Parcela que pertence ao termo municipal de Valga situada na zona portuaria de Pontecesures.
Os alcaldes intercámbianse reproches: Bello Maneiro acusa a Tocino de «querer pasar por riba da historia» e ela de non querer resolver pola vía do diálogo un «anacronismo»
En Pontecesures dáse unha situación pouco común. Dentro do seu termo municipal, na zona portuaria, hai un terreo que pertence ao Concello de Valga que os cesureños queren anexionar ao seu patrimonio porque consideran que a actual situación é «un anacronismo». A alcaldesa Maite Tocino (BNG) leva meses tratando de negociar co seu homólogo de Valga, José María Bello Maneiro (PP), a compra desta parcela, pero o acordo non foi posible de xeito que no Concello valgués recibiron o pasado día 31 unha carta informando de que Pontecesures iniciou o proceso para a súa expropiación.
A reacción en Valga desprende indignación: «Non se pode entender que alguén, coa única intención de celebrar un centenario, trate agora de facer seu un terreo que para todos é parte dunha historia e que debería ser sempre motivo de unión entre pobos e veciños e non ser utilizado á lixeira para intentar propiciar o enfrontamento. Despois de case cen anos, quérese tomar unha decisión pasando por enriba da historia, da memoria e do que os veciños pensan e senten. Non son formas de proceder. Mentres en Europa se traballa a prol da unión, aquí algúns prefiren propiciar a separación e volver á división de anos atrás», sinala o goberno local a través de un comunicado.
Maite Tocino tamén emitiu este sábado un comunicado de prensa no que explica as razóns que a levan a adoptar esta decisión e como se chegou a ela. «É unha cuestión de lóxica e de operatividade en beneficio da nosa veciñanza que o terreo de 1.200 metros, situado en plena zona comercial da vila, catalogado no PXOM como zona verde e con uso público como aparcadoiro, pase a ser propiedade do Concello de Pontecesures. Co cambio de titularidade, a administración cesureña podería realizar traballos moi necesarios de recuperación integral dese espazo, que está moi degradado, e non só limitarse a labores de mantemento».
Con esta premisa, o goberno local solicitou informes xurídicos da viabilidade da operación a unha asesoría externa e unha taxación do valor da finca e iniciou os contactos co concello veciño. Segundo informa a alcaldesa, reuniuse en dúas ocasións co alcalde de Valga, en xaneiro e en xuño, pero o acordo non foi posible. «Díxome que non había nada que facer», afirma Tocino.
A partir do 31 de outubro, e non antes, lamenta Tocino, «Maneiro convocou ao BNG e ao PSOE de Valga para advertirlles da situación e, por vía do voceiro nacionalista do seu concello, quixo volver reunirse para falar sobre a situación».
O encontro quedou fixado para o vindeiro mércores 20 de novembro, pero, á vista do comunicado emitido hoxe desde Valga, a rexedora non é moi optimista. «Parece que novamente non hai interese e só se busca confrontar e dinamitar calquera posible acordo».
«Nós fixemos as cousas ben dende o principio. Puxémonos en contacto de maneira directa. Quíxose ir pola vía do diálogo e non foi posible. Maneiro non pode insinuar que non sabía que iamos ir pola expropiación porque era perfectamente coñecedor. E agora co seu último comunicado, que parece unha burla, case nos obriga a seguir adiante a non manter a reunión que tiñamos fixada», subliña a rexedora.
Aos 80 anos de idade, morreu o pasado sábado o veciño de Condide, Juan Daniel Janeiro Gil, viúvo de Josefa Liñares Jamardo. Onte domingo os restos mortais recibiron sepultura no Camposanto Parroquial de San Xulián.
Alrededor de doscientos profesores de ciencias –principalmente de ESO, pero también algunos de Primaria y universitarios– se dan cita desde hoy y hasta el sábado en Valga para participar en el Congreso de la Asociación de ensinantes de Ciencias de Galicia (Enciga), un colectivo de profesores que tiene como objetivo mejorar la calidad de la enseñanza en las áreas matemático-científico-tecnológicas, principalmente en los niveles educativos no universitarios.
Esta asociación agrupa a enseñantes de toda la comunidad y su congreso tiene el objetivo de impulsar y dinamizar los trabajos de investigación educativa y el intercambio de información entre los participantes. Se desarrollarán, en total, trece talleres y veintiséis comunicaciones en las aulas del IES de Valga y, además, cuatro conferencias en el Auditorio.
