El paso de los peregrinos por el Camino Portugués se sextuplica en estos días.

 

Voluntarios de Protección Civil de Valga sellan las credenciales de un grupo de peregrinas, ayer.

 

El Camino Portugués registra estos días un aluvión de peregrinos. Protección Civil de Valga llegó a contabilizar el miércoles a 282 personas, y ayer a 222, cifras que en algunos casos multiplican hasta por seis el número de caminantes que se registraron hace solo una semana.

El Camino Portugués cruza de sur a norte la provincia de Pontevedra y pasa por dos localidades del Ullán: Valga y Pontecesures, desde la que pasan a Padrón. Se trata de la segunda ruta de peregrinación con más caminantes, solo superada por el Camino Francés, y en los últimos años ha experimentado un gran aumento en su afluencia, hasta llegar a los 24.000 peregrinos de 2013.

La llegada de caminantes aumenta notablemente en ciertas épocas del año, como las vacaciones de Semana Santa, y así se ha producido también este año, según Protección Civil de Valga. Así, del medio centenar de personas diarias de media de la semana pasada se ha pasado a registros como los 282 de anteayer miércoles o los 222 de ayer.

“El aumento ya se empezó a notar el domingo pasado, con 87 personas”, explica el jefe de Protección Civil de Valga, José Manuel Otero, “Caamaño”. El lunes pasado ya hubo 100 personas, y el martes 171. La previsión es que durante lo que queda de puente festivo se consolide esta avalancha de peregrinos. Por ello, la agrupación de Protección Civil mantiene un servicio en el lugar de Outeiro (O Pino) entre las 8,30 o las 9 horas y las 20 horas, en el que ayudan a los caminantes con pequeñas curas, les dan información sobre donde comer o descansar e incluso les sellan la credencial que mostrarán en Santiago.

En cuanto a la procedencia de los viajeros, los efectivos de Valga han registrado a personas de hasta 22 países distintos, algunos de ellos tan distantes como Estonia, Ucrania, Australia, Islandia, Vietnam o Bulgaria.

En Pontevedra

El albergue de Pontevedra lo gestiona la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, y su presidente, Celestino Lores, apunta que el 70 por ciento de los peregrinos son de nacionalidad portuguesa. En el albergue de la ciudad del Lérez hay 56 plazas, pero estos días no llegan, por lo que también se han habilitado en el polideportivo de A Xunqueira. Celestino Lores señala asimismo que en torno al 30 por ciento de los viajeros se hospedan en hoteles y pensiones y otros 50 siguen hacia otros albergues que se encuentran situados más al norte.

Faro de Vigo

La ordenanza que regula el mercado de Pontecesures entra en vigor.

Ya es oficial. El Concello de Pontecesures podrá disponer desde el primer viernes de mayo de su propio mercadillo ambulante. Hoy entra en vigor la ordenanza municipal que regula la actividad, y esto significa que “ya pueden tramitarse las solicitudes de puestos por parte de los vendedores ambulantes”.

Así lo explica el alcalde, Manuel Luis Álvarez Angueira, a través de un bando en el que también anuncia que la documentación y la propia ordenanza pueden consultarse en la web municipal (www.pontecesures.org). Asimismo, también es posible descargar los modelos de solicitud a través del apartado de impresos y formularios.

El mercado de venta ambulante va a situarse en A Plazuela, San Lois, Rúa Nova y la fachada norte de la plaza de abastos pontecesureña. En la ordenanza, publicada ayer en el Boletín Oficial de la Provincia, se recogen todo tipo de disposiciones, incluidas las sanciones a quienes incumplan la normativa establecida por el Concello.

Faro de Vigo

La oposición se une contra el tripartito para criticar los charcos y la ´desidia´ en la Festa da Lamprea.

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Charcas situadas dentro de la carpa, cuya presencia denuncia la oposición.

Los concejales Juan Manuel Vidal Seage (PP), María Isabel Castro Barreiro (Independientes de Pontecesures) y Luis Ángel Sabariz Rolán (Agrupación Cidadá de Pontecesures), unen fuerzas y críticas para arremeter contra el gobierno tripartito de la localidad y cuestionar la Festa da Lamprea organizada el domingo.

Se refieren a la existencia de charcos y un firme casi intransitable bajo la carpa, pero también a otros aspectos que les llevan a pensar que el ejecutivo ha actuado “con total desidia y desinterés”.

Los representantes de la oposición municipal plantean estas críticas, y las hacen públicas, para advertir de que este acontecimiento que homenajea al pez cartilaginoso y sus pescadores, los “valeiros” de Pontecesures, “decae cada año que pasa”, por lo que consideran que se pierde una buena oportunidad de dar a conocer la localidad en el exterior y sacar el máximo partido a la preciada lamprea.

