La rotonda de Pontevedra, en Cesures, registra un choque múltiple.

Un camión parece haber sido el responsable del choque múltiple que hacia las diez de esta mañana se produjo en la rotonda de Pontevedra, en Pontecesures. El vehículo pesado, que llegaba de la carretera de Vilagarcía, se introdujo en la rotonda sin percatarse de que otro turismo, procedente de Valga, hacía la misma maniobra. El automóvil perdió el control y golpeó a otros dos coches que circulaban por el lugar. Hasta el mismo se trasladaron el GES de Valga, Tráfico y la Policía Local de Pontecesures. Afortundamente no se produjeron heridos, pero las tareas de limpieza de la rotonda obligaron a regular el tráfico en ese punto durante dos horas.

La Voz de Galicia

Virginia, la madre que venció a la incomprensión.

Se quedó viuda muy joven, con dos hijas discapacitadas a su cargo. «Nunca as escondín», dice.

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«Foi unha vida dura», se me escapa sin que pueda evitarlo. Las arrugas del rostro de Virginia se ponen en movimiento y componen una de esas sonrisas, entre serena y pícara, con las que lleva toda la mañana sorprendiéndome. «Foi a vida que me tocou», responde. Y sigue: «E aínda non foi mala. Nunca nos faltou o pan, e sempre puiden ter as miñas meniñas ben atendidas». Esas niñas de las que habla están junto a nosotras. Mari Carmen, Muchiña, la mayor, es una pequeña de cinco años atrapada en el cuerpo de una mujer de sesenta y tantos. Araceli -o Celina, como la llaman-, es coqueta y hacendosa. Ya ha cumplido 61, aunque tal vez no sea consciente de ello. «¡Miñas meniñas do meu corazón!».

A Virginia le han rendido un homenaje en Valga, en el Centro ocupacional para personas con discapacidad. Le han dado un ramo de flores y le han agradecido el ejemplo dado. Porque esta pulcra mujer -nunca le gustaron las estridencias ni en el atuendo ni en los peinados- se empeñó en que sus hijas exprimiesen al máximo su vida. Y eso, en la Valga de mitad del siglo pasado, suponía un reto. Virginia, que no pedía nada que no pidan todas las madres, se negó a poner a sus niñas en el ángulo oscuro de la casa. Todo lo contrario: las llevó allá donde ella fue, les enseñó todo lo que lograron aprender, se dejó la piel trabajando para reunir el dinero necesario y mandar a Celina, la pequeña, a un colegio en el que lograse sacar lo mejor de sí. E hizo todo eso sin quejas, ni lamentos, ni protestas. «Foi a vida que me tocou», resuena la voz de Virginia. «E aínda non foi moi mala»…

Es verdad que, desde niña, fue entrenada para soportar el dolor. Su padre, que fue alcalde de Valga durante la República, tuvo que huir a América. Nunca regresó. «Queríano matar… E non fixera nada. Era un bo home, o meu pai», reflexiona en voz alta. Su madre, otra mujer corajuda, se empeñó en sacar adelante a sus muchos hijos, y lo hizo. Y quizás fue su ejemplo el que permitió a Virginia afrontar, después, todo lo que vino.

Aún no habían celebrado muchos aniversarios su marido y ella cuando un camión se cruzó en el futuro de la pareja. Arrolló la moto y mató a al esposo y padre cuando volvía a casa después de trabajar. Detenemos aquí la narración porque, justo aquí, es donde la detiene Virginia. Quizás hay dolores que no acaban de pasar. Pero nuestra heroína enseguida se recompone: hace una carantoña a sus hijas y recobra el ánimo. Recuerda que, a principios de los sesenta, fue una de las primeras valguesas que cobró una pensión de viudedad. Entre ese dinero y su trabajo incesante, de sol a sol, logró sacar a sus hijas adelante. Contó, lo reconoce, con el apoyo de los vecinos. «Non teño queixa ningunha da xente, con nós todo o mundo se portou moi ben», dice.

