A falta de que se ratifique el pacto tripartito en Ribadumia, el único Concello pendiente de aclarar su futuro a una semana de las investiduras es el más pequeño de la comarca.
La noche electoral del 24M dejó, en Arousa, tres incógnitas en cuanto a la identidad de quienes desempeñarán las once alcaldías en las que se distribuye el territorio. A falta de una semana para que se constituyan las corporaciones municipales, el número de plazas en las que se mantiene la incertidumbre se reduce a una, Pontecesures, asumiendo que Independentes, PSOE y Somos Ribadumia pulirán los flecos pendientes de su acuerdo para desplazar al PP de uno de sus gobiernos fetiches en O Salnés.
A la espera de que el acuerdo de Ribadumia se convierta en definitivo, el interrogante se concentra, por lo tanto, en el más pequeño de los municipios arousanos. Que, con 3.092 habitantes, según la última cifra oficial de población, ofrece uno de los mapas políticos más fragmentados que puedan concebirse. La diferencia entre la lista más votada, el PP de Seage, y la candidatura que contó con menos apoyo, el PSOE de Roque Araújo, equivale a la asistencia a una boda mediana; apenas 172 papeletas. A priori, la nacionalista Cecilia Tarela tendría más fácil reeditar un tripartito con Terra Galega y los socialistas que la operación alternativa encabezada por Seage, los independientes de Maribel Castro y la propia TeGa de Souto Cordo. Para empezar, porque estos dos últimos no se toleran.
Suceda lo que suceda en Pontecesures a lo largo de esta semana, quien se siente en el sillón de la alcaldía lo hará por primera vez. Lo mismo reza en el caso del independiente David Castro, si el acuerdo de Ribadumia se concreta a lo largo de los próximos días, con o sin la sombra de Nené Barral recorriendo de nuevo los caminos. En el corazón de O Salnés hay ya mucho camino andado entre IR, PSOE y Somos Ribadumia, por lo que la caída de Salomé Peña, y con ella de todo un símbolo popular, cuna del presidente de la Diputación y de la estructura provincial de la gaviota, Rafael Louzán, se da prácticamente por hecha.
Claro que si de caras nuevas se trata, los socialistas arousanos tienen bastante que decir. En su primer intento, Alberto Varela se convertirá el sábado en el quinto regidor que el PSdeG sitúa en Ravella tras Recuna, Javier Gago, Enrique León y Dolores García. La estrepitosa derrota del PP de Tomás Fole, el primer candidato al que la ciudadanía niega un segundo mandato, y el claro dominio de la izquierda en el pleno, con EU, BNG y Somos Maioría, le garantizan la investidura. Cuestión muy distinta es que finalmente se forme un gobierno de coalición. Todo indica que los socialistas asumirán la gestión en solitario. Que sea así o no es la incógnita que queda por delante.
El dominio de A Illa y O Grove
Lo sucedido en O Grove se asemeja bastante, con la diferencia de que José Cacabelos no es nuevo en estas lides. El socialista, que también ocupó la alcaldía en sus primeras elecciones como candidato, fue desplazado hace cuatro años por el popular Miguel Pérez. Ahora, la suya es la lista más votada, a un solo concejal de la mayoría absoluta. No existen indicios de que busque un socio de gobierno.
Tampoco lo necesita Carlos Iglesias, en A Illa, que estrenará el pleno de trece concejales con una rotunda mayoría absoluta. Iglesias, que sustituirá al primer alcalde de la historia del municipio isleño, Manel Vázquez (en puridad, Manolo Dios presidió una gestora entre la segregación de Vilanova y la convocatoria de los siguientes comicios, en 1999), tiende, sin embargo, la mano al BNG para sumar fuerzas.
Los fortines populares
Los intereses conservadores han tendido a la baja en los once municipios que componen la demarcación de Arousa. Pero entre ellos subsisten importantes diferencias. Así, José María Bello Maneiro y Gonzalo Durán conservan sus respectivas mayorías absolutas en Valga y Vilanova con evidente suficiencia. Tampoco le han ido mal las cosas a Lourdes Ucha, que se enfrentaba al doble reto de cubrir la baja de Jorge Domínguez, una parte de la historia de Meaño, y vérselas con el resurgir de los independientes. Finalmente gobernará sin problemas. Al igual que José Luis Pérez Estévez en Meis, más allá de los engorros de censos y empadronamientos engrosados, que allí constituyen un clásico en tiempo electoral.
Cambados como problema
Por fin, el caso que más ha dado que hablar a lo largo de esta primera semana poselectoral. Pese a mantener una diferencia importante con respeco a la segunda fuerza (8 concejales por los 3 del PSOE), el PP de Luis Aragunde se dejó el 24M por el camino la mayoría absoluta. Y con ella, una certeza de la que los conservadores siempre habían disfrutado en Cambados desde 1987: tener el gobierno municipal asegurado. Tanto el PSdeG como el BNG y Somos Cambados echaron el resto para tratar de desalojar a los populares de la alcaldía del albariño. Su talón de Aquilles se llama José Ramón Abal. El único edil de Cambados Pode impidió cualquier alternativa al exigir el bastón de mando.
24m: LOS NUEVOS GOBIERNOS
Fole niega que se postulase para seguir cobrando un salario en la oposición
El alcalde en funciones de Vilagarcía, Tomás Fole, negó ayer que en algún momento se haya postulado para seguir cobrando un sueldo del Concello como concejal liberado, una vez que pase al banquillo de la oposición. Afirma el regidor popular que se limitó a responder a la pregunta de un periodista sobre las liberaciones en el nuevo gobierno local, pero que de sus palabras no puede deducirse tal conclusión. Fole contestó que vería con buenos ojos un pacto similar al que estuvo vigente entre el 2003 y el 2007, que concedió dos salarios a PP y BNG sin entrar en el gobierno. El suyo fue uno de ellos.
La Voz de Galicia