Levan 6 meses enredando, na maior parte do tempo intentando dinamitar todos os proxectos que o anterior goberno deixou listos, e que na actualidade a maior parte deles non atoparon máis que atrancos nas mans do actual goberno. Así, parque empresarial, ampliación do náutico, o proxecto turístico Mar de Santiago, diversas obras nas instalación municipais, obras de saneamento que axuden a mellorar a calidade das augas do Ulla, unida a unha practicamente inexistente programación cultural e de Nadal (a día de hoxe nin está nin se espera o alumeado de Nadal que leva instalado dende hai días nos concellos da contorna…), son a carta de presentación da actual alcaldesa e o seu equipo de “caladiñ@s”. Non nos colle por sorpresa tamén a perda de este novo proxecto de mellora do noso centro urbano, o concelleiro de obras en algún pleno afirmou que se del dependera, metade das obras acababan na trituradora de papel….pois parece que en eso está.
En la iniciativa participaron un centenar de personas de seis municipios, entre ellos Valga y Pontecesures
Financiado por la Xunta, el plan integrado de empleo que acaba de concluir en el Baixo Ulla reunió bajo un mismo propósito a los concellos de Valga, Pontecesures, Dodro, Rianxo, Padrón y Rois. La iniciativa contó con 107 usuarios de los seis municipios, que mejoraron su formación y sus posibilidades de encontrar un puesto de trabajo gracias a la colaboración entre las Administraciones autonómica y local, y el tejido empresarial de la zona. De hecho, cuarenta de sus participantes han conseguido insertarse en el mercado laboral.
Hubo un millar de horas de formación, de las que la tercera parte se entablaron en línea. Las industrias alimentaria y agraria, la educación, los procesos logísticos, la informática o los idiomas formaron parte del corpus de enseñanzas de la iniciativa. Por parte de Valga, participaron en el programa catorce personas, de las que ocho lograron un empleo. Su alcalde, Bello Maneiro, subrayó que, lejos de marcar límites, «o Ulla é un punto de veciñanza e unión».
Resucita una ruta de tapas que pretende atraer a esta localidad del Baixo Ulla a visitantes de toda la zona
¿No tiene aún planes para este fin de semana? Pues atienda, porque Pontecesures lanza una oferta que tal vez le interese. Desde el viernes por la tarde-noche y hasta el domingo al mediodía, se celebrará en esta localidad a orillas del Ulla la que será la tercera edición de la Ruta de tapas da matanza. Esta propuesta culinaria nació hace años con la intención de imprimir vida a los negocios de la localidad cuando cae el otoño, pero luego desapareció del calendario… Hasta ahora.
Un total de nueve establecimientos de este municipio (A Redonda, O Choco, Casa Chaves, Bar Mambís, Carabela, Telebar, Reencontro, Sol y Mar y Pizzería Bambino) se han sumado a la iniciativa. Y lo han hecho con entusiasmo. De ello da buena cuenta la originalidad de las propuestas que brindarán a sus clientes. En Casa Chaves, por ejemplo, prometen una «matanza de Texas» que «soa máis grave do que é», bromea la responsable del establecimiento: un taco relleno con productos del cerdo. En el Reencontro han apostado por una tosta de chicharrones con salsa de nata y puré de patata. El Carabela optó por un «cosido de matansa», mientras que en el Tele Bar optan por servir un solomillo en salsa con patatas y pan de maíz.
Las tapas, ya lo ven, prometen, y se podrán saborear por un precio de tres euros. «A verdade é que este ano todo o mundo se molestou por facer algo diferente e orixinal, polo que esperamos que a ruta funcione ben», explicaban ayer varios de los locales consultados. Y es que la intención, tanto de los hosteleros como del Concello, es dar a quienes viven en Pontecesures, pero también a quienes habitan en las localidades del entorno, un motivo más para visitar esta villa y disfrutar tanto de su oferta gastronómica como de su comercio.
Por si las tapas no fuesen suficiente reclamo, el evento va acompañado por un sorteo: se pone en juego una cesta de productos vinculados al cerdo, así como cheques-regalo donados polos propios establecimientos participantes y que deberán gastarse en el comercio local. «Para iso, só deberán visitar polo menos 3 dos locais participantes e selar os pasaportes, que poden conseguir nos propios establecementos».
Diputación y Concello firmaron el convenio que permitirá mejorar la calidad urbana de esa zona y que deberá estar ejecutado el 30 de abril del 2025
El presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López (PP), realizó ayer una visita institucional al Concello de Pontecesures. Se reunió con la alcaldesa, Maite Tocino (BNG), quien aprovechó la ocasión para trasladarle todas las necesidades que tiene la localidad y en las que el organismo provincial está llamado a echar una mano. La construcción del centro social, la ampliación del pabellón y el saneamiento son algunos de los asuntos que Tocino puso sobre la mesa. En todos los casos, son proyectos de una envergadura, recordó la alcaldesa, que supera con creces la capacidad de inversión municipal. López se refirió a esta cuestión: «En concellos coma este sabemos que o papel que xoga a Deputación clave… Para construír Pontecesures, pero tamén para construír unha provincia que vaia a máis».
