Vidal Seage quiere ampliar la racha y solicita nuevas inversiones a la Xunta.

Pontecesures quiere mejorar la zona portuaria en materia de seguridad y embellecimiento.

Manuel Vidal Seage, alcalde conservador de Pontecesures desde que hace unos meses una moción de censura le permitió desbancar a la nacionalista Cecilia Tarela, quiere seguir con la racha y después de las obras y proyectos comprometidos por la Xunta pide más.

El máximo mandatario se reunió recientemente con José Juan Durán Hermida, presidente de Portos, y en ese encuentro le pidió ayuda para acondicionar una parcela situada a orillas del Ulla, con el propósito de que pueda ser utilizada por los vecinos.

Vidal Seage argumenta que dicho terreno se sitúa al final de la zona portuaria y explica que acondicionarlo permitirá mejorar la seguridad y el aspecto de la zona. De ahí que reclame acciones como el cierre perimetral del terreno y la reparación y pintado de la pista deportiva, mejorando también la señalización horizontal.

Pero eso no es todo, ya que Vidal Seage reclama a Portos la colocación de puertas para regular la entrada tanto peatonal como en vehículos, completando la actuación con la limpieza de todo el entorno y la eliminación de maleza.

El primer edil confía en que ahora que las inversiones parecen llegar a la localidad -como incluso reconoce la oposición- también ésta se haga realidad.

Faro de Vigo

La moción de censura abre una brecha en Tega con el abandono del grupo del edil Jorge Janeiro.

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El concejal de Pontecesures acusa a los tripartitos actual y anterior de ser «una bandada de buitres» y gobernar a base de «mentiras».

Las heridas políticas abiertas por la moción de censura continúan abiertas en Pontecesures. El edil Jorge Janeiro anunció en el Pleno del martes que abandona el grupo municipal de Terra Galega (Tega) por las discrepancias surgidas con su hasta ahora compañero de formación, Ángel Souto Cordo. El voto de este último, que forma parte del nuevo gobierno tripartito, fue decisivo para que prosperase la moción de censura que desbancó de la Alcaldía a la nacionalista Cecilia Tarela y dio el bastón de mando al popular Juan Manuel Vidal Seage. Janeiro, en cambio, se mostró siempre contrario al cambio de gobierno ya que, como él mismo reconoce, «soy de izquierdas cerrado». Ángel Souto, en cambio, «tiene una forma de pensar muy de derechas», aunque llevaba más de una legislatura en coalición con BNG y PSOE. Jorge Janeiro se mantendrá en la corporación durante los casi tres años que restan de mandato, pero lo hará como no adscrito.

Jorge Janeiro reconoce abiertamente la «falta de sintonía» que la moción de censura generó entre dos facciones de Tega. «No era lógico que un concejal estuviese en el gobierno y otro en la oposición, que uno se sentase en una esquina de la mesa y el segundo en la otra», explica. En este sentido, su decisión es «irrevocable, muy pensada y meditada». El edil sostiene que «a mí me engañaron por todas partes, tanto los que entraron (en el gobierno) como los que salieron», si bien prefiere no explicar por el momento en qué consistieron esas «mentiras» a las que se refiere. Afirma rotundo que «lo único» que estaba en juego entre el anterior gobierno encabezado por el BNG y el actual liderado por el PP «era repartirse los tres sueldos» municipales, «no los intereses de los vecinos». Así, revela que «yo tuve la opción de cobrar una dedicación, pero preferí renunciar a ella» y mantenerse al margen del pacto a tres entre Souto Cordo, Vidal Seage y la independiente Maribel Castro. «No me podrán echar en cara que yo estoy aquí por dinero, cuando otros sí lo están».

Janeiro continúa desgranando su particular visión de la política cesureña. «Yo soy una persona de palabra», dice, «y aquí hubo muchos incumplimientos». ?l avisa que los denunciará y que «lucharé por los derechos de los vecinos, aunque me cueste estar solo, como lo estoy ahora, ante una bandada de buitres». No descarta, incluso, si no le fallan «las fuerzas» y «los apoyos», encabezar una lista en las elecciones municipales de 2019.

