Vilagarcía, Pontecesures, Catoira y Valga se unen para conservar el tren de cercanías.

Los representantes municipales que acudieron a Madrid para reunirse con Fomento creen que el ministerio puede adoptar una solución satisfactoria »Luis Sabariz, portavoz de la comisión negociadora, habla de «optimismo».

Conservar el servicio ferroviario de cercanías es posible, a pesar de que la inminente llegada del Tren de Alta Velocidad (TAV) -previsiblemente a principios del año que viene- hace temer por los actuales «caminos de hierro». Un estudio determinará cómo mantener este transporte entre Vilagarcía de Arousa y Santiago, así como el modo de hacerlo rentable -incluso promocionándolo con fines turísticos-. Pero a falta de ese documento, a estas alturas parece apreciarse ya «buena voluntad» en el Ministerio de Fomento y se respira un moderado optimismo entre los miembros de la comisión intermunicipal creada para defender el mantenimiento del tren de proximidad.

«No podemos relajarnos, debemos seguir presionando y tenemos que continuar unidos, de la mano del Ministerio de Fomento; pero debo decir que a estas alturas hay fundadas esperanzas y quizás entre todos consigamos mantener nuestro tren». Quien así se pronuncia es Luis Ángel Sabariz Rolán, concejal de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP) y el miembro más activo de la comisión en defensa del tren de cercanías.

Fue él quien gestionó una reunión en Madrid con el Ministerio de Fomento a la que acudió acompañado de los alcaldes de Vilagarcía, Tomás Fole; Padrón, Antonio Fernández Angueira; y Catoira, Alberto García García, además de participar representantes municipales como la concejala nacionalista pontecesureña Cecilia Tarela y la edil compostelana Marta Rodríguez.

Entre todos -no pudo acudir al alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, porque ya había estado allí seis días antes- «volvimos a poner sobre la mesa nuestros argumentos, para volver a incidir así en que sería muy triste y económicamente perjudicial para todos perder el servicio de proximidad de nuestros pueblos y consentir que el progreso acabe con la historia de un tren que hace una enorme labor social, ya que cada vez son más los arousanos que utilizan el ferrocarril en sus desplazamientos, ya sea por comodidad, seguridad o ahorro».

En este sentido, Sabariz y sus acompañantes argumentaron que «son muchos los estudiantes que usan el tren, al igual que la gente que acude de compras o por otros motivos a Santiago».

Llegaron a decir que «hay alrededor de 100.000 pasajeros al año que usan el tren en este tramo, y en realidad pueden ser muchos más, pues hay gente que ni siquiera paga el billete, y no porque no quiera, sino porque durante el viaje no da tiempo al interventor a cobrarles, sobre todo los domingos, cuando los trenes están a tope de estudiantes».

Desde la comisión también pidieron «que no se supriman las infraestructuras de que disponemos, y mucho menos después de las grandes inversiones que se hicieron en seguridad y pasos elevados, especialmente en Valga».

Tras exponer esos y otros argumentos, y después de escuchar a los representantes de Fomento, «puedo decir que regresamos esperanzados y ciertamente optimistas porque creemos que se está buscando una solución para conservar el tren por vía convencional entre Vilagarcía y Santiago».

Recalca Sabariz que «en Fomento nos prometieron barajar con cariño esta posibilidad, nos remitieron a un estudio que tienen en marcha y nos invitaron a estar tranquilos, de ahí que seamos optimistas».

Termina aclarando que «nos sirve un tren diésel y de bajo consumo que ayude a economizar, pero lo importante es que conservemos esta línea, y para eso es muy importante que sigamos siendo una piña, independientemente de colores políticos».

En el Ministerio de Fomento dicen estar ultimando el estudio de viabilidad para la implantación de servicios de proximidad en Galicia.

Faro de Vigo

Sabariz arremete contra el tripartito por desatender el «clamor» de los badenes.

Luis Sabariz Rolán, portavoz de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP), arremete contra el gobierno tripartito después de que éste hiciera valer su mayoría absoluta para rechazar las peticiones de la oposición y mantener el proyecto para instalar pasos de peatones elevados en las calles del centro urbano.

El edil independiente considera que el rechazo a esos badenes es un «clamor social» y acusa al ejecutivo de actuar mediante imposiciones y de espaldas al sentir popular.

