O auditorio municipal de Valga acollerá hoxe a actuación da compañia «De Ste Xeito» que porá en escena a obra de Backup «A resurrección de Nuno» no marco do ciclo Tornar ás táboas, co que a Deputación de Pontevedra está a espallar o teatro en toda a provincia neste último trimestre do ano. A función dará comezo ás 20 horas con entrada de balde ata completar o aforo.
A obra está dirixida ao público mozo e adulto, e, como sinala a compañía, é unha «comedia post mortem» que amosa, a través dun humor ácido, a posibilidade de poder resucitar a alguén amado.
La prensa digital londinense se hace eco estos días del certamen, en un extenso artículo de la periodista neoyorkina Dena Levitz, que titula: “Padrón: El pueblo español, con un famoso pimiento y un festival único que se burla de la cultura británica”
Participantes en el Asnot disfrazados de la Reina Isabel II y su consorte, los Beatles y guardias del Palacio de Buckingham.
El festival Asnot, que se celebra desde hace nueve años en Padrón convirtiendo la villa en un escenario lleno de glamur y sonrisas, y recreando de una forma divertida, gamberra, respetuosa, elegante y visual el ambiente de las carreras de caballos inglesas, ha tenido estos días un amplio eco en la prensa digital británica, que ha llevado esta parodia canalla del Ascot hasta las mismas puertas del Palacio de Buckingham.
Así lo recogen con orgullo los impulsores del Asnot, los padronesess Yeya Gilino y Antonio Pérez en su pagina web, en la que se hacen eco de un extenso artículo publicado por la periodista neoyorkina especializada en viajes Dena Levitz, titulado Padrón: El pueblo español con un famoso pimiento y un festival único que se burla de la cultura británica.
“Dende o inicio do proxecto soñábamos de que chegase aos oídos da monarquía británica, e agora vémolo máis preto”, explican los creadores del festival padronés.
Y es que el artículo, publicado en inews.co,uk y The Sun, no tiene desperdicio. Lena Levitz, que conoció el festival realizando el Camino de Santiago, lo comienza así: “Una fiesta en el jardín ha estallado, como por arte de magia. A las 9 de la mañana, la plaza del pueblo era un espacio verde vacío. Dos horas después, está lleno de familias. Hombres y mujeres se ponen sombrero elaborado tras sombrero elaborado que avergonzaría a los asistentes a Grand National. Los niños se alinean para correr alrededor de una carrera de obstáculos improvisada, en burros construidos con escobas y suministros de artesanía, mientras que un maestro de ceremonias anuncia a cada concursante, celebrando el nombre no solo del jinete junior, sino también de su fiel corcel”, describe la periodista estadounidense.
“Más tarde en el día, una banda tributo a los Beatles cantará Hey Jude a la vista de una estación de metro simulada que insta a los posibles pasajeros a Mind the Gap. El día anterior, nada menos que la difunta Reina había adornado las festividades con su ola real”, añade.
Artículo de Levitz publicado en inews.co.uk y ‘The Sun’
Tras esta introducción, la periodista explica que Asnot es un espectáculo “encantador y colorido que abarca no solo un día a finales de julio, sino, al menos en 2022, tres días para compensar el tiempo perdido de pandemia. Y, quizás lo más inesperado… no está cerca del sitio del festival de carreras de caballos británico que está parodiando, Ascot, Berkshire, está a unas 1.250 millas de Padrón en Galicia, al noroeste de España, donde, desde 2014, este festival ha cautivado a los lugareños y ha convertido su ciudad en un teatro viviente temporal”.
Después Dena Levitz se hace eco del carácter y de la tradición xacobea de Padrón para narrar que “en gran parte, bajo el radar fuera de Galicia, -escribe- Asnot es ocasionalmente tropezado por forasteros, particularmente aquellos que, como yo, pasan mientras caminan por el Camino de Santiago (se cree que los restos del santo patrón de España fueron traídos a Padrón desde Jerusalén antes de ser enterrados en Santiago de Compostela). Padrón es sinónimo de sus pequeños pimientos verdes, pero Asnot podría poner la ciudad del norte de España en el mapa por una razón más ecléctica”.
El artículo de la neoyorkina especialista en viajes es fruto de una amplia entrevista que hace a los artífices del festival, que le relatan con todo lujo de detalles cómo surgió la popular y humorística iniciativa.
