Encuentran en Trasande al menor desaparecido esta tarde en Pontecesures.

El rapaz, de once años, se encontraba en perfectas condiciones.

El niño de once años al que su familia perdió la pista a las dos de esta tarde ha sido encontrado en el lugar de Trasande, en A Estrada, según ha confirmado la Guardia Civil. Según estas mismas fuentes, el rapaz se encontraba en perfecto estado. Había sido visto por última vez por sus familiares a las dos de la tarde. Al no tener más noticias suyas, la familia se puso en contacto con la Guardia Civil, aunque no formalizó ninguna denuncia. A partir de ahí se desplegó un importante dispositivo de búsqueda del que formaron parte tanto agentes de la Benemérita, como la Policía Local de Pontecesures, protección civil, GES de Padrón y Valga y numerosos vecinos. Todos fueron siguiendo las numerosas pistas que, durante la tarde, fueron recibiendo sobre el paradero del menor.

La Voz de Galicia

Pontecesures pone en marcha un amplio dispositivo de búsqueda de un menor desaparecido.

El rapaz fue visto alrededor de las dos de la tarde en bicicleta por el entorno de la carretera de A Estrada.

Policía local de Pontecesures, GES de Padrón y de Valga, voluntarios de Protección Civil de Pontecesures y Guardia Civil participan, desde primera hora de la tarde, en la búsqueda de un niño de 11 años. El amplio dispositivo de búsqueda se ha desplegado por toda la localidad, y mientras unos recorren la zona de la carretera de A Estrada, donde se le vio en bicicleta hacia las dos de la tarde, otros vigilan la zona del canal, donde también ha sido visto.

Según indican diversas fuentes, el rapaz se habría ido de forma voluntaria. Se trata de un joven que forma parte del club de piragüismo de Pontecesures, por lo que conoce bien el río Ulla.

La Voz de Galicia

Los senderistas de la Ruta del Padre Sarmiento enlazarán en Pontecesures con el Camino Portugués.

El primer grupo de senderistas, un total de cuarenta, empezó el pasado fin de semana a recorrer la Ruta del Padre Sarmiento.El Club de Senderismo y Montañismo “Rutas a Pie” realizará por completo esta ruta en diferentes etapas hasta el mes de abril. Al finalizar esta primera etapa de Pontevedra hasta Sanxenxo de 25 kilómetros han disfrutado de una visita guiada a la Adega Eidos en Sanxenxo donde pudieron comprobar el procedimiento de elaboración de la uva y una cata de vino.

Esta Ruta es una senda de 190 kilómetros que recrea el viaje que realizó Fray Martín Sarmiento en 1745 desde Pontevedra hacia Santiago con motivo del Año Santo. Del total del recorrido, 125 kilómetros discurren por la comarca de O Salnés. La ruta, con origen en Pontevedra, pasa por los municipios de Poio, Sanxenxo, O Grove, Meaño, Cambados, Vilanova de Arousa, A Illa de Arousa, Vilagarcía, Catoira, Valga y Pontecesures, donde enlazará con el Camino Portugués.

Faro de Vigo

La Xunta entrega un nuevo equipo de excarcelación al grupo de emergencias de Valga.

-Es una de las ocho agrupaciones beneficiadas -El material está valorado en 350.000 euros.

La Xunta de Galicia, representada por su vicepresidente, Alfonso Rueda, quien estuvo acompañado del director xeral de Emerxencias e Interior, Luis Menor, y del gerente de la Axencia Galega de Seguridade Pública (Agasp), Juan José Muñoz, hizo entrega de ocho equipos de excarcelación a otros tantos Grupos de Emergencias Supramunicipales (GES) de la comunidad autónoma, entre los que se encuentra el servicio disponible en el Concello de Valga.

Sucedió el viernes, en un acto llevado a cabo en A Estrada, donde efectivos de Emerxencias de esta localidad efectuaron un simulacro de excarcelación en presencia del propio vicepresidente de la Xunta y demás autoridades asistentes al acto. También acudieron los alumnos del ciclo de Emerxencias que se imparte en la Agasp.

Los nuevos equipos de excarcelación fueron a parar a los Grupos de Emergencias Supramunicipales de Avión, A Gudiña, A Pontenova, Castro Caldelas, Cervo, Guitiriz, Ribadavia y Valga.

Estos equipos de excarcelación entregados por la Xunta están valorados en 350.000 euros. Cada uno de ellos incluye una bomba, una cizalla, un separador, una minicizalla, mangueras, calzas y un protector de airbag, entre otros dispositivos.

Desde la Administración autonómica indican que ha invertido ya más de ocho millones de euros en los dos últimos años en los grupos de emergencia y agrupaciones de Protección Civil que completan el mapa de las emergencias de Galicia.

La Voz de Galicia

El Belén de Valga cierra hasta la próxima Navidad.

El domingo 8 es el último día para ver el famoso Nacimiento.