Por eso carga uno a uno contra los principales representantes del ejecutivo local, después de que en el pleno celebrado el jueves le sorprendiera que el alcalde, el nacionalista Manuel Luis Álvarez Angueira, «apenas interviniera en el fondo del asunto, siendo la concejala Cecilia Tarela y el edil de Obras, Ángel Souto (Terra Galega), los encargados de justificar la iniciativa«.

A juicio de Sabariz, «el alcalde solo habló de la suspensión del pleno convocado en principio para el martes pasado y promovió un enfrentamiento vecinal al tratar de impedir que interviniera en la sesión la presidenta de los comerciantes, María Dolores Castiñeiras, demostrando que es un alcalde en retirada -ya anunció que no optará a la reelección- que no lidera al grupo de gobierno y pierde los papeles».

En cuanto a la actitud de la concejala nacionalista Cecilia Tarela, cree que es «muy triste que investigara una a una las firmas presentadas en contra del proyecto de los badenes, detallando el número exacto de los que son vecinos de Pontecesures y los que pertenecen a otros Concellos». Este proceder «detectivesco y controlador de las personas, presumiblemente utilizando los datos de censos y padrones para usos ajenos a su finalidad, es muy grave e indignó al público asistente a la sesión».

En este sentido, desde ACP recuerdan que «a mediados de los años noventa se presentaron en el Ayuntamiento unas mil firmas contra el cambio de nombre del municipio que pretendía llevar a cabo el entonces alcalde, José Piñeiro Ares, quien según denunció en aquel momento el BNG de Álvarez Angueira detalló el número de vecinos y no vecinos que firmaron la protesta para desacreditarla, lo cual hizo que los nacionalistas montaran en cólera por esa actitud que ahora ellos mismos adoptan de forma lamentable».

En su repaso al papel del gobierno, Luis Sabariz también cuestiona al PSOE, que «apoyó los badenes con su voto pero cuyo portavoz, Roque Araújo, hizo mutis por el foro».

De Ángel Souto Cordo dice que «al definir el término ‘vecino’ en el pleno dejó en ridículo a sus socios, pues el alcalde y la concejala Cecilia Tarela residen en Rianxo y Padrón, respectivamente, y por tanto no debieran estar incluidos en el Padrón Municipal de Pontecesures».

Sabariz termina diciendo que «es insólito que la concejala del BNG, que no vive en Pontecesures, sea la que compruebe quiénes figuran en los padrones, pues la ‘controladora’ del vecindario es precisamente una persona que no debe ser considerada vecina del municipio».

Faro de Vigo

El tripartito desoye a comerciantes, vecinos y oposición y ejecutará los pasos elevados.

El Pleno más concurrido desde el inicio de la legislatura acabó a gritos.

Habrá badenes en las calles Portarraxoi, San Lois y Sagasta. Y los habrá porque el gobierno tripartito se naegó ayer a dar marcha atrás y a replantearse la elevación de cuatro pasos de peatones en estos viales, los más céntricos de la villa. «As decisións tomámolas nós», La frase del alcalde, Luis Álvarez Angueira, resume perfectamente la cerrazón total del Ejecutivo. Ni la «inusual» presencia de una veintena de comerciantes y vecinos en el Pleno, ni la insistencia de la oposición en pedir que se estudiasen alternativas consiguieron que el equipo de gobierno variase un ápice su postura. Es más, puso en cuestión las casi 600 firmas en contra del proyecto reunidas a iniciativa de los comerciantes. «Só 249 son de veciños de Pontecesures, un 8,03 % da poboación, resaltó primero la nacionalista Cecilia Tarela. «Que se empadronen» murmuró después su compañera Margarita García. Y lo remató Ángel Souto, reiterando que los ciudadanos «están obrigados» a inscribirse en el padrón del municipio en el que residen. Ante esto, la tensión no podía más que aumentar y explotar a gritos en boca de Mª Dolores Castiñeiras, presidenta del colectivo de comerciantes.

