FCC dice que no puede garantizar la recogida de basura si no se renuevan los camiones.

La concesionaria del servicio recuerda que es responsabilidad de Serra do Barbanza adquirir nuevos vehículos.

Tras el malestar que han generado los problemas con la recogida de basura registrados en los últimos días en los ayuntamientos que envían sus residuos a la planta de la mancomunidad Serra do Barbanza, la empresa concesionaria, FCC, ha recordado que es responsabilidad de la entidad supramunicipal renovar la flota de camiones y que, mientras esto no se haga, no pueden garantizar la adecuada prestación del servicio.

De hecho, FCC señaló que Serra do Barbanza debería haber adquirido nuevos vehículos en el 2013 y que las deficiencias del servicio que se produjeron en los últimos días por averías «son consecuencia de la sobreutilización» de la flota disponible. La empresa concesionaria también indicó que a día de hoy solo dispone de tres camiones operativos, por lo que no puede garantizar una recogida adecuada y que «mantiene informada a la mancomunidad de forma permanente del estado en que se encuentran los vehículos».

Ayuda provincial

La renovación de la flota es un problema que, si no hay imprevistos, podría resolverse pronto, al menos en parte, puesto que Serra do Barbanza ha firmado un convenio con la Diputación provincial para financiar la adquisición de tres camiones.

Por otro lado, FCC también recuerda que los contratos con los concellos de Ames, Rois y Pontecesures han vencido.

Grandes cantidades de basura se acumulan en una zona de monte de Herbón, en Padrón.

El vertedero está muy cerca del río Ulla y cada vez va a más, con restos de plantas de pimientos incluidas.

Hace un año, en estas mismas páginas, se publicaba la información de un gran vertedero de basura cerca del río Ulla en el monte de la parroquia de Herbón, en el municipio de Padrón. A día de hoy, la basura no solo no fue retirada, sino que fue a más. Así, justo debajo del puente de la autopista, se puede ver todo tipo de residuos: escombro, electrodomésticos, juguetes, uralitas y hasta una cantidad ingente de plantas de pimientos, tiradas a un lado del camino que conduce a las primeras pesqueiras del Ulla, las de Areas.

Por el camino se puede ver, además, plásticos de invernaderos y ruedas, entre otros residuos. Los vigilantes de recursos naturales de la Xunta hicieron en su día un informe sobre la acumulación de basura en dicho punto, pero esta no fue retirada con lo que ha ido a más y de forma reciente. Ejemplo de ello son las viejas plantas de pimientos de Herbón, arrancadas de invernaderos o fincas al aire libre que produjeron la temporada pasada. Con ello, es de suponer que, quien las tira allí, no es de muy lejos.

«Non entendo como a xente pode tirar as plantas no monte», asegura un vecino de Herbón en alusión a que son restos que se pueden quemar en las propias fincas o incluso fresar y utilizarlas como abono natural.

Plásticos de invernadero

A la vista de la cantidad de restos que hay tirados a un lado de la pista, en una zona de pendiente hacia el río Ulla, que queda a escasos metros, está claro que el basurero lleva años allí y lo seguirá estando a menos que se tomen medidas. También los plásticos tirados a un lado de la pista no son de ahora, a la vista de como ya están semienterrados por la propia maleza.

En el basurero hay, además, restos de obra, entre ellos, uralitas, que contienen un material, el amianto, prohibido por su alta toxicidad y, pese a ello, se sigue tirando en los montes, con el riesgo de que contamine aguas próximas, como las del río Ulla.

En Padrón, echar basura en el monte debería estar especialmente castigado ya que el Concello dispone de un punto limpio en el que los vecinos pueden depositar la basura, incluido los plásticos de los invernaderos. Este servicio no está disponible, por ejemplo, en municipios limítrofes como Rois o Dodro.

De acuerdo con un vecino de Herbón consultado, esta zona de monte son propiedades particulares, aunque hay una franja afectada por la obra de construcción en su día de la autopista, precisamente donde se concentra la mayor cantidad de basura. Esta irá a más sino se toman medidas ya.

La Voz de Galicia

Restaurantes secos de lamprea.

Los hosteleros de la comarca santiaguesa se disputan los pocos ejemplares que llegan, casi ninguno del Ulla.

Los pescadores y los hosteleros del área de Santiago dan casi por perdida la temporada de lamprea. La dos estaciones secas encadenadas mantienen inusualmente bajos los niveles de caudal de los ríos gallegos, y el Ulla no es una excepción. Los gestores de las pesqueiras de Padrón están desesperados, igual que los propietarios de restaurantes especializados de la comarca, que tienen que recurrir a los ejemplares que mandan desde el Miño, que también baja seco.

