La maleza empieza a afectar al puente romano entre Pontecesures y Padrón.

Aunque a muchos pueda parecerles incluso una imagen atractiva, lo cierto es que las malas hierbas que crecen en las paredes del puente romano que cruza sobre el río Ulla para unir los ayuntamientos de Pontecesures y Padrón afectan considerablemente a la estructura. La necesidad de tareas de mantenimiento en este transitado viaducto interprovincial sobre el que discurre la carretera Nacional 550 parecen más que evidentes, como lo demuestra esta imagen tomada ayer desde la orilla coruñesa.

Faro de Vigo

Los valeiros capturan en el Ulla otras seis lampreas, vendidas a 60 y 80 euros la pieza.

Las capturas aún son flojas, pero al menos rompen la tendencia de la dos primeras semanas – No llegan al consumidor de a pie porque los restaurantes especializados se las quedan todas.

Una decena de embarcaciones levantaron ayer las nasas butrón caladas en el río Ulla desde el sábado, y de su interior extrajeron al menos seis lampreas, aunque pudieron ser algunas más, ya que hay pescadores que prefieren que no se conozcan sus capturas.

Tampoco confiesan el precio a las que se venden, pero FARO DE VIGO está en condiciones de indicar que esas seis piezas en concreto se pagaron a 60 y 80 euros, dependiendo del tamaño y del restaurante que las comprara.

Fueron dos negocios los que se quedaron con toda la mercancía, ambos ubicados en la orilla coruñesa del cauce fluvial, en el Concello de Padrón. Uno de ellos es el restaurante parrillada Flavia, que repite protagonismo. No hay que olvidar que su propietario Ángel Rodríguez, es quien el sábado adquirió la primera lamprea de la temporada, por la que pagó 150 euros al pescador pontecesureño Ramón Agrasar, que ayer no tuvo la misma suerte y se fue de vacío.

Dicho establecimiento, donde ayer mismo a la hora del almuerzo se saboreaba el ejemplar del sábado, adquirió en esta nueva jornada de pesca en el Ulla otros tres ejemplares, que se cocinarán también al estilo bordelesa entre hoy y mañana.

«Lo cierto es que esta primera lamprea del año estaba deliciosa, y confiamos en que estas tres que hemos adquirido hoy -ayer para el lector-, esta vez a un precio de sesenta euros, resulten igual de buenas», manifestaba durante la sobremesa el propio Ángel Rodríguez.

Los otros tres peces extraídos por el colectivo de pescadores conocidos como valeiros tuvieron que recorrer pocos metros desde el embarcadero, ya que fueron adquiridos por Casa Farrucan, un negocio situado en la otra orilla del río, cerca del puente romano que une las provincias de Pontevedra y A Coruña, entre Pontecesures y Padrón.

«Somos la cuarta generación de una familia especializada en la preparación de lamprea, por lo que estamos encantados de poder ofrecer ya estas tres primeras piezas, como siempre al estilo bordelesa», indicaba la responsable del restaurante Farrucan, donde pagaron unos sesenta euros por ejemplar, todos de entorno a 1,3 o 1,5 kilos.

Faro de Vigo

Capturan en Cesures la primera lamprea del Ulla, que se cocinará hoy en Padrón.

Ramón Agrasar, naseiro de Pontecesures, conocido como O fillo de Lola, capturó en el día de ayer sobre las doce de la mañana la primera lamprea de la temporada en el río Ulla, a su paso por este municipio. La pieza pesó aproximadamente un kilo trescientos gramos y fue vendida por 150 euros. «Xa tardaba», expresó Agrasar satisfecho por la captura, después de once días echando las nasas sin éxito. La falta de precipitaciones «fixo que non houbera case auga no río nestas primeiras semanas», explicó sobre esta campaña, que arrancó el pasado día 3 de enero. Y este primer ejemplar llegará hasta los fogones de un conocido establecimiento de Padrón: el restaurante Flavia. Su propietario, Ángel Rodríguez (que también regenta O Santiagüiño) se hizo con la primera lamprea por un valor de 150 euros. Según él mismo explicó, será cocinada a la bordalesa, acompañada de arroz y picatostes, hoy, en el restaurante Flavia. «Levamos uns trinta anos traballando no restaurante coa lamprea e sempre a guisamos deste xeito, xa tradicional na zona», señaló Ángel Rodríguez. Para degustar el manjar juntará a un grupo de 4 o 5 amigos.

El Correo Gallego

Satisfacción generalizada con la remozada plaza de Pontecesures.

Vendedores y compradores se muestran «encantados» con las flamantes instalaciones del mercado municipal pontecesureño.

