La nueva marquesina de la estación de tren mete agua.

En la estación de ferrocarril de Pontecesures la nueva marquesina mete agua, las pintadas siguen “decorando” las paredes, todavía no se retiraron restos de poda, el mobiliario urbano es insuficiente y siguen subiendo o bajando usuarios sin billete. Son algunas de las quejas que plantea el exconcejal y portavoz de la comisión en defensa del tren de cercanías, Luis Sabariz Rolán.
Así se lo comunicó ya tanto al departamento de Renfe Comercial como al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), pidiéndoles que actúen “para dotar a los trenes de revisores suficientes, borrando totalmente las pintadas, colocando algún sumidero y mobiliario urbano, retirando los restos de la poda realizada y corrigiendo el estado de la marquesina, pues es lamentable que se colocara todo el techo nuevo y siga entrando agua”.
En sus comunicaciones a los departamentos correspondientes Luis Sabariz explica, por ejemplo, que “entra agua bajo la marquesina de la estación que se acaba de colocar”, filtrándose de manera “considerable” a través de la unión de dicha marquesina con la fachada del edificio.
“Quizás la obra esté inacabada, pero considero necesario que lo sepan los responsables para que todo quede bien”, explicaba Sabariz en una de sus quejas.
Hoy volvió a hacerlo para explica que “con la lluvia intensa se aprecia con claridad que el agua sigue entrando casi a chorros en esa zona de la estación de ferrocarril de Pontecesures; y aunque los usuarios queremos pensar que la obra ni está acabada ni entregada, la demora nos hace dudar“. Además de pedir que se solucione detalla que “se puede apreciar fácilmente la cantidad de agua que cae bajo la marquesina de la estación y se escucha en el techo el ruido en la zona de las filtraciones”.

Viajes sin billete

Al margen de estos requerimientos al departamento de Estaciones de ADIF, Sabariz comunicó a Renfe que “están sin colocar los horarios de los trenes” y de alerta de que ayer, Martes de Entroido, el tren 12488 “estaba a tope, incluso con bastantes usuarios en los pasillos, y en Catoira subió un número considerable de personas, pero sin embargo no había interventor, lo que constituye un notable perjuicio para las estadísticas de las estaciones de Catoira, Pontecesures y Padrón”.
Lo que quiere decir con esto, como ya alertó en otras ocasiones, es que si no se contabilizan los viajeros reales puede interpretarse que el tren de cercanías no tiene una demanda suficiente, y eso podría amenazar su continuidad.
Ya se indicó en otras ocasiones que si esos viajeros no adquieren billete tampoco figuran como usuarios y no consta que usen el tren desde apeaderos como Padrón, Pontecesures o Catoira, por lo que estas pequeñas estaciones corren el riesgo de desaparecer, de ahí que Sabariz considere necesario actuar de forma “legal y transparente”, es decir, pagar el billete para que las estadísticas de utilización del tren no se desplomen y que en el futuro los vecinos de municipios del bajo Ulla puedan seguir beneficiándose del servicio de cercanías.

Unos 16.000 viajeros sin billete

Hace un año, basándose en los datos estadísticos de 2016, Sabariz argumentaba que unas 16.000 personas viajan gratis cada año desde las estaciones de Pontecesures, Catoira y Padrón. “Sorprendentemente aquel año bajaron en las estaciones del Ullán 56.646 usuarios, mientras que solo habrían subido 40.156”.
Del mismo modo “es insólito que desde Padrón, Pontecesures y Catoira solo subieran en viaje a Santiago de Compostela 5.663, 5.132 y 3.621 viajeros, respectivamente, mientras que procedentes de la capital de Galicia bajaron en dichas villas, 7.480, 8.729 y 4.282 viajeros, respectivamente”.
Esto significa que “en total se produjeron 14.416 subidas y 20.491 bajadas; y más de 6.000 viajeros de diferencia parece imposible”.
Todo esto demuestra que bastantes trenes viajan sin interventor, de tal forma que nadie cobra el servicio a los usuarios de los apeaderos de Catoira, Pontecesures y Padrón, en cuyas estaciones no se despachan billetes”.
A su juicio, “hay que añadir otras subidas o bajadas de apeadero a apeadero, en Catoira, Pontecesures, Padrón, Arcade y otros similares, porque cuando no hay interventor no se computa ni la subida ni la bajada”.
Además “hay convoyes que sí llevan revisor pero no le da tiempo a cobrar el billete cuando son muchos los viajeros que suben y los trenes están llenos”.

Faro de Vigo

La campaña de la lamprea entra en su recta final.

La temporada avanza con demasiados altibajos y un pobre balance global.

La campaña de pesca de lamprea en el río Ulla entra en su recta final -concluye a mediados de abril-, y de nuevo lo hace con mucha más demanda que oferta. Los pescadores de las cofradías de Carril y Rianxo que se dedican a su captura en aguas de Pontecesures, lo integrantes del colectivo de valeiros, hablan de “un mal año” cuando se les pregunta por la evolución de esta que, no cabe duda, está siendo una temporada con excesivos altibajos y un pobre balance global.

