Ángel Rodríguez Conde ha presentado el pasado jueves su renuncia al cargo de concejal por motivos profesionales. Rodríguez Conde estaba en el gobierno local como edil de Salud Pública, Deportes, Protección Civil y Emerxencias, Tráfico, Personal y Fiestas. En el escrito de renuncia presentado en el registro municipal del Concello explica que, en el marco de su actividad laboral como jefe de Brigada dos Bombeiros Forestais de la Xunta, le surgió una nueva oportunidad.
Así, precisa que el nuevo puesto, al que acaba de incorporarse, exige una mayor dedicación y el traslado a una nueva localidad, por lo que considera que ya no dispone de tiempo suficiente para compaginar su trabajo profesional con su labor como edil. «Para min ser concelleiro require moito tempo para poder atender as demandas da veciñanza, para estar sempre atento as necesidades que xorden no municipio e para contribuír realmente a mellorar a vida dos padroneses e padronesas, polo que realmente considero que na miña situación actual é incompatible».
Ángel Rodríguez también ha expresado su hondo agradecimiento a todos y cada uno de los ciudadanos de Padrón que lo apoyaron a lo largo de los años que está en política municipal (desde 2007), así como al alcalde padronés, Antonio Fernández, «pola confianza depositada en min», al igual que a todos los compañeros del equipo de gobierno, al resto de la corporación política y al personal trabajador del Concello. «Foi un verdadeiro orgullo para min poder traballar como concelleiro nesta corporación para poder servir á veciñanza e mellorar os servizos da nosa localidade», ha asegurado.
El alcalde Antonio Fernández Angueira agradece «a implicación e dedicación de Ángel Rodríguez como concelleiro ao longo destes anos» y le desea «grandes éxitos nesta nova aventura profesional que comeza».
Francisco Buceta Gómez, al que todos conocen como Pasarín, nació en Cordeiro (Valga) un 27 de marzo de hace 99 años. Es decir, se celebró el cumpleaños de un hombre querido y admirado por muchos al que casi todos recordarán por haberlo visto caminar y caminar por cunetas, caminos, corredoiras y carreteras con su cámara de fotos colgada del cuello y una característica gorra en la cabeza.
Hay quién se pregunta qué habrá sido de aquel hombre bien parecido, e incluso si sigue vivo, ya que hace mucho que no se le ve caminando por el que era su trayecto preferido, entre Vilagarcía, donde tiene asentada su residencia, y Catoira, donde pasó buena parte de su vida y realizó gran parte de su trabajo fotográfico.
Imágenes captadas por el fotógrafo vilagarciano en la segunda mitad del siglo pasado. PASARÍN
Pues si, Francisco Buceta Gómez, Pasarín, aquel fotógrafo con aspecto de capitán de barco al que era fácil toparse caminando con un palo en la mano y la cámara a cuestas, sigue con vida, aunque, como todos, sufriendo los efectos de los confinamientos y limitaciones de la movilidad derivados de la pandemia.
Unas complicaciones que, en su caso, se ven más agravadas, si cabe, debido a su ya mermada y delicada condición física.
Su hija, “una niña de la época del alcalde Jacobo Rey Daviña”, cumple 74 años
La hija de Pasarín, María José, que el 29 de abril cumplirá 74 años, es también testimonio vivo de la evolución de Vilagarcía, ya que, como ella misma indica, fue “una niña de la época del alcalde Jacobo Rey Daviña”.
Preguntada por el estado de salud de su padre, relata con orgullo algunas de las anécdotas de las que le hablaba, al igual que confiesa que es imposible determinar cuántas fotografías pudo haber realizado y “positivado”, aunque nadie duda de que pueden haber sido miles… quizás decenas de miles.
Los achaques propios de la edad hacen que tenga importantes dificultades de visión. La misma vista que le había dado una vida de felicidad, ya que Pasarín, que fue acomodador en el desaparecido Cine Cervantes y fue navegante, era sumamente feliz cuando, con su cámara, captaba para siempre momentos, sensaciones, vivencias, sentimientos y emociones.
Cuadros con fotos de Pasarín colgados en las paredes del consistorio catoirense. PASARÍN
Un pionero
Fue uno de los primeros fotógrafos oficiales y uno de los primeros fotógrafos de estudio. Pero, sobre todo, este arousano fue un apasionado de la fotografía que disfrutaba inmortalizando para siempre aquello que más le llamaba la atención.