Seage, Castro y Sabariz dicen no sorprenderse al comprobar que “quedó un considerable número de raciones de lamprea sin vender”, e inciden en que “la carpa volvió a quedarse pequeña, pues hay que tener en cuenta que no solo se degusta lamprea, sino también pulpo, churrasco y empanada”.

De este modo, “hubo gente que se fue del recinto sin degustar este pez, por no tener un lugar en el que sentarse”.

Al enumerar las deficiencias o problemas, también explican que “a causa de la desorganización, los asistentes a la zona festiva tuvieron que pasar al lado de la carpa en fila de a uno, pues quedaba un ancho de apenas un metro entre ella y una parrilla de asar churrasco”.

Los ediles opositores terminan lamentando que no se invitara a participar a los alcaldes de municipios limítrofes ni a otras autoridades “para fomentar relaciones de cordialidad con ayuntamientos e instituciones”.

Faro de Vigo

Los comensales agotan las 300 lampreas cocinadas en el recinto de Pontecesures.

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Ciencia, gastronomía, devoción y ocio dominical se han dado la mano ayer en Pontecesures al coincidir la XIX Festa da Lamprea con la romería de San Lázaro, una de las de más fervor en la comarca del Ulla por sus milagrosos favores respecto a las enfermedades de la piel.

Por ello no es de extrañar que las calles del centro de la villa fueran ayer un verdadero hervidero de gente, desde la iglesia de San Xulián y el entorno de A Plazuela, hacia las inmediaciones de la plaza de abastos donde se situó la carpa gastronómica de degustación del parásito más exquisito de la localidad.

Con una temperatura que rondó todo el día los 15/20º centígrados, la cita de Pontecesures fue un verdadero éxito, aunque sin llegar a la marabunta de otros años, explican en fuentes de los cuerpos de seguridad.

Con todo, crisis incluida, el público agotó las existencias de lamprea. Se cocinaron 300 a la “bordelesa”, es decir en su propia sangre, y no quedó ni un grano de arroz ni picatostes.

A mediodía se leyó el pregón sobre la lamprea, a cargo de Xesús Abalo, un joven biólogo de la localidad que investiga en Suecia los secretos de la lamprea y su conexión con los demás vertebrados, incluidos los humanos.

Con renovados conocimientos, el alcalde Luis Angueira y otros miembros de la Corporación, entre ellos el independiente Luis Sabariz, emprendieron el camino hacia la carpa de la fiesta, acompañados por la música de la Agrupación Cultural “Xarandeira” y el grupo portugués invitado “Praia d´Áncora”.

De camino se encontraron a los fieles de San Lázaro con sus ramos de mirto con los que acababan de acariciar la imagen para que les proteja de los males de la piel.

Y como toda buena romería que se precie, decenas de puestos de rosquillas, cirios y exvotos, palmas para el próximo Domingo de Ramos y también el producto local por excelencia, los churros artesanales y calientes.

A continuación, la carpa institucional que estaba vacía en contraposición con la imagen que se podía ver en los abarrotados puestos en que se servía la lamprea recién cocinada en su sangre, como manda la tradición.

Pero para que no todo fuera cocina, los organizadores de esta fiesta han querido rendir un tributo a los “valeiros”, los pescadores que tienen autorización para capturar este cartilaginoso pez cuando remonta el Ulla desde el mar.

Y por ello, en un acuario, los curiosos tuvieron ocasión de contemplar varios ejemplares vivos, de aspecto resbaladizo, boca succionadora y tronco de casi medio metro de largo.

Porque en la fiesta de la lamprea también se vendieron ejemplares vivos para cocinar en casa, al precio de diez euros.

Ya servidos y con regalo de vino, arroz blanco y picatostes, se vendió a 10 euros la ración y 30 euros la pieza.

Y para quien no guste del exquisito manjar al que se rinde homenaje también se ofreció churrasco y pulpo, a 8 euros.

Pero la fiesta no se quedó en el recinto. Todos los restaurantes de la localidad rindieron culto al pez, que se convirtió en el plato estrella del último día de esta campaña de pesca.

Quien tuvo ocasión de cocinar la lamprea destacó la calidad que tiene este año. “Son ejemplares enormes y con mucha carne”, aseguraba una de las cocineras entre fogones.

La cantidad también ha sido uno de los factores que más han influido en el éxito de esta edición.

Faro de Vigo

Los amantes de la lamprea tienen su cita en restaurantes y la carpa de Pontecesures

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Hoy es el gran día de la lamprea, un pez capaz de despertar la admiración de los más laureados cocineros y la devoción de los mejores amantes de la buena mesa. Lo sabe bien el autor del libro “Lampreas e Pesqueiras”, Miguel Piñeiro, que en su publicación contó con el respaldo de un chef tan popular como Ferrán Adriá.