TRADICIÓN OBSOLETA. Así, explica que todo comenzó con una idea simple: actualizar una tradición obsoleta. “Durante aproximadamente 50 años, Padrón había sido anfitrión de una carrera de burros anacrónica -escribe Levitz-. Según los organizadores de Asnot, se propusieron aportar algo de glamur y encanto a un nuevo estilo de reunión, en el que los burros serían el foco de protección en lugar de las carreras.”, explica, para seguir detallando que el nombre Asnot fue el primer punto de partida.
“Asno es sinónimo de burro en español, y luego se dio cuenta de que también podría ser un juego de palabras con Ascot, la histórica carrera de caballos británica amada por la difunta reina Isabel”.
Fue entonces, cuenta el reportaje, cuando se decidió que el festival, respetuosamente, “sacaría la meada de la cultura británica, algo que ha tenido una resonancia particular desde el Brexit, además de servir como una celebración creativa y divertida”.
La periodista no se olvida de dedicar un amplio apartado a los impulsores del festival Asnot, Yeya Gilino y Antonio Pérez. “Ambos provienen de Padrón, al igual que varias generaciones de sus familias. Gilino tiene títulos en administración de empresas y gestión cultural, así como formación en diseño, mientras que Pérez viaja mucho y tiene experiencia en turismo”, relata.
Levitz recuerda que en el año 2014, ambos trabajaban en O Rincón, un bar del casco antiguo de Padrón, y que para la primera versión del Asnot, Pérez sugirió recrear el ambiente del Royal Ascot en O Rincón, “convirtiendo el bar en una casa de apuestas en la que se invitaba a los clientes a convertirse en elegantes damas y caballeros”. “Fue un éxito inmediato -le explican-. Desde entonces, Asnot ha crecido en alcance y tamaño. Por ejemplo, en 2016 el evento se expandió a algo más parecido al teatro vivo. Un fabuloso elenco de actores fue contratado para interpretar los papeles de la monarquía y otras personalidades históricas”.
Relata que en su cuarta edición, Asnot se convirtió en un festival propiamente dicho: “La plaza central de Padrón estaba decorada con césped artificial, arcos y vallas. Hubo actuaciones musicales acordes con el tema, incluyendo swing, jazz, blues y una banda tributo inglesa. Se lanzó Brincasnot, la actividad infantil en la que los jóvenes construyen burros con escobas y se lanzan alrededor de una carrera de obstáculos. Y los imitadores de Freddie Mercury y Winston Churchill se mezclaron con los asistentes al festival”.
“Al año siguiente, 2018, debutó una caminata familiar de concienciación sobre la protección de burros. Los organizadores también agregaron un puesto de mercado Camdentown con mercancía de Asnot, y las clases de baile callejero enseñaron a los residentes a saltar en lindy”, añade.
PANDEMIA. Acto seguido, en el artículo la escritora neoyorkina explica que el festival Asnot más exitoso hasta la fecha fue el celebrado en el año 2019, “cuando se unieron la friolera de 15.000 personas (la ciudad tiene menos de 8.500 residentes, recuerda)”.
A continuación hace referencia a la pandemia de la covid-19, que detuvo los eventos hasta que una versión limitada de Asnot regresó en 2021, seguida de la del verano del año 2022, en la que “hubo exhibiciones de burros de madera, pintura mural, concursos de bandas y un mercado de sombreros al que conocidos artesanos gallegos contribuyeron con sus obras de arte portátil”.
“Asnot es Made in Galicia, sombreros, humor, comunidad”, añade. “[Es] el festival intergeneracional de música, teatro y otras artes… Los que van a Asnot se convierten en su personaje y se involucran desde el momento en que diseñan su sombrero hasta que disfrutan de los conciertos y actividades del festival”.
Levitz cierra su artículo indicando a los lectores cómo poder llegar a Padrón. “El aeropuerto más cercano es el de Santiago de Compostela, operado por Vueling, BA y Ryanair. A Coruña, servida por Vueling, y Vigo, servida por Ryanair también están relativamente cerca. Brittany Ferries opera servicios desde Portsmouth a Santander y Bilbao. Los trenes Feve conectan Santander y Bilbao con Galicia”,
No se olvida pues de ofrecer, como buena especialista en viajes, todos los datos más relevantes y precisos para que el potencial viajero pueda llegar hasta la localidad rosaliana y disfrutar del festival más “canalla y transgresor”.
