El párroco Roberto Martínez Díaz con la reliquia del Apóstol Santiago donada por el cardenal Payá y Rico a la parroquia de Padrón, donde se custodia el Pedrón.
Quiso el cardenal Miguel Payá y Rico reconocer el estatus jacobeo de la villa de Padrón concediéndole el privilegio de custodiar de manera permanente una reliquia del Apóstol Santiago. Se trata de un pequeño hueso del discípulo de Jesucristo extraído del sepulcro de plata situado bajo el baldaquino de la Catedral en tiempos del recordado canónigo e investigador Antonio López Ferreiro. Señalan los expertos que tras el redescubrimiento de las reliquias del mártir en el subsuelo de la Basílica en 1879, y tras verificar su autenticidad la Santa Sede, el entonces arzobispo de Santiago autorizó la retirada de al menos dos pequeños fragmentos óseos con el objetivo de reactivar el culto jacobeo. Una de estas reliquias la puso a disposición de la Mitra, es decir, se trasladó al palacio arzobispal para venerarla el propio prelado. Es la que desde el pasado sábado recorrerá los arciprestazgos y parroquias de la Diócesis como preludio del Año Santo de 2021, tras cederla para esta misión pastoral el actual arzobispo, monseñor Julián Barrio.
La otra se venera de manera permanente en Padrón, villa y cuna de la tradición jacobea, donde según la tradición amarró la barca que transportó desde Haffa (Palestina) al puerto del Murgadán, en Iria Flavia, los restos mortales de Santiago el Mayor, acompañados por sus discípulos Atanasio y Teodoro. Allí, junto en la ribera del Sar, ataron la barca apostólica (se dice que era de piedra, si bien los historiadores matizan que se trataba de una barcaza pedrera, es decir, dedicada al transporte de piedras por vía marítima) en una antigua ara romana dedicada al dios Neptuno, el Pedrón, que hoy se conserva bajo el altar mayor de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, donde también se cobija la reliquia del patrón de España.
El relicario, que muestra a EL CORREO GALLEGO el párroco de la villa, Roberto Martínez Díaz, es una pieza de orfebrería moderna en cuyo interior se encuentra la cápsula original con el pequeño hueso del santo. En una pequeña inscripción se puede leer «s. Jac. M. Ap.», es decir, Santiago el Mayor Apóstol. Además, dentro de este pequeño estuche hay también, doblado a la perfección, un certificado firmado por el propio cardenal Payá y Rico y con sus sello arzobispal en el que confirma que se trata de un fragmento óseo extraído del sepulcro del Apóstol.
Explica el sacerdote encargado de su custodia que la reliquia está habitualmente protegida en una cámara de seguridad y que se expone para veneración de los fieles en dos ocasiones al año, principalmente. En primer lugar, durante la novena en honor al Apóstol Santiago, que se celebra durante nueve días antes del 25 de julio en la ermita del Santiaguiño do Monte, donde según la tradición el Apóstol predicó el Evangelio después de que Cristo le encomendase esta misión a los doce; y también con motivo de la fiesta de la Traslación de los Restos del Zebedeo, que tiene lugar cada 30 de diciembre en el templo parroquial, en el marco de la cual el Ayuntamiento realiza una Ofrenda al santo.
La de Padrón es una parroquia jacobea donde las haya. Cuenta con imágenes de las tres representaciones del mártir: el sedente, el peregrino y el ecuestre, conocido popularmente como Matamoros. Uno de los objetivos principales ahora, tanto del Concello como de la parroquia, es que se reconozca oficialmente el antiguo Camino de Santiago a Padrón, una variante que recorrían numerosos peregrinos después de completar su itinerario a Compostela ya en la Edad Media, tal y como confirman historiadores como Manuel F. Rodríguez o Manuel Garrido, estudioso y defensor del reconocimiento de esta ruta.
PRIMADO DE ESPAÑA Y PATRIARCA DE LAS INDIAS
Los restos del Apóstol fueron redescubiertos en la Catedral en 1879, durante el pontificado del cardenal Miguel Payá y Rico (Valencia, 1811), quien fue arzobispo de Santiago entre 1874 y 1886. En ese año sería nombrado por el papa arzobispo de Toledo y Primado de España. Además, alcanzó el título de Patriarca de las Indias Occidentales. Recibió la púrpura cardenalicia de manos del papa Pío IX dos años antes de que López Ferreiro hallase en la Catedral las reliquias del Zebedeo.
El Correo Gallego