De ahí que su archivo, digno de ser lucido y admirado en cualquier museo o la mismísima Fototeca Nacional, refleje como pocos la evolución experimentada desde 1955 por las gentes, los bienes y las costumbres de O Salnés y Ullán.
Uno de los bailes de antes. PASARÍN
Son casi siete décadas de instantáneas en blanco y negro tomadas cuando la fotografía ni siquiera podía ser entendida como un arte.
De todo un poco
Los lavaderos públicos, una velada de boxeo o los bailes que se hacían en el campo de las fiestas del pueblo, una procesión, las corredoiras de antaño ocupadas por atareados lugareños y sus animales domésticos, las bandas de música que alegraban el día del patrón…
Todo ello son escenas captadas, sobre todo, en la segunda mitad del siglo pasado, que tuvieron cabida en la retina, la memoria, el corazón y la cámara de Pasarín.
Aunque sí, desde luego, como una afición cara que requería enorme sacrificio, pues nada tenía que ver aquello con lo que se hace ahora desde la comodidad de cualquier cámara digital o teléfono móvil.
Una de las imágenes históricas captadas por Pasarín.
Una exposición permanente de un hombre orgulloso de su trabajo y agradecido
Sin poder caminar como antes, con los problemas de visión referidos e incluso con dificultades auditivas, Pasarín es un hombre que seguirá hasta el fin de sus días mostrándose orgulloso por haber sido testigo del progreso experimentado en la comarca.
Al igual que es un hombre satisfecho por el trabajo que ha realizado y agradecido por haber tenido la oportunidad de, a través de sus fotos, rendir homenaje a esas gentes que lo acompañaron e incluso hicieron de improvisados modelos en las diferentes localidades arousanas, llegando a convertirse en su medio de vida en municipios como el vikingo.
Un pueblo, dicho sea de paso, donde pueden verse decenas de sus instantáneas, convertidas en cuadros de tintes históricos que cuelgan de las paredes de la casa consistorial, a modo de exposición permanente.
Y también un ayuntamiento, el catoirense, que como el de Vilagarcía, y puede que el de Valga, quizás algún día homenajeen como se merece a este hombre que vivió por y para la fotografía y que invirtió tanto dinero como esfuerzo en la elaboración de ese gran álbum histórico de la comarca y el Baixo Ulla.
Gota a gota, caso a caso, pero los positivos de covid-19 siguen creciendo cada día en las comarcas de O Salnés y el Baixo Ulla. Cierto es que la velocidad parece que se ha frenado, pero también lo es que los números que ahora se registran nos llevan de vuelta a lo peor de la primera ola de la pandemia. Solo en las dos últimas semanas se han diagnosticado medio millar de positivos.
En número redondos es Vilagarcía quien lidera ese ránking, con 122 positivos diagnosticados en las dos últimas semanas, pero la situación es especialmente preocupante en el norte de la provincia. Pontecesures sigue sin freno, con 78 diagnósticos y una incidencia de 2.556 casos por cien mil habitantes; Valga (111 y 1.892 no le va la zaga) y Catoira también tiene unos registros que nunca había tenido, con 34 positivos en los últimos catorce días y 1.019 casos por cien mil habitantes de incidencia.
La incidencia media en O Salnés y el Baixo Ulla sigue subiendo y está ya en 480 casos por cien mil habitantes. Las mejores noticias llegan de A Illa, que sigue bajando, mientras que en Meis, que ya ha pasado al nivel máximo de restricciones, los datos siguen al alza. Ayer había 32 casos activos, cuatro más que la jornada anterior, y su incidencia a dos semanas seguirá creciendo en las próximas semanas.
Por lo que respecta a la evolución epidemiológica del covid y la situación asistencial, ambas se siguen complicando en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. El informe oficial del Sergas de este miércoles recoge que hay 1.195 infecciones activas, con 88 nuevos contagios en las últimas 24 horas. Son 50 más que el martes y se han dado 38 altas. Es la séptima jornada consecutiva con más de 80 infecciones por día, lo que indica que la transmisión comunitaria se mantiene descontrolada. Además se han hecho en el último día 1.122 pruebas PCR, una de las cifras más altas de toda la pandemia. También preocupa la ocupación hospitalaria, ya que del total de afectados hay 76 que por su estado necesitan atención hospitalaria. Son 62 en planta de tres centros (49 en Montecelo, 4 en Quirónsalud y 9 en el comarcal de O Salnés, en Vilagarcía) y sube a 14 el número de pacientes graves de covid en las unidades de críticos.