En todo caso, la visita cursada por Luis López al municipio del Baixo Ulla había sido programada para firmar un convenio de colaboración entre la Diputación y el ayuntamiento encaminado a la reforma del entorno de la estación de trenes de la localidad. Se trata, dice Tocino, de un proyecto heredado que se enmarca en la Escola Ágora del organismo provincial, por lo que se centra en la «humanización e mellora da accesibilidade neste entorno urbano». Según el acuerdo rubricado, la ejecución de esa obra supondrá una inversión de 466.200 euros. De ellos, el organismo provincial aportará el 75 % (347.741 euros) y el resto correrá por cuenta del Concello, que afrontará el gasto de esos 118.527 euros gracias al Plan Concellos del año que viene.
Según explican desde la Diputación, la obra afectará a las calles Estación, Rosalía de Castro y Castelao, donde se actuará para «mellorar a súa calidade urbana». ¿Cómo se hará? Las calles serán dotadas de una plataforma única con prioridad para los peatones, ampliación de aceras y la creación de plazas públicas con mobiliario urbano. El proyecto prevé también crear zonas verdes, así como la reestructuración de las zonas de aparcamiento y la aplicación de medidas para el calmado del tráfico. Según establece el convenio, las obras deberán estar rematadas antes del 30 de abril de 2025.
Luis López manifestó su satisfacción por la firma del convenio y por la puesta en marcha de un proyecto que «recolle o espírito municipalista» del nuevo gobierno de la Diputación Provincial. Un espíritu que la alcaldesa desea ver plasmado en colaboraciones que permitan cubrir las necesidades más urgentes de la localidad.
Imagen de archivo de la estación de tren de Pontecesures.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) invertirá 10 millones de euros en la mejora de las instalaciones de control de tráfico, comunicaciones y seguridad en el tramo Vilagarcía de Arousa a A Escravitude. La entidad adjudicó el proyecto a la UTE de las compañías Alstom Transporte e instalaciones y Técnicas Eléctricas Asturianas. El contrato incluye la redacción de la actuación y la ejecución de las obras de adecuación de las instalaciones de seguridad del ámbito de Pontecesures y los bloqueos en el trayecto de la línea a lo largo de 27,7 kilómetros.
El objetivo es aumentar la fiabilidad y capacidad del tramo, incrementando la regularidad de las circulaciones y potenciando también el tráfico de mercancías, en el marco del Corredor Atlántico ferroviario, según explica ADIF mediante un comunicado. El trayecto, que parte de Vilagarcía y bordea la costa y el río Ulla, incluye las estaciones de Catoira, Pontecesures, Padrón y A Escravitude, aunque esta última actualmente no cuenta con paradas en la localidad en los trenes regionales.
Los trabajos incluirán actuaciones en enclavamientos, contadores de ejes, sistema Asfa Digital, señalización fija y luminosa, sistemas de telecomunicaciones fijas, videovigilancia y control de accesos, sistema de energía, edificación técnica y obra civil auxiliar.
Entre las principales actuaciones que se abordarán figuran la instalación de un nuevo enclavamiento electrónico en la estación de Pontecesures y adecuación de los existentes en Vilagarcía, Catoira, Padrón y A Escravitude; elevación de nivel del sistema de bloqueos (herramienta para el control automatizado del tráfico) en las estaciones del tramo Vilagarcía-A Escravitude; instalación de focos y señales de tecnología LED; instalación de nuevas señales y contadores de ejes; nuevos equipos de telefonía; renovaciones de cableado de telecomunicaciones y energía. Finalizadas las actuaciones, la línea quedará lista para su futura electrificación a 25 kilovatios.
De igual modo, ADIF-Alta Velocidad recuerda que las obras serán compatibles con el mantenimiento del servicio ferroviario con normalidad, por lo que no se alterarán el funcionamiento de las líneas. Además, la entidad señala que este proyecto contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS 9, en especial a sus metas de desarrollar infraestructuras fiables y de modernizar la infraestructura, y que podrá ser cofinanciada por el Mecanismo “Conectar Europa” de la Unión Europea (CEF).
Ángel Doce fue marino; luego, de vuelta en tierra, puso en marcha un negocio de elaboración y venta de esos dulces bocados que ahora siguen preparando sus nietos en negocios como la Churrería Sandra
Recostada junto al Ulla, Pontecesures es tierra de lamprea… Y de churros. El dulce se ha convertido en insignia de esta localidad gracias a Ángel Doce, un marino que, en los años treinta del siglo pasado, decidió un día quedarse en tierra y ganarse la vida haciendo y vendiendo churros. De su tiempo en el mar le quedó un apodo, Capitán Pirata, un nombre por el que lo siguen recordando aún algunos de sus viejos clientes. Nos lo cuenta Lauro Jamardo, uno de ellos, que regenta junto a su mujer, Sandra, una churrería que lleva el nombre de ella. «Moitas veces, sobre todo cando vamos a zonas do interior, aínda hai vellos que recordan ao meu avó». Lo reconocen en las fotos en blanco y negro que decoran la moderna churrería móvil de Lauro, que se ha convertido en una suerte de homenaje sobre ruedas a la tradición de su familia.
