El PP quiere menos bolardos y más club náutico,

Vidal Seage carga contra Tocino por la obra en la N-550 y la ausencia de avances en la sede deportiva.

Los bolardos instalados en Pontecesures. |  Noé Parga
Los bolardos instalados en Pontecesures.

El Partido Popular de Pontecesures, grupo mayoritario de la Corporación, vuelve a quejarse, desde la oposición, por la labor del bipartito que conforman BNG y PSOE.

Esta vez en relación con la instalación de bolardos en la carretera N-550, al considerar que los vecinos salen perjudicados.

Fue el portavoz municipal del PP, Juan Manuel Vidal Seage, quien sacó a relucir nuevamente este asunto en el último pleno de la Corporación, en el que quiso hacerse eco «del enorme malestar de los cesureños por esta obra de supuesta mejora de la seguridad viaria».

El conservador lamentó que la actuación no fuera consensuada con los ciudadanos y atacó a la alcaldesa, Maite Tocino, reprochándole que ella misma «califica la obra de ‘desastre’ pero no hizo nada por remediarlo, demostrando su nula capacidad de gestión y su debilidad política, a pesar de tener en el gobierno la muleta de un edil socialista», y por tanto del mismo partido que el Gobierno de España, que financió la obra.

Club Náutico

Pero no fue la única reprimenda de Seage, pues también atacó al bipartito en relación con la ansiada ampliación y modernización del Club Náutico Pontecesures, preguntando en el pleno «si sigue vigente el compromiso de cofinanciación por parte de la Xunta» y tratando de conocer las gestiones realizadas por el actual ejecutivo pontecesureño.

Explican en el PP que «ante las respuestas de la alcaldesa, diciendo que está redactando un nuevo proyecto, ‘más austero», Vidal Seage advierte de las incongruencias de Maite Tocino, ya que en el mismo pleno, admitió que la redacción no está contratada y que se está perfilando; y tampoco respondió si se incluirá el acondicionamiento del espacio exterior».

Esto quiere decir que «llevamos veinte 20 meses de mandato y lo único que se hizo en relación con este proyecto tan importante fue descartar todo el trabajo realizado en el mandato anterior», precisamente cuando Vidal Seage era el alcalde.

Faro de Vigo

Fran Vieites: «Todo lo que viví en el Celta me ha llevado a ser quien soy hoy».

El portero bético guarda amigos y grandes recuerdos de su etapa en Vigo

Fran Vieites (Pontecesures, 1999) vuelve el sábado por tercera vez a Balaídos, escenario de las primeras convocatorias en la máxima categoría del hoy portero del Betis. El Celta es un club especial para él por los amigos que conserva, por los grandes recuerdos que le evoca y porque tiene presente que la entidad celeste jugó un papel clave para que llegara a donde está ahora. Siempre agradecido, espera ganar.

—Ya no es la primera vez pero, ¿qué sensaciones le produce volver a Balaídos?

—Siempre es bonito volver a Galicia, reencontrarme con un club en el que he estado, del que guardo grandes recuerdos y muchas amistades. Como equipo volvemos ahí siempre con la ambición de sacar un buen resultado.

—¿Cómo fueron los regresos anteriores?

—Estuve con el Betis en enero del año pasado y también con la selección gallega, en verano. Fue muy bonito. Siempre es bonito tener a la familia en la grada, algo que ahora se repetirá.

 —¿Qué balance hace de su paso por el Celta?

—Siempre es positivo. Guardo un buen recuerdo de todos los sitios en los que he estado,  porque miras hacia atrás con la cabeza alta y con orgullo por lo que conseguí hacer allí, por la progresión que tuve con la gente que trabajé. Fueron esos tres años de juvenil, dos de filial, experiencias con convocatorias, con primer equipo, minutos con filial. Todo lo que viví allí es lo que me lleva a ser hoy en día lo que soy y quién soy. Estoy muy agradecido a todo el mundo de aquí, la verdad. 

—Hablaba de amistades. ¿Quiénes quedan con quienes haya coincidido?