Satisfacción. Esta es la palabra que mejor parece definir el sentir de vendedores y compradores en la plaza de abastos de Pontecesures, recientemente remodelada y dotada de un aspecto mucho más moderno, pero sobre todo adaptada a la normativa sanitaria y dotada de todas las comodidades y servicios posibles, a pesar de que se trata, lógicamente, de unas instalaciones de pequeño tamaño, sobre todo si se comparan con inmuebles similares ubicados en otros puntos de la comarca de O Salnés.

Situado en pleno centro de la villa ribereña, entre la estación de ferrocarril y el río Ulla, este mercado municipal aspira a revitalizarse y a generar un importante movimiento económico e incluso social en la localidad, tal y como pretendía el gobierno del conservador Juan Manuel Vidal Seage cuando impulsó este proyecto de la mano de la Xunta.

Dispone de una cantina, que todavía está sin explotar, junto a siete puestos de venta, tanto de frutería como pescaderías, carnicería y panadería, además de disponer de aseos públicos.

Muy luminosa, ordenada y limpia, la plaza pontecesureña responde a los cánones que definen a este tipo de centros de negocio «de proximidad y confianza» en los que se ofrece la máxima calidad en los diferentes productos.

Con una inversión de unos 150.00 euros, las obras ejecutadas incluyeron tanto la remodelación del mercado como la creación del centro interpretativo y escaparate de promoción de la lamprea.

En el primer caso se procedió a la homogeneización interior de la plaza, con cambios en su distribución, renovación del pavimento y de las paredes y dotación de nueva iluminación.

Según explicó en su momento el alcalde, estos trabajos estuvieron encaminados a conseguir el distintivo de «mercado excelente», tratando también de convertir al conjunto del inmueble en «un espacio con más contenido, en el que se realice un intercambio cultural e incluso se puedan degustar los productos que se ofertan».

De ahí que en el proyecto se incluyeran la apertura de la cafetería y una pérgola exterior. «Es una oportunidad única para revitalizar la vida del mercado, apostando claramente por transformarlo en un punto de venta especializado en el que destaquen los productos locales», manifestaba hace meses el propio Vidal Seage.

En cuanto a la Casa da Lamprea, terminada a pesar de los actos de vandalismo que trataron de sabotearla, se sitúa en la parte exterior de la plaza, por el lado que da al río. Es la sala destinada a pesaje y facturación de las lampreas, pero también se quiere que ejerza de escaparate en el que promocionar al afamado y primitivo pez cartilaginoso.

Con un presupuesto de unos 68.000 euros, la Casa da Lamprea se presenta como «un nuevo espacio volcado en el Ulla» que debe ejercer de «punto de encuentro» para afianzar la relación de Pontecesures con el río.

El alcalde sostiene que hará las funciones de «punto de información y comercialización» de la que muchos conocen como «dama del Ulla».

Faro de Vigo

Los valeiros capturan la primera lamprea de la temporada, vendida por 150 euros.

Es un ejemplar de 1,3 kilos pescado por Ramón Agrasar, en Pontecesures, a bordo de la lancha «Viviana» -Fue adquirido por Ángel Rodríguez para el restaurante Flavia, de Padrón.

El pontecesureño Ramón Agrasar de Villanueva, integrante del colectivo de valeiros de Pontecesures que había trabajado a diario -aunque infructuosamente- desde que hace dos semanas comenzó la temporada, fue ayer el encargado de sacar del río Ulla la primera y por ahora única lamprea del año.

Ángel Rodríguez Rodríguez, gerente de los restaurantes Flavia y Santiaguiño, así como de dos albergues, cumplió su palabra y, como había prometido al propio pescador cuando empezó la campaña, pagó 150 euros por esa pieza del primitivo, cartilaginoso y suculento pez, de aproximadamente 1,3 kilogramos de peso.

FARO DE VIGO había acompañado a Ramón Agrasar y a su esposa Tania, a bordo de la embarcación «Viviana», en la jornada de pesca del viernes. Como se explicó ayer empezaban a estar desesperados, pues la que se conoce como «dama del Ulla» seguía sin aparecer en el río, sin duda debido a su escaso caudal.

Finalmente la suerte les sonrió y ayer a media mañana levantaron la nasa butrón en cuyo interior estaba la primera pieza, y lo hicieron mientras el comprador los observaba desde el puerto, por lo que el trato se cerró de inmediato.

Fue un momento emotivo, pero sobre todo supuso un respiro para Ramón y Tania después de dos semanas de intensa faena y nulos resultados.

Ni que decir tiene que rebosaban alegría, pues capturar la primera lamprea se ha convertido en algo así como pescar el «campanu», el primer salmón de la temporada en los ríos asturianos y cántabros.

«Estuvimos todos los días al pie del cañón y empezábamos a preocuparnos, por eso ahora estamos tan felices», acertaba a explicar Ramón, un pescador de 32 años que el viernes bromeaba diciendo que nació «en el río», ya que se dedica a la pesca desde que tiene uso de razón.