La pesca de este pez cartilaginoso mediante el empleo de nasa butrón desde embarcación empezó de manera formidable, con importantes capturas de una lamprea quizás más madrugadora de lo habitual.
Pero aquello fue un espejismo y la “dama del Ulla” desapareció de escena a medida que avanzaba enero y descendía el caudal del río.
Llegó desde principios de febrero una etapa de transición y aparente recuperación que invitaba al optimismo, de tal forma que las capturas empezaron a aumentar de nuevo. Y así continuó la actividad hasta que, en los últimos días, parece apreciarse un nuevo bajón, coincidiendo de nuevo con el empeoramiento de las condiciones meteorológicas.

A 25 o 35 euros
Los pescadores se quejan porque no hay lamprea, como tampoco anguila, y algunos llegan a decir que la actual está siendo “la peor campaña de los últimos tiempos”.
Parece que se están pescando entre cinco y diez ejemplares diarios, en cada barco, y se venden a unos 25 euros, si se trata de lamprea mediana, o a más de 35, en el caso de las grandes.

Faro de Vigo

Una ruta fluvial unirá Cesures con Vilagarcía y Sálvora.

Pontecesures se convierte en escala de los cruceros que remontarán Ulla.

Pontecesures es el Ulla y el Ulla es Pontecesures. Desde ayer, un poco más si cabe, con la incorporación del municipio a la ruta fluvial de los cruceros que en breve unirán el puerto de Vilagarcía con la orilla cesureña y, probablemente, la isla de Sálvora.

El alcalde cesureño, Juan Manuel Vidal Seage, es un firme convencido de la necesidad de explotar la cultura de río que su concello jamás ha perdido. Ayer, su mano rubricó el convenio que convertirá a Pontecesures en escala de esta particular iniciativa turística, con el beneplácito de la Asociación Galega de Actividades Náuticas, cuyo vicepresidente, José Manuel Fernández, participó en el acto de presentación junto a los responsables de la compañía Cruceros Pelegrín.

«Boa parte dos investimentos deste mandato foron dirixidos ao río, e xa é inminente a colocación dun terceiro pantalán xunta os que temos para o club náutico e para os valeiros», explica Seage. Este será el punto en el que los visitantes desembarquen para conocer enclaves como la Casa da Lamprea, la remodelada plaza de abastos, el alfolí o la escultura al automóvil: «O río foi para Cesures fonte de riqueza dende a época dos romanos ata o século XIX; ten que volver selo».

La Voz de Galicia

Jesús Ferrón: «Todos los años había riadas en Padrón».

En los años 60, este vecino, que era concejal, coordinó el operativo en una gran inundación.

Todos los años se esperaban las inundaciones en Padrón; la gente ya estaba pendiente». Así lo recuerda Jesús Ferrón Martínez, un vecino de Padrón de 84 años que, a principios de los 60, tuvo que coordinar las labores de actuación en una de las riadas fuertes que sufrió la villa, al ser concejal en el Ayuntamiento.

Las inundaciones son una cicatriz en la historia de Padrón por su frecuencia y, a menudo, por su intensidad, tanto que algunas fueron históricas, como la que a finales de los años 60 tiró el puente que unía la zona de A Barca con la del Bordel o la de 1987, la más reciente, cuando el agua anegó más de un metro en los comercios de la villa. También por estos días del mes de febrero de 1966 hubo otra riada fuerte.

Y fue así hasta que en el año 1994 se inauguró el canal de derivación del río Sar que, construido por la Xunta, puso fin a las riadas en el casco urbano. De las inundaciones de principios de los años 60, en concreto, en torno al año 1962, habla Jesús Ferrón. A él le tocó tomar el mando de la situación una vez que el alcalde de entonces, Ramón Pazos Giménez, vivía en Santiago y no pudo trasladarse a la villa, precisamente porque quedó aislada por las inundaciones. «Tuve que actuar yo», cuenta.

Así, Ferrón montó el cuartel general en su casa, frente la feria, en la zona de Fondo de Vila, para coordinar todo el operativo en el que participó la Escuela Naval de Marín. «Le pedimos auxilio y vinieron rápidamente», recuerda el vecino. En esa ocasión, la «principal preocupación» eran los vecinos de A Ponte, lugar en el que desbordó el río Ulla. «La gente se subía a los tejados y había que rescatarla», relata Jesús Ferrón. También acudieron a ayudar los bomberos de Santiago. «Llevaba varios días lloviendo y los ríos iban llenos», cuenta. Cuando desbordó el Sar, las calles de la villa y hasta la carretera N-550 quedaron bajo el agua. Los comercios, que ya vivían pendientes de las crecidas del río, «se anegaron y tenían toda la mercancía levantada; sufrieron grandes pérdidas económicas», señala el que fue concejal durante un mandato. Algo similar sucedió también en el año 1987, cuando se registró la inundación más reciente del casco urbano.