—Aparte de Iker (Losada) y Borja (Iglesias), que son jugadores nuestros cedidos, Claudio (Giráldez) no me llegó a entrenar, pero sí que coincidí en la cantera, como con los Hugos (Sotelo y Álvarez) y toda la camada que hay en el primer equipo. Tengo buena relación con ellos y les guardo muchísimo cariño. Del cuerpo técnico, con Christian (Fernández) coincidí muchos años, también con Nando (Villa) y con Laura (Centoira), que guardo una muy buena relación… Y en el club sigue una persona que considero un gran amigo, (Gael) Potti. Les guardo a todos mucho cariño. Y seguro que me dejo gente. 

—¿Cómo ve a su equipo de cara a la visita a Balaídos?

—Creo que llegamos reforzados. Después de una dinámica de resultados que no eran los que queríamos, estamos volviendo a competir a nuestro nivel La gente que está subiendo de filial está dando un nivel increíble, los estamos intentando aydar un montón y ellos están respondiendo y compitiendo.  Y los jugadores de la primera plantilla se están amoldando también muy bien y dando el nivel para el que están capacitados.

—¿Cómo lleva su rol en el equipo en este momento? 

—Bien, la verdad es que muy bien. Me centro en esforzarme diariamente, que es un lujazo entrenar con esta gente, y en dar mi mejor versión, hacerlo  lo mejor posible en el día a día, ayudar a mis compañeros también. Y después, suele decirse que hay que poner las cosas difíciles al míster, pero creo que es todo lo contrario, tenemos que intentar ponerle las cosas fáciles y que no le tiemble el pulso a la hora de poner uno a otro. Hay que demostrarle que cualquiera que ponga está preparado para competir.

 —¿Y cómo ve al Celta de Claudio Giráldez en general y en este bache concreto en particular?

 —Lo veo muy bien. Claudio es un grandísimo entrenador, una gran persona y está haciendo un gran trabajo ahora mismo ahí, sacando chicos de la cantera que están compitiendo a un nivel increíble también. Es un equipo que juega un fútbol atractivo, con mucha posesión de pelota. Es cierto que no están atravesando la mejor racha de resultados, pero sabemos que no va a ser un partido fácil contra ellos. Juegan en casa, Balaídos es un estadio que también aprieta y sabemos lo complicado que nos lo van a poner. Por eso estamos concienciados de que tenemos que dar nuestra mejor versión para sacar el mejor resultado.

 —Si tuviera que hacer un pronóstico, ¿cree que el Celta va a sufrir por la permanencia o se va a poder salvar holgadamente?

 — Pues no lo sabría decir, pero le deseo lo mejor, porque hay muy buena gente ahí que se lo merece.

 —Aspas es duda, ¿prefieren que no llegue?

—Vamos a competir contra el Celta que salga. Obviamente, sabemos de lo que es capaz Iago, el gran futbolista que es, no lo vamos a descubrir ahora. Juegue o no, intentaremos salir a ganar sabiendo las virtudes de cada jugador. 

 —También coincidió con él. 

—Sí, en algunas pretemporadas, convocatorias, viajes y también con la selección gallega. Guardo un gran recuerdo, siempre me ha tratado muy bien, con mucho respeto.

 —Decía que no le entrenó Claudio pero sí coincidieron en la base del Celta. ¿Qué idea tenía de él?

—Me comentaban cosas muy buenas. Yo estaba en el Juvenil A, con Jorge Cuesta, y los que iban subiendo me hablaban maravillas de él. A veces coincidíamos, me subía alguna vez puntual de la residencia. Pero veías que el trabajo que venía haciendo era muy bueno, que todo el mundo tenía buenas palabras de alguien con ideas muy claras en lo futbolístico y en lo personal, porque lo que prima es que es una gran persona.

—¿Sigue de manera especial al Celta?

—Lo sigo mucho, me gusta ver los partidos de las amistades que guardo allí. Y en mi entorno cercano hay bastantes aficionados al Celta que me van comentando la actualidad y siempre estoy al tanto.

 —¿Cómo ha vivido la vuelta de Iker Losada al club en este mercado?

