Un extraño reflejo de abandono en el espejo del Ulla.

La maleza que trepa por el muelle, las barandillas descoloridas y los baches quitan brillo a un rincón emblemático.

Primero fue el puerto. Pontecesures no existiría si no fuese porque, justo allí, el río Ulla ofrecía a los navegantes del pasado un lugar en el que descargar las mercancías llegadas de lejanos lugares y sustituirlas por productos procedentes de tierra adentro. Aquellos buenos tiempos de trasiego comercial quedaron atrás hace mucho. También han pasado años desde que los bares de copas animaban la zona. Ahora, el lugar en el que el Ulla cruza la villa se ha convertido en un espacio tranquilo, poblado por vecinos que salen a caminar, por los valeiros que se dedican a la captura de la lamprea, por los trabajadores del pequeño racimo de empresas ancladas, modestamente, alrededor de la Nestlè.

A simple vista, la zona presenta un aspecto desangelado. En la postal no hay nada, ningún elemento que sobresalte al ojo. Sin embargo, el conjunto parece revestido de una sutil pátina de abandono. Asoma en la pintura ajada de la barandilla del puerto. Se deja sentir en las zonas verdes, donde la hierba tiene unos centímetros de más y las columnas, por las que deberían trepar plantas, verde de menos. Ese descuido se exhibe sin pudor en las cinco farolas rotas del paseo marítimo.

La suma de todos estos detalles explica por qué María del Pilar, que pasea todos los días por la zona, no atina a darle más que un «regular» a este espacio. Ella, que conoce bien el recorrido, nos invita a mirar al otro lado de la barandilla que separa la tierra del río. Allí, la maleza campa a sus anchas: hasta hay árboles enraizados en el muro que se levanta sobre las aguas.

Colgados de él encontramos a dos valeiros. Hacen malabares sobre una escalinata metálica. «E aínda menos mal. Esa colocárona eles, porque aquí Portos non fai nada», explican José Manuel y Francisco, dos marineros que esperan a que el río se calme para poder largar los butrones para la lamprea. La alcaldesa de Pontecesures, Cecilia Tarela (BNG), está de acuerdo con ellos. «Levámoslle pedido varias veces que corten a maleza, que pinten as barandilla, que arranxen unhas fochancas que hai, que arranxen as luces que fallan, pero aquí non se fai nada», argumenta la regidora. Portos afirma que realiza «trabajos periódicos de mantenimiento», pero desde la alcaldía aseguran que «o que fan non é mantemento, é limpeza, e só na beirarrúa do río».

Lo cierto es que esa acera -y también la otra- están limpias. Sorprende no encontrar en todo el camino ningún excremento de perro. «Pois algúns hai, e aínda bastantes», cuenta Cándido, señalando las hierbas altas de las zonas verdes que los perros han convertido en sus particulares baños. Eso sí, «cada día hai máis xente que recolle o que ensucian os animais», señala. A su lado, apuntan a los badenes instalados en la carretera como otro problema de la zona. «Son moi altos, e os camións fan moito ruído». Sin embargo, sobre ese asunto no hay unanimidad: «Falta facían. Aínda con eles os coches van como tolos, se non estiveran…».

La Voz de Galicia

El Camino se pone más bonito.

El trajín es constante en el Camino Portugués a Santiago. El número de peregrinos que eligen esa ruta para llegar hasta la tumba del Apóstol no para de crecer año tras año. Para muestra, lo ocurrido en 2015, cuando por el punto de atención que el Concello de Valga ha puesto al servicio de los caminantes han pasado la friolera de 31.437 peregrinos, procedentes de hasta 86 países distintos. Semejantes datos, en crecimiento constante, confirman a la ruta que entra en Galicia por Tui como uno de los atractivos turísticos más importantes con los que cuentan los municipios situados en sus márgenes. Y así, a la sombra del Camino y al calor de los peregrinos, han ido proliferando pequeños negocios.