Virginia, que tiene una memoria prodigiosa, recuerda la huerta trabajada hasta la extenuación, y la vaquiña con cuya leche logró compensar su magra pensión. Esta la invirtió, durante muchos años, en pagar la estancia de Celina en el Sagrado Corazón de Betanzos. Iba a verla cuando podía. «Cargabamos un taxi e levabamos unha empanada de polo e dous biscoitos», narra Virginia. Luego, cuando las tres mujeres de la casa volvieron a reencontrarse, ya no se separaron más. «Ás vodas que houbo na redonda fomos a todas, as tres xuntas», cuenta Victoria. Y la lista de excursiones y viajes en los que han participado es enorme. Por no faltar, no han faltado ni a la grabación de varios programas de la Televisión de Galicia, donde han trabado amistad con personajes como Isi. «? moi bo rapaz. Mira, que cando foi a festa da caña e veu el dar o pregón, en canto nos viu achegouse onda nós e encheunos de abrazos e de bicos».

Muchiña y Celina escuchan atentamente a su madre. Estamos en la entrada de una casa que, con el paso de los años, se ha ido acomodando a las necesidades especiales de sus habitantes. En una esquina está el Belén, primorosamente montado por la hija pequeña.

Flor, que así se llama la mujer que acude todos los días a la vivienda para echar una mano en lo que haga falta, afirma que las dos hermanas se quieren mucho. «Araceli está moi pendente da súa irmá», nos cuenta mientras salimos a dar un paseo por la huerta que Virginia, a sus casi noventa años, sigue trabajando «en canto pode escapar para ela». De regreso a casa, toca despedirse de esta mujer hecha de hierro y amor. «Non sei canto tempo vou estar aquí», dice. Y en sus ojos relampaguea, apenas un instante, una sombra de inquietud.

La Voz de Galicia

Los adornos de luz le cuestan a los concellos más de 60.000 euros.

Las luces de colores vuelven una Navidad más a inundar las calles y plazas de Arousa. Pontecesures fue el último concello en darle al interruptor, el pasado lunes, con el encendido de siete de sus ocho arcos y de un gran árbol en la plaza de Pontevedra. Mientras, en Catoira siguen esperando a las guirnaldas empiecen a alumbrar en la PO-548 y la rúa Estación, porque la empresa contratada para este fin no acaba de rematar el trabajo, y en A Illa lo harán el viernes. Pero, en general, las luces de Navidad están ya a pleno funcionamiento.

Los más madrugadores fueron los concellos de Vilagarcía y Cambados, que lucen arcos, árboles y demás elementos decorativos desde el 4 de diciembre, aunque no sin alguna incidencia. El árbol de la Praza de Galicia se fundió nada más estrenarse y sobre el árbol de la Praza do Concello de Cambados colisionó la semana pasada un coche que lo dejó mal parado de forma provisional. Los árboles siguen siendo un elemento indiscutible en estas fechas. Vilagarcía y Cambados tienen tres respectivamente, y los hay también en Vilanova, en Ribadumia, O Grove, A Illa, Valga y Pontecesures. En cantidad, lo que más abundan son las populares guirnaldas o arcos sobre la carretera aunque últimamente también se están imponiendo los adornos sobre las farolas y las fachadas de edificios públicos.

El gasto que supone encender la Navidad en la calle corre a cargo de las arcas locales. Frente a los 18.000 euros que invierte el Concello de Vilagarcía se sitúan los 2.000 euros de Catoira o los 1.000 de Pontecesures, que pasan por ser los municipios más pequeños de la zona. Todavía hay quien gasta menos. En Valga, desde hace tres años solo colocan adornos en dos puntos, el consistorio y el Belén de Campaña, en aras de la austeridad que impuso la crisis. El montante global por este concepto en O Salnés y Baixo Ulla supera los 60.000 euros, sin contar el gasto por consumo eléctrico.