Llega a Galicia por primera vez la obra treatral ‘No más besos’, todo un canto al amor libre y una denuncia a la homofobia //La representación tendrá lugar el ocho de marzo en el auditorio municipal padronés y la entrada es gratuita
Miriam Vázquez (izquierda) y Lara Dibildos, protagonistas de la obra de teatro No más besos.
El teatro es una de las ramas de las artes escénicas más especiales, o así lo aseguran actrices de la talla de Miriam Vázquez y Lara Dibildos, asiduas a interactuar con un público y una localización cambiantes. Es precisamente eso lo que les genera un subidón de adrenalina constante, porque en el teatro nada es previsible. Pues bien; de este noble arte y de la interpretación de las actrices antes mencionadas, podrán empaparse los padroneses el próximo 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer. El auditorio municipal será el encargado de recibir, a las 19.00 horas, a estas artistas nacionales que traen por primera vez a Galicia No más besos.
Dicha obra es, en palabras de Lara Dibildos, “una montaña rusa emocional”. Cuenta la historia de amor de Callie (interpretada por Lara Dibildos) y Sara (Miriam Vázquez) que, habiendo tenido parejas heterosexuales, se atraen inesperadamente. “El tema principal es el amor libre. Para ellas es como vivir una primera historia amorosa y el espectador va viendo ese proceso. La homofobia también está presente, porque sufren un trágico suceso. No más besos también habla del poco respeto social hacia ciertos colectivos”, explica Miriam a EL CORREO.
Fue esta joven madrileña quien, al poco de volver de formase en arte dramático en Nueva York, decidió adaptar y guionizar Stop Kiss, de Diana Son. “La obra arrancó en el Teatro Zorrilla de Valladolid en junio de 2019. Luego, tras el parón de la pandemia, estuvimos tres temporadas en el Teatro Lara de Madrid y recorrimos toda la geografía española: Zaragoza, Alicante, Valencia, Guadalajara…”, cuenta Miriam.
Ahora, la obra lleva un tiempo parada, y es por ello que encaran Padrón con energías renovadas. Para Miriam es su primer trabajo en la geografía gallega. “A Galicia solo fui una vez de vacaciones. Estuve en Santiago y en Muxía; de este último lugar me acuerdo especialmente porque me caí y todavía tengo cicatrices”, bromea. “Tengo muchas ganas de volver porque Galicia es maravillosa; en Madrid vemos muy poco verde y hace mucho calor. Además, se come genial”, añade.
Para Lara no es la primera vez trabajando, pero hace muchos años que no pisa tierras gallegas. De hecho, solo estuvo dos veces: una en Santiago y otra en A Coruña, con sendas obras teatrales. Ahora que pisará por primera vez la tierra en la que Rosalía de Castro pasó buena parte de su vida, está deseando degustar su producto estrella: los pimientos. “Me encantan, y aunque normalmente antes de actuar no se debe comer mucho, en Padrón nos vamos a saltar ese consejo”, señala Dibildos.
La intérprete y presentadora encarna a Callie desde hace dos años, aunque la obra lleva cuatro en marcha. “La había visto y me había encantado, sobre todo mi personaje. Es un bombón, un regalo para una actriz. Cuando me lo ofrecieron me alegré muchísimo, pero también sentí una gran responsabilidad”, afirma Lara. Y es que interpretar un personaje que antes tenía otra rostro infunde respeto. “Temes no estar a la altura, sabes que habrá comparaciones”, explica. No obstante, la actriz se quitó los miedos. “Fue la mejor decisión que tomé. Es una función que no deja indiferente a nadie. De hecho, mucha gente repitió. Nos dicen que es como ver una película por lo cinematográfica que es”, revela.
Ambas intérpretes animan a los padroneses y vecinos de la contorna a ver esta función (las entradas son gratuitas) que además llega en un día tan especial para las mujeres. Desde las concejalías de Igualdad de distintos ayuntamientos les han ido llamando para conmemorar con No más besos el Día del Orgullo, el 8-M o el 24-N. Una muestra de que el mensaje, aunque sin pretender ser moralista, es de respeto, de tolerancia y de no violencia. “Cuando conoces a los personajes te enganchan. Esta obra es un sí a la libertad de cada uno a querer como le dé la gana”, reivindica al respecto Lara Dibildos.