Y es que Ángel Doce, el hombre que se subía a la bicicleta para repartir sus churros, o que se colgaba una bandeja al cuello para poder llegar hasta el último cliente, fue el primero de una auténtica saga de churreros y churreras que hacen honor al buen nombre heredado, tanto en Pontecesures como en cualquier lugar del territorio gallego. «Ademáis, houbo moita xente que traballou coa familia, aprendeu, e logo acabou montándose pola súa conta», cuenta Lauro.
Él tuvo una vida paralela a la de su abuelo: pasó algunos años embarcado, pero cuando nació su primer hijo decidió que eso de cruzar los océanos se había acabado. Su camino en tierra lo tenía claro: había crecido rodeado por el mundo de los churros y las ferias, conocía todos los secretos del oficio y lo más importante, le gustaba. Así que, junto a su mujer, puso en marcha la Churrería Sandra, que desde hace unos treinta años recorre ferias, está presente en eventos de todo tipo y no duda en poner sabor a todas esas celebraciones familiares que aspiran a crear recuerdos. Y es que algo tiene el sabor del churro que logra devolver a quien lo toma a su infancia. «Dínolo moita xente cando proba os churros con chocolate; porque o chocolate tamén o facemos coma se facía antes, ao baño María. Para nós, que nos digan iso é un orgullo moi grande», dice Lauro.
Hay quien afirma que la dificultad de un plato es directamente proporcional a la simpleza de la receta. Y debe de ser cierto. Porque aunque en la Churrería Sandra consideren que elaborar este producto «é a cousa máis sinxela que hai», lo cierto es que es preciso que tener mucha mano para conseguir un buen producto final: crujiente y esponjoso y dulce, con ese toque de azúcar que lo envuelve. La lista de ingredientes para conseguir esa maravilla es corta: agua hirviendo, harina y sal. «Que pasa? Que para que saia ben hai que usar un bo produto», explica Lauro. Considera fundamental utilizar un agua de gran calidad, porque «o churro, coma o pan, collen moito o sabor da auga». Además de escoger bien el líquido, es necesario acertar con el tiempo de amasado. «É moi importante. Non podes nin pasarte, nin quedar corto», explica Lauro. Con la masa lista, llega otro momento crucial: la fritura. Debe realizarse esta con aceite de girasol, «o de oliva non vale para o tipo de churros que se fan aquí». En la Churrería Sandra utilizan «un bo aceite de xirasol alto oleico», que debe estar a la temperatura justa antes de comenzar a freír. «Sandra e máis eu levamos tanto tempo nesto que xa non precisamos nin medila», señala.
En esta churrería, cada cucurucho de dulces se sirve con una sonrisa. Tienen una gran variedad de productos a disposición de sus clientes: churros de chocolate, rellenos de crema pastelera, crocantis, churros de chocolate blanco… En ocasiones sacan partido a la ductilidad de la masa y en San Valentín, por ejemplo, hacen dulces con forma de corazón. Hablando de parejas perfectas: no hay nada que acompañe a los churros mejor que el chocolate a la taza, y en la churrería Sandra lo saben. Por eso elaboran esa bebida caliente y suculenta con esmero, a la vieja usanza, huyendo de fórmulas que acortan tiempos y roban magia. «Hai chocolatadas que nos leva tres horas preparar», dicen desde detrás del mostrador, donde consideran que ese es un tiempo bien invertido. Bombones, rosquillas y otros dulces tradicionales completan la oferta de este negocio. Pero no se dejen engañar, porque además de guardianes de los sabores de nuestra infancia, Lauro y Sandra son también dos personas sin miedo a innovar, a experimentar, a abrir nuevos caminos. Lo hicieron hace unos años, cuando intentaron introducir la porra en su lista de productos a la venta. No funcionó: ese producto, hermano mayor de los churros, no tiene demasiado predicamento en Galicia. Lo que sí ha tenido éxito entre el público han sido los «bocachurros», unos bocaditos rellenos que elaboran por encargo.
Con esa cartera de productos, no es de extrañar que a la Churrería Sandra la llamen hasta de Valencia, para dar sabor a las Fallas. «Non podemos ir, co difícil que está atopar xente para traballar… Non podemos atender a todo», dice Lauro.
La delicadeza de los bocachurros
El bocachurro fue un invento de Sandra. Se trata de «un bocado de churro salado hecho con masa de churro y relleno de crema de diferentes sabores, de mermelada de pimientos de Padrón, de pimientos del piquillo…». También los hay con rellenos dulces, desde la típica crema pastelera, al dulce de leche, al chocolate… Se elaboran por encargo para fiestas y celebraciones.