Elisardo Sanmarco junto al río Louro; las cintas de la policía recuerdan que en este lugar estuvo a punto de registrarse una tragedia.
Elisardo Sanmarco vive al lado del río Louro, en uno de esos rincones verdes y tranquilos de Valga. El lunes, a media mañana, estaba en casa, disfrutando de unas horas de descanso. Pero la tranquila y soleada mañana cambió de color cuando sonó el teléfono. Era su sobrina, que vive a unos metros, al lado del puente que cruza el río en Barcia. «Dixo que caera un home ao río co tractor, e se podía ir axudar. E fun correndo», contaba Elisardo Sanmarco. «O tractor caeu abaixo desde a ponte, e o condutor estaba debaixo do tractor, atrapado por unha perna, e non podía saír», explicaba nuestro protagonista, que reniega de la etiqueta de héroe.
Ante semejante escena, Elisardo no se lo pensó dos veces. «Tirei coa carteira e o teléfono», cuenta, y se metió en las frías aguas del río. Por suerte, el Louro baja estos días con poco caudal. Pero el hombre accidentado tenía una pierna atrapada bajo el tractor y llevaba ya mucho rato haciendo fuerza con los brazos para mantener la cabeza fuera del agua. «O único que podía eu facer era agarralo polas costas para que non afogara», narra Elisardo. Recuerda que tenía miedo a que la víctima se desmayase, a que perdiese el sentido y acabase comida por las aguas.
La operación no fue fácil. El hombre, Francisco se llama, pesaba lo suyo, y para lograr sostenerlo tuvo que sacar Elisardo todas sus fuerzas. Pasó cuarenta y cinco largos minutos metido en el río, intentando calmar al herido, convencerlo de que los servicios de emergencias llegarían pronto. «O importante era que chegaran canto antes os servizos para poder sacalo. Porque cada vez o home estaba máis nervioso, aqueles corenta e cinco minutos foron unha eternidade», asegura Elisardo. ¿Y para él? «Eu que sei, bastante tempo… Estaba con el e non o podía deixar alí, era o único que estaba claro».
Tras llamar al 112, los vecinos fueron llegando al río. Elisardo siguió en su puesto, sujetando la cabeza de un vecino al que conoce «de toda a vida». La espera se hizo larga. «El dicíame que tirase por el, que o sacase de alí, pero non podía porque podía ser peor. Se facíamos algo mal, o tractor podía vir enriba dos dous», explica Sanmarco.
Buscando la fórmula
Los servicios de emergencia, que ya habían llegado al lugar, buscaban una grúa para elevar el tractor. Elisardo llenó el tiempo recordándole a su vecino la suerte que tenía de seguir con vida. «Dicíalle que acababa de volver a nacer, porque igual que quedou alí, podía non ter saído». Con los profesionales ya en el lugar, Elisardo pudo relajarse un poco. Llevaban ya mucho rato en el agua, y «o home dicía que tiña frío, moito frío, e non me estraña. Ao final tamén o tiña eu». Una grúa llegó para liberar la pierna atrapada y dejar marchar al hombre que burló a la muerte. El GES de Valga, la policía, las ambulancias y hasta un helicóptero llegaron a Barcia para socorrer al herido. El papel de Elisardo había terminado. «Mentres estivemos solos, estíveno apoiando para que non se derrumbara», y lo logró.
Este hombre tranquilo apenas da importancia a su gesto. «Se estivera morto e non puidera facer nada por el… Iso sería terrible. Pero estaba vivo. E cando ves a alguén en perigo intentas axudar; se non o fas é que non es persoa», sentencia con naturalidad. Así que, con la conciencia tranquila, Elisardo no quiere que nadie se sienta en deuda con el. «Iso non é así», dice, como horrorizado con la idea. El lunes por la noche, el hijo del hombre accidentado acudió a su casa. Se habían visto por la mañana, en el río, «pero non faláramos». «Pola noite veu darme ás grazas». Asunto zanjado.
Ayer, nuestro héroe se vistió la ropa de trabajo y se fue, como todos los días, a cumplir con sus obligaciones cotidianas. Como si nada hubiese pasado. «Se fose hoxe -reflexionaba- non estaría na casa, non podería botar unha man». A tan solo unos metros de su casa, unas cintas marcan el que pudo haber sido escenario de una tragedia. Afortunadamente lo que indican es el lugar en el que un vecino volvió a nacer gracias a una mano amiga.
elisardo sanmarco vecino de barcia que socorrió al tractorista que cayó al río
Un rescate que movilizó a una gran cantidad de grúas y camiones
Los profesionales que el lunes participaron en el rescate de Francisco aseguran que este vecino de Barcia tuvo mucha suerte. El punto en el que se produjo el siniestro es un pequeño puente, cuyos márgenes están protegidos por unos quitamiedos. El tractor cayó por uno de los laterales de esa estructura, quedando en una posición complicada para su rescate. De hecho, los servicios de emergencias tuvieron que estudiar bien el terreno antes de decidir cómo rescatar al hombre atrapado bajo el vehículo agrícola. Al final, les echó una mano un vecino con una grúa de su empresa, pero de camino venía ya una gran flota de coches listos para colaborar. Por lo demás, el GES que resultó herido en una pierna durante el rescate, Ángel Riveiro, se encuentra bien y pronto se reincorporará al servicio.
La Voz de Galicia