—A título personal, me meto con él en broma, le digo que me dejó aquí solo, porque también se fue Assane Diao, que era otro de los grandes compañeros que tenía en el vestuario. Iker es un amigo desde hace años y volver a compartir vestuario con él estos meses es lo más bonito que hay. Me alegro mucho que le haya salido esta posibilidad de volver a Vigo porque es lo mejor para él a nivel deportivo y eso también un poco ligado a nivel personal. 

—¿Usted se ha planteado salir cedido desde que está en el Betis?

—Eso lo lleva mi representante. Yo me centro en entrenar y cuando hay algo sobre la mesa, es él que me llama y me comenta. A día de hoy, no se ha dado. Estoy muy feliz en el Betis.

«Recuerdo llegar de Barreiro por los pelos, con Carlos Hugo al volante, en mi primera convocatoria»

Cuando a Vieites le tocó salir del Celta, pensó que demostrarse a sí mismo que había más fútbol fuera. Y lo ha conseguido, llegando a Primera División por otro camino: primero, jugó en el Lugo, y luego, retrocedió a Segunda Federación para incorporarse al Betis con vistas al primer equipo.

 —Retrocediendo a marzo del 2018, ¿cómo recuerda aquella primera llamada del primer equipo en un fin de semana de tres convocatorias para usted?

—Con mucha añoranza, porque las primeras veces siempre son especiales, y más, de aquella manera tan atropellada. Yo había jugado el sábado el derbi contra el Deportivo de División de Honor Juvenil y el domingo, con Jero (Lario) lesionado, estaba de suplente de (Dani) Sotres. Se lesionó Rubén (Blanco) en el calentamiento y me tocó salir corriendo de un vestuario a otro, de Barreiro a Balaídos. Me acuerdo de Carlos Hugo al volante y llegando por los pelos (risas).

—Aquella convocatoria fue con Unzué. ¿Cómo fue su trato con él?

—Tengo un grandísimo recuerdo, como entrenador y como persona. Siempre lo vi con una sonrisa en la cara, trataba a todo el mundo con muchísimo respeto, con ilusión y pasión por lo que hacía. Me alegro mucho cada vez que lo veo en la televisión o en la redes sociales, con el ejemplo que da. Le deseo que esté lo mejor posible y siga sonriendo a la vida.

 —En su momento, ¿fue difícil dar el paso de venir a Vigo?  

—Venía del Bertamiráns, donde estaba muy a gusto. Tenía 15 o 16 años y tuve claro que quería jugar en el Celta por la proyección, la forma de trabajar. Estuve entrenando un día a la semana durante unos meses antes de ir para allí y me sentí muy a gusto con la forma de trabajar, con los compañeros, con los entrenadores. La decisión fue fácil, la verdad. Una vez allí, supuso disfrutar de las mejores condiciones para trabajar, de los mejores profesionales y de unos compañeros a los que guardo un cariño enorme.

 —¿Cómo vivió el fin de esa etapa?

—Fue la primera vez en la que un chico joven ve que tiene que salir de un sitio donde estaba cómodo, cerca de casa, de la familia. Eso te hace madurar y ser más fuerte, tocó asumirlo y buscarse el pan fuera de Vigo, que también hay más fútbol para mostrarse. .

 —Hablaba de adquirir más madurez. ¿Cómo ha evolucionado en este tiempo?

 —En lo deportivo, coges experiencia. Me fui para Lugo, un equipo donde había gente muy veterana a la que siempre intentaba escuchar para sacar lo máximo posible. Y en Segunda, una competición súper dura. En el momento de venir al Betis, también asumí un rol diferente, en el filial, y cada vez que tocaba el primer equipo, trataba de empaparme de todo y dar mi mejor versión día a día. El año pasado, que tuve oportunidad de jugar unos cuantos partidos, también buscaba aprender, seguir mejorando y demostrando lo que había entrenado. Cuando llega la oportunidad de competir en Primera, tienes que dar lo mejor de ti. Como persona, creces en base a las experiencias que vas viviendo; salir de Vigo me hizo madurar y reforzar las amistades que tenía, porque ves que tu te alejas y la gente sigue. También cuando se van ellos, caso de los Fontán u otra gente que ya no está en el club y con los que la amistad sigue siendo fuerte. Te hace darte cuenta de que, vayas donde vayas, lo que eres como persona es lo que va a quedar.

