Luis Ángel Sabariz Rolán, portavoz municcipal de la ACP, denuncia públicamente la actitud del primer teniente, Ángel Manuel Souto Cordo, representante de Terra Galega, quien al parecer desembolsó 156,70 euros en un almuerzo “oficial”.
En un comunicado difundido ayer, el concejal independiente manifiesta que “teniendo conocimiento de esta comida en un restaurante de la localidad, el 15 de julio, se realizaron las consultas oportunas, y tras la contestación afirmamos que Souto Cordo, que en aquella fecha era alcalde en funciones, no tuvo una comida protocolaria, institucional o festiva”.
Lo que hizo, alega Sabariz, fue “invitar a un socio de la empresa que estaba ejecutando la obra provincial en la calle Diputación y a un acompañante de este socio, denominando el concejal de Obras, Urbanismo y Servicios, la comida como de “trabajo”, supuestamente para tratar asuntos de interés municipal relacionados con la obra”.
Lo que sucede es que “se trata de un gasto sin sentido” y más cuando hay que tener en cuenta que “el concejal de obras tiene una dedicación exclusiva con un sueldo todos los meses, y las cuestiones relacionadas con el citado proyecto debió trataralas o bien en su despacho del consistorio o bien en la propia obra, dentro de su horario normal de trabajo”.
Añade Sabariz que “la retribución que percibe es para trabajar realizando todo tipo de gestiones, pero no para ocasionar más gastos manteniendo supuestas comidas de trabajo, pues los vecinos no tenemos porque costear este tipo de almuerzos totalmente innecesarios”.
Como suele ser habitual en él, Sabariz no quiere dejar al azar ningún detalle, por eso añade que “los tres asistentes comieron bien y bebieron mejor”. Y acto seguido espeta que “es una falta de respeto, y más en estos tiempos de crisis, con tantas necesidades para mucha gente, que en la comida “de trabajo”, se sirviera más de una botella de vino de marca, de 27,50 euros la unidad, a cuenta de todos nosotros”.
El concejal independiente pontecesureño argumenta que “para trabajar a fondo no parece lo más aconsejable” y termina diciendo “este tipo de prácticas deben quedar desterradas, máxime cuando la situación económica general no está para este tipo de alegrías con cargo a los fondos públicos”.
FARO DE VIGO, 30/10/11