Os traballadores de Finsa mobilízanse ante a planta de Santiago cortando a N-550.

Reclaman a actualización do convenio colectivo, sen melloras dende 2017, e a equiparación salarial conforme á subida do IPC.

Dende a fábrica aseguran que as negociacións están a fluír con tranquilidade.

Os traballadores de Finsa mobilízanse cortando a N-550
Os traballadores de Finsa mobilízanse cortando a N-550.

Na mañá deste venres os traballadores de Finsa mobilizáronse diante da fábrica de Compostela para reclamar a actualización do seu convenio colectivo, sen melloras dende 2017, e a equiparación salarial conforme ao IPC (Imposto de Prezos ao Consumo), pendente dende 2023. Na mobilización participaron as organizacións sindicais: UGT, CC.OO, CIG e USO.

Álvaro Lois, representante sindical de UGT, explicou a El Cprreo Gallego que esta concentración na cidade segue ás doutras plantas de Finsa no resto do territorio galego (Padrón, San Cibrao das Viñas e Lugo) e a principal motivación é a de reivindicar a actualización do convenio nun momento, que fai extensivo aos últimos anos, que supón o «mellor período económico da empresa» aínda que «non se reflicte en melloras para os traballadores».

Lois reclama tamén o desfase dun acordo sen melloras dende 2017 «nas condicións dos traballadores, en materias como a conciliación ou as vacacións».

Os sindicatos permaneceron mobilizados na N-550 até o cambio de quenda, arredor das 15 horas, e non descartan adoptar outras medidas, «unha xornada de folga se é necesario» no caso de que non se avance na negociación.

Por parte de Finsa, asegúrase que as conversas están fluíndo, «hai propostas enriba da mesa» e aseguran que o traballo nas fábricas se está a desenvolver «con tranquilidade e normalidade».

El Correo Gallego

Un agricultor explica los secretos para cultivar el mejor pimiento de Padrón: «Pide sol, non quere humidade, fanlle falta 20 graos».

Martínez, en uno de los invernadores que tiene en Herbón

Martínez, en uno de los invernadores que tiene en Herbón.

Antonio Martínez y María del Pilar Gómez llevan una vida recolectando en Herbón el delicioso manjar, que venden también en su puesto de la Praza de Abastos de Santiago

Herbón quizás sería una parroquia más de Padrón si un grupo de misioneros franciscanos no hubieran regresado, allá por el siglo XVI, con un puñado de semillas recolectadas en el Nuevo Mundo. Quizás el celebrado pimiento no hubiera llegado tampoco a nuestros días si capital de Sar no fuera la localidad más calurosa y soleada del área metropolitana. Y si todo eso no hubiera ocurrido, Antonio Martínez seguramente no llevaría más de 40 años plantando, recolectando, envasando y vendiendo. Lo hace junto a su mujer, María del Pilar Gómez, formando un binomio que defiende con orgullo su marca: Pementos Evangelina y Gómez, en honor a su suegra.

«Espera un momento. Chámote agora», afirma apresurado Antonio Martínez antes de colgar. Devuelve la llamada en cuestión de minutos: «Perdoa, a vida no campo é así». ¿Merece la pena? «Por que no? É un traballo digno. Cando non haxa campo que van comer os das cidades? Alguén ten que levarlles a comida ata os supermercados. Sen sector primario non facemos nada, pero a xente xa non quere traballar aquí. Din que son moitas horas». Reivindicativo contra un sistema económico que ningunea y aprieta a los productores, sabe que nunca abandonará esta vida: «Eu nacín en Herbón, son nativo, e aquí morrerei se a cousa non cambia».