 —Cuando se incorpora al Betis, ¿contemplaba llegar al primer equipo?

—Fue la apuesta que hicimos, de bajar dos categorías, porque el filial estaba en Segunda Federación. La idea era intentar ayudar a cosechar buenos resultados y poder entrenar arriba, viendo si por cualquier situación, entraba en alguna convocatoria con actitud y buen trabajo. Si miro atrás, no contaba con que se diera de esta forma. Las cosas están saliendo bien. Aquí, el trabajo es bueno, los profesionales son increíbles y las instalaciones, perfectas para poder seguir creciendo y mejorando. Si eso se lleva al campo, los resultados solo pueden ser buenos.

—Con lo que comenta, queda claro que está satisfecho en el Betis.

—Sí, sí. Estoy muy integrado, el vestuario es increíble y vas haciendo amistades en la ciudad. Uno se siente muy cómodo cuando lo tratan así de bien. Estoy muy feliz.

—Comentó en alguna ocasión que no le gustan las redes sociales. ¿Por qué?

—Es verdad que no soy muy amigo de ellas, me gusta estar un poco al margen, tranquilo y sin estímulos externos. Digamos que prefiero practicar la presencialidad.

—¿Y cómo vivió en su día que aquel emotivo abrazo a su madre se hiciera viral y fuera tan mediático?

—Fue una de cal y otra de arena. Es precioso poder mostrar el cariño que le guardo a ella en un momento tan importante como era ese derbi; era lo natural que me saliera abrazarla así. Por otro lado, tampoco es de mi agrado exponer a mi familia, me gusta mantener la privacidad de mi entorno y que ellos vivan su vida paralelamente a la repercusión que pueda tener la mía.

—Siempre ha destacado la importancia de su progenitora en su carrera. ¿Qué significado ha tenido ella?

—Es la que me ha apoyado siempre en todo el recorrido que me ha llevado hasta aquí. Estoy seguro de que en lo que me depare la vida, también va a estar, como un apoyo incondicional en las buenas y en las malas. Es quien me aconseja y me guarda. Siempre mira por mi bien, y tener una persona así a tu lado es un disfrute. Se lo digo y siempre le diré que estoy eternamente agradecido por todo lo que ha hecho por mí, por sus esfuerzos, que ahora trato de devolverle para que pueda tener una vida agradable y no darle dolores de cabeza.

La Voz de Galicia

La DGT advierte, sin sancionarlos, a conductores «cazados» en Pontecesures.

El nuevo radar aún está en fase de pruebas.

Los automovilistas reciben cartas informativas tras superar la velocidad permitida.

Se les explica la multa a la que se exponen y los riesgos que corren.

La señal que indica la presencia del radar.
La señal que indica la presencia del radar.

Hace días, diversos conductores «cazados» por el nuevo radar instalado en al carretera Nacional 550, a su paso por el Concello de Pontecesures, denunciaban que la señal informativa que advierte de su presencia es «demasiado pequeña» y que está «tapada por otra señal vertical» que dificulta su localización, por lo que proponen colocar una más grande o cambiarla de ubicación.

Ahora puede añadirse que algunos de esos conductores, y otros automovilistas que se saltaron el límite de velocidad en la recta situada a la altura de la casa consistorial pontecesureña desde la implantación de este radar, han empezado a recibir cartas informativas de la Dirección General de Tráfico (DGT).

En esas misivas se les explica que han cometido una infracción, detallando la velocidad a la que circulaban en el momento de ser fotografiados por las cámaras del radar; imágenes que también se adjuntan.

Imágenes que se acompañan a una de las cartas informativas sobre la sanción cometida.
Imágenes que se acompañan a una de las cartas informativas sobre la sanción cometida.