La función alterna presente y pasado con maestría y mezcla momentos de gran emotividad con humor. Un cóctel explosivo que logra que la hora y media se quede corta. Y a ello ayuda la buena conexión entre las protagonistas, amantes en la ficción y buenas amigas en la vida real.
O Concello de Pontecesures ten previstas dúas sesións gratuítas de teatro infantil para os próximos venres 9 e 16 de decembro, ás 19:30 horas, no centro social. A primeira actuación será «O lobo e a lúa», un espectáculo de Baobab. O segundo, «Fazulas e o ladrón de paraugas», é un espectáculo familiar no que Fran Campos mestura narración, monicreques e música para o goce da cativada.
Corría un ocho de octubre de 1942 cuando Rosa Solar, una mujer coraje casada con Antonio Castaño, dio a luz en una humilde casa de Lestrove (Dodro) a un niño al que llamaron José Domingo. Sería el segundo de una extensa familia de doce hermanos que se crió en las rúas de Padrón, el pueblo que en realidad corre por las venas de quien hoy es uno de los comunicadores de mayor prestigio de nuestro país, con innumerables premios y distinciones. Pepe Domingo Castaño se ha hecho a sí mismo, con tesón. Ahora lo relata en un libro de recuerdos de radio y vida, prologado por su buen amigo Julio Iglesias. ‘Hasta que se me acaben las palabras’ salió a la venta el jueves. El miércoles 26, a las 18.00 h, lo firmará en la Librería Pensamentos (Padrón); y el 27, a las 19.00 h, en El Corte Inglés de A Coruña.
He de reconocer, querido Pepe, que cuando me encargaron hacerte esta entrevista me invadió una sensación de entre miedo y respeto que no sabría explicarte… (carcajadas).
Pero, ¿por qué? Si tú y yo ya nos hemos tomado unas cuantas chiquitas juntos…
Quizás por eso… y porque eres un paisano al que admiro de manera especial. ¿Qué te parece si arrancamos?
Adelante.
Hasta que se me acaben las palabras es la historia de vida y radio de un niño que nació en Lestrove, se crió en Padrón y detestaba la lluvia eterna de nuestra Galicia. ¿Qué recuerdos guardas de la niñez?
Lo primero que recuerdo de niño es felicidad. Pese a que no éramos una familia de muchos posibles y teníamos nuestras privaciones y nuestros problemas para arrastrarnos en el día a día, todo lo que recuerdo de mis años de infancia es la palabra felicidad. Y es porque los niños de entonces, al contrario de los niños de ahora, jugábamos; y lo hacíamos donde hay que jugar, en la calle. No puedo olvidarme, y además lo cuento en el libro, de aquellas mañanas y tardes jugando a Tres marinos a la mar, al Pañuelo, a la Chenda, al Marro, a un montón de juegos que ya no existen, a los que los niños de hoy ya ni llegan ni saben cómo son. Es una pena.
Sé que la familia siempre ha sido importantísima para ti, un pilar fundamental en tu vida… Tus hermanos, pero sobre todo tus padres. Si te pregunto por Antonio y por la señora Rosa, ¿qué me contarías?
Bueno, de mi padre te puedo decir que era un señor que no podía atender mucho a la familia porque estaba siempre liado. Era un multitrabajador. Aparte de estar empleado en la Papelera Española, en aquellos terrenos que tenía en Cesures, a la orilla del río, era un hombre que vendía de todo. Recuerdo a mi padre vendiendo piedras de mechero, aceite, tabaco… O sea, hacía, entre comillas, un estraperlo familiar bastante potente. Y tenía poco tiempo para la familia. La imagen que tengo de él es la de verlo subido en la moto regresando de Herbón a las siete u ocho de la mañana, después de haberse despertado a las cinco, para ir a las seis a comprar las lampreas para luego enviarlas a Madrid.
Y de mi madre, ¡qué te voy a decir! A pesar de lo que parecía, era una mujer de mucho genio. Luego, cuando ya fue cumpliendo años, se fue amansando y se convirtió en una mujer entrañable a la que necesariamente tenías que querer. Ellos dos son un ejemplo para mí que he mantenido a lo largo de toda mi vida.
Una mujer a la que quiso todo un pueblo, todo sea dicho…
Sí, eso es un orgullo para todos los hermanos. Cuando se murió mi madre fue como si muriese un trocito de Padrón. Y eso a nivel familiar es muy grande. En su entierro sentí que el pueblo la quería. Cuando se murió mamá Rosa es como si hubiese muerto la mamá de Padrón.
