Después de que hace días se hiciera oficial la renovación de los cargos de juez de paz -titular y sustituta-, el Concello de Valga anuncia ahora que este servicio ya está disponible en su nueva ubicación. Así pues, los vecinos pueden realizar sus consultas o gestiones en el edificio administrativo, situado en la plaza Manuel Vicente Cousiño. Explican en el gobierno que además de habilitarse una oficina para que la juez de paz y el secretario judicial realicen su trabajo y atiendan al público, se acondicionó una sala de vistas para la celebración de actos de conciliación y bodas civiles.
El Concello de Valga anuncia que la playa de Vilarello será escenario el día 14 de la primera edición del «Fluvial Festival». Lo presenta como «un evento dirigido a todos los públicos, con romería durante el día y actuaciones musicales por la noche». Parece que se instalarán «food trucks» con distintos tipos de comida, además de pulpería y barra de bebidas. Además habrá sesión vermú, con una discoteca móvil y música en directo. Todo ello por un precio de 3 euros en horario de 10.00 a 18.00 horas, permitiéndose el acceso gratuito a los menores de 12 años que acudan acompañados de un adulto. Entre las 20.00 y las 05.00 horas habrá actuaciones musicales a cargo de Djs como Groove Amigos, Prieto, Carlos Pintor, Carlos López y Kike Varela.
Es una mujer de 59 años que residía en Valencia y se alojaba en un hotel de Padrón del que salió apenas una hora antes de ser encontrada muerta -No presentaba signos de violencia.
Los pescadores de lamprea que faenan en aguas de Pontecesures
recuperaron ayer el cadáver de una mujer de esta localidad, aunque
afincada en tierras valencianas. El avistamiento y recuperación del
cuerpo cuando flotaba en el Ulla resultó providencial, ya que en caso
contrario las corrientes podrían haberlo arrastrado a la ría y
esconderlo para siempre.
Se trata de María
Rosa Ríos Doce, una mujer nacida en abril de 1960 en la localidad
pontecesureña que tiene familia en la misma, aunque reside en Valencia y
se alojaba desde hace una semana en un hotel del municipio vecino de
Padrón.
El
cadáver fue localizado al filo de las diez de la mañana -una hora
después de que saliera del establecimiento hotelero con absoluta
normalidad-, efectuándose el levantamiento del mismo al filo de las
11.30 horas para proceder a su traslado al Hospital Clínico
Universitario de Santiago.
Carecía
de cualquier tipo de documento identificativo y tampoco existían
denuncias previas por desaparición, lo cual retrasó su identificación
durante unas horas.
Finalmente
la Guardia Civil, que había tomado muestras de sus huellas dactilares
para tratar de identificarla, pudo confirmar por ese método que se
trataba de María Rosa Ríos Doce.
Al
mismo tiempo, los agentes constataban in situ que el cuerpo no
presentaba signos externos y/o aparentes de violencia, por lo que será
la autopsia la que determine la causa exacta de la muerte, aunque inicialmente se baraja la posibilidad de que se debiera a causas naturales o bien a un suicidio.
Algunas
fuentes sostienen que la víctima padecía problemas psiquiátricos, y
estos podrían haberla llevado a arrojarse al cauce fluvial. Un familiar
de la víctima llegó a precisar que atravesaba diversos problemas de
índole personal y que estaba anímicamente mal.
También
parece probado que la muerte pudo haberse producido apenas unos minutos
antes de la localización del cuerpo, ya que no presentaba rigidez
alguna. Tanto es así que en un primer momento incluso se le practicaron
maniobras de reanimación, aunque sin éxito.
Cabe incluso la posibilidad de que en el momento de ser encontrada flotando en el gua la mujer estuviera aún con vida.
Lo
único cierto es su cuerpo estaba siendo arrastrado río abajo cuando fue
visto por los integrantes del colectivo de valeiros que se encontraban
en el lugar pescando lamprea.
Al
verlo, los tripulantes de la lancha «Eu», patroneada por Ramón Barreiro
-que no es la primera vez que rescata un cadáver- optaron por recogerlo
y acercarlo al lugar de Aduana, en la orilla perteneciente al municipio
coruñés de Padrón, a escasos metros del acceso principal a la factoría
de Finsa y del puente romano que une las provincias de A Coruña y Pontevedra.
Su llamada al 112 hizo que hasta el lugar se desplazaran efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y Servicio de Emergencias de Padrón, además del coche fúnebre en el que fueron trasladados los restos.
