Lapido: “O Sacho foi moito máis que unha asociación de defensa da cultura”

xosé g

Xosé García Lapido

Cúmprense 40 anos da fundación da Asociación Cultural O Sacho en Padrón. A entidade que nacía no verán de 1975, nun concepto político e social onde un encontro de máis de tres persoas podía ser cnosiderado ilegal, converteuse en todo un referente na bisbarra do Sar pola súa defensa da cultura e da lingoa galega ao longo de case dez anos. Con motivo desta efeméride, un dos seus fundadores, o padronés Xosé García Lapido, recompila nunha publicación a historia da entidade. O libro leva por título “Historia da Asociación Cultural O Sacho. Un fito na nosa cultura (1975-1983)” editado polo Instituto de Estudos Irienses preséntase hoxe no auditorio ás 20 horas. Según explica o seu autor, O Sacho foi pionero en moitas cousas comezando pola creación de espazos cidadáns, onde os veciños se organizan para defender os seus dereitos. Neste senso lembra os movementos veciñais impulsados dende O Sacho contra os macroproxectos de celulosas que se querían instalar en Brión e nas Brañas de Laíño. Tamén na impartición de cursos de galego na comarca ou creación de certames literarios para nenos. Pero por riba de todo “O Sacho foi algo máis que unha asociación, foi un espazo de liberdade, un xérmolo de ideas en pro da defensa do idioma, da cultura e do país, nun momento que defender eses valores estaba mal visto polas autoridades. Queriamos ser libres podiamos pensar”, afirma o autor, engadindo que “hoxe son máis necesarias que entón entidades desta índole”.

El Correo Gallego

Un vehículo se prepicita al río Sar en Padrón por un despiste de su conductor.

Un coche caía ayer al lecho del río Sar, en el municipio de Padrón, al parecer y según apuntaron fuentes policiales, por un despiste del conductor. Los hechos ocurrieron poco antes de las nueve de la mañana, cuando un Renaul Megane azul acababa en el lecho del río. Su conductor, un joven de veinte años y vecino de Dodro, habría calculado mal la distancia cuando intentaba aparcar en la pista que, procedente del municipio dodrés conduce a la depuradora de Padrón, provocando que el coche acabase deslizándose finalmente al río. Afortunadamente, el río se encontraba en ese momento muy bajo de caudal por lo que el joven no sufrió daño alguno, aunque sí se llevó un buen susto. Hasta el lugar del siniestro se desplazaba la Policía Local de Padrón y la grúa de la compañía aseguradora del vehículo.

El Correo Gallego

La «oficina» de la droga estaba en Lestrobe.

droles

De los nueve acusados, solo uno declaró porque aceptaron un acuerdo con el fiscal.

En Padrón, los narcos iban a «la oficina». Al menos el grupo juzgado esta semana por formar parte de una organización dedicada a la venta al por menor de heroína, cocaína y cannabis. De los nueve acusados, ocho no llegaron ni a declarar en la vista oral. Aceptaron un acuerdo con el fiscal a cambio de rebajar las penas que les pedían. Entre ellos, el jefe, Fernando Baleirón Abuín, y su lugarteniente, Secundino Osorio Tarrío, que tendrán que ingresar en prisión dado que han aceptado condenas de seis y cinco años, respectivamente.

«La oficina» era la casa que el cabecilla del grupo de narcotraficantes había alquilado en Lestrobe (Dodro) para utilizarla como centro de operaciones. El inmueble, situado en la carretera de Rianxo, era frecuentado por toxicómanos que acudían a comprar sus dosis y que muy frecuentemente fumaban o se inyectaban allí mismo.

En las numerosas conversaciones telefónicas interceptadas por la Guardia Civil durante los largos meses de investigación son constantes las referencias a la casa como si de un lugar normal, y legal, de trabajo se tratase. El jefe, Baleirón, llamaba a sus colaboradores y les preguntaba «¿estás en la oficina?» o les advertía de que tal o cual cliente «iban a pasar por la oficina» y les pedía que les atendiesen debidamente con palabras en clave como «del color» para la heroína.

Aquella «oficina» de la droga de la comarca de Padrón fue por tanto vigilada día y noche por los agentes y se documentó cada movimiento de los narcotraficantes. La Guardia Civil supo así que, en un momento dado, el grupo sufrió un robo. Alguien aprovechó que el inmueble se quedaba vacío por las noches para entrar y llevarse la mercancía que tenían allí almacenada. Ese fue el momento en el que Fernando Baleirón decidió cambiar el modus operandi de la organización y dejar en «la oficina» un retén que la vigilase 24 horas al día.

