Un vecino limpia con un pañuelo la silla en la que quería sentarse, en el recinto donde se hizo la fiesta de la lamprea.
El tripartito arremete contra los que critican la Festa da Lamprea
El gobierno de Álvarez Angueira carga contra Luis Sabariz – Niegan que la exaltación del domingo tuviera tantos errores
El gobierno tripartito de Pontecesures no admite las críticas vertidas contra la Festa da Lamprea, celebrada el domingo. Después de que se dijera que hubo menos gente que nunca, que el recinto de degustación era un lodazal y que la carpa era demasiado pequeña, lo cual afecta a la imagen de una celebración que trata de promocionar un producto tan preciado como el homenajeado, en el Concello creen que los ataques solo tratan de desprestigiar esta cita.
El principal damnificado de la contestación del Concello de Pontecesures es el concejal independiente Luis Sabariz Rolán, que se sumó a las críticas de numerosos usuarios diciendo que la fiesta vale la pena, que la lamprea necesita estos y otros muchos homenajes y, también, que la organización no había estado a la altura.
Pero en el tripartito creen esas críticas «lamentables, viles y ruines», aseguran que tratan de ensuciar la imagen de la fiesta y llegan a manifestar que el independiente «más que un portavoz de la oposición parece un bocazas que con la excusa de hacer oposición lo único que hace es criticar el más mínimo detalle, quizás sin darse cuenta de que está haciendo el ridículo y hundiendo la reputación de esta villa».
Aunque dicen estar de acuerdo con la crítica que haga cualquiera, en el ejecutivo que dirige el nacionalista Manuel Luis Álvarez Angueira no dejan títere con cabeza. Eso si, reconocen que el recinto no pudo ser acondicionado, y lo achacan a que «la lluvia no dio tregua».
Después de que los usuarios tuvieran que pisar el barro, tierra y piedras del firme irregular en el que se asentó la carpa, en el Concello de Pontecesures dicen no compartir las alusiones a la escasez de público, a lo que añaden que se vendió toda la lamprea, si bien no explican que, según los cocineros, eran cien piezas menos que el año pasado.
Al tiempo que aseguran que la carpa tenía los mismos metros cuadrados que el año anterior, los representantes del gobierno local presumen de haber conseguido organizar la fiesta del domingo pasado por un precio de 5.000 euros (más IVA), «cuando resulta que en la dos últimas ediciones del anterior gobierno el presupuesto fue de 33.544 y 42.563 euros».
Una vez hecha esta alusión a la considerable rebaja de costes, lo cual puede explicar las críticas de los usuarios a la propia fiesta, en el tripartito sentencian que fueron capaces de organizar la fiesta de la lamprea y la feria del comercio local «con el mismo éxito de público y con un coste un 88% menor».
En cuanto a Luis Sabariz, ayer volvió a pronunciarse, esta vez para insistir en que la fiesta se devaluó muchísimo y el gobierno local esperó al último momento para ocuparse del evento y dejar la organización a otros.
Lamenta las explicaciones del tripartito, pues cree que en lugar de aclarar lo sucedido el domingo están dirigidas a hacer política, y a esto añade que «si el gobierno no es capaz de hacer más de lo que hizo el domingo pasado no puede culpar a nadie, pues estamos ante un gobierno incapaz».
Asimismo, «hablan de los gastos en ediciones anteriores, por no hablar de lo recaudado por la venta de lamprea esos años, las subvenciones y los donativos».
Dispuesto a dejar a un lado las polémicas y las guerras de cifras, lo que hace Sabariz es insistir en que «el suelo de la carpa presentaba un estado lamentable, y la actitud del gobierno descuidando este detalle trascendental es imperdonable».
Añade que «el ambiente bajo la pequeña carpa fue prácticamente nulo, y el estado de mantenimiento de los alrededores resultó deficiente, como pudieron apreciar tanto los vecinos como los medios de comunicación».
Para terminar, el concejal independiente alega que «lo que tiene que hacer el gobierno es implicarse y trabajar para que no sucedan estas cosas en lugar de arremeter contra la oposición».
FARO DE VIGO, 17/04/13