La astrofísica e ingeniera principal de sistemas en el Centro Espacial Goddard de la NASA, Begoña Vila Costas, ofrecerá a partir de las 20 horas la ponencia “A exploración espacial: ensinándonos o Universo”. Vila, nacida en Vigo, fue recibida esta mañana, acompañada por representantes de Enciga y del IES de Valga, por el alcalde, José María Bello Maneiro, y la segunda teniente de alcalde, Carmen Gómez en la Casa Consistorial. Firmó en el Libro de Ouro del Concello y recibió, entre otros regalos, un mapa del territorio municipal.
Además de Begoña Vila, también participan como conferenciantes en el congreso de Enciga el físico Xabier Cid Vidal (“CERN: 70 anos de historia e ciencia”); la ingeniera, matemática, doctora e informática Susana Ladra (“Revolucionando a aula: como a intelixencia artificial transforma a educación”); y el presidente de la Fundación Rosalía de Castro, Anxo Angueira (“Rosalía, a ciencia e a modernidade”).
Después de toda una vida en su puesto de churros, Fina cuelga el delantal. Ahora continuará con el legado su nieto Ibai, que ha conseguido transformar el negocio de su abuela. «Sentí un orgullo inmenso cuando mi nieto me dijo que quería seguir con la churrería», confiesa
Fina tiene 67 años y hace pocos días que ya está jubilada. Durante 50 años ha recorrido mercados, ferias y romerías con su puesto de churros. Una vida ambulante que puso en marcha su bisabuelo en 1842. Ahora, su nieto Ibai se convierte oficialmente en la quinta generación al frente del negocio, ya que hace un año lo transformó y abrió las puertas del local que lleva la esencia de su abuela y de su tatarabuelo: La Quinta.
A pesar de haber iniciado su jubilación, a Fina todavía «le pica» seguir vigilando que vaya todo bien y poder echar una mano. «Es que son tantos años seguidos que se me hace raro», confiesa. Pero está tan contenta que no deja de sonreír y recuerda el momento en el que su nieto le dio la noticia de que Churrería Fina no moriría. «Para mí fue una sorpresa muy grande. Sí que es verdad que venía conmigo a la feria a trabajar y a hacer las masas, pero yo nunca me imaginé que iba a poner el local que puso», explica. Y además en un sitio fijo en plena capital gallega. «Trabajábamos por toda la zona de Vigo, Redondela, Tui, Porriño… Íbamos hasta a la feria de Arteixo. Que mi nieto trajese la churrería para Santiago, que es la capital, fue un orgullo inmenso», afirma.
Su vida no fue fácil, porque tuvo un trabajo muy sacrificado en el que no podía hacer planes ni preocuparse por la hora. «Es una vida muy dura. Te tiene que gustar muchísimo todo el mundo de la feria. A mí me gustaba mi trabajo. Yo hacía una masa para los churros y decía: ‘Bueno, pues tengo un gimnasio’ y cuando los freía pensaba: ‘Pues también tengo sauna e hidratación para la piel’. Iba haciendo del trabajo una alegría para llevarlo mejor», indica.
Madrugones y viajes en coche que incluían montar y desmontar un puesto para que su clientela pudiese disfrutar de unos churros recién hechos. «Me levantaba todos los días a las cinco de la mañana y a las seis salía de casa, pero no volvía hasta las diez de la noche. Los días de invierno llovía y te mojabas. Nos quedábamos con la mojadura, pero teníamos que ir, porque siempre había alguien que quería unos churros», detalla. Su agenda también se veía modificada por el trabajo. «Fíjate, cuando mis hijos se casaron, hicimos la boda en un día festivo por no perder el sábado y el domingo de atender a nuestra clientela. Amoldamos nuestra vida al negocio», confiesa.
«No me imaginaba mis churros con Kinder»
En cuanto Ibai abrió el local, ella acudió sin dudar para aportar la experiencia que ha recolectado durante tantos años en su puesto. «En la cocina estuve enseñando y dando consejos. Mi nieto me llamó y me pidió que le echara una mano porque quería tenerme ahí para contribuir con mi experiencia», cuenta. Aun así, no se imaginaba que sus famosos churros podrían convertirse enpiruletas y corazones o estar bañados en salsa de Kinder o rellenos de dulce de leche. «Por supuesto que no lo imaginaba. Y eso lo hizo mi nieto y por eso digo que para mí es muy importante que él le pusiera tanta pasión a esto, porque nosotros hacíamos lo básico siempre, churros y poco más. Como mucho con un poquito de chocolate», puntualiza.