Mientras recibía felicitaciones y posaba para hacerse fotos con la lamprea, su esposa y uno de sus hijos, el cual «lleva el río en la sangre», el comprador del preciado pez explicaba que va a ser elaborado en su estilo mas tradicional, a la bordelesa, en el restaurante Flavia, situado al lado del campo de fútbol del Concello de Padrón.

«Ya la tenía encargada desde el primer día de la temporada porque tengo unos clientes muy fieles y unos grandes aficionados a la lamprea que me pidieron que la consiguiera como fuera; y eso he hecho», explica Ángel Rodríguez.

Inicialmente, dado que las capturas eran inexistentes, el propietario del restaurante y sus clientes habían pactado degustar la lamprea la semana que viene. Pero los acontecimientos se precipitaron ayer con la captura del primer ejemplar, de ahí que el hostelero estudiara la posibilidad de organizar la degustación ayer mismo, como cena, o bien esta tarde, en el almuerzo.

«Estamos encantados y es para nosotros un honor poder servir la primera lamprea del Ulla de la presente temporada», presumía Ángel Rodríguez antes de felicitarse por haber tenido la suerte de presenciar esta captura en directo.

El empresario confirmó a FARO el pago de 150 euros por este primer ejemplar -es la misma cantidad que se abonó el año pasado- y mostró su deseo de que a partir de ahora la lamprea empiece a abundar, lo cual es algo que anhelan especialmente los pescadores de Pontecesures, Rianxo y Vilagarcía que integran el colectivo de los valeiros.

«Lo que me da pena es que en lugar de una sola pieza este chico no pescara tres o cuatro, pues se las habría comprado todas», resaltó Ángel Rodríguez antes de dirigirse a su restaurante.

Faro de Vigo

La ausencia de precipitaciones dificulta la campaña de la lamprea en el río Ulla.

La flota todavía no ha conseguido capturas y las perspectivas no son nada halagüeñas para esta temporada -Ayer solo salió a faenar una embarcación de las 18 autorizadas.

La campaña de la lamprea no augura buenas perspectivas. La flota autorizada para explotar este recurso en el río Ulla se ha encontrado con la total ausencia de piezas desde que se inició la campaña y las previsiones, de cara a los próximos días, no son nada positivas. Así lo reconoce el presidente de los valeiros, Antonio Pesado, que ayer aseguraba que «todavía no hemos capturado un solo ejemplar».

El motivo de esta situación viene dado por la ausencia de precipitaciones de los últimos meses. Esto ha provocado que el nivel del río, a su paso por Pontecesures, haya bajado considerablemente con respecto a años anteriores y las lampreas «no han conseguido orientarse todavía al no llegar al mar el volumen suficiente de agua dulce que favorecería su llegada».

El tipo de arte que utilizan los valeiros para capturar la lamprea tampoco les favorece, ya que la nasa, muy similar a la utilizada para capturar anguilas, se deposita en el fondo y «cuando el río baja con poca agua, las lampreas que entran acostumbran a desplazarse por aguas superficiales, con lo que resulta muy complicado que acaben entrando en las nasas». Más sencillo lo tienen en el río Miño, donde está autorizada una especie de volanta que permite capturar las lampreas pese a existir un importante descenso en el volumen de agua del río. Las perspectivas también han provocado que la flota no acuda a Pontecesures. De hecho, el primer día de campaña participaron siete u ocho embarcaciones de las 18 autorizadas, una cifra que se redujo ayer hasta la cifra de un único barco. «Todos estamos esperando a que lleguen las lluvias para que el cauce del río crezca, o de lo contrario, será complicado que se registren capturas», explica Pesado.

Una situación similar a la que se está dando en este inicio de 2017, con ausencia total de capturas, es algo que no les había ocurrido a los valeiros en los últimos años, apunta Pesado.

Las 18 embarcaciones de los valeiros vieron como se abría la campaña el pasado 2 de enero, una campaña que se extenderá hasta el día 15 de abril, como ha ocurrido en los últimos años. Desde hace dos años, los valeiros cuentan con un punto de venta en el propio muelle de Pontecesures, desde el que comercializan directamente las capturas a un precio que apenas supera los 30 euros, salvo las primeras semanas, donde capturar el que algunos consideran como un auténtico manjar, puede suponer un desembolso de unos 50 euros. La venta se realiza a un precio acordado con el cliente.

La zona de captura que poseen es de poco más de un kilómetro a lo largo del Ulla a su paso por Pontecesures. Los valeiros pueden largar los aparejos tan solo en una banda del río según estimen oportuno, dejando la otra totalmente libre. La opción más utilizada es la del margen de Pontecesures, al contar con mayor presencia de rocas.

Faro de Vigo