En el prólogo, este maestro de los fogones declara que “para un cocinero que no sea gallego la lamprea se ve como un pescado casi mítico, e incluso me atrevería a decir como algo que roza un poco lo prehistórico (…); yo solo he probado la lamprea una vez, y el recuerdo que todavía perdura fue un momento mágico, pues iba a probar una cosa que nunca antes había degustado y de la cual mucha gente me había hablado”.

A Adriá le sorprendió el aspecto de este pez cartilaginoso pues “no tenía escamas, aunque sí branquias; tampoco tenía aletas ni mandíbula, sino una boca redonda en forma de ventosa provista de afiladísimos dientes, que por un momento me hicieron pensar en un alienígena. La probé al vino tinto y la verdad es que hubo muchas connotaciones: la más destacada es que me pareció que si me hubieran tapado los ojos, hubiera dicho que estaba comiendo un plato de caza, no un ave, no un venado, no un conejo; no hubiera sabido muy bien cómo describirlo, y aquí recae la magia de este pescado, que es un producto único”.

Otro ilustre de los fogones, Juan Mari Arzak, escribió en el mismo libro que su experiencia como comensal “se reduce a una delicada elaboración de mi amigo y colega Pedro Subijana que recuerda inevitablemente a un plato de caza más que de pesca, en concreto a un civet, por la sangre y el vino empleados”.

Y Miguel Piñeiro, el escritor y gran aficionado a la pesca autor de dicho libro, esgrime en su obra que “la lamprea es uno de los seres más primitivos y menos evolucionados de los vertebrados, con la nada despreciable antigüedad de 500 millones de años”.

Es, incide Piñeiro, un pez “de fea y hasta desagradable apariencia que es capaz de provocar las reacciones más dispares, desde el mismísimo asco hasta la más absoluta veneración culinaria”.

La define como “reina del Miño” o bien como la “princesa moura enfeitizada do Ulla, como la definió el recordado periodista Raimundo García Domínguez, Borobó”.

Desde una perspectiva mucho más culinaria, que es lo que realmente importa en una jornada como la de hoy, cuando Pontecesures celebra la fiesta exaltación de este pez, Miguel Piñeiro explica en su obra que “nadie pone en duda su mal aspecto, incluso desagradable, en consonancia proporcionalmente inversa a las excelencias del sabor de su carne”.

“Precisamente a su aspecto se refirió irónicamente el doctor Juan José Moralejo a inicios de una temporada lampreeira cuando citó al crucero de Carril en el que una serpiente de metro y medio tienta a Adán y Eva -continúa el libro-. El genial Moralejo dice de ellas que es culebra, seguro, porque están Adán y Eva, pero también podría ser lamprea rampante en magnífico pedrón o marcador de que ahí empieza su remonte ese bicho negro y repulsivo. Y digo lo de bicho negro y repulsivo para ver si así tocamos a más los que no nos andamos con remilgos y repulgos ópticos”.

Los que tenían muy clara la importancia de esta especie, los mismos que “patentaron” las pesqueiras situadas río arriba, fueron los romanos, que según consta en el libro citado “consideraron a la lamprea como el más sabroso de los bocados de los dioses”. Tanto fue así que “el Imperio ensalzó su calidad y la literatura clásica le ha dedicado más de un capítulo”.

Las lampreas “eran transportadas a Roma con el mejor de sus compañeros, el autóctono vino gallego de Amandi. En ciudades del Antiguo Imperio como Marsella, Cartago o en países como Alemania, Libia o Palestina han aparecido ánforas de procedencia galaicoportuguesa. Según los historiadores y los más expertos cocineros, este ciclóstomo desde hace siglos siempre ha estado relacionado a los banquetes de alcurnia y a la mesa de los emperadores”.

Y como mejor pueden saborearse todas sus propiedades es “a la bordelesa”, la misma receta que se emplea en la fiesta que hoy acoge Pontecesures. Un acontecimiento que sirve para promocionar este producto cuya campaña de pesca finaliza el día 15 y constituye una importante fuente de ingresos para los pescadores.

Este colectivo, el de los “valeiros”, vio como en marzo despuntaba una campaña que en enero empezaba francamente mal, pero se convirtió después en una de las mejores de la historia reciente.

No hay datos oficiales, porque no pasa por lonja y se vende directamente en el puerto, pero hay que hablar de miles de ejemplares vendidos de este preciado pez que, volviendo al libro de Piñeiro, “nace en los ríos, baja al mar para alcanzar la madurez y vuelve al río a desovar y morir”.

A esto añade que “el viento del norte favorece el movimiento migratorio en el Ulla”, y de nuevo quedó patente en la campaña que ahora agoniza.

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