Dicha comunicación, firmada por el director general de Tráfico, Pere Navarro, se hace constar que «en esta primera fase de puesta en funcionamiento de los nuevos radares no se va a iniciar procedimiento sancionador, pero le recordamos que esta conducta, una vez finalizada la fase informativa, sí conllevará la correspondiente sanción».

A modo de ejemplo, puede citarse el caso de un conductor al que se informó desde la DGT de que el pasado 24 de enero «fue detectada la circulación de su vehículo en el punto kilométrico 84,15 de la carretera N-550 cuando circulaba a 69 kilómetros por hora».

Para añadir que es una velocidad «superior a la máxima legalmente establecida para ese lugar y tipo de vehículo, fijada en 50 kilómetros por hora».

Ese conductor, como tantos otros, se libra de la multa por el periodo de adaptación y prueba antes aludido, pero en la carta se le indica que en su caso concreto, tendría que abonar 100 euros.

La DGT aprovecha esta carta para abundar en su campaña informativa, de ahí que incida en que «son muchas las razones para respetar el límite de velocidad».

Entre ellas, que «llevar una velocidad adecuada podría evitar una cuarta parte de los fallecidos en siniestros viales», asegura Pere Navarro.

El nuevo radar de la N-550.
El nuevo radar de la N-550. 

Pero también esgrime que «la velocidad excesiva aumenta el riesgo de verse involucrado en un accidente, dado que a mayor velocidad es más difícil reaccionar a tiempo y prevenirlos».

Asimismo, «la velocidad afecta a las lesiones sufridas en un accidente, pues a mayor velocidad de impacto, mayor es la energía que se libera al chocar con otro vehículo, usuario de la vía u obstáculo».

Para terminar, el director general de Tráfico hace hincapié en que «el exceso de velocidad no solo incide en la seguridad vial, sino que también tiene influencia negativa sobre el medio ambiente, la calidad de vida y el consumo de combustible».

Faro de Vigo

Aumenta el riesgo en la N-550 al pasar por Caldas, Pontecesures y Valga.

Los usuarios alertan del deterioro del firme.

Uno de los tramos afectados, en Pontecesures.
Uno de los tramos afectados, en Pontecesures. 

Hoy mismo los usuarios de la carretera Nacional 550 muestran su preocupación y enfado, a través de FARO DE VIGO, por la «deficiente» señalización de un radar recientemente instalado en Pontecesures. Quejas y lamentos a los que hay que sumar el malestar de otros conductores que alertan del «preocupante estado» de la capa de rodadura.

Los automovilistas, entre los que se encuentra el pontecesureño Luis Ángel Sabariz Rolán, al que muchos recordarán por su etapa como edil independiente en su pueblo, o bien por ser un firme defensor del tren de cercanías, denuncian la existencia de importantes baches y fisuras en el firme que, a su juicio, ponen en riesgo la circulación y dañan sus vehículos.

La carretera N-550 a su paso por Caldas.
La carretera N-550 a su paso por Caldas.

En el caso concreto de Sabariz, explica que «el asfalto cuarteado y los numerosos baches llaman la atención en un vial que jamás presentó unas deficiencias así, las cuales ocasionan un riesgo para vehículos y conductores».

Pero eso no es todo, sino que «la señalización horizontal está desapareciendo», lo cual «influye negativamente en la conducción, sobre todo en la nocturna».

Asegura Luis Sabariz, y otros conductores avalan sus argumentos, que la situación afecta a los Concellos de Pontecesures, Valga y Caldas, por lo que «es hora de que Carreteras del Estado adopte las medidas oportunas para la inmediata mejora de la N-550», sentencia.


Faro de Vigo

Enfado generalizado con el nuevo radar instalado en Pontecesures.

Se sitúa en la carretera N-550, a la altura del consistorio.

Alegan los conductores que no está bien indicado, a causa de otra señal.

Imagen en la que se aprecia una señal tapando a la que anuncia el radar.
Imagen en la que se aprecia una señal tapando a la que anuncia el radar.

En los últimos días han sido muchos los conductores «cazados» por el radar instalado en la carretera Nacional 550, a su paso por Pontecesures, que han querido expresar su malestar no por la existencia de este elemento, sino por la «deficiente» señalización que lo rodea.