Todos menos uno de los colaboradores del grupo han aceptado su participación en los hechos y condenas de entre tres y tres años y medio de prisión. No las cumplirán, de momento, porque el acuerdo con el fiscal incluye una suspensión por tres años de la condena siempre y cuando se sometan a un tratamiento de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses que demuestren que ya no consumen estupefacientes. No en vano, todos eran toxicómanos, un factor que ha sido tenido en cuenta como atenuante a la hora de juzgarlos porque se considera que cometieron los delitos para, en parte, sufragarse las dosis que necesitaban.

En la estructura que la banda montó en Padrón, además de «la oficina», también utilizaban para sus ventas, aunque en menor medida, el piso en el que vivía Fernando Baleirón con su novia -también condenada- en la capital del Sar. Su lugarteniente, Secundino Osorio, hermano de su pareja, también vivía allí con ellos. El tercer lado del triángulo era un bar situado en la plaza de Camilo José Cela, el A Lareira, en el que estaba al frente otra de las acusadas que ha aceptado los hechos a cambio de una reducción de la condena.

Venta a pequeña escala
El grupo contaba además con un numeroso parque de automóviles que utilizaban para ir y venir de «la oficina» con la droga. Se abastecían con dos intermediarios de Vilagarcía que también han aceptado los hechos y han sido condenados.

El de Baleirón era un grupo de venta de droga a pequeña escala pero muy bien organizado. De hecho, él llevaba una libreta con la contabilidad día a día tanto de las compras de droga a sus proveedores como de las ventas que hacía. Papelina a papelina, gramo a gramo, todo quedaba allí registrado. Tanto control le hizo llevar bien el negocio, pero también aportó a la Guardia Civil muchas e irrefutables pruebas.

La casa de Lestrobe ya no es «la oficina» de la droga. Tras el desmantelamiento de la banda el inmueble ya no es el epicentro del menudeo de estupefacientes en la zona de Padrón. No hace mucho hasta allí acudían a diario toxicómanos de la comarca e incluso de Santiago.

Gramo a gramo, el jefe de la banda registraba en su libreta todas las ventas que hacía.

La Voz de Galicia

Padrón acogió una jornada de gestión pública de turismo.

jorcar

Una treintena de alumnos y dos profesores de la Escuela Universitaria de Turismo asistieron ayer en Padrón a una jornada para analizar la gestión pública del turismo, organizada por la Asociación de Empresarios del Sar.

La jornada comenzó en la biblioteca del convento del Carmen con una mesa de trabajo, en la que participaron el técnico municipal de Turismo, Alberto Rey; el gerente del albergue privado Corredoiras, Joaquín Canabal; el de la empresa Amextreme Aventura, Luis Fernández; el de la casa de turismo rural A Meixida y presidente de la Federación Galega de Turismo Rural, Cesáreo Pardal, además de la presidenta de la Asociación de Empresarios de Padrón, Rois y Dodro, María Calvo.

Por la tarde, los asistentes hicieron visitas culturales a la villa.

La Voz de Galicia

Un grupo narco de Padrón acepta penas de entre 3 y 6 años de cárcel.

nar

Ocho de los nueve acusados pactaron con el fiscal para rebajar su condena.

Un grupo dedicado al tráfico de drogas en Padrón, Dodro y Rianxo ha aceptado condenas que van de los tres a los seis años de cárcel a cambio de que el fiscal aceptase rebajar las penas que solicitaba antes del juicio, celebrado ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial.

En total eran nueve los acusados y el acuerdo con el ministerio público afecta a ocho de ellos. El noveno, Servando Vidal Herbón, que está actualmente en prisión provisional, no se ha podido beneficiar del pacto con el fiscal y será juzgado hoy.

Las penas más severas han recaído en los dos acusados que estaban considerados como los cabecillas de la organización. Se trata de Fernando Balerón Abuín y Secundino Osorio Tarrío. El primero ha aceptado seis años de cárcel y el segundo cinco años y un día. Además, cada uno de ellos tendrá que abonar una multa de 4.000 euros.

Entre los otros seis acusados que han reconocido los hechos de los que les hacían responsables están tres colaboradores de los cabecillas, María Mercedes Osorio Tarrío, Manuel García García y María Mercedes Tarrío Castroagudín. Las dos mujeres han sido condenadas a tres años de cárcel, mientras que el hombre a tres años y medio. Los otros tres eran proveedores de droga al grupo. Ángel Manuel Irajo Redondo y Alberto Mato López, que han aceptado tres años, suministraban a los cabecillas de cocaína, mientras que Manuel Eladio Rodríguez García, cuya condena es por tres años y medio, también les vendía coca, así como hachís.