Los núcleos urbanos son los que salen mejor parados frente a las parroquias que, en el mejor de los casos, consiguen alguna guirnalda al lado de la iglesia o en la carretera principal.

Los comerciantes, caso de los de O Grove y Meaño, también contribuyen a sufragar el alumbrado, no en vano son los más interesados en que las calles luzcan lo mejor posible para incentivar las ventas.

Vilanova se sale del guion. Más allá del árbol luminoso situado delante de la cofradía y de los setenta arcos de luz distribuidos por el centro urbano y las parroquias, el Concello contrató este año una «aldea de luz» que alumbra desde hace una semana en el Xardín Umbrío, con su casita de madera y sus ciervos, pensando, sobre todo, en los más pequeños de la casa. fotos mónica ferreirós y Mónica irago

Una moda en alza. Vilagarcía fue el primero y el año pasado se sumaron a este carro Cambados y Vilanova. Los grandes árboles de bombillas en forma de cono son cada vez más habituales.

De todos los colores y formas. Cambados no escatima luz en la Praza do Concello pero los adornos jalonan todo el centro, desde San Tomé a Fefiñáns pasando por la plazas Cabanillas y Asorey.

Motivos muy navideños. Campanas, ángeles, velas, estrellas, muérdago… son los elementos más recurrentes en las guirnaldas y demás elementos decorativos en estas fechas.

18.000

Vilagarcía

Ravella gasta 4.000 euros más que el año pasado

7.000

Ribadumia

El Concello habla de un gasto similar al 2014 y más adornos

1.000

Pontecesures

Contrató la instalación de ocho arcos y un gran árbol

El Belén Artesanal de Valga ya desata pasiones y empieza a recibir numeroso público de toda Galicia.

Cada vez son más los ciudadanos que se acercan a Campaña para disfrutar de esta exposición declarada Bien de Interés Turístico de Galicia -Esperan a unas 50.000 personas en las próximas semanas

El Belén Artesanal en Movimiento de Valga, inaugurado el domingo, es uno de los acontecimientos sociales y culturales de Galicia, de ahí que en cada edición lo visiten decenas de miles de personas.

En solo cinco días de actividad ya desata pasiones. En la jornada inaugural, sin ir más lejos, pasaron por el local un millar de ciudadanos llegados de Caldas, de O Salnés, pero también de otros puntos de Galicia o incluso de España aprovechando el puente festivo.
Cerca de 4.000 figuras (de las cuales medio millar tienen movimiento), una superficie expositiva de 450 m2 y un cuidado decorado, en consonancia con la estudiada iluminación, constituyen las características principales de esta composición artística.
A esto hay que sumar las bombas de agua, cerca de 10.000 bombillas y unos 30.000 metros de cableado para entender mejor el funcionamiento de esta gran decorado que se cambia y se amplia todos los años incorporándose siempre alguna que otra sorpresa y muchas figuras nuevas, esta vez han sido 200 más.
Y es una propuesta apta y recomendable para todos los públicos, independientemente de creencias religiosas o ideologías politícas. Y es que no solo incluye figuras y decorados propios d ela Navidad, sino que deja espacios a aspectos profanos y escenificaciones de la más rabiosa actualidad.
De este modo, las imágenes en movimiento de José y María (subidos a la burra) mientras buscaban el lugar para el nacimiento del Niño Jesús, su venida al mundo en el Portal, la llegada de los Magos de Oriente, el castillo de Herodes y otros aspectos similares comparten protagonismo con oficios tradicionales y costumbres propias del rural, como la matanza del cerdo, la pesca fluvial, la recolección del trigo o la elaboración de vino y aguardiente.
Pero eso no es todo, pues tienen cabida cuestiones políticas, sociales y deportivas de todo tipo, como la crisis siria, el juicio del “caso Asunta”, los movimientos proindependentistas catalanes, el último campeonato del mundo de motociclismo, los jugadores del Celta, la Vuelta Ciclista a España y un largo etcétera de asuntos.
Todo esto se hace realidad gracias a la Asociación de Amigos do Belén que desde principios de septiembre trabaja cada año sin parar para hacer realidad esta exposición donde las figuras y decorados se elaboran con papel, escayola, pasta de modelar, alambre, madera, piedra, tela y cualquier otro elemento que pueda ayudar.