Saben los automovilistas que la culpa es suya cuando circulan a una velocidad superior a la permitida, pero también consideran que «no se puede colocar una señal tan pequeña y difícil de ver como la que han puesto».

Esgrimen que «nada tiene que ver con las habituales señales que indican la presencia de radares existentes en otras carreteras de la comarca y de Galicia».

Imagen en la que se aprecia una señal tapando a la que anuncia el radar. |  FdV
El radar de la polémica. 

Citan como ejemplo, sin ir más lejos, la que hay en la propia N-550 a su paso por As Cernadas (Valga), donde se señaliza el radar ubicado en Casal de Eirigo.

Esgrimen los damnificados que «lo que se ha colocado en Pontecesures ha sido una señal raquítica, y por si no fuera suficiente, está parcialmente tapada por otra».

Loq que sucede es que «quien no sabe de la existencia de este radar no puede ver la señal o la ve cuando ya es demasiado tarde».

Quienes así se posicionan piden un cambio de esa señalización para que el radar esté «debidamente anunciado». Se sitúa en el kilómetro 84+150, en las inmediaciones de la casa consistorial de Pontecesures, y «multa a los coches que circulan hacia Padrón».

Faro de Vigo

Cerámica Celta, la aventura cesureña en la que se enrolaron los grandes talentos artísticos de Galicia.

Castelao fue una de las muchas figuras que colaboraron en un proyecto que pretendía contribuir a sentar las bases de una iconografía gallega; ayer se ahondó en la historia de aquel proyecto que cumple cien años, como el Concello de Pontecesures

Cien años atrás, mientras se fraguaba su nacimiento como Concello independiente, Pontecesures era una localidad vibrante. Tenía puerto, tenía tren y tenía, también, una burguesía culta e inquieta, dispuesta siempre a apostar por el progreso. Aquella efervescencia intelectual, cultural e industrial se tradujo en la celebración de la primera feria del automóvil de ocasión, en el nacimiento de sociedades o en la creación de la que Borobó llamaría la «universidad artística de Galicia», la Cerámica Celta. De esta empresa vanguardista se habló ayer en Pontecesures, en la primera tertulia organizada por el Concello para celebrar el centenario de la independencia municipal.

La Cerámica Celta nació como Cerámica Artística en la mente de Eugenio Escuredo, un emprendedor incansable que, poco tiempo después de haber hecho realidad el proyecto, decidió abandonarlo para irse a comerciar con maderas exóticas. Comentó sus planes, como solía hacerlo, en la tertulia de Casa Castaño, donde se reunía con sus amigos: el médico, otros industriales e intelectuales de la localidad… Todos, «personas que nunca se cansaban de plantear ideas y proyectos», según relata Fina Diéguez. Ella es la nieta de Ramón Diéguez, el hombre que iba a tomar el relevo de aquel proyecto artístico que pasaría a ser rebautizado como Cerámica Celta.

«Se llama Cerámica Celta por lo mismo que el Celta de Vigo se llama así, o la ‘tortilla celta’ de Casa Castaño. En las primeras décadas del siglo XX había una inquietud, una afán por la reconstrucción de la identidad de Galicia, un sentimiento de pertenencia a la nación celta, y por eso se eligió ese nombre», explica Fina Diéguez. Relata que su abuelo era un hombre formado, que empezó Farmacia y Químicas, pero que después se fue aprender cómo funcionaban las fábricas de cerámica por España adelante. «Cuando volvió aquí montó los hornos de las Caleras del Ulla; también era fabricante de la piedra Pote [una piedra que no podía faltar en ninguna casa, ya que se usaba para limpiar las cocinas de hierro] y llegó a crear en Catoira una fábrica de tubos de gres», señala su nieta.

Diéguez era un empresario inquieto, está claro. Y también comprometido. «O máis interesante deste home é que empezou a facer en cerámica iconografía galega. Todas as nacións teñen a súa iconografía propia, o seu propio código visual», explica el presidente de la Fundación CastelaoMiguel Anxo Seixas Seoane. Para ello contó con la ayuda de los grandes artistas de su tiempo —Castelao, Asorey, Bonome, Maside, Sobrino, Torres…— que supieron ver en aquella aventura cesureña una oportunidad de divulgar su trabajo, su obra, su forma de ver Galicia.

