucho.

CAMPAÑA La campaña de la lamprea se abrió el pasado día 3 y estará operativa hasta mediados abril, En total están autorizadas este año catorce embarcaciones de la Cofradía de Carril y Rianxo, con un total de treinta y un tripulantes. También siguen faenando las pesqueiras tradicionales, aunque éstas capturan para autoconsumo.

Los valeiros han abierto la campaña con muchas dudas. La pandemia de coronavirus condiciona mucho el arranque de la temporada, debido a la situación de la hostelería y las restricciones de movilidad. Por ello, hay un elevado grado de incertidumbre entre los pescadores.

Ayer, las cinco embarcaciones que faenaron en el Ulla pescaron un total de diez lampreas. Pese al pesimismo, en la zona lograron venderlas incluso por 50 euros, mientras que en otras áreas en las que también se pesca lamprea, como en el Miño, tan sólo se pagaron a 25 euros la pieza.

El Correo Gallego

El parón de la hostelería ensombrece el inicio de la campaña de la lamprea.

Una decena de ejemplares inauguraron la temporada de pesca en el Ulla

A estas alturas, los valeiros del Ulla -la mayoría son de Pontecesures, otros de Rianxo– han demostrado sobradamente su capacidad de resistencia. Su plasticidad para adaptarse a unas condiciones de trabajo cada vez más adversas, a unas normativas que en ocasiones se contradicen. Para ello tienen que jugar con las escasas cartas que tienen a su favor, calibrar los tiempos que pasan en cada zona de trabajo, calcular cuándo vale la pena dejar la ría y remontar el río. Este fin de semana, cinco embarcaciones decidieron estrenar la campaña de la lamprea en el río Ulla. Lanzaron los butrones y, tras dejarlos dos días en el agua, ayer por la mañana procedieron a levantarlos. En total, de su interior salieron alrededor de una decena de ejemplares, con un peso aproximado de kilo y medio por cabeza.

«Podían ser máis; foron dous días no río», explicaba tras las jornada de trabajo Miguel Barreira, miembro de la directiva de los valeiros. Aunque sus palabras suenan a queja, no lo son: él y sus compañeros saben que se les viene encima una campaña especialmente complicada. Y esta vez, la culpa no la tiene ni el río, ni el tiempo. «O río trae auga, choveu ben todo o inverno. E está frío, tira de Norte». Así que los primeros días de pesca de la lamprea deberían ser buenos. «A lamprea non fai sempre igual. Pero este ano, tendo en conta como están as cousas, debería empezar a subir antes», explica el valeiro.

En los próximos días se verá si se cumplen o no esos buenos augurios. También están los malos: la lamprea es un producto que en su mayor parte se comercializa a través de restaurantes y negocios de hostelería que han hecho de la elaboración de este misteriosos y extraño animal su bandera. Y este año, la hostelería está como está. Un virus mucho más misterioso y extraño que el pez ha puesto todo patas arriba, también los cálculos y previsiones de los valeiros. Estos, ya notaron en marzo los efectos devastadores de la pandemia. «Cando pechou todo, quedamos sen ter a quen lle vender a lamprea». Así que la campaña se interrumpió cuando estaba cogiendo color y calor.

Incertidumbre

Ahora se retoma, pero envuelta en una incertidumbre sin precedentes. Entre las limitaciones a las que está sometido el sector hostelero y una movilidad constreñida por el cierre de muchos a ayuntamientos, la situación no es nada halagüeña. «Temos que ir mirando», explican los valeiros, cuando ayer volvieron al muelle, envueltos en una gélida mañana de invierno. Volverán a salir al río a trabajar mientras el mercado no les diga lo contrario. De hecho, calculan que a lo largo de los próximos días algunos de sus compañeros que aún siguen trabajando al bou en la ría, se sumarán a ellos en el Ulla. A ver qué dispone el futuro.

La Voz de Galicia

El cierre de la hostelería desanima a los “valeiros” y solo cuatro salen a por lamprea.

La campaña arranca el lunes con participación escasa | Funcionarios de la Xunta precintan en Pontecesures las nasas de los pescadores que trabajarán en el río Ulla.

Los “valeiros” y los funcionarios de Patrimonio Natural, ayer en Pontecesures. |  // IÑAKI ABELLA

Los “valeiros” y los funcionarios de Patrimonio Natural, ayer en Pontecesures.

Los “valeiros” comienzan el lunes la campaña de la lamprea del río Ulla con muchas dudas. La pandemia de coronavirus condicionará mucho el arranque de la temporada, debido a la situación de la hostelería y las restricciones de movilidad. Por ello, hay una gran incertidumbre entre los pescadores, y ayer únicamente largaron los butrones cuatro, socios todos ellos de la cofradía de Carril.

Faro de Vigo