El incremento de los costes y los problemas en la cadena de suministros han provocado esta situación // Actualmente, el gigante maderero cuenta con una media de 3.334 trabajadores
- La falta de pedidos, la crisis de suministros y la subida de los costes han llevado a Finsa, el gigante maderero con sede en la capital gallega, a llegar a un acuerdo con los sindicatos para empezar a aplicar el expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) en sus plantas de Galicia (Santiago, Padrón, Rábade y Ourense), el cual prevé extender hasta marzo de 2023.
Tras las negociaciones de esta semana, la empresa respondió a la propuesta de los comités a última hora de la noche de este jueves, de modo que hubo acuerdo en relación a las condiciones para la plantilla, actualmente con una media de 3.334 trabajadores incluyendo los centros de Portugal, durante el ERTE.
Según informan fuentes sindicales, el pacto implica establecer dos tramos para la aplicación del ERTE, el primero de ellos hasta finales de año y con las mismas condiciones del anterior expediente de regulación temporal (90% del salario y 100% de las extras, vacaciones y plan de jubilación). El segundo tramo, del 1 de enero a marzo, se marca en función de la actividad, de modo que el salario podrá oscilar entre el 85 y el 90%. El resto de elementos (extras, vacaciones y plan de jubilación) también alcanzará el 100%. A mayores, el expediente introduce una garantía para que el salario mensual de los trabajadores siempre alcance el 90%. “No son las mejores condiciones, pero valoramos el resultado de las negociaciones porque esta es una herramienta para proteger el empleo”, resaltan las fuentes sindicales consultadas.
Cabe recordar que el principal grupo maderero de la comunidad cerró el 2021 con una facturación de 1.119 millones en ventas, lo que suponía un 34% más que el año anterior, cuando se produjo la crisis sanitaria del covid. A pesar de las dificultades del pasado ejercicio, sus números se habían disparado, no sólo en las ventas, sino también en los beneficios, puesto que cerró el 2021 con un ebitda recurrente de 167,7 millones de euros (104 millones de euros en el 2020), mientras que el resultado de explotación se duplicó, pasando de los 52,5 millones de 2020 a los 108,4 millones el año pasado.
En todo caso, ya desde comienzos de año se apreciaban los problemas del aumento de costes, tanto en las materias primas como en la energía, así como la tensión en la cadena de suministros como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Todo ello ha derivado unos menores márgenes de beneficio (se cita que los costes se incrementaron en un 32%) y, por consiguiente, en la necesidad de aplicar el citado ERTE durante, al menos, seis meses.
El Correo Gallego