Faro de Vigo

“Lo que hacemos solo tiene una meta: que la gente disfrute”.

María del Carmen Castiñeiras: “Entre todos decidimos las figuras que incorporamos cada año”.

María del Carmen Castiñeiras no solo es la concejala conservadora responsable del área de Cultura en el Concello de Valga. También ejerce como presidenta de la Asociación Amigos do Belén, lo cual le hace sentirse tanto o más orgullosa. Como los demás vecinos que participan en este proyecto se vuelca en el trabajo diario durante los tres meses previos al estreno de esta exposición, de ahí que sea una de las personas que mejor conocen los secretos que encierra. El domingo, en el acto inaugural, ella fue la encargada de ejercer de maestra de ceremonias, mostrando cada detalle a la ministra de fomento, Ana Pastor, a la responsable de Turismo de Galicia, Nava Castro, y a su jefe de filas y alcalde, Bello Maneiro.

¿Desde cuándo es presidente de Amigos do Belén y cuándo empezó todo?
Pues soy presidenta desde que montamos la asociación, hace ya 15 años. Todo esto nació como una actividad cultural de la Navidad en Valga, pero como cada año tratamos de ampliar el Belén ha alcanzado unos niveles de popularidad insospechados al principio.

¿Y cuál es el secreto?
La ilusión. Lo que queremos es hacer las cosas lo mejor posible, y todo esto con una sola meta, que es que la gente no deje de sorprenderse al ver este Belén y disfrute de él.

¿Y por qué ese afán por incorporar cada año algunas figuras y decorados nuevos?
Para tratar de reflejar el día a día en Valga y en España. Y también para que la gente no se aburra y tenga alicientes para volver y visitarnos un año tras otro.

Esta vez hay figuras de Barack Obama, Raúl Castro, Ana Pastor, Soraya Sáez de Santamaría en pleno baile…¿A quién se le ocurren las ideas, ¿cómo se decide qué nuevos personajes incorporar?
En la asociación somos 35 personas y todos trabajamos y participamos activamente en este proyecto, por lo que todos aportamos ideas. Y a eso se suma la colaboración de otros vecinos. Repasamos la actualidad y tratamos de hacer un resumen de lo más importante del año. Lógicamente siempre nos quedan cosas atrás, porque es imposible condensarlo todo en el Belén, pero lo que buscamos es renovar en cada edición. No hay nadie en concreto que diga este personaje sí o no. Aportamos ideas y decidimos entre todos.

Es evidente que les gusta dar sorpresas…¿También fue una sorpresa que acudiera la ministra a la inauguración?
Pues si. En una ocasión Ana Pastor le comentó al alcalde que le gustaría visitar este Belén porque había oído hablar muy bien de él. Cuando llegó el momento decidimos mandarle la invitación y la aceptó.

¿Es mucho el coste de un Belén Artesanal como éste?
Lógicamente siempre hay gastos, aunque los que trabajamos en esto no cobramos nada y tratamos de utilizar materiales usados y reciclados. En cualquier caso nos vienen muy bien los donativos que recibimos, y sobre todo la subvención de 40.000 euros que este año nos dio la Xunta de Galicia a través de la directora de Turismo, Nava Castro.

¡Ella es otra de las que tienen su propia figura en el Belén!
Efectivamente. Ya estaba el año pasado, pero esta vez le cambiamos de ropa.

Faro de vigo