La plataforma «Portas non pode perde-lo tren» puso ayer en práctica una curiosa forma de protestar contra los planes del Ministerio de Fomento para levantar la vía férrea entre Portas y Vilagarcía en el primer semestre de este año y dejar al municipio sin tren de cercanías. Un grupo de integrantes de la coordinadora vecinal se desplazaron a Santiago para realizar el trayecto entre la capital gallega y Portas. Los responsables de la taquilla de la estación compostelana se tuvieron que armar de paciencia, puesto que los portenses pagaron el importe de sus tickets con monedas de un céntimo. Además aprovecharon para informar a los usuarios del tren de las consecuencias que supondría la eliminación de las cercanías.
Alrededor de una veintena de integrantes de la plataforma vecinal «Portas non pode perde-lo tren» realizaron ayer en ferrocarril el trayecto entre Santiago y Portas, aunque rodeados de una parafernalia un tanto singular a la que denominaron «El céntimo en taquilla». El colectivo creado en defensa del tren de cercanías tiró de ingenio y se propuso pagar los tickets única y exclusivamente con monedas de un céntimo.
Los miembros de la coordinadora llegaron a la estación ferroviaria compostelana sobre las 18:30 horas portando carteles en los que se podían leer frases como «Los estudiantes con el tren», «Salva el tren» o el remodelado lema de la Xunta «¿Onde vivimos importa?». Las cuatro taquillas del recinto estaban abiertas al público en ese momento, y a ellas se dirigieron a pesar de «los nervios» que en un principio se dejaban notar entre los miembros de seguridad y el personal de la estación.
Largas colas.- Los afectados de Portas sacaron sus céntimos del bolsillo y comenzaron a pagar sus billetes con un coste de 3,15 euros cadas uno para subir al tren, lo que provocó que la cola en las taquilla fuese cada vez más larga, más aún teniendo en cuenta que, para sorpresa de todos, el personal de la estación optó de repente por cerrar tres de sus ventanas de expedición de tickets. Se tomaron con bastante filosofía lo de contar céntimos los encargados de atender la única taquilla que se mantuvo abierta, pero ni así lograron evitar que se formase un «atasco» inmenso en el hall de la estación. Tanto fue así que, cuando el tren llegó, apenas una decena de miembros de la plataforma habían logrado conseguir su billete. Aún así, todos se subieron al tren con intención de pagar al revisor. Tuvieron suerte y el viaje les salió gratis puesto que, en la hora de duración del trayecto, el interventor no llegó a junto ellos.
Esta ingeniosa protesta fue aprovechada para informar, en la propia estación de Santiago de Compostela, a muchos estudiantes y vecinos de esa comarca sobre «el problema que se les viene encima con la desparición del tren de cercanías», indica el portavoz de la coordinadora vecinal, Fernando Gómez.
Su mensaje tuvo buena aceptación entre los usuarios del ferrocarril y «algunos estudiantes incluso nos pidieron que les diéramos céntimos» para participar también en la iniciativa. Gómez añade que su intención es continuar con este tipo de actos reivindicativos «para que se conozca el problema que supondrá la supresión del tren y su envergadura».
DIARIO DE AROUSA, 12/01/07