El resto de infectados, 1.119, presentan síntomas leves de la enfermedad o son asintomáticos, por lo que están en sus domicilios en aislamiento bajo seguimiento de personal de atención primaria de su centro de salud. Desde marzo las personas curadas sobrepasan las siete mil (7.031), mientras que los fallecidos por el virus son ya 92. En los últimos diez meses se han efectuado 127.167 pruebas PCR.
Nestlé está comprometida con la Cruz Roja en apoyar económicamente los proyectos de alimentación infantil en el marco de la denominada Alianza Humanitaria para la Alimentación Infantil. Al mismo tiempo, difunde las iniciativas de la organización humanitaria con el objetivo de sensibilizar a los empleados y consumidores de la necesidad de colaborar para asegurar la alimentación de los niños.
Nestlé España colabora con la Cruz Roja desde 1963, contribuyendo a que pueda desarrollar sus labores de carácter social y humanitario, y patrocinando su campaña anual de captación y promoción de voluntarios.
La Alianza Humanitaria para la Alimentación Infantil
Es una iniciativa impulsada por la Cruz Roja centrada en conseguir recursos para garantizar el acceso a una alimentación completa de todos los niños. Disfrutar de una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para la salud, el rendimiento escolar y el desarrollo de los más pequeños.
Por ello, la Cruz Roja refuerza la distribución de comida entre los menores que asisten a sus centros y hace frente a la situación de emergencia social que vive actualmente una parte de la población española y, en especial, los niños.
Creada en mayo de 2014, la Alianza inició una segunda fase a mediados de 2016 focalizada en ayudar a los niños de los hogares que sufren pobreza crónica o grave. Actualmente, Cruz Roja busca intensificar la ayuda a las familias que no han podido mejorar su situación tras los años más duros de la crisis económica en España.
Nestlé reafirma su constante apuesta por la mejora continua. Así, ha ratificado con la triple certificación de Bureau Veritas 9 de sus 10 centros de producción en España -los ubicados en Gijón, Girona, Herrera del Duque (Badajoz), La Penilla (Cantabria), Miajadas (Cáceres), Pontecesures (Pontevedra), Reus (Tarragona), Sebares (Asturias) y Viladrau (Girona)- y sus fábricas de Portugal, situadas en Avanca y Porto.
Todos estos centros de producción cuentan con un sistema de gestión integrado propio basado en el Nestlé Management System (NMS) para calidad, seguridad y salud y medioambiente, que está alineado con las normas ISO correspondientes. Para ello, ha superado el proceso de auditoría de Bureau Veritas, como tercera parte independiente, en las certificaciones ISO 45001:2018 de seguridad y salud en el trabajo, 14001:2015 de medioambiente y 9001:2015 de calidad.
«El nuevo sistema de gestión ha permitido a Nestlé alcanzar un mayor compromiso de liderazgo, tener un enfoque más amplio basado en el análisis de riesgo para la gestión de la calidad, la seguridad y el medioambiente, así como conseguir una mayor satisfacción de nuestros clientes. Este sistema nos ha aportado, además, una forma común de trabajar por la consolidación de todos los requisitos y prácticas, así como una simplificación del mismo», ha destacado Miquel Serra, director de Producción de Nestlé en España y Portugal.
Esta es la primera certificación de Nestlé en la región ibérica de multi emplazamiento e integrada bajo las tres normas ISO. Hasta ahora, cada fábrica disponía de ellas de forma individual. Por lo que, el reconocimiento otorgado por Bureau Veritas supone un gran avance en la unificación de su sistema de gestión para los centros de producción certificados. De esta forma, Nestlé afianza la eficacia y eficiencia de sus procesos, en su compromiso con la calidad y seguridad de sus profesionales y consumidores.