Además de las penas de cárcel, los tres colaboradores y los tres proveedores tendrán que abonar multas de mil euros cada uno de ellos, que podrán cambiar por treinta días de trabajos para la comunidad.

Los hechos

El texto que los ocho acusados han aceptado como probado explica que desde mediados de julio del 2013 y hasta que en noviembre de ese año fueron detenidos, todos se dedicaron «con ánimo de lucro y a sabiendas del grave daño que causaban a la salud de los consumidores» al tráfico de estupefacientes.

Así, Fernando Balerón y Secundino Osorio, «de forma concertada -recoge la sentencia- se dedicaron a gestionar la venta directa de sustancias estupefacientes como cocaína, heroína y cannabis», así como metadona y otras sustancias relajantes.

Para llevar a cabo la venta utilizaban principalmente una casa que Fernando Balerón había alquilado en la carretera de Rianxo, en Lestrove (Dodro), «a la que diariamente acudían personas previo contacto telefónico» con los dos cabecillas del grupo para comprar drogas que o consumían en su interior o en los alrededores.

En menor medida, Balerón y Osorio también utilizaban el piso en el que vivían en la avenida de Rianxo de Padrón para vender estupefacientes, así como el bar A Lareira, situado en la plaza Camilo José Cela de la capital del Sar. Una de las colaboradoras de los cabecillas, Mercedes Osorio, también participaba ocasionalmente en las operaciones y compartía piso con ambos en Padrón.

Cuando fueron detenidos en noviembre del 2013, a todos los acusados se les intervinieron, entre otros efectos, distintas cantidades de drogas, en su mayoría pequeñas, que sí fueron significativas en el caso de Fernando Balerón, que fue sorprendido en su coche con 54 gramos de heroína, 22 gramos de cocaína y cerca de 130 comprimidos de metadona, con un valor de 4.000 euros. También llevaba joyas y dinero en efectivo, así como tres teléfonos móviles.

Objetos robados

En las detenciones también se recuperaron objetos que se ha demostrado fueron objeto de robos y que en ocasiones les fueron entregados a los acusados como pago por las sustancias que vendían, aunque no se ha podido determinar si conocían o no su procedencia ilícita.

Como consecuencia de su adicción a las drogas, las penas se suspenderán por tres años a Mercedes Osorio, Manuel García, Mercedes Tarrío, Alberto Mato, Ángel Irajo y Manuel Eladio Rodríguez a cambio de que se sometan a tratamientos de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses.

La Voz de Galicia

Padrón actualiza el censo de vendedores del mercado.

Es el más grande de Galicia al aire libre, con 482 puestos instalados en el Campo do Souto y 116 en el Paseo do Espolón.

El Concello de Padrón está actualizando el censo de vendedores del mercado ambulante que cada domingo se celebra en la villa y que es el más grande de Galicia al aire libre, con 482 puestos instalados en el Campo do Souto y 116 en el Paseo do Espolón. A día de hoy, el Ayuntamiento ya dio 52 bajas y 42 altas por distintas causas, desde padres que pasan el negocio a los hijos, de marido a mujer, puestos que llevan años sin instalarse u otros casos.

Con esta actualización del censo, el gobierno local quiere ver qué espacios no se cubren en el recinto del mercado, para dar entrada a los vendedores que hay en lista de espera. Además, el Concello tiene en marcha una ordenación del mercado de modo que, por ejemplo, los vendedores del Paseo do Espolón «xa están ao día», en palabras del concejal delegado de área, Andrés Sanmarco.

Por ello, de inmediato actuará en el otro extremo del mercado, detrás del campo de fútbol, donde el Ayuntamiento prohibirá a partir de la próxima semana el estacionamiento de vehículos en domingo, para poder instalar una hilera más de puestos -de dos se pasa a tres- y dar entrada a vendedores que necesitan movilizar un camión para la venta. Esos puestos dejarán libres los accesos a los establecimientos hosteleros, según precisa el edil Andrés Sanmarco.

Además, en esta zona el Ayuntamiento delimitará el espacio que ocupa el mercado y, desde este punto, lo irá ordenando hacia el Campo do Souto, donde se concentra el mayor número de puntos de venta.

El gobierno padronés también tiene intención de tomar medidas para evitar que los puestos del mercado se vayan de Padrón demasiado pronto, en opinión tanto del Concello como de compradores habituales. Así, desde hace un tiempo, muchos vendedores recogen su puesto sobre las dos de la tarde para irse de la capital del Sar en dirección a Barro, en Pontevedra, donde se celebra otro mercado ambulante.

La Voz de Galicia