Para que el éxito de la ruta no solo no decrezca, sino que aumente, la Xunta ha comprometido ayuda y mimos. ¿Objetivo? Acabar con todo rastro de feísmo, de desaseo, de abandono. El delegado territorial, José Manuel Cores Tourís, visitó ayer Valga para anunciar una de las medidas que se ha puesto en marcha para mejorar la estética del Camino, para apartar de la mirada de los peregrinos todo rastro de feísmo, de desgaste. Se trata de un plan de ayudas para la rehabilitación de viviendas y edificaciones situadas en las parroquias por las que transcurre la vía. Según los cálculos que maneja la Xunta, solo en Valga más de 2.800 vecinos podrían acceder a una subvención que cubre el 35 % de la obra, con un tope de 11.000 euros.

El alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, hacía ayer un llamamiento a la Xunta para que amplíe las ayudas a la ruta marítima, y a los vecinos para que aprovechen la ocasión y acometan obras que «nalgúns casos poden ser moi necesarias». Cambio de tejados, mejora de fachadas o renovación de puertas y ventanas son algunas de las mejoras que encajan en este plan de ayudas, que viene a compensar «as molestias que soportan estes mesmos veciños, que teñen que someter todas as súas actuacións ao filtro de Patrimonio». Resulta este, por lo demás, imprescindible, ya que el Camino es un bien que hay que cuidar con extremo celo. «Desde que se empezou a controlar o que se fai na súa contorna, o feísmo está limitado».

El tramo del Baixo Ulla, en buenas condiciones y con un único punto conflictivo
Implicar a los propietarios para que mejoren el aspecto de los edificios que jalonan el Camino es fundamental. Pero más importante, si cabe, es lograr que la ruta estén en perfecto estado. Para ello, el año pasado se abordaron algunos trabajos de mejora en el tramo del recorrido que discurre por las localidades de Valga y Pontecesures, gracias a un convenio a tres bandas entre ayuntamientos, Diputación y Xunta.

Se trata de un trayecto «que está en boas condicións», según señaló el alcalde Bello Maneiro. Aún así, esta parte del recorrido volverá a ser tenida en cuenta en los planes de mantenimiento y mejora de los caminos de Santiago que la Xunta ya ha diseñado, según explicaron tanto el regidor valgués como el delegado territorial, Cores Tourís. «Os traballos de mantemento e conservación no Camiño, especialmente nas zonas de terra, teñen que ser constantes, permanentes. Nalgunhas zonas poden ser necesarios pequenos arranxos, pero en xeral está en boas condicións agás un punto no que temos un pequeno problema cun muro de contención», argumentaba ayer el regidor valgués. Es precisamente en esa zona donde el Concello confía que se actúe en cuanto haya fondos disponibles. De esa forma, confían en seguir seduciendo a los peregrinos, los mejores embajadores.

La Voz de Galicia

El mal tiempo frena la campaña de la lamprea que ayer se saldó con dos nuevas capturas.

Finalmente el mal tiempo ha podido con los valeiros más atrevidos que en estos días echaron sus nasas al río Ulla. Los pocos que iniciaron la campaña han decidido esperar a que mejoren las condiciones climatológicas, aunque ayer ya se capturaron otros dos ejemplares, de algo más de un kilo cada uno y que fueron nuevamente para un restaurante de Rianxo.
La embarcación Espada del rianxeiro Telmo Angueira fue nuevamente la que consiguió alguna captura ayer. En esta ocasión no se viendieron a un precio tan elevado como el de la primera, que ascendió a 150 euros: algo ma´s de 60 euros por pieza, que también compró el restaurante Parrillada Ourense.
Angueira explicó que ayer ya no largaron los aparejos ni tampoco el otro compañero que también había ido a probar suerte. Y es que las intensas lluvias han provocado una immportante crecida del río y esto podría estropear los aparejos.
La captura de la lamprea está autorizada para los próximos tres meses y medio y hay 17 embarcaciones inscritas: 11 son de Pontecesures y seis de Rianxo.

Diario de Arousa

La primera lamprea y por ahora única de la temporada se va a Rianxo por 150 euros .