El cuerpo apareció entre el municipio coruñés de Padrón y el de Pontecesures.
El cuerpo sin vida de una mujer apareció tendido sobre el lecho fluvial del río Ulla, a la altura del Concello de Padrón. Tenía 59 años de edad y residía en Valencia, aunque tiene familia en Pontecesures, donde nació, y estaba alojada en un hotel de Padrón.
Se
trata de M. R. R. D., cuyo cadáver fue localizado al filo de las 10 de
la mañana, efectuándose el levantamiento del mismo al filo de las 11.30
horas.
Carecía de cualquier tipo de documento identificativo y tampoco existían denuncias previas por desaparición, lo cual retrasó su identificación durante unas horas.
La
Guardia Civil tomó huellas digitales, para tratar de identificarla, y
constató que, aparentemente, no presentaba signos de violencia. La
autopsia podrá concretar la causa exacta de la muerte, aunque
inicialmente se baraja la posibilidad de que se debiera a causas
naturales o bien a un suicidio, pues algunas fuentes sostienen que
padecía problemas pisquiátricos que podrían haberla llevado a arrojarse
al cauce fluvial.
También se baraja la posibilidad de que la muerte se produjera apenas unos minutos antes, ya
que el cuerpo no presentaba un estado de rigidez avanzado. Tanto es así
que en un primer momento incluso se le practicaron maniobras de
reanimación, aunque sin éxito.
Arrastrada río abajo
Todo indica que el cadáver flotaba en el agua y la corriente lo arrastraba río abajo. Cuando
se encontraba entre Padrón y Pontecesures, fue visto por los pescadores
del colectivo de valeiros que se encontraban en el lugar, donde se
dedican a la captura de lamprea.
Al ver el cuerpo flotando, con la cabeza fuera del agua,
los tripulantes de la lancha «Eu», patroneada por Ramón Barreiro, que
no es la primera vez que rescata un cadáver, optaron por recogerlo y
acercarlo a la orilla.
Al
lugar se desplazaron efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y
Servicio de Emergencias de Padrón, además de un coche fúnebre y
numerosos ciudadanos que observaron la escena desde tierra firme.
El cuerpo de la mujer se situó frente al puerto de Pontecesures, muy cerca del puente interprovincial que une esta localidad pontevedresa con Padrón.
A mostra sobre o seu legado no pazo compostelán, no que o artista soñou con poder expoñer o seu traballo, podería ser o xerme dun Museo da Vangarda Histórica.
Moi preto do que foi o seu estudo durante a maior parte da súa vida,
na compostelá rúa do Vilar; asentado na praza do Toural pola que tantas
veces camiñou, o pazo de Bendaña acolle durante todo este ano a
exposición Carlos Maside. Patrimonio de Galicia, na que se poden ver as obras do legado do artista adquiridas polo Consorcio de Santiago e a Deputación Provincial da Coruña.
Unha
mostra que resulta moi especial, xa que el sempre imaxinou que a súa
obra puidera permanecer na capital galega e ser exposta ao público no
pazo de Bendaña, nun lugar tan familiar e admirado polo artista, e parte
integrante dunha Compostela que el definía como «unha cuestión de
espazo», e da que pintou rúas e prazas en non poucas ocasións.
Por tanto, desta forma e grazas á iniciativa da Fundación Eugenio
Granell, faise así realidade, case 62 anos despois do seu falecemento,
un desexo expresado en numerosas ocasións ao seu sobriño Julio Maside,
co que paseaba cada día polo entorno da cidade.
Aberta ata o 31 de decembro na primeira sala do museo, a Philip West,
pódese percorrer de martes a venres, en horario de mañá e de tarde, e
todos os sábados pola mañá, ata o próximo 31 de decembro, agás os
festivos.
Nela, os visitantes terán ocasión de observar obras de referencia da súa traxectoria artística como os óleos Mercado (1950), Paisaxe de Compostela (1931), Tenda (1933), Cacharreira (1942) ou Lavandeiras (1953).
Xunto a eles, o seu autorretrato de 1937, un pastel sobre papel, e gouaches como Dúas paisaxes e Xardas, así como lapis e pasteis da primeira metade dos anos corenta como A nena do libro, Dúas nenas, Nena coa man no peito ou Arrolando a moneca.
Un conxunto de pezas enmarcadas no período que vai desde o cadro de 1930 Muller sentada
-aínda que este por agora está exposto temporalmente en Vigo e se
espera incorporar máis tarde á mostra compostelá- ata o do ano 1953 Lavandeiras.