«Las colaboraciones de todos aquellos artistas eran completamente altruistas, desinteresadas. Sabemos que Asorey decía que se sentía pagado por la trascendencia que cogió en barro su obra O Tesouro, porque así entró en muchísimos hogares», recuerda Fina Diéguez. Y la divulgación, la difusión de la cultura, la democratización de la belleza y del arte eran denominadores comunes a todos aquellos creadores que en muchos casos «llegaban en el tren de Santiago, iban a la cerámica, paraban después en la tertulia de Castaño y de vuelta al tren», señala Fina Diéguez.

Aquel proyecto era «un experimento». «Tenía una base industrial y artística, pero funcionaba por afinidades y relaciones de amistad… Alguien tenía un boceto y decían, ‘vamos a pasarlo a bulto redondo’. Era otro tiempo, otra vida que hoy parece impensable. Yo creo también que este proyecto era como un juguete para todos; ninguno vivía de esto, a mi abuelo de hecho le costaba dinero la Cerámica Celta. Podía mantenerla porque tenía la cal, la piedra Pote y el gres», contaba la representante de la Fundación Herederos de Ramón Diéguez.

Castelao llegó a la que iba a ser bautizada como universidad artística de Galicia de mano de Víctor García, el médico de Pontecesures. Habían coincidido estudiando Medicina y, sobre la sensibilidad artística que ambos poseían, fue creciendo su amistad. García iba a ser otro de los colaboradores de la Cerámica Celta, sobre todo en aquellos primeros años luminosos y dinámicos, que se vieron interrumpidos, como todo en este país, por el golpe de estado de 1936 y la Guerra Civil. Fueron años de sangre y fuego tras los cuales arrancó una «longa noite de pedra». «La Cerámica Celta seguía trabajando, pero en la posguerra no estaban las familias para comprar cerámica… Había que comer, vestir y salir adelante», explica Fina Diéguez. Las ventas bajaron y su propietario también tuvo que mantener un perfil bajo: quienes habían protagonizado las tertulias de Casa Castaño, quienes habían mantenido una relación entusiasta con figuras como Castelao, se vieron obligados a ser discretos, a hacerse casi invisibles para sortear la feroz represión.

«Mi abuelo podría haberse ido. Pero cómo se iba a ir… Qué iba a ser de toda la gente que trabajaba en sus empresas», razona Fina. Ella, en su intervención de anoche, quiso recordar a todas aquellas personas que trabajaron en la factoría. «Manos muy hábiles que trabajaron en la cerámica y que fueron tan importantes como los autores gallegos». Se refiere a torneros, a moldeadores, decoradores… En esa nómina de recuerdos no podían faltar Antonio Fabeiro, Pepe Llerena, Carlos Bóveda, José Jamardo, Concha Vázquez, Oria Moreno…

Artistas y artesanos, convocados alrededor de la figura de Ramón Diéguez, dieron forma a una cerámica vidriada y en cuya decoración se utilizan unos colores muy característicos que llenan diseños que en algunos casos tenían el sello de Castelao, como la abstracción que el de Rianxo hizo del manteo gallego, o de la flor de la camelia…

La Cerámica Celta atraviesa en los últimos años una nueva etapa. Los herederos de Ramón Diéguez han restaurado la nave de la cerámica, han adaptado las paletas de colores, han catalogado los moldes originales, han hecho otros nuevos con nuevos materiales, han recopilado piezas e historias, y se han dedicado a la divulgación cultural para evitar que el pasado caiga en un olvido del que no pueda volver. 

El acto celebrado ayer en la biblioteca de Pontecesures, y en el que además de Fina Diéguez y de Miguel Anxo Seixas participaron también Alejandro Palicio y Elena Vidal, contribuye también a traer al presente la historia de uno de los proyectos artísticos y culturales más originales desarrollados en Galicia y que cumple, como Pontecesures, cien años.

La Voz de Galicia