¿Y cuál es el secreto de unos buenos churros? «Creo que la clave es que te guste hacerlos, porque día a día mejoras la receta aunque ya la sepas. Y hablar con el cliente todos los días porque vas aprendiendo todavía más. Después siempre hay algún secreto que no se puede contar. Pero bueno, el resumen es tener ganas, hacer un buen amasado y tener un buen aceite y una buena harina. De ahí te sale un buen churro», admite.
Mientras Fina no le quita el ojo a su nieto con su sonrisa intacta, Ibai explica los inicios del proyecto. «Hace dos años falleció mi abuelo y decidí ir a echarle una mano porque estaba un poco sola. Además a mi abuela ya le costaba ir a las ferias porque son duras y que duran todo el día. Ten en cuenta que sales de casa a las seis de la mañana, coges el coche y no vuelves hasta que dan las diez de la noche. Yo también estaba pasando por un momento de mi vida un poco de transición y venía de otros trabajos. Sobre la marcha se me fue ocurriendo una idea que ya mi padre pensó en su día y que el resto de la familia tenía ahí un poco en un vaivén. Al final los astros se alinearon, por así decirlo, y abrimos el local», cuenta.
Porque Ibai, a pesar de ser gallego, se marchó de Galicia cuando era pequeño. «En Madrid estuve estudiando, pero en Marruecos pasé toda mi infancia. En cuanto me deshice de la empresa que tenía allí, justo pasó lo de mi abuelo y acabé volviendo para aquí. Mientras le ayudaba ya tenía la intención de ver por dónde podíamos tirar y por dónde podíamos reconstruir el negocio», afirma. Escoger el nombre tampoco fue sencillo porque tenía que reflejar que continuaba el legado. «Todos los churreros que tú te encuentres por la provincia y alrededores suelen ser familia de mi abuela. Tuvimos la idea de ponerle Churrería Fina para continuar, pero decidimos buscar un nombre un poco más simbólico, que leyéndolo con un pequeño matiz que tienes la gente lo entendiese», cuenta.
«Mi abuela es exigente»
Y así nació La Quinta. «El tema de la empresa fue algo que me encantó desde siempre. Antes de esto tuve una empresa propia y nos dedicábamos al mundo de la construcción, que también me atrae mucho. En mi casa el negocio ambulante siempre se vio como algo muy duro, en el que a la mínima si tenías la opción de estudiar, estudiabas. Pero al final en mi caso acabó tirando también la tradición familiar. Me daba pena que se quedara sin continuidad después de tantas generaciones y de tantos años de trabajo. Finalmente encontramos la manera de darle una vuelta y de reconvertirlo, por decirlo de alguna manera», confiesa. Además tuvo claro desde el principio que se lo tomaría en serio. «No queríamos que fuese solamente una marca, de montar el local y olvidarnos, sino que detrás de la marca, seguir trabajándola y poner el mismo empeño que se ponía en el puesto de la churrería desde siempre», afirma.
Ibai es igual de perfeccionista que su abuela. «Mi abuela aquí no lo es, pero en su negocio lo fue mucho», confiesa. «Aquí, porque él es el dueño, pero en el mío sí», le replica ella. Pero a todo se le saca el lado positivo. «Yo pienso que serlo es algo bueno. Aunque mucha gente siempre te suelta el comentario de que los churros solo son harina, agua y sal, es algo mucho más complejo de lo que se piensa. Al ser algo artesano, requiere que seas siempre perfecto y constante. Nosotros aquí lo que intentamos es que tú vengas un día, te comas un churro, y al cabo de tres meses vuelvas y te comas otra vez el mismo churro sin ninguna variante. Eso es muy difícil de conseguir», explica él.
Además de querer todo perfecto, a la familia también les caracteriza el don de gentes. «Estar de cara al público siempre nos gustó mucho, así que ya estamos acostumbrados. Si ibas a la feria tenías que ser bueno con la clientela, no te quedaba otra. Entonces, esa parte fue lo que menos costó. Y como en la familia siempre hubo la costumbre de que los fines de semana se trabajaba, no cambia nada de que aquí también se haga», detalla Ibai.