La marcha de Jorge Janeiro de Tega ensombreció el resto de asuntos que se debatieron en el pleno ordinario del martes. Aunque tampoco hay que pasar por alto uno de los primeros desencuentros, en lo que al sentido del voto se refiere, entre los miembros del tripartito. La ordenanza reguladora de la participación ciudadana en el Pleno, propuesta por Tega, solo contó con los votos a favor de Janeiro y Souto Cordo, votando el resto del gobierno y oposición en contra. El alcalde argumenta que esta normativa «invade competencias de otras concejalías» y que, además, «se pretendía hacer grabaciones de los plenos sin que el Ayuntamiento disponga de medios técnicos y sin que esté claro» si respetaría la «ley de protección de datos».

Se aprobó por unanimidad, aunque no sin reproches entre PP y PSOE, una moción de apoyo a las víctimas del Alvia, entre las que hubo un cesureño. Dos representantes de la plataforma de víctimas asistieron al debate. Una de las cuestiones que mayor controversia generó fue la pregunta del BNG sobre la Festa do Churro, que se recuperó este año dentro del programa de las Fiestas del Carmen. Para los nacionalistas, no está justificado invertir «más e 5.000 euros» en un evento que, según María Teresa Tocino, no contó con la participación de mucha gente del pueblo, no contó con ambiente ni tuvo repercusión económica en el municipio. El regidor, Juan Manuel Vidal Seage, se muestra «sorprendido» por las críticas. «Lo que se puede comprobar no es discutible», sostiene. «La Festa do Churro llenó Pontecesures de gente y mucha se quedó al baile posterior. Fue una fiesta productiva», insiste, ya que además «se potenció un producto propio, cosa que el BNG no hizo» durante su gobierno. El alcalde niega las cifras que maneja el BNG sobre el coste de la celebración, ya que «el IVA no es del 21%, sino del 10». Así, explica, la fiesta costó a las arcas municipales 4.400 euros. La decena de puestos de churreros cobraron 330 euros más IVA cada uno, mientras que el puesto que ofrecía también chocolate se llevó 1.000 euros más impuestos. El BNG censuró que «hay gente que no gana eso en todo un mes».

Faro de Vigo

El BNG de Pontecesures denuncia irregularidades laborales en el Concello.

El grupo municipal del BNG en Pontecesures, liderado por la exalcaldesa Cecilia Tarela, ha presentado un escrito en el registro municipal en el que piden al alcalde que ponga fin a una serie de «abusos» sobre el personal municipal. Según explica la formación nacionalista, desde el gobierno local se requirió a dos trabajadoras de la limpieza, con contrato de lunes a viernes, que acudan los fines de semana a limpiar las instalaciones de la piscina. Una de ellas se negó, la otra no. «Esperemos que a partir do día de hoxe deixen esta practica ilegal e que esta traballadora faga as horas que o seu contrato marca».

Los nacionalistas indican, además, que desde la entrada del nuevo gobierno han recibido quejas de varios trabajadores que se sienten acosados por «unha concelleira que se erixe como xefa de persoal».

La Voz de Galicia

Cocina urgente para un hombre tranquilo.

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Fraguó sin prisas la moción de censura. Porque en la política, como en la cocina, hay que medir los tiempos.

El arroz caldoso con luras y gambas «é fácil de facer e leva pouco tempo. Non é comida de estudante, pero case». La última parte de la afirmación me sorprende. La experiencia me dice que el plato más elaborado que se cocina en un piso universitario son los espaguetis con atún. «Ese era un clásico», reconoce Juan Manuel Vidal Seage. Aprovechamos la puerta al pasado que nos ha abierto nuestro anfitrión y nos colamos por ella. Al otro lado nos lo encontramos con «17 anos, o selectivo aprobado, e tendo que decidir a que quería adicarme, con certa solvencia, durante toda a miña vida».

Primero se imaginó siendo físico, y se matriculó en esa carrera. Pero, pese a su predilección por la materia, la cosa no cuajó. «Entón decidinme por algo tan insulso como a Economía», cuenta. Nunca pensó que en el futuro se iba a convertir en alcalde de Pontecesures. Por aquel entonces, ni siquiera residía en esta localidad, que conocía porque «de pequeno traíanme os meus pais ao pediatra, Don Adolfo».