En esa riada de principios de los años 60, Jesús Ferrón recuerda que el pueblo pasó más de un día bajo el agua y varios más limpiando todo, porque la crecida también «traía lodo y troncos de árboles que bajaban de Santiago». «El Concello colaboró todo lo que pudo con los vecinos pero no había dinero como hay hoy para las ayudas», señala este vecino de Padrón.

«Las inundaciones eran habituales hasta la construcción del canal de derivación. Ya había un dicho que reza que Caldas, Cuntis y Padrón muchas veces anegadas son», añade Ferrón, quien también precisa que, además del alivio del canal, «ahora ya no llueve como antes».

El canal de derivación fue la solución para evitar las riadas en el tramo urbano del río, pero no en los núcleos situados aguas arriba, como Lamas, en Extramundi, o la zona de Pazos, que siguen desprotegidos en caso de lluvias intensas y de crecidas del Sar. En su día hubo un proyecto para realizar una segunda fase del canal del río y hasta inversión anunciada por parte de la Xunta, pero por ahora se quedó en nada.

La Voz de Galicia

El PP saca músculo en Ulla-Umia para arrebatar al PSOE alcaldías históricas.

Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda arroparon a seis de los candidatos populares en Caldas.

El Partido Popular eligió ayer un terreno históricamente socialista, Caldas, para la puesta de largo de prácticamente todos los candidatos de la formación a las alcaldías de la comarca de Ulla-Umia. Solo faltó el de Cuntis, ayuntamiento para el que los conservadores todavía no tienen un cabeza de lista definido. El resto se subieron al estrado arropados por dos de los pesos fuertes de la formación a nivel Galicia, Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Rueda.
Tres fueron los candidatos nuevos que presentó el PP ayer. Fernando Pérez, de Caldas, que se ha pasado finalmente a las filas populares tras años militando en una formación independiente. Su aspiración no es otra que la de arrebatarle el bastón de mando al socialista Juan Manuel Rey en un municipio en el que nunca gobernó la derecha.
Otra de las caras nuevas en las municipales de mayo es el catoirense Iván Caamaño que se enfrenta a otro de los históricos, el socialista Alberto García, afianzado desde hace años en su puesto de alcalde.
Ricardo Martínez coge el testigo de Víctor Estévez, todavía alcalde de Portas, a la hora de liderar la candidatura del PP. Los conservadores vuelven a optar por un nombre nuevo en estos comicios para intentar lograr resultados que se aproximen a los de, en su día, Roberto Vázquez.
No habrá novedades en la plaza de Moraña. Luisa Piñeiro volverá a liderar la candidatura conservadora como también lo harán Bello Maneiro en Valga y Juan Manuel Vidal Seage en Pontecesures. Rueda destacó a los alcaldables como “gañadores, integradores e con proxectos claros para o conxunto dos cidadáns”.

Diario de Arousa

O BNG aposta por Tarela para «sacar a Pontecesures do coma no que está»,

A ex-alcaldesa foi presentada onte como candidata á alcaldía do Baixo Ulla.

Hai tres anos, unha moción de censura apartou a Cecilia Tarela da alcaldía de Pontecesures. Agora, o BNG volve confiar nesta muller, cunha ampla traxectoria na vida municipal cesureña, para que reconquiste un Concello que, segundo ela mesma dixo durante a súa presentación, «está en coma» dende a chegada ao poder de Juan Vidal Seage.

Foi o responsable comarcal do BNG, Demetrio Gómez, quen presentou á candidata nacionalista, e fíxoo afirmando que para o Bloque é «un orgullo poder contar con Cecilia para encabezar a nosa candidatura, unha muller con ampla experiencia política e sindical, gran

coñecedora do entramado asociativo de Pontecesures e a súa contorna, e que fixo un moi bo

traballo no seu paso polo goberno municipal».

Logo falou a protagonista do acto. Cecilia Tarela tomou a palabra para lamentar os tres anos de parálise que vive Pontecesures. Dende a moción de censura, «a cultura desapareceu, o goberno municipal é incapaz de facer uns orzamentos, e os conflitos cos

traballadores e coas entidades sociais están á orde do día». «Hai tres anos, na moción de censura, díxenlle ao novo goberno que había que poñerse a traballar. E tres anos despois, nada de nada», dixo.

Cecilia Tarela asegura asumir a encomenda do BNG «coas mesmas gañas, coa mesma ilusión e co mesmo proxecto transformador para Pontecesures cos que nos presentamos hai catro anos». Preséntase dispota a «retomar un proxecto en positivo para Pontecesures, o proxecto do BNG», sentenciou.

Construír un centro socio-cultural, «que xa estaba proxectado e que o PP paralizou», completar a rede de saneamento integral do municipio, recuperar as relacións fluídas co movemento asociativo e cos traballadores municipais, son algúns dos retos que se marca para conseguir «unha Pontecesures aberta, para vivir, sentir e gozar».

La Voz de Galicia