PRIMERA CAPTURA E LAMPREA CESURES /

Un restaurante de Rianxo compró ayer la primera lamprea de la temporada por 150 euros; la primera y única, de momento, de una campaña que ha comenzado marcada por el mal tiempo. De hecho, solo dos barcos echaron las nasas y uno ya se ha retirado, a la espera de que mejoren las condiciones meteorológicas. Hay 18 embarcaciones de Rianxo y Cesures inscritas.
El valeiro de Rianxo Telmo Angueira y su compañero se echaron ayer al río Ulla en su barco Espada para levantar las nasas que largaron el pasado martes y la suerte estuvo con ellos. Había caído el primer ejemplar de la temporada: una lamprea de tamaño mediano ??pesó 1,2 kilos??.
El rianxeiro explicó que el pescado se fue al restaurante Parrillada Ourense, que será el primero en ofrecer este producto de temporada. Según Angueira, ??estivo moi moi ben pagada?, a 150 euros nada menos, de hecho, declaró que: ??Ogallá se pagasen todas así?. Y es que se trata de una cifra muy superior a la habitual, pero así es la ley de la oferta y la demanda y cuando solo hay una unidad, el precio se eleva. De hecho, en años anteriores se han pagado a entre 35 y 40 euros la pieza o a 70, en alguna ocasión, pero ayer nadie recordaba una cifra tan elevada.
Los valeiros del ??Espada? volvieron a echar ayer los aparejos, mientras que otros prefieren no arriesgar, como Roberto Barreiro. Este cesureño y su compañero manejan la otra embarcación de las dos únicas que el martes, día de inicio de la campaña, decidieron desafiar al mal tiempo. No tuvieron tanta suerte y el valeiro contaba ayer que prefieren esperar a la llegada del buen tiempo porque el río baja con mucha agua y fuerza y temen que se les rompan los aparejos. De la misma opinión son el resto de los pescadores. Cabe recordar que hay casi una veintena de embarcaciones inscritas.

Diario de Arousa

El tiempo como aliado.

El tiempo, en este caso el malo o simplemente el propio de invierno, y sobre todo de lluvias, es el gran aliado para que los naseiros logren una exitosa cammpaña de la lamprea. Y es que la también conocida como dama del Ulla necesita agua dulce que desemboca en el mar para orientarse, remontar el cauce fluvial y desovar río arriba. Quizá por ello los primeros pescadores, que han visto con optimismo como las últimas precipitaciones hacían crecer el río, no han querido esperar y han colocado sus nasas confiando en que el dios de la lluvia destape los primeros ejemplares, que suelen ser, generalmente, los más cotizados.

Por Sonia Elvira. CORTINA DE HUMO
El Correo Gallego

La campaña de la lamprea arranca con la participación de solo dos embarcaciones.

La primera jornada de la campaña de la lamprea en Pontecesures se saldó ayer con la única participación de dos embarcaciones. Estos valeiros retirarán hoy por la mañana sus nasas con la esperanza de conseguir los primeros ejemplares del año, por los que ya esperan algunos restaurantes.
El cesureño Roberto Barreiro es uno de los valeiros que ayer se echó al río Ulla junto a otro compañero en el primer día. La suya y otra embarcación de Rianxo fueron las únicas que lanzaron las nasas, a pesar de que hay un total de 18 inscritas. En su opinión, esta situación ha podido deberse a la coincidencia del festivo de hoy con el momento en que habrá levantar los aparejos para recoger las primeras capturas o no, porque no siempre hay suerte. No obstante, las condiciones meteorológicas tampoco eran las mejores y en la jornada de ayer todavía se podían capturar otras especies. De hecho, se espera que a lo largo de esta semana se vayan sumando más embarcaciones.
Barreiro, que lleva más de 20 años capturando lamprea, indicaba que precisan más lluvias para que aumente el cauce del río y suba más lamprea. Explicó que, en su caso, tienen clientes habituales a los que vender los ejemplares y que son fieles el resto del año. ??De hecho, ??evitamos aos que veñen a pola a primeira, buscando únicamente a publicidade dos medios?, añadió.

Diario de Arousa