Juan Manuel Vidal Seage nació en Rois, donde vivió sus primeros años. La suya fue una infancia «de olor a aldea e a vacas, porque por alí había vacas por todos os lados». Iba a una escuela unitaria en la que niños y niñas estaban separados, pero todos, a los cinco añitos, rezaban el Padre Nuestro en latín. ?l aún puede recitarlo de memoria. Nunca tuvo problemas ni con las declinaciones, ni con ninguna otra asignatura. «Era o prototipo do chapón. Saquei todo sobresaíntes, sempre», recuerda.

Empezó en política bastante joven, en las Novas Xeracións del Partido Popular. Pero siempre fue un militante «de infantería, de pegar carteis, de megafonía e de loxística». Por eso en 2010, cuando le propusieron ser candidato del PP en Pontecesures, tardó en creérselo. «Eu tiña o meu traballo e estaba en varios colectivos, porque sempre me gustou o asociacionismo», explica. Pero, ¿presentarse a alcalde? ¿Encajaba eso en su vida? Decidió probar. Pese a los riesgos. «A fin de contas, era un pobo no que non nacera», insiste. ¿Y tan importante es eso? «Aquí a xente dálle moita importancia ao do RH, e iso que este pobo é un crisol de outros moitos», dice Seage esbozando una sonrisa. Cuando fue designado candidato, un militante le dijo que «preferiría a alguén nacido aquí». A él, más que eso, le preocupaba que en Pontecesures, «non me ían dar ningún premio á popularidade. Levaba aquí dende 1999, pero ninguén me coñecía». Aún así, consiguió formar lista y logró mantener al PP con dos concejales en la corporación. Durante los cuatro años de Angueira «fixemos unha oposición sensata. Non me gusta o ruído, e menos na política». En las elecciones de 2015 el PP se convirtió en la fuerza más votada y Seage se encontró con la posibilidad de encabezar un gobierno si lograba sumar los votos de Maribel Castro (IP) y Ángel Souto (TeGa). Dos enemigos irreconciliables que no querían ni verse en pintura.

Seage aplicó entonces a la política ese principio de pensamiento crítico que intenta inculcar a sus pupilos de catequesis. Tras analizar la situación, llegó la hora de desempolvar los conocimientos de Física. Dejó macerar la situación, se tomó su tiempo. Luego, cuando se rompió el gobierno de Cecilia Tarela, empezó a trabajar la fusión de tres grupos de derechas separados por una fuerza centrífuga difícil de controlar. Así logró formar gobierno, convertirse en alcalde y quien sabe si encauzar la reunificación de la derecha cesureña tras largos años de fractura.

En estos momentos, la verdad, hay otros asuntos que le preocupan más. Darle a Pontecesures la vuelta que sus votantes esperan. Tender puentes hacia los trabajadores del Concello, con los que las relaciones están tensas aún -estando en la oposición, el actual gobierno tumbó la relación de puestos de trabajo pactada entre el anterior gobierno y los trabajadores-. Reconducir esa situación costará lo suyo. Pero Seage está dispuesto a hacerlo siguiendo, de nuevo, la estrategia del fuego lento, la única que garantiza «que o arroz de abaixo non quede pegado á pota, mentres que o de arriba segue cru».

La Voz de Galicia

Tarela denuncia que los operarios del Concello actúan en terrenos privados.

La exalcaldesa de Pontecesures, Cecilia Tarela, aprovechó el pleno celebrado el lunes para denunciar que los operarios municipales «limpian propiedades ajenas al Concello». Y concretó un poco más diciendo que actúan «en la estación de tren, que para eso tiene su servicio, y en la entrada de un garaje en una conocida calle de carácter particular». El alcalde le contestó que tratará de averiguar lo sucedido, ya que es algo que desconocía.

Quien sí parece saber de qué se trata es el exconcejal Luis Sabariz, integrante de la comisión en defensa del tren de cercanías y uno de los grandes valedores de este servicio. Se encontraba entre el público durante el pleno y no ocultó su estupor al escuchar a Cecilia Tarela, ya que «el entorno de la estación también se limpiaba de vez en cuando por los operarios del Concello cuando ella era alcaldesa», explicó este vecino, sabedor de que «hay un acuerdo con Adif y una veces limpian ellos y otras, nosotros».

Faro de Vigo