Terminadas las Navidades toca recoger los Belenes. En los hogares, las figuras y las luces vuelven estos días a las cajas, donde permanecerán durante los próximos once meses. Y lo mismo ocurre con los grandes Nacimientos públicos que se montaron para las fiestas en Valga o Vilanova.
El de Valga cierra el domingo, 8 de enero, sus puertas. Durante la jornada, podrá visitarse entre las 12 del mediodía y las 14.00 horas, y volverá a abrir por la tarde entre las 17.00 y las 20.30 horas. La entrada es gratuita.
Se trata de una composición que está situada en el lugar de Campaña, y que ha alcanzado tal fama en los últimos años que incluso encabeza el díptico especial editado en Navidades por la Xunta de Galicia para promocionar los atractivos turísticos que había durante las fiestas en la comunidad.
El humor y el desenfado son dos de los principales ingredientes de un belén que cuenta con un buen número de piezas articuladas. Además, están hechas a mano por vecinos de la localidad, lo que le confiere un valor añadido.
No obstante, la composición destaca sobre todo porque va más allá de la representación tradicional religiosa, e incluye escenas de la actualidad política, social o cultural de los últimos meses. También hay espacios para la etnografía e incluso para la historia y la arquitectura de Valga.
También cierra el domingo 8 la exposición de “Belenes del mundo” que ha montado en la parroquia de Caleiro el sacerdote vilagarciano Gonzalo Rodríguez, que colecciona desde hace años este tipo de Nacimientos. La muestra está en el local parroquial, al lado de la iglesia, y ha sido una de las sorpresas de la Navidad en O Salnés, al congregar un gran número de visitas.
En la muestra pueden verse hasta 300 composiciones, procedentes de varios rincones del mundo, con culturas y religiones mayoritarias diferentes.

Faro de Vigo

El bar de Valga que se adelantó a los tiempos.

Lleva cincuenta años yendo un paso por delante, pero sin olvidar que las tapas tradicionales funcionan.

Pedirle a Carmen Potel que cocine es abrir el abanico de opciones a colocar sobre la mesa. Le gusta innovar ante los fogones. No es sorprendente. Creció cerca de ellos. Aunque es necesario hacer un buen retroceso en el tiempo, el bar que regenta en Valga comenzó siendo una casa de comidas del plato del día. Ya llovió desde aquella, cincuenta años concretamente, pero a Carmen Potel no le cuesta echar la vista atrás. Ni poner fechas. «Celebramos las bodas de oro el pasado 1 de septiembre», señala Potel. Fue su madre, Agustina Touceda, quién apostó por lanzar su propio negocio familiar «a pesar de que ya había dos casas de comida en las cercanías». Esto no fue un impedimento. «Desde el principio fue muy bien», recuerda la ahora propietaria. Desde muy joven, tanto ella como su hermano, al que le lleva diez años, comenzaron a ayudar. «Si no servías para servir, podías recoger los platos», señala. Toda mano era siempre de agradecer.

En este retroceso al pasado, resulta imposible no fijarse en como el paso del tiempo dejó su huella en los servicios que ofrecían. Especializados en el menú del día, al último plato le seguía una copa. «Ahora es impensable verla incluida. Ya ni se piden, fueron sustituidas por los cubatas», relata. También fue cambiando la relación con las empresas de la zona. En un principio, estas pagaban la comida de sus trabajadores, que acudían en autobús hasta los alrededores del bar. Pone el ejemplo de la constructora Malvar. «Generalmente, era mi padre el que iba una vez al mes hasta la oficina de Pontevedra para cobrarles», explica.

Cuando cambió el sistema y las empresas apostaron por los vales para sus empleados, «no tuvimos ningún problema». Potel señala que, aunque los trabajadores podían elegir el lugar donde comer, no notaron una reducción de los que apostaron por ellos. Acudían además profesionales de sectores de lo más dispares, que hicieron del bar una gran familia. «Al grupo escolar formado por profesores del colegio y de las escuelas unitarias se terminaron uniendo el médico y el farmacéutico de aquel entonces», cuenta.

Fue, con el paso del tiempo, la enfermedad de su madre la que provocó que optasen por cerrar el servicio de comedor. Continuaron así con el de barra. «Conservamos también las tapas», cuenta Potel. Todavía las mantienen. Empanada de berberechos o zorza, callos y filloas son algunas de sus especialidades para acompañar la consumición. No falta, entre ellas, la tortilla. El plato que escoge para la ocasión. Aunque son muchas las veces que opta por prepararla rellena (ya sea de chorizo, jamón o, incluso, de anchoas) se decanta por la que más éxito tiene entre sus clientes. «La normal, la de toda la vida, es la que más gusta», afirma. Tampoco pasa desapercibida su lamprea a la bordelesa.

Pioneros.

Carmen Potel puede presumir de regentar el primer bar que incorporó una cafetera y el grifo de cerveza en Valga. «Llegamos a retirarlo», cuenta sobre este último, porque «la gente prefería la cerveza de botella». Y, del tiempo. «En la nevera teníamos muy pocas», indica. Ahora, sin embargo, sus clientes las prefieren frías. También fueron los primeros en comprar lotería. «Se enviaba en autobús», recuerda. Desde la quiniela hasta la de Navidad, que repartió, gracias a la maquina, la combinación del segundo premio del año que recién concluyó.

Entre las vivencias que acumula durante todos estos años entregada al bar, le resulta difícil quedarse con una. Las noches de fin de año son, sin embargo, un gran momento entre sus recuerdos. «Como casi no había televisiones, los vecinos se acercaban para pasar la velada. Cantábamos y bailábamos hasta altas horas», señala. Aunque esta tradición ya no se mantiene, en parte porque cierran, son muchos los vecinos que siguen acudiendo hasta allí para tomar algo antes de la cena. «Es de agradecer. Más allá de lo económico está lo sentimental», señala. Aunque a veces es un trabajo esclavo, asegura que también gratificante.

La Voz de Galicia