De sus fincas salen cada año miles de bolsas llenas de esa delicia verde, imbatible si se fríe y acompaña con un buen puñado de sal gorda: «E todo é escollido a man. Ao pemento de Herbón dáselle moito cariño. Non é vamos a recoller e listo. No. Perdemos moito tempo en seleccionar todo o que vai para as bolsas». Confirma que ese perfeccionismo es lo que provoque más horas de trabajo: «Na casa, cando chegamos seguimos escollendo. Tes que ver cal vale e cal no, cal pica e cal no». ¿Cuántas horas de más? «As que fagan falta, moitas. Nós empezamos ás sete e ata a unha da tarde estamos traballando. Logo, dende as catro e media ata as nove, e o que quede por facer, na casa», contesta

¿Se nota que Padrón es la localidad con más horas de sol? «Claro, como non se vai notar? O pemento pide sol, non quere humidade, fanlle falta uns 20 graos», admite Martínez, quien explica que en Herbón cada agricultor marca cuándo comienza a plantar: «Eu xa o fixen, pero hai quen aínda non. Depende de cada un e da zona na que estea. Dentro do concello, nunha distancia de 500 metros ou un quilómetro, xa varían as horas de sol. Cambia moito se as fincas están resgardadas».

Destaca que este invierno ha sido especialmente duro y «xa tiñan que estar tódolos invernadoiros postos. Por estas fechas, o normal é que fora así. Pero agora mesmo hai moita humidade e os invernadoiros teñen que estar pechados, senón o pemento colle enfermidades».

Insiste en que la delicia de Herbón «pide calor, coa humidade a planta podre. E os cambios bruscos de temperatura non lle axudan». Quién quiera conocer el trabajo de los agricultores de Herbón basta con escuchar detenidamente las palabras de Antonio Martínez: «O invernadoiro ten que estar aberto para que a temperatura sexa estable nuns 20 graos, tanto durante o día como nas noites». Esas son las condiciones por las que siguen esperando los productores de Padrón: «Si viñeran noites quentes a xente logo plantaba, tiña que vir unha época máis estable e cálida».

Confiesa que la producción del pasado año «non foi boa, pero xa tivemos outras peores», aunque el cambio climático aún no ha podido con ellos: «Se veñen moitos picos de calor o pemento sufre estrés e non dá, produce menos». Los suyos están incluso disponibles en internet si se busca por Pementos Evangelina. Quienes prefieran conocer a Antonio y a su mujer, María del Pilar, regentan también un puesto en la Praza de Abastos. Allí los atenderán de buen gusto.

La Voz de Galicia

El BNG propone impulsar una marca turística conjunta en los municipios del Baixo Ulla.

El BNG propone impulsar una marca turística conjunta en los municipios del Baixo Ulla
Luís Bará y Mercedes Queixas presentaron el proyecto en la playa fluvial de Vilarello

El cabeza de lista del BNG por Pontevedra, Luís Bará, anunció ayer el “Plan Baixo Ulla” que la formación pretende poner en marcha tras las elecciones autonómicas si los nacionalistas alcanzan el gobierno gallego. Dentro de este nuevo e hipotético geodestino, el Bloque incluye a Valga, Catoira, Pontecesures, Vilagarcía, Rianxo, Padrón y Dodro.

Se trataría de una propuesta ambiciosa, que involucraría, además de la Xunta, a los concellos de ambas orillas del Ulla, la Diputación de Pontevedra y A Coruña y el tejido social, creando la “mesa Baixo Ulla”, con el objetivo de dinamizar y poner en valor la zona. Este plan incluiría diez grandes líneas de actuación, siendo el eje vertebrador la promoción del turismo, con la creación de una marca con un posicionamiento conjunto de la zona y “chegando ao mundo” con elementos diferenciales como las fiestas, patrimonio, cultura, gastronomía, festividades o el Camiño, añadió Bará. Una propuesta que sorprende especialmente en ayuntamientos gobernados por el Bloque como Pontecesures y Catoira, que, junto a Valga y Vilanova integran el geodestino Mar de Santiago. De hecho, el Concello catoirense oficializó la semana pasada en el Pleno la adhesión a dicha marca.

Otro de los puntos que incluye el plan pasa por dotar a la zona de más espacios empresariales e industriales, también con la creación de nuevos polígonos, ya que los nacionalistas entienden la oferta actual como “insuficiente”. “Servirá para atraer empresas e aproveitar o dinamismo que hai neste ámbito”, aseguró Bará, que también abogó por fomentar el desarrollo de actividades productivas del primer sector, como el forestal, la producción agroganadera o el sector pesquero.