Antes de llegar a la radio trabajaste en una peletería de nuestro pueblo, en la Picusa de Padrón…
Sí, pero yo no hacía pieles. Estaba en contabilidad, recomendado por mi tía Maruja, la de Casa Castaño, que era muy amiga de Ignacio Zaragoza, el dueño de Picusa. Había que trabajar y allí estuve un montón de años sufriendo; porque, a pesar de que la gente que me acompañaba era muy buena y todos se portaron muy bien conmigo, yo no era feliz. Sabía que aquello no era lo mío. Lo que pasa es que estaba esperando el momento para dar el salto a lo que yo quería, que era la radio, la música. En fin, digamos que un mundo que no tenía nada que ver con las contabilidades ni con las oficinas. Hasta que lo conseguí, fue una época muy complicada.
Pegaste el salto a Radio Galicia, en Santiago; y también comenzaste a cantar. Eres uno de los fundadores del Orfeón Terra a Nosa del recordado padre Feijóo…
Una vez que llegas a Santiago y te metes en una emisora, Radio Galicia, que era como la portavoz de la ciudadanía compostelana, ya te metes en Santiago de verdad. Y entonces, no solamente fui locutor de Radio Galicia. A mí ya me encantaba cantar. El padre Feijóo vino un día a la radio y me habló de que quería montar el Orfeón Terra a Nosa. Me dijo que sabía que yo cantaba, porque me oía en la radio, y que quería que fuese el solista del coro. Y como yo era un buen acicate para que se apuntase mucha más gente… Me apunté y, conmigo, un montón de amigos míos. Y así nació Terra a Nosa. Además, en aquella época conocí a Agustín Magán, que era un hombre que dirigía un grupo de teatro que se llamaba Ditea. Me metió también el gusanillo, y me dediqué a hacer teatro. En las escaleras de A Quintana montábamos unas obras de teatro maravillosas. O sea, que hacía en Santiago un poquito de todo. Y eso me fue curtiendo para todo lo que lo que vino después.
A veces te he escuchado decir que cuando te fuiste a Madrid lo hiciste con una maleta vacía…
Vacía de ropa, pero llena de sueños. La maleta que me llevé a Madrid era una porquería. Pero dentro estaban todos los sueños de un chaval que quería ser algo más de lo que era. Y yo creo que eso es lo que me ha motivado toda mi vida. Cuando me fui a Madrid… no lo piensas, porque si lo piensas de verdad con la cabeza, no te vas. Yo lo pensé con el corazón. El corazón en mi vida ha sido el que ha mandado. Se ha equivocado un montón de veces, pero alguna vez también ha acertado. Y creo que hice bien yéndome a Madrid.
¿Cómo fue?
Me pareció horrible aquella mañana que llegué, un 31 de diciembre de 1966. Hacía un frío tremendo. No me conocía nadie, paseaba por la Gran Vía y… acostumbrado a que en Santiago todo el mundo me dijera en la calle… ¡adiós, Pepeeee! En Madrid no me saludaba nadie. Fue muy complicado. Pero creo que las cosas que te cuestan son las que luego más agradeces. Si no me hubiera costado tanto, a lo mejor hoy no le estaría tan agradecido a la vida.
Y luego llegaron los programas musicales en la radio y la tele… De eso también hablas en el libro.
Es un poco un libro de sentimientos. No son unas memorias. A mí no me gusta la palabra memorias. No, son mis sentimientos convertidos en palabras. Hablo de la tele, de la radio, de cuando llegué, del trabajo que me costó entrar en la Ser. Allí hice El gran musical, y cuando me dieron el Premio Ondas en el 75 fue una de las mayores alegrías de mi vida. Luego me di cuenta de que la música ya no me gustaba y pedí un cambio a la Cadena Ser para hacer otro tipo de cosas. Porque yo en cada momento sé que, cuando algo por dentro no te genera ilusión, tienes que dejarlo y cambiar. Y como El gran musical ya no me generaba ilusión, cambié; y me fui a Magazine. Luego vino Carrusel Deportivo, que fue el lanzamiento definitivo de una idea que me rondaba en la cabeza: hacer una publicidad distinta a la que se hacía entonces en España.
¿Y hablas de la canción?