«Non hai nin haberá lamprea», augura Eduardo Sánchez, propietario de un vivero de lampreas en Santiago que está haciendo auténticos malabares para cumplir con los restaurantes de la comarca a los que suele distribuirles los ejemplares que normalmente consigue en el Ulla. «Este ano, nada de nada», lamenta. Aparecen algunas en Pontecesures, pero la gran mayoría proceden de las zonas de Arbo, Tui y A Guarda. «Non compensa facer 350 quilómetros e perder catro horas para acabar pedindo prezos disparatados», explica Sánchez, quien tiene pocas esperanzas en la temporada por cuanto el agua que caiga en los próximos meses se va a destinar para los embalses «e non vai encher os ríos, por moito que chova».

El Barrola, uno de los restaurantes compostelanos de referencia que apuestan por la cocina de temporada, va salvando las reservas con algún que otro ejemplar del sur que le sirve el propio Sánchez, pero el problema son los grupos que se reúnen con la disculpa de catar este controvertido pescado. «Este mes estuvo todo más parado», confirman desde el Fogar do Selmo, en Rois, que normalmente confía sus jornadas de río a las capturas del Ulla.

Algo similar le ocurre al Chef Rivera, en Padrón, que echa en falta «as lampreas, pero máis os clientes», dice con buen humor afrontando el final del siempre complicado mes de enero. El problema, sostiene, es que los precios tampoco invitan a insistir en esta apuesta gastronómica de temporada. «Unha lamprea de 1.500 ou 1.800 gramos da para dúas racións e media, pero se pagas pola peza 60 euros e a ración custa 36 euros, vai o comido polo servido», comenta Rivera, quien más allá de esta mala racha piensa que el mayor problema es la falta de interés entre los jóvenes por este bocado que no deja indiferente a nadie: «Hai xente que fai cen quilómetros para comela e outros non dan dous pasos», reflexiona.

Otros restaurantes de la capital han sufrido para ofrecerla a los clientes desde que abrió la veda, el 2 de enero. «Costó, pero fui apañando», comenta Manuel García, del Don Quijote, que está comprando lamprea de Arbo. Es todo un contratiempo, para el local de Galeras y para todos los que confían su mes de enero a este plato, que moviliza a muchos comensales antes de iniciar la temporada alta de los cocidos, que ya está ahí. En el Mesón de Lázaro, Pepe Mata la mantiene en la carta. ?l es del Ulla, conoce bien el río y tiene la esperanza de que las lluvias de estos días revuelvan un poco las aguas para que empiecen a caer en las redes. A pesar de ser otro de los locales con fama de cocinarla bien -a la bordelesa, rellena o en empanada- esta semana pasada solo ha servido tres ejemplares. «Saco adelante los compromisos», admite Mata, a quien ya se la han ofrecido «de fuera» y congelada: «Ni hablar», replica.

La Voz de Galicia

Sofocan un pequeño incendio en un aparato de baño del Concello de Padrón.

Un pequeño incendio declarado en un aparato secamanos de un baño de la planta baja del Concello de Rois movilizó ayer al Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Padrón. El fuego, sofocado rápidamente por un empleado con un extintor, provocó un humo negro que se expandió por las dependencias municipales, que tuvieron que ser ventiladas, al tiempo que los trabajadores fueron aislados durante un tiempo.

La Voz de Galicia

Padrón amplía el horario de carga y descarga matinal y lo abre a la tarde.

Tras la aprobación definitiva en pleno, con el apoyo de todos los grupos políticos, de la modificación de la ordenanza del Concello de Padrón que conlleva la peatonalización de todas las calles y plazas del casco histórico, su entrada en vigor se producirá quince días después de la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) del anuncio correspondiente. De este modo, el cierre al tráfico de las calles y plazas de la zona vieja que aún no lo están podría ser una realidad en torno a la fecha de Reyes.

El pleno extraordinario para la aprobación definitiva de la modificación de la ordenanza de circulación y uso de la vía pública apenas duró unos dos minutos, una vez que el gobierno local y los grupos de la oposición llevaban todo acordado de la comisión informativa celebrada el martes por la mañana. En la misma quedaron desestimadas las seis alegaciones que tanto vecinos como la Asociación de Empresarios de Padrón, Rois y Dodro habían presentado a la modificación, reclamaciones que tenían informes desfavorables de los servicios técnicos de Urbanismo y de los jurídicos del Ayuntamiento. Aún así, tras estudiar las alegaciones, gobierno local y oposición acordaron realizar cambios en el horario establecido para carga y descarga en la zona histórica. En concreto, por las mañanas se amplía media hora, y queda fijado de ocho a once y media de la mañana (antes era hasta las once).

A mayores, gobierno y oposición decidieron establecer un horario de carga y descarga por las tardes, tal y como reclamaban, por ejemplo, desde la Asociación de Empresarios del Sar, además de algunos repartidores. Así, por las tardes, el horario será de tres y media a cinco y media, pero la carga y descarga debe hacerse siempre en la plazuela Camilo José Cela, según la información aportada por el alcalde de Padrón, Antonio Fernández.

Tras la aprobación definitiva de la ordenanza que conlleva la peatonalización, Padrón tiene pendiente ahora una segunda fase para buscar plazas de aparcamiento alternativas o crear una zona azul de estacionamiento, como hay en otras localidades.

La Voz de Galicia