«Non me colle o pan no corpo con tacto tecnicismo porque nin o alcalde nin Cecilia Tarela viven en Pontecesures», recriminó al tripartito mientras Angueira le repetía una y otra vez «queres calar a boca» y llamaba a la Policía Local amagando con explusar a la comerciante. «Nós vivimos de todo o mundo, dos cesureños, dos veciños de Valga, de Catoira…», siguió Castiñeiras sin achantarse. El alcalde entró al enfrentamiento: «A min hai poucas cousas que me asusten» y volvió a avisar a la comerciante que «vou botala» do Salón de Plenos. «Marcho eu», concluyó Mª Dolores Castiñeiras. Y con ella se levantó y se fue buena parte del público que hasta el momento, y sin que aún se hubiese votado nada, presenciaba la sesión.

La tensión y los gritos continuaron entre los miembros de la Corporación, aún con el Salón de Plenos vacio. Antes, la oposición había defendido paralizar la construcción de los pasos elevados y constituir una comisión en la que analizar otras alternativas de seguridad vial en Portarraxoi, San Lois y Sagasta. Los badenes podría conllevar «un menoscabo importante para actividade comercial e un disconfort» para los vecinos que viven en la zona, afirmó el portavoz del PP, Vidal Seage. Pidió «unha solución menos lesiva para o pobo» e inclusó apuntó que «as estatísticas din que os accidentes de tráfico nos pasos de peóns elevados son máis graves que os que se producen en pasos a igual nivel». El independiente Luis Sabariz, de ACP, hizo hincapié en que «non se pode gobernar de costas á xente» y en que hai problemas de seguridade viaria máis importantes neste pobo. ? certo que que pola noita pasa algún coche a alta velocidade» por las calles del centro, pero «un accidente pode habelo en calquera sitio, a 20 ou as 50. Propuso, por ejemplo, solicitar una radar a la Subdelegación del Gobierno para evitar excesos de velocidad y sancionar a quienes los cometan. Maribel Castro, de IP, alusió a los ruidos que pueden generar los badenes para los residentes en las viviendas más próximas.

A modo de réplica, Cecilia Tarela acusó a la oposición de querer hacer «política» ya que «tiveron desde xullo para solicitar este pleno extraordinario e fano agora, que o proxecto está rematado e a subvención aprobada pola Xunta de Goberno da Deputación de Pontevedra.

 

El edil de obras asegura que los badenes no harán ruido y obligarán a circular a 30.

Las obras que se ejecutarán en Portarraxoi, San Lois y Sagasta costarán 19.110 euros. De ellos, 7223 se destinarán a elevar cuatro paso de peatones y, el resto, a obras complementarias para que las aceras queden al mismo nivel y se facilite el tránsito de personas discapacitadas. «Esta obra non se fai por capricho. Os coches pasas a gran velocidade e non hai que esperar a unha mmorte para tomar medidas», dijo Ángel Souto. En las calles en las que se crearán los badenes «hai once interseccións e unha elevada afluencia de peóns. A única solución é elevar os pasos para que os coches circulen a 30 kilómetros por hora. Se van a esa velocidade non van sukfrir danos», incidió. Además, aseguró que «son badenes especiais, non van facer ruido» y tendrán las dimensiones que «recomenda o Ministerio de Fomento.

Souto Cordo y Cecilia Tarela fueron los concejales del gobierno que llevaron la voz cantante a la hora de defender los pasos elevados. El alcalde, Luis Álvarez Angueira, que hace semanas anunció que no se presentará a la reelección, apenas intervino más que para mandar callar a la comerciante que tomó la palabra durante el Pleno y para referirse al aplazamiento de éste, el pasado martes, cuando tuvo que compareces ante el Juzgado de Caldas  en relación con su imputación por una presunta maleversación de fondos públicos a través de los repostajes de un vehículo municipal.

Diario de Arousa

El dia de la verdad para los polémicos badenes de Cesures.

Hoy llega a pleno un proyecto de seguridad vial contra el que se han rebelado los comerciantes.

El polémico proyecto de elevación de cuatro pasos de peatones en las calles que forman la columna vertebral de Pontecesures llegará hoy al pleno. La oposición municipal forzó la convocatoria de una sesión en la que todo da que hablar, hasta la hora: el debate ha sido fijado a las doce del mediodía. Una hora, dicen tanto la oposición como los comerciante inconveniente para algunos concejales y, también, para los establecimientos que han encabezado la rebelión contra los badenes.