Su primo Borja —que también es nieto de Fina— aporta su granito de arena en los fogones. «Mi primo Borja está de cocinero. Estuvo desde el principio aquí conmigo echándome una mano. Fue aprendiendo poco a poco y ya se quedó. Como sigue estudiando en la universidad, compagina los estudios con esto para sacarse un extra», indica. «Ver lo jóvenes que son y que tengan esas ganas de trabajar y de luchar es lo que me llena, porque pienso que todo lo que hemos hecho con nuestro negocio tuvo su fruto y no se quedó ahí. Ahora continúa», indica Fina.
¿Y ahora qué hará con tanto tiempo libre? «Me gusta viajar, lo que pasa es que por mi trabajo no podía. Ni tampoco podía tener esos fines de semana para descansar. Los domingos trabajaba siempre en la parte sur de Galicia, aunque nos movíamos por otras zonas para fiestas y romerías. El otro día fui al mercado a Padrón y me di cuenta de que llevaba 40 y pico años sin ir de paseo. Ya no me acordaba de lo que era aquello», confiesa. Por su parte, le deja caer a sus nietos —que son tres en total— que deberían pagarle un viaje. «A ver, yo creo que entre todos no es tanto… Le toca poner poquito a cada uno, ¡eh!», exclama Fina «¿Tú qué prefieres, playa o montaña?», le pregunto. «¡Playa, playa!», responde efusivamente. «¿Punta Cana?», le propongo. «¡Por ejemplo!», contesta mirando a su nieto. «Algo se hará. Hay que agradecer también todo el esfuerzo», afirma Ibai. Lo que no cabe duda es que a esta abuela se le cae la baba.
El Concello de Pontecesures celebrará este sábado, 9 de noviembre, una fiesta por el magosto en la que se rapartirá de forma gratuita castañas asadas y bebida. El evento se celebrará en el entorno de la Praza de Abastos y se completará con un campeonato de chave en el paseo marítimo.
Será la primera edición del torneo y arrancará a las 16 horas. Las personas interesadas en participar pueden inscribirse hasta el viernes, 8 de noviembre, llamando la número de teléfono 605/870550. El evento está organizado por la asociación cultural e deportiva «Estornela» con la colaboración del concello.
El Belén Artesanal de Valga abrirá las puertas de su treinta edición durante la tarde del 1 de diciembre, con el objetivo de superar el récord registrado el pasado año, en el que se llegó a las 45.000 visitas. La asociación Amigos do Belén ultima ya los preparativos del montaje, que cada edición plasma escenas relacionadas con la actualidad del último año, reproducíendose algunos de los acontecimientos más virales y comentados a modo de repaso de la actualidad del año. Entre ellas, habrá referencias a la catástrofe acontecida en Valencia tras el paso de la DANA, a modo de homenaje a los afectados y las víctimas de las inundaciones. El Belén, que está declarado de Interese Turístico de Galicia, tiene como principal peculiaridad su carácter de anuario, recogiendo los acontecimientos más destacables de los últimos meses a nivel local, nacional e internacional en ámbitos como la política, el entretenimiento o el deporte. Novedades que se mantienen como un completo secreto hasta el día de la inauguración. En estas primeras semanas el equipo, dividido en varias secciones, trabaja en dar forma a las nuevas figuras y confeccionarles el atuendo, crear los mecanismos que darán vida y movimiento a las nuevas escenas y arreglar los de ediciones anteriores que está previsto mantener, construir nuevas estructuras y edificios con madera y piedra y, en paralelo, comenzar a reconstruir el nacimiento traslandado cada pieza a su nueva ubicación. Son alrededor de 4.000 las figuras que, dispuestas en unos 400 metros cuadrados, hacen que el de Valga sea el Belén con movimiento más grande de Galicia, que atraen a la parroquia valguesa de Campaña a miles de visitantes cada temporada navideña.
Tómbola Solidaria
Como es habitual, la asociación Amigos do Belén, encargadas del montaje del nacimiento, celebrará durante el fin de semana del puente de la Constitución, en diciembre, su Tómbola Solidaria, que en esta edición recaudará fondos para los afectados por el paso de los efectos de la DANA en la Comunidad Valenciana, que se ha cobrado ya más de doscientos muertos y miles de damnificados. Las personas y entidades que quieran colaborar pueden donar sus regalos en el local del Belén Artesanal, todos os días, a partir de las 18:30 horas. Estos regalos serán sorteados entre las personas que adquieran los boletos de la Tómbola Benéfica durante la tarde del sábado 7 de diciembre y, en caso de que aún queden obsequios, también en la jornada del día 8 del próximo mes. También para diciembre se prevé la entrega de los Premios Valgueses do Ano, que la asociación reparte cada año a sus vecinos más ilustres.