Cómo no voy a hablar de la canción, de cuando grabé Neniña, Viste pantalón vaquero, de cuando me propusieron irme a México y logramos ser número uno allí. Cuando nadie, ni yo, lo esperaba; porque, ¿cómo un tío con la voz que yo tengo podía llegar a ser número uno en toda América? O sea, una locura que no esperaba ni yo ni nadie.
Neniña se ha convertido en un himno, al menos en nuestro pueblo, ¿qué sientes cada vez que vienes a Padrón y compruebas que todos, mayores pero también tantísimos chavales muy jóvenes, se saben y cantan con euforia Viste pantalón vaquero y la camisa de cuadros?
Pues que vale la pena hacer cosas. A mí cuando me dicen: oye, ¿por qué has cantado si no tenías necesidad de cantar y, además, no eres cantante? ¿Y qué pasa? ¿Que yo no puedo hacer lo que me apetezca? Cuando lo hice, lo hice con la seguridad de que era una canción estupenda. Si yo no supiese que esa canción iba a triunfar no la hubiera grabado. Y cuando ahora voy a la romería del Santiaguiño do Monte y veo que a mi lado hay montado un tinglado de gente muy joven, que te llama a gritos para que vayas allí con ellos a beber un vaso de vino y a cantar Neniña… Eso es maravilloso. No hay cosa más bonita. Eso es muy grande.
La transición de Ser a Cope, de Carrusel a Tiempo de Juego, ¿cambió en algo a Pepe Domingo Castaño?
Claro. Tiene que haber un cambio, porque no cambias solo de emisora, sino de vida, de objetivos, de todo. Recuerdo que cuando nos fuimos de la Ser a Cope a mí me acojonaba de verdad que íbamos a tener veinte clientes a los que había que buscarle el truquillo. Cuando nos fuimos a Cope no llevamos ningún cliente de la Ser, porque no queríamos perjudicar a la emisora, y fueron todos clientes nuevos. Y con cada uno de ellos tuve que inventarme eso que me invento yo con cada publicidad. Sirvió para removerme por dentro totalmente. O sea, me limpió todo lo que había hecho hasta ese instante y me animó para recuperar toda la fuerza que yo podría conseguir en el futuro. Un Pepe Domingo completamente distinto.
Y lo habéis vuelto a conseguir, porque hoy sois la radio líder en información deportiva, ¿verdad?
Ahora mismo, sí. Llevamos un año entero en el que nos han dado, por fin, el número uno del EGM, en tres EGMs. Eso demuestra que lo somos de verdad, que no hay engaño. Digamos que para mí era lo que me quedaba por conseguir, ser número uno también en una aventura que todos tachaban de locura.
De todas formas, me imagino que tú con lo que te quedas es con esa gran familia que es Deportes Cope, y que te ha bautizado como La leyenda de la radio...
Bueno, familia teníamos también en la Ser. Los cimientos estaban ahí. Luego, como nos fuimos de Carrusel más de cincuenta personas, en Cope no cambió demasiado. El concepto de familia siguió; y las costumbres habituales siguieron: los jueves de juerga, tomar copas juntos, contarnos todo, no engañar al que trabaja contigo, ser respetuoso con todo lo que te rodea, querer mucho tu programa y a su gente… Eso te va metiendo dentro una sensación de complicidad que termina en el éxito. La familia es la base y lo que transmite Tiempo de Juego no es un engaño, es la verdad: si somos así tenemos que demostrar también que lo somos con la palabra.
Nunca has tenido pelos en la lengua delante de un micrófono para decir lo que piensas, ¿cuáles han sido las consecuencias?
He dicho toda mi vida lo que pienso. Lo que pasa es que en los tiempos de la Ser no tuve mucha oportunidad. Me generó algún problema, porque hubo algún ministro que alguna vez llamó para decir… a ver ese señor que está diciendo estas cosas… hay que cortarle. Eso no lo he contado nunca, pero ha pasado. Sin embargo, fíjate que en Cope yo no he tenido nunca ningún problema. Nadie me ha llamado para decirme nada sobre lo que haya dicho o dejado de decir. Eso para mí es maravilloso, por supuesto.
Me consta que Pepe Domingo es muy amigo de sus amigos, ¿qué representa para ti la amistad?
Es que sin amistad, dime tú qué vida puede haber. Si no tienes amigos, qué te queda. Los amigos son la base de tu vida. El poder confiar en alguien, el tomar una copa con alguien, el contarle tus secretos a alguien, el ahogar tus penas con alguien, el compartir alegrías tuyas y de la gente que te rodea… Eso es la amistad: respeto, cariño…
Julio Iglesias, que es buen amigo tuyo y prologa tu libro, suele decir que lo que más desea en la vida —por ejemplo, más tiempo— no lo puede comprar con dinero. ¿Qué opinas?