El proyecto de la discordia se ejecutará con fondos de la Diputación Provincial. Además de levar cuatro pasos de peatones, incluye el asfaltado de varias calles del municipio. El gobierno local cesureño dio la semana pasada el placet a un proyecto que cosecha muchas antipatías (las casi 600 firmas recogidas por los comerciantes dan buena cuenta de ello) pero que también tienen sus defensores. A algunos los hemos encontrado paseando por las calles en cuestión. «Non sei se teñen que ser catro ou dous, pero o que está claro é que algo haberá que facer porque pasan coches a unhas velocidades que non son normales», comentaba una vecina de la localidad. Otras personas consultadas ahondan en esa idea. «Yo bajo todos los domingos con los niños y esta calle es un peligro. Hay quien monta auténticos rallies».

Replican los comerciantes que en las calles del centro nunca se han registrado accidentes. y que la instalación de badenes espantará a los coches y, lo que es más importante, a los compradores que viajan en ellos. «Pontecesures es una calle y una carretera Nacional. Si nos llenan las calles de badenes, la gente se va a ir por la Nacional, está claro», explica María Dolores Castiñeiras, la presidenta de los comerciantes cesureños.

Los grupos de la oposición se han alineado con sus tesis. El gobierno local, por contra, con quienes consideran imprescindible aumentar la seguridad vial en una calle muy transitada y con la que se limita una zona de esparcimiento como la de A Plazuela. Ángel Souto, el concejal de TeGa, es el responsable del departamento de obras que puso en marcha un proyecto que, según la ACP de Luis Sabariz, hace «titubear» al ejecutivo que encabeza el nacionalista Alvarez Angueira. Pero no parece que el BNG tenga ninguna duda al respecto sobre este asunto. De hecho, y dado que Ángel Souto se ha tomado unos días libres (se reincorpora hoy) fue la edila Cecilia Tarela la que hizo la última defensa pública de este proyecto. «Esta rúa está sinalizada a 30 quilómetros por hora. Os badéns o único que van facer é que a xente vaia a esa velocidade». Igual que indicó ?Souto en varias ocasiones, Tarela señaló ayer que los badenes serán muya suaves, «nada que ver cos que hai no porto». Estos, por otra parte, lograron acabar con los excesos de velocidad que allí se producían.

La Voz de Galicia

Las placeras de Cesures denuncian la venta ambulante de ropa y alimentos.

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La plaza presentaba ayer un aspecto desangelado

En Pontecesures, la venta ambulante está de moda. No es un fenómeno nuevo: hace ya tiempo que coches cargados con todo tipo de productos desembarcan en la localidad e intentan colocar sus mercancías puerta a puerta. Al principio, las vendedoras de la plaza de abastos cesureña observaron con incredulidad el fenómeno. Pero hace un par de años, cuando uno de esos ambulantes entró con sus ofertas en el edificio del mercado, su paciencia se agotó. Era el 8 de marzo de 2012. Las mujeres lo recuerdan con precisión porque aquel mismo día, tras cerrar sus puestos, acudieron al Concello a exigir que se tomasen medidas. Ni aquel escrito, ni todos los que presentaron después, surtieron efecto. Tampoco, las conversaciones mantenidas con los distintos grupos políticos locales. «Ninguén mira por nós», sentencian.

La concejala responsable del mercado, Cecilia Tarela (BNG), asegura que el problema no tiene fácil solución. «Non atopei ningunha ordenanza nin normativa, e teño miradas moitas, que permita restrinxir a venda ambulante nunhas determinadas zonas e noutras non, que é o que elas [las placeras] queren», explica la edila.

Las vendedoras de la plaza no tienen ningún problema con que los coches cargados con pescado, fruta, verduras, pan, empanadas, pasteles, congelados e incluso ropa, mantengan sus rutas por las zonas más alejadas del casco urbano. Siempre que cumplan con todas las normativas a las que están sujetos, esa actividad no solo no les molesta, si no que la entienden como un servicio para aquellos vecinos que viven más lejos.

Sin embargo, recuerdan las placeras, Pontecesures es una localidad eminentemente urbana, con tejido comercial, y por la que los coches de los ambulantes circulan con una intensidad pasmosa. Suponen, para ellas, «unha competencia desleal, porque nós temos que pagar impostos e pasar todo tipo de inspeccións, mentres que moitos deles andan en coches que nin sequera están preparados».

La Voz de Galicia