Completan a exposición na Granell diversa documentación e libros da
biblioteca da entidade museística relacionados con Carlos Maside. Un
artista ao que Eugenio Granell refírese no seu libro Memorias de Compostela. Visión orlada por estrellas, islas, árboles y antorchas,
no que conta como o seu irmá Mario foi animado por Maside, «o pintor
máis colorista na súa arte entre os que había en Santiago», a realizar
una exposición na rúa do Vilar en 1928.
De feito, a mostra sobre o legado do de Pontecesures enmárcase nas
actividades que a fundación leva anos realizando, como maratóns de
lectura sobre escritores dos inicios do século XX e a época da
República, aos que Granell coñecía e admiraba, entre os que tamén
estaban Antón Avilés de Taramancos, Manuel Lugrís, Valle-Inclán, Manuel
Antonio, Antonio Fraguas e Carballo Calero.
Unha mostra que, tendo en conta que amosa o legado adquirido pola
Deputación da Coruña, podería servir para impulsar a creación dun Museo
da Vangarda Histórica que incluíra obras dos seus compañeiros Arturo
Souto e Manuel Colmeiro.
Ademais dun gran reclamo turístico, suporía poñer a pintura galega
contemporánea ao nivel que lle corresponde, partindo do traballo do
impulsor da chamada Arte Nova, o novo realismo que Maside promove desde
Galicia.
Gran referente da arte renovadora durante a primeira metade do s. XX
Gran referente da arte renovadora, Carlos Maside foi debuxante de viñetas en diferentes xornais e ilustrador de libros.
Becado pola Deputación de Pontevedra, viaxa a Madrid e París, onde entra en contacto coas vangardas históricas.
Evoluciona desde unha obra delicada hacia perfís duros e angulosos,
apartándose da influencia de Castelao, o seu mestre e mentor, para
aproximarse aos grabados xilográficos dos expresionistas alemáns.
O carácter ornamental da estampa xaponesa inflúe na súa creatividade,
ao igual que a estética do modernismo, e o cromatismo protagoniza a súa
obra.
Vai imprimindo unha profunda volumetría, nun argumento novedoso para a
época, amosando unha concepción pictórica que se rebela contra o
academicismo.
A súa obra empeza xa a ser considerada polos especialistas pedra angular da xeneración dos pintores renovadores galegos.
A Guerra Civil e a ditadura levan a moitos dos seus compañeiros ao
exilio, aínda que con algúns deles manterá unha estreita relación
epistolar, como é o caso de con Luís Seoane.
Será esta unha época moi dura para Maside, ao que lle quitan a
cátedra como profesor e lle impiden expoñer a súa obra, pero o artista
decide permanecer en Galicia, alegando que prefire morrer na súa terra,
admirando a súa paisaxe e preto da súa nai, antes que ter que vivir no
estranxeiro, aínda que fora moito mellor do que o estaba a facer.
Unha terra desde a que proclama o novo realismo, plasmando imaxes que «unidas unhas con outras compoñen o gran mural da vida moderna, da historia presente; imaxes que compoñen a súa utopía de Galicia», en palabras da súa biógrafa María Esther Rodríguez Losada.
Vidal Seage: «Las subcontratas nos están reclamando a nosotros las deudas»
El alcalde de Pontecesures se muestra muy preocupado con la paralización de la mejora de la fachada portuaria, una obra de unos 450.000 euros financiada con cargo al Plan de Reequilibrio de la Diputación. Señala que falta cerca de la mitad de la obra por ejecutar y debe estar rematada antes del 30 de junio para no perder la subvención provincial.
El tiempo corre en su contra. «La obra tenía que estar entregada en mayo de 2019. Sufrió algunos retrasos no imputables a Nexia y se concedieron algunas prórrogas, pero en tres o cuatro meses debía estar acabada» señala Seage, que se reunió con el administrador de la empresa para analizar la forma de concluir los trabajos. «A ver si es posible que lo que quede de empresa se adjudique a otra y esta segunda remate la obra» confía. De lo contrario la única vía será la rescisión del contrato (se está preparando la documentación)».
Pero los problemas no terminan ahí, pues desconocen si el dinero va a a ser suficiente para sufragar toda la obra. «Las subcontratas se están dirigiendo a nosotros reclamándonos cantidades que Nexia no les pagó porque somos responsables solidarios y subsidiarios», indica Vidal Seage.