Hace años que vecinos de Extramundi piden la limpieza de las orillas del Sar.
A los vecinos de los núcleos de Lamas y Agronovo, en Extramundi, en el municipio de Padrón, hay dos temas que les sacan especialmente el sueño, más allá de la crisis. Por un lado la velocidad a la que circulan los vehículos por la carretera que divide las dos aldeas y, por otro, la situación de abandono que presentan las orillas del río Sar, sobre todo a la altura del puente de 70 metros de largo y tres de ancho que se ubica en esa misma vía justo después de la rotonda del polígono, en dirección a Rois.
Afirmar que toda esa zona, a orillas del río, está «a monte» es quedarse cortos. Hace seis años, aproximadamente, que está construida la carretera y nunca hubo una actuación de mantenimiento pese a que esta zona de Padrón ya vivió inundaciones históricas.
«Pobre de nós cando veña unha chea», decía ayer una vecina de Lamas. «Non se ve a ponte co silveiral que hai», añade otro lugareño. Lo cierto es que a un lado y otro del puente de la vía crecen las silvas, codesos y otra maleza que convierten la zona en inexpugnable.
«Nós non podemos limpar pero eles tampouco o fan», denuncia este grupo de vecinos de Lamas y Agronovo en alusión a los responsables de la Xunta. Hace años que estos padroneses reclaman esta actuación, pero siempre sin éxito, pese a que reconocen que viven con «medo».
«Ten en conta que nós apañamos a auga toda que baixa de zonas como Urdilde ou Buxán, en Rois, e tamén a de Santiago e afogamos con este freo que temos», explica otra persona en alusión a que el río está cerrado por los árboles, las orillas llenas de maleza y la carretera haciendo de «parede», toda una combinación de circunstancias que condenan a estas dos aldeas a «quedar expostas» a lo que pueda pasar en caso de un temporal de lluvia.
En el recuerdo queda que un día hubo un proyecto para la ampliación del canal de derivación del río Sar aguas arriba del puente de Iria, proyecto que no sobrevivió a los cambios políticos y que estos vecinos de Lamas y Agronovo siguen reclamando.
LA VOZ DE GALICIA, 04/12/12