«Sin lugar a dudas Nestlé es un referente mundial en el sector alimentario, con su compromiso continuo con la sociedad con la calidad, seguridad y el medioambiente. Así lo corrobora la certificación de Bureau Veritas, que evidencia la implantación de forma eficaz de un único sistema de gestión integrado de calidad, seguridad y salud, y medioambiente, para sus fábricas certificadas en España y Portugal», señala Bertrand Martin, Presidente Ejecutivo de Bureau Veritas en España y Portugal
Compromisos de Nestlé
La ISO 45001 obtenida introduce importantes novedades en el sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo de Nestlé, reforzando su contexto, las partes interesadas, el liderazgo de la dirección, y la participación e involucración del personal y proveedores. Todo ello, con el objetivo de evitar y reducir los accidentes laborales.
Por su parte, la ISO 14001 pone de manifiesto el cuidado por el medioambiente de Nestlé, que aboga por una producción sostenible y reducir al máximo la huella de carbono. Unos principios que también se sustentan en los estándares de calidad en los productos y servicios de Nestlé, que se encuentran avalados por ISO 9001.
De esta forma, Nestlé impulsa un progreso constante, asentado en la implantación de acciones que consolidan sus principios corporativos y compromisos, que aportan valor y contribución a la mejora de la sociedad.
Entre las investigaciones que tiene sin cerrar la Guardia Civil está el violento asalto a la casa rectoral de la parroquia de Cruces, en el municipio de Padrón, del que se acaban de cumplir seis años sin que se sepa quien asfixió a la asistenta del cura e hirió a este.
El santuario de A Escravitude, situado cerca de la vivienda rectoral, celebra hoy una misa en recuerdo de María Soto, que falleció por asfixia esa noche del 14 de septiembre de 2014. El cura, Ramón Barral, murió el 29 de marzo pasado a causa del coronavirus, por lo que no podrá ver si se hace justicia o no a su asistenta.
Vecinos de la parroquia lo dudan, a la vista de que, seis años después del asalto, nada más se sabe. Pero la Guardia Civil insiste en que «nós mantémolas investigacións abertas». Aquella noche del 14 de septiembre, tres individuos, uno de ellos encapuchado y armado, llamaron a la puerta con la excusa de que había una defunción en la parroquia. Pese a que el cura y la asistenta ya estaban en alerta por otros atracos, la mujer abrió y los asaltantes pegaron, ataron y amordazaron a los dos. Ella logró soltarse y gritar, y fue cuando le apretaron la mordaza hasta asfixiarla.
Para huir, los asaltantes se llevaron el coche del sacerdote que, días después, apareció en el lugar de Pontecesures, limítrofe con Padrón. Semanas después fueron detenidas dos personas como presuntas autoras de los hechos. Se trataba de un vecino de Boiro y otro de Noia, pero el Juzgado número dos de Padrón los dejó libres de cargos y sospechas en diciembre del 2015, cuando la jueza decretó el sobreseimiento provisional y el archivo de las actuaciones iniciadas, al entender que «no existen motivos suficientes para atribuir la perpetración de los hechos a persona alguna determinada».
Nada más se sabe del caso y muchos ya no esperan que se resuelva, aunque están seguros de que al menos uno de los atracadores no es de muy lejos y sabía que solo seis días antes, el 8 de septiembre, se había celebrado la festividad de la Virgen de A Escravitude, con el consiguiente donativo de los fieles. Así, lo que en principio iba a ser un simple atraco acabó con una muerte violenta, la de María Soto. Tenía 78 años, era natural de una parroquia de Vila de Cruces, en la comarca del Deza, y llevaba 26 trabajando de asistenta para el sacerdote, por lo que también era una vecina más del lugar, tal y como la recuerdan aún hoy en la parroquia de Cruces, que a raíz del asalto quedó conmocionada.
Los asaltantes apenas lograron llevarse nada ya que, según trascendió posteriormente, no encontraron el dinero de los donativos de la festividad. Desde el asalto, la casa rectoral permanece cerrada, porque Ramón Barral no volvió a residir en ella. Apenas ejerció unos meses más como párroco, ya que las heridas del asalto agravaron sus problemas de salud. Tras su fallecimiento en marzo, a los 83 años, la resolución del caso se complica un poco más, en parte, al no quedar testigos que puedan reconocer a los autores, en caso de que algún día llegue a haber detenciones.