Me parece una frase maravillosa. Porque ahora mismo yo gano dinero, sí. Estoy en un momento estupendo económicamente, pero, ¿en qué ha cambiado mi vida? Digo, no ha cambiado en nada. Tengo lo mismo que tenía hace veinte años. Lo que me falta es lo que Julio pide: tiempo. Porque sabes que, aunque tienes todo lo de atrás, delante te queda poquito. Y, a veces, cuando estás solo y lo piensas, es duro, muy duro.
¿Crees que llegará el día en que Julio nos visite en Padrón?
Pues no lo sé. Me lo ha prometido tantas veces y luego me ha llamado para decirme que no podía… que el día que lo vea sentado en Rial tomando un pulpo y pementos no me lo voy a creer. Espero que este año pueda venir y que, además, aprovechando que sale el libro, pueda darle un abrazo en mi pueblo.
Sé que Tere, tu mujer, es otro pilar indispensable en tu vida, ¿qué hay de ella en este libro de sentimientos?
Está en la dedicatoria del libro: A Tere, por todo. Y todo es todo. O sea, yo empecé a nacer a la normalidad cuando llegó Tere. En el momento que ella llegó a mi vida era un tipo muy famoso, porque hacía de todo: estaba en El gran musical, iba a sacar un disco, hacía televisión… Y yo pienso que el Pepe Domingo de aquel tiempo era un Pepe Domingo muy creído. La llegada de Tere supuso bajarme a la altura del suelo y decirme: ¡Ehh!, que esto no es para siempre, que tú lo que tienes que ser es tú. Y cuando me dijo eso, me di cuenta de que estaba equivocado. A partir de ese momento nunca más creí que lo que me rodeaba lo había conseguido yo. Nunca lo consigues tú. Lo consigues gracias al equipo que trabaja contigo y a la gente que te acepta o no te acepta. Tere es el faro que mantiene mi vida en los parámetros que yo quiero que esté.
El tuyo es un libro solidario: donas los beneficios a Cáritas y Aeslema.
Cuando la editorial me propuso sacar el libro, pensé: ¿y esto qué me va a producir? ¿Más dinero? ¿Para qué quiero yo más dinero, si no voy a ser más feliz? Entonces recapacité y dije: siempre, desde que nací en Lestrove, me crié en Padrón y terminé en Madrid, la vida me ha dado todo lo que le he pedido. No puedo quejarme de lo que me ha dado la vida. Tengo que compensar a la vida por todo esto; y la mejor forma es dedicarle el beneficio de este libro a gente que lo necesita mucho más que yo.
¿Se le acabarán algún día las palabras a Pepe Domingo Castaño?
Ahí está el título del libro. Es la última frase de la obra. Termina así: hasta que se me acaben las palabras. No iba a ser ese, sino Callejón de dos salidas, que es un callejón que tú bien conoces y que está en Padrón, al lado de la casa donde yo viví. Porque de pequeñito dije: si algún día escribo un libro, lo voy a titular así. Pero luego, cuando la editorial recibió el último capítulo me dijo que el título debería ser Hasta que se me acaben las palabras. Y estoy de acuerdo. Y cuando me preguntan, ¿hasta cuándo? Pues les respondo: hasta que haga el mejor programa de mi vida o hasta que se me acaben las palabras. Que sea cuando Dios quiera.
Ya por último, Pepe, ¿cómo te gustaría ser recordado?
Como un hombre que pasó por la vida intentando hacer felices a todas las personas con las que se cruzó.
ESTE VENRES 2 DE XULLO A PARTIR DAS 20 H TEREMOS UNHA OBRA DE TEATRO NO CENTRO SOCIAL DO CONCELLO DE PONTECESURES. A COMPAÑÍA DE TEATRO VAIA TELA ! REPRESENTARÁ A OBRA «SOMOS O QUE VESTIMOS? VESTIMONOS COMO SOMOS?». ONDE SE REPRESENTAN SITUACIÓNS SOBRE O CONSUMO DE ROUPA CHEAS DE HUMOR. ENTRADA DE BALDE, PARA PUBLICO A PARTIR DOS 12 ANOS.