Una propuesta en la que también se recoge el o compromiso de los nacionalistas para la recuperación y regeneración del río en todas sus dimensiones, “ambientais e produtivas”, así como se plantea la mejora de dotaciones sociales, culturales y deportivas, además de las necesidades de escuelas o centros de día.
Asimismo, también se propone la creación de una red de lugares de memoria para la promoción del rico y variado patrimonio cultural, histórico y artístico con el que cuenta esta zona y la recuperación de la memoria histórica.

Diario de Arousa

Pontecesures vive su carrera más numerosa y solidaria.

Batió su récord de participación y recaudó casi 3.000 euros.

La alcaldesa, Maite Tocino, participó en la organización activamente.

La villa ribereña de Pontecesures vivió ayer una de esas jornadas que hacen afición, pues reunió a casi 700 personas en la XXIII edición de su carrera popular.

Una cita con el deporte y la solidaridad que permitió recaudar casi 3.000 euros y destinarlos a la asociación Abeiro de protección animal.

Ni que decir tiene que la alcaldesa Maite Tocino y todo su equipo se mostraron encantados y agradecidos con la espectacular participación, haciendo hincapié en que fue la mayor alcanzada jamás.

El SD Compostela Atletismo, Club Triatlón Compostela y Atletismo Sar dominaron la clasificación.

Mas de seiscientos corredores desafiaron a las bajas temperaturas y tomaron el domingo por la mañana las calles en Pontecesures, corriendo a orillas del Ulla para recaudar fondos destinados a ayudar a la asociación de protección animal Areeiro a la que tras la pureba fue entregado un cheque por valor de 2.885 euros, a manos de la alcaldesa nacionalista, Maite Tocino.

Fue una iniciativa de su gobierno de la que salió vencedor en loa categoría principal José Canda Louzao del Atletismo Arenteiro, por delante de Gustavo Santiago Fernández y Ángel Crespo Arias de los clubes Pinarium y Sar, respectivamente.

Como los mejores locales se situaron Juan Carlos Mosquera Dopazo, Adrián Castroagudín Gómez y Juan Luis Carbia Méndez, mientras que en categoría femenina se impusieron Antía Sanmarco Martínez, Amara García Senín y Mada García.

Son algunos de los corredores destacados de la llamada prueba que en categoría absoluta reunió a 429 inscritos, a los que se sumaron 223 escolares y 14 dorsales solidarios, según indican desde el Concello.

Entre ellos, Julia Caldas, Vega Nogueira y Xeila Mateos, las mejores participantes en categoría sub-10, que en la sección masculina estuvo dominada por Álex Pena, Xoel Mirás Neira y Biel Roura López.

En sub-12 los mejor clasificados fueron Xabier Rodil, Gabriel Nogueira y Breixo López, junto con Ainhoa Reboiras, Antía Ares y Carla Suárez.

En sub-14 los mejores fueron Karol Rivera Lores, Carmen Castroagudín Blanco y Xoana Rodil Illobre, con Hugo Furelos, Adrián Vila Jamardo y Marcos Barcala como los tres mejores hombres clasificados.

Ya en sub-16 hay que destacar el papel de Claudia Chaves Durán, Sofía Caldas Blanco y Lola Villar Alvite, junto al de Enrique Magariños, Lucas Castroagudín Blanco y Brais Bahamonde Barcala.

También e lo referido a la prueba de 8 kilómetros, decir que José Tello se hizo con el triunfo en sub-18, por delante de Samuel Ares y Mateo Gamarra, mientras que Alia Fernández, Sheila Muñíz, Clara María Millares, Juan Carlos Mosquera, Jesús Fernández Soengas y Xacobo Crego fueron los mejores en categoría Master A, femenina y masculina.

Sobre los 4 kilómetros hay que hablar de ganadores como Erica Fernández, Manuel Figueira, Alba Isorna, Daniel Maneiro, Lucía Peón, Sergio Requeijo, Mercedes Blanco, Daniel Paz, Lucía Couso, Diego Santiago y Pedro Liste.

Faro de Vigo

O tramo de autopista Padrón/Santiago sube ata os 2,85 €.

Dende o pasado día 1 de xaneiro o prezo deste tramo pasa a ser de 2,85 €.

Dos templos que están a la vista y otros dos escondidos en Padrón.

Las iglesias de Iria Flavia y A Escravitude son los principales referentes en esta ruta con mucho patrimonio e historia.

Padrón tiene tres templos en su casco urbano: dos en su corazón (la parroquial de Santiago, con el pedrón, y el pequeño de la Orden Tercera) y otro en su límite (el del magnífico convento del Carmen, que a su vez esconde la capilla de Santa Teresa). Pero en sus cercanías fueron erguidos varios más que, desde luego, se merecen una visita.

El más humilde de todos ellos se encuentra en la salida hacia Pontecesures, a la izquierda, en esa recta ahora mucho más diáfana desde que se derribaron unos edificios que afeaban el conjunto. Es José Manuel Garrido, el gran conocedor (y valedor) de Padrón, a quien siempre hay que preguntar cuando se trata de la historia de la localidad, quien explica: «Se trata de la capilla de la Virgen de los Dolores, en A Ponte, pero no es antigua, qué va, fue inaugurada en el 2002».

En realidad, es la materialización del deseo de una mujer, Rosa Cortiñas, poetisa quien estuvo trabajando muchos años en Estados Unidos. Esta sencilla construcción, pequeña, «fue puesta al servicio de todos sus vecinos», en palabras de Garrido. La mujer aseguraba haber tenido una visita de la Virgen de los Dolores, según informaba este periódico con motivo de la inauguración del edificio, y por ello decidió levantar la capilla.

Pero los dos pesos pesados se encuentran yendo a Santiago por la carretera nacional, y uno y otro son bien conocidos: Iria Flavia y A Escravitude. Ante ambos pasa el Camino Portugués a Compostela.

Iria Flavia son palabras mayores no solo por su arquitectura, con fuerte presencia del arte románico, sino por su historia. En su cementerio estuvo enterrada durante seis años Rosalía de Castro antes del traslado al Panteón dos Galegos Ilustres. Además, fue, si no la capital de Galicia, sí el gran centro de poder en los siglos VIII y IX, hasta que el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago en el bosque Libredón (donde hoy se halla la catedral) le hizo perder la relevancia que ganaba el poblado que iba creciendo en torno al cuerpo de uno de los doce seguidores de Cristo. En cualquier caso, se impone ver el magnífico museo al aire libre que conforman los sepulcros antropomorfos datados en el siglo VI y que se extiende al lado del templo. Por cierto, si la visita coincide con el repique de campanas, la recomendación no puede ser más que quedarse quieto y escuchar. Una maravilla.

Cristóbal Ramírez

A Escravitude no tiene nada que ver con eso. Bien al contrario, es muy posterior. De hecho, la iglesia vieja no es esa, sino otra románica: la de Cruces, unos metros más adelante por el Camino Portugués. Un párroco de Cruces del siglo XVI había colocado mera cuestión de fervoroso agradecimiento por un favor— una imagen de la Virgen con su hijo en una fuente de la cual sigue manando agua, y ahí paró un hombre enfermo de hidropesía, quien bebió y a las 72 horas estaba curado. La tradición asegura que ese hombre exclamó (¿En gallego o en castellano? Muy probablemente, en gallego, aunque haya pervivido la frase en español) «Gracias, Virgen, que me libraste de la esclavitud de mi mal». Y de ahí el nombre que adquirió un santuario que se remató en 1886 y que fue levantado con donaciones populares.

A Escravitude tapa un poco a Cruces, y no resulta justo marcharse sin ver esta. Ahí llamarán la atención el ábside rectangular románico, uno de los elementos que quedan de la obra erguida a principios del siglo XII o principios del XIII; la colección de canecillos que soportan el alero del tejando y la sacristía de 1618. Un buen